La locutora y conductora está en pareja y está feliz de haberse animado por primera vez a decirle a alguien que le gustaba; además se prepara para salir a escena con un stand up
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Conductora y locutora, hace 16 años que Edith Hermida forma parte de Bendita (elnueve) y hace 12 que descubrió que también puede actuar y lo disfruta. Pronto vuelve a ser la Bruja del infantil Panam y circo y en algunas semanas debuta con su propio unipersonal, Teneme paciencia. En diálogo con LA NACION, Hermida habló de esta nueva faceta, reveló por qué no le tienen paciencia y contó sobre su nueva relación con Mariano Tabarés, productor de su programa de radio.
-¿Seguís de novia?
-Sí, hace unos mese ya. Es una relación incipiente. Mariano es el productor ejecutivo de mi programa en Radio 10, Mejor que hablen, y también trabaja en LA NACION+, es productor de Luis Majul.
-¿Y cómo pasó de ser una relación laboral a una de amor?
-Tenemos una relación laboral muy buena. Es un tipo creativo, inteligente y esas son cosas que las mujeres empezamos a valorar cuando somos más grandes (risas). Me ayuda a pensar, me gusta su visión de las cosas. Los fines de semana no hay programa y hablábamos, pero no daba llamarlo para preguntarle nada. Eso me llamó la atención.
-Lo extrañabas...
-Sí y me animé a decirle que me gustaba, algo que no hice nunca hasta los 52 años. Ese también es un cambio porque en otro momento de mi vida jamás me lo hubiese permitido. Antes las mujeres dábamos señales de que alguien te gustaba, pero esta vez lo dije.
-¿Y cómo fue su reacción?
-Fue por WhatsApp. Le dije que me gustaba y que no me contestara, que no importaba, que simplemente quería decirle qué me pasaba.
-¿No te animaste a decírselo de frente?
-(Risas) No. Fue por mensajito. Él se quedó medio pasmado, me dijo que también le pasaban cosas y nos permitimos esta relación. Hace unos meses que estamos juntos.
-¿Y esto provocó algunos roces con tu ex (Roberto Fernández)?
-Las separaciones no están buenas, aunque a veces sabés que es lo que tiene que pasar. Nos separamos hace tres años y siempre tuvimos buena relación, pero al iniciar otra relación eso se desacomodo un poco y ahora nos estamos reacomodando a esta nueva realidad. Batata es el padre de mi hija Amparo, lo valoro mucho como persona, como padre y como compañero también.
-¿Hablás de todo eso en tu unipersonal?
-Hablo de todo: amor, sexo, mandatos, tecnología, música, maternidad. Siempre me gustó la idea de hacer stand up. Cuando Mario Candia era el locutor de Bendita y estudiaba stand up, me decía que yo tenía que hacer algo así. Me gusta tener proyectos y sueños y este era uno de ellos desde hace mucho tiempo, pero no me animaba, sabía que tenía que dedicarme, buscar el guion. Se dio que la productora de Sol Despeinada vino al programa, es amiga y le dije que quería hacer algo. Ella fue muy ejecutiva, me presentó a Vero Lorca, que me ayudó a armar el guion y entendí que era el momento. Como yo no pienso mucho las cosas, me mandé.
-¿Por qué sentís que es ahora?
-Porque me siento grande para un montón de cosas que quiero hacer y al mismo tiempo, joven. Me encanta la edad que tengo (52) y sé que soy testigo de un momento de cambios. El leitmotiv fueron las ganas de hablar de los cambios. Estamos en un momento bisagra, y soy parte de una generación a la que educaron de una manera muy distinta a la de los jóvenes de hoy, y me encanta ser testigo. Hay cosas que me gustan mucho, otras que incorporo de a poco y siento que no me tienen paciencia y otras que no me gustan tanto. Hay de todo en ese proceso de cambio y aquí estoy, tratando de construirme en muchas cosas. Vamos a estar el 8 y el 22 de junio en el Teatro Picadilly. ¡Estoy revolucionada!
-¿Qué cosas te cuesta aceptar?
-Me encanta la libertad sexual que tienen los jóvenes porque en mi época si salías con muchos eras una loquita y nadie te iba a querer. Y quizá lo que no me gusta tanto es que sea tan difícil que puedan tener relaciones estables, armar una historia seria con alguien. Me parece que es fácil generar un vínculo rápido, pero no real.
-No hay compromiso, decís...
-No, creo que es difícil armar un compromiso real, del corazón y a eso no me adapto, la verdad. Hay tantas posibilidades de armar parejas que se les complicó.
-¿Y por qué no te tienen paciencia?
-Por ejemplo, no puedo incorporar el nuevo vocabulario y no sé si alguien es cis, queer o qué. Me cuesta y sé que a veces me expreso mal y digo algo que no quise decir. Ahora, con Enzo Aguilar aprendí que hay que preguntar cómo quiere que me refiera a la otra persona y que eso no ofende y yo no quiero ofender a nadie, al contrario, quiero respetar cómo se sienten. Se usa el vocabulario inclusivo, pero cuando yo era chica en la escuela decían “los alumnos” y yo nunca me sentí excluida. Nunca me marcó el pronombre, pero entiendo que la época cambió y por eso necesito que me tengan paciencia. No me ataquen porque voy incorporando algunas cosas de a poco.
-¿Tus hijas te ayudan a incorporar estos nuevos aprendizajes?
-Muchísimo. Paloma tiene 26 años y Amparo 12. Son de generaciones distintas y las dos me ayudan a aprender. Por ejemplo, me modernizan con la música y eso me tiene muy revolucionada. Me gusta y no quiero perderme lo que está pasando.
-¿Seguís haciendo infantiles con Panam?
-A Panam no la largo (risas). Con ella aprendí a disfrutar el teatro y encima con un personaje precioso como el de la Bruja que hago desde hace 12 años. Me encanta estar con Laura (Franco), me divierto, canto, bailo y me escribe cosas hermosas que van conmigo. El 10 de junio vamos a estar con Panam y circo en el Teatro El Nacional y después hacemos gira por el conurbano, en vacaciones de invierno.
-Cuando Panam te convocó, ¿decidiste estudiar o lo tuyo es innato?
-Había estudiado teatro hace muchos años con Norman Briski y cuando me llamó Laura me dio un poco de vergüenza y empecé a estudiar en la escuela de comedia musical de Aníbal Pachano. Después ya no fui porque trabajar con Laura es una escuela.
-Parece extraño que alguien como vos tan acostumbrada a la cámara, sienta vergüenza sobre escenario...
-Me daba vergüenza cantar y bailar en los ensayos porque tenés que hacerlo con la misma energía como si estuvieras frente al público. Es otro código diferente al de la televisión, que dicen “aire” y ya estás.
-¿A la salida los chicos te aman o te odian?
-En general me quieren porque soy una bruja graciosa y traviesa, pero también me han pateado y hasta me rompieron el vestuario. A veces me perdonan y otras no.
-Después de 16 años, ¿alguna vez te aburre Bendita?
-Nunca me aburre Bendita. Yo soy re estable en las relaciones laborales, mucho más que en las sentimentales (risas). Disfruto en Bendita, me gustan los informes, compartir con mis compañeros. Me divierto como el primer día. A veces me cuesta bajar cuando vuelvo a casa, y no puedo dormirme.
Para agendar
Teneme paciencia. El 8 y 22 de junio, a las 20.30, en el Teatro Picadilly (Avenida Corrientes 1534, CABA).
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