Duki: del recital donde se olvidó la letra a agotar dos Vélez a pura historia: “En ese estadio vi a Charly bajo la lluvia”
En diálogo con LA NACION, el cantante explica la génesis de sus nuevos shows que ya están agotados, elogia al rock nacional y lanza una revelación: “Cuando me escuchen se van a sorprender, ya casi no uso el autotune”
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Es mayo de 2017, Duki sube a un escenario en Mar Del Plata. Su repertorio tenía apenas tres canciones y se olvidó la letra de una de ellas, nada más y nada menos que “No vendo trap”, hoy considerada una de las piedras angulares del género en la Argentina.
Iván de Quilmes, su tatuador, estaba ahí. “El chabón salió de atrás de la cabina del DJ y me empezó a cantar la letra al lado y ahí me la acordé, me salvó la vida”, cuenta Duki, a exactos cinco años de aquella fecha y próximo a llenar dos veces el estadio de Vélez los días 6 y 7 de octubre, con fechas ya agotadas.
Se trata de un hito para el género urbano en la Argentina. “Un palo pa’ la historia”, como le gusta decir a Duki a modo de latiguillo cada vez que tacha logros cumplidos. Será la primera vez que un artista del género toque en un estadio de fútbol, el mismo que este año agotarán congéneres consagrados como Daddy Yankee y Bad Bunny. “Ese link es hermoso, para la foto queda increíble. Bad Bunny, Daddy Yankee y el Duko es increíble a nivel energético y de realización, es hermoso”, dice.
Pero a Duki, que en 2021 editó Desde el fin del mundo, un disco en el que asienta su sentido de pertenencia para proyectarse desde la Argentina al mundo, hay una conexión mucho más fuerte: en la cancha de Vélez vio su primer recital, nada menos que el histórico show de Charly García bajo la lluvia allá por 2009.
Duki tenía entonces trece años y ahora, que está próximo a cumplir el doble, decidió que tocar en ese mismo estadio sería algo así como un acto de justicia poética. “Yo quería meter una fecha grande acá este año. Pensábamos en algo emblemático, queríamos tocar en un lugar más chico para hacer el récord, pero esos records están explotados, en el Luna Park hay que hacer como 20 veces para pasar a Arjona... Veníamos viendo de hacer un River y un día le dije a Fede Lauría, mi socio, ‘Yo en Vélez vi a Charly’ y me dice ‘Es eso, me lo estás diciendo vos’. Nos sentamos a ver y sí, era eso. Mi primer estadio y donde vi el primer show de mi vida”.
–¿Qué te acordás de aquel show de Charly?
–Lo que mas me flasheó fue la cantidad de gente, era una locura mal. Me acuerdo de un momento muy puntual, hacía frío, estaba lloviendo y nos fuimos a sentar con mi papá y me acuerdo de verlo a él disfrutando. Lo que más disfruta es la música, lo veía en casa, sentado en el living escuchando música tranquilo y sabía que disfrutaba y viajaba con eso. Y me acuerdo de estar ahí compartiendo eso con él. Ahora que soy más grande puedo darle una explicación emocional, me parece increíble.
–Y tu relación con el rock argentino nunca fue conflictiva, todo lo contrario. Hacés otro estilo pero siempre señalaste tu admiración.
–Sí. Cuando se habla del rock nacional todos sabemos que se habla de la mejor etapa de música que vivió la Argentina y de una energía que siempre se espero que reviva un poco. Y siento que esto es un poco de eso. Me parece hermoso porque siento que voy a ganar una legitimidad muy importante. A mí me encantaría tener el respeto de los que escuchaban rock argentino porque para mí es lo más lindo que hay. Y siento que no solo a nivel de amor y pasión, a nivel técnico también es una música muy compleja y muy hermosa. Y por eso me gustaría que la gente que admiraba esa música admire la mía, porque siento que es gente que tiene un súper criterio. Y este es un paso muy grande para ganar esa legitimidad.
–Uno de los pasos importantes era profesionalizar tus shows en vivo. ¿Cómo ves ese proceso en perspectiva desde aquel primer show en Mar del Plata?
–La clave fueron dos momentos: cuando me junto con Modo Diablo [N. del R.: la banda que formó con Ysy A y Neo Pistea] que empiezo a entender un poco más de lo que va el vivo. Neo es muy bueno en vivo y tenía mucha cancha, cuando nosotros empezamos, él ya había tocado en todos los bares de zona Oeste. Después me perdí un poco, entre el estilo de vida que llevaba y las cosas que me pasaban, dejé de darle profesionalismo y mi chispa a los vivos. No es que me subía sin ganas, pero no me encerraba a ensayar tres veces por semana como hago ahora, no me sentaba a hablar con el de las luces para trabajar cada canción, no me cuidaba la voz, no sabía respirar... Ahora estoy ensayando dos o tres veces por semana, ya se de pe a pa que es lo que va pasar en los shows, dónde pararme, manejar los momentos. Empecé clases de canto, reduje muchísimo el autotune... De hecho, la próxima vez que me escuchen se van a sorprender porque ya casi ni hay autotune y nos calentamos para que pase eso, en cantar lo mejor que puedo para prescindir del autotune. Este show va a ser la prueba de todo eso.
–¿Cómo llegaste a tomar conciencia de que tenías que mejorar el vivo?
–Con la nueva salida de artistas, todos teníamos nuestro flash, tal vez estábamos un poco alejados y yo no veía, diciéndolo sanamente, competitividad. Y de pronto apareció Tiago PZK, la Mari [Becerra] cantando increíble; Emilia [Mernes, su pareja] que canta y baila increíble y decís “Uh, guacho, yo soy el Duko mi show tiene que estar zarpado, la gente se tiene que caer de culo ¿cómo hago para generar esa sensación?”
Y empezás a ajustar tuercas... Es la primera vez en mucho tiempo que hice ese clic. Un día Mari cerró un cine y fuimos a ver un vivo de ella, se cantó todo. Ahí dije: “Claro, amigo, hay que darle trabajo y tiempo”. Yo era muy desprolijo, muy “voy y la hago”. Y eso está lindo, muy de rockstar, pero llega un momento en que la gente empieza a pedir más porque eso ya lo vieron. A mí me tirás con diez cocodrilos y yo voy y las clavo todas, está buenísimo pero si viste diez veces el show, esperás algo más. Porque la música está buena pero el show te tiene que llevar a otro nivel.
–¿Y cómo son los meses previos a ese Vélez desde al armado del show y la gira que arrancás ahora?
–Se ordena. Ahora vamos a cumplir con distintas plazas. México es un show propio, de hora y media de vivo, acomodado con momentos, luces armadas, la sincro, toda la data. Esa hora y media se adapta a las dos horas y pico que vamos a hacer en Vélez. Para las otras fechas son shows de 45, 50 minutos. Todo está ordenado esquemáticamente. En España son shows más cortos, y entonces como no generan tanta intensidad podemos ensayar más. Y venimos a la gira de América latina que es Chile, Ecuador, Colombia... Ahí volvemos al show de hora y media, con los cambios para Vélez que ya los pudimos ir adaptando. Me van a tener ocupado y ordenado, eso está bueno. Las dos O: ocupado y ordenado.
–¿Sentís que la profesionalización te llevó a entender la música desde otro lado?
–No a entender más, porque siempre la entendí. Pero es como cuando vamos a jugar al básquet: si cada vez que tirás, pensás que no la vas a meter, nunca vas a jugar piola. En el momento en el que entendés que es parte de un proceso, que esto no va a durar para siempre, ahí cambia. Yo me subía incómodo porque tenía mal la voz, no tenía técnica de canto, nunca me sentí seguro con mi imagen... entonces pararme delante de tanta gente me daba inseguridad. Hasta que entendí y lo megadisfruto. Tengo 1000, 2000, 5000 personas adelante celebrándome, ¿entendés? Y empecé a entender, a dejar de estar inseguro y a disfrutarlo al máximo. Y entender que esos pequeños pasos, en vez de verlos como el vaso medio vacío y decir “Yo carezco de”, decir “Yo puedo aprender a”. Y eso fue lo que más me resultó. Me siento cómodo, sé que puedo hacer un show de dos horas y media y voy a estar tranquilo. Lo puedo hacer y eso está buenísimo: el momento en el que sentís que la estás rompiendo es el momento más piola.
–Prometiste tu Bizarrap Session y un remix de “She Don´t Give a FO” para este año, ¿salen antes de Vélez?
–Va a haber sorpresas, falta Temporada de reggaetón 2, antes del Vélez vamos a tener eso afuera. Debo la Bizarrap Session y voy a cumplir mi palabra: va a salir antes del Mundial porque ganamos la Copa América. Antes del Mundial sale, ojalá esté antes de Vélez, sería lo más lindo, pero es algo muy picante y no paramos de hacer canciones, estamos esperando. “She Don’t Give a FO” remix lo más probable es que salga, estamos ordenando todo para que salga cuando se cumplan cinco años.
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