El actor, fallecido en septiembre de 2005, cumpliría 100 años este jueves; pese a que siempre soñó con hacer drama, la composición del tan torpe como querible Maxwell Smart lo convirtió en un exitoso hombre pero artísticamente limitado
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“¿Me creería si le dijera que Don Adams cumple 100 años?”, “Te dije que no me lo dijeras”, seguramente respondería Maxwell Smart, el Superagente 86, o sea, el personaje más célebre que compuso este actor que hoy llegaría a su centenario. Esas frases pronunciadas por Don Adams a lo largo de los 138 episodios de una serie que se emitió entre 1965 y 1970 son sólo una parte del anecdotario de las repetidas e inagotables sentencias del torpe espía creado por Mel Brooks y Buck Henry que fue la gloria y el oprobio para su genial intérprete porque nunca pudo desligarse del papel que lo llevó a la fama.
Camino a CONTROL
Nacido como Donald James Yarmy, de familia irlandesa y húngara, sobrevivió como soldado a la batalla de Guadalcanal durante la Segunda Guerra Mundial -no sólo al conflicto bélico en sí, sino también a la malaria-, para luego dedicarse a dibujar mapas en un estudio de diseño hasta que logró hacer pie en la actuación, su gran pasión. Adams se presentaba en hoteles de Miami con su auténtico nombre, hasta que consiguió una prueba para el arrollador show de Ed Sullivan: allí audicionó con el apellido de su primera esposa y obtuvo una participación en uno de los programas más vistos de toda la historia de la televisión de los Estados Unidos.
Todo comenzaría a cambiar tras su aparición en The Bill Dana Show, donde Dana encarnaba a José Jiménez, un botones de un hotel de Nueva York, y Adams aparecía en el episodio “Master of Disguise”, en 1964, delineando a un torpe detective llamado Byron Glick. Esa sería la base para el perfil de un Maxwell Smart que dio la vuelta al mundo. Pero, aunque parezca entraño hoy decirlo, no fue Don Adams quien estaba en la mente de los creadores de la serie, quienes la escribieron para la señal ABC con la intención de que Tom Poston fuera el detective de la agencia CONTROL, émula de la CIA y el FBI.
El destino quiso que la señal rechazara el proyecto de la productora Talent Associates surgido de la mente de Dan Melnick, quien preguntó a Brooks y Henry: “¿Cuáles son las dos películas más importantes de hoy?”, para automáticamente responderse “James Bond y Clouseau”. Con una mezcla entre el sofisticado personaje surgido de la pluma de Ian Fleming y el torpe inspector francés que Peter Sellers inmortalizó en la saga de la Pantera Rosa, apareció Maxwell Smart, “el temible operario del recontraespionaje”, en la cadena NBC.
Un personaje memorable
La serie estrenó el 18 de septiembre de 1965, con un Don Adams que ya estaba contratado por la emisora y a quien el director Leonard Stern conocía desde los tiempos de The Steve Allen Show. “Me enamoré locamente de él”, dijo Adams sobre la primera lectura del guion que lo acercó al personaje, al recordar cómo había comenzado todo durante un tributo que el Museo de la Radio y Televisión de Los Ángeles brindó el 5 de noviembre de 2003, con varios de los sobrevivientes de la serie que se prolongó hasta 1970 y personajes tan variopintos en la platea como Hugh Hefner, el creador de Playboy en cuya mansión Adams pasó muchas de sus noches.
Ya transitando desde 1960 su segundo matrimonio con Dorothy Ferrante, luego del suceso de Maxwell Smart y mientras intentaba encaminar su carrera actoral con diversos papeles sin suerte, conoció a Judy Luciano, una de las modelos que posaba para Playboy y con la que llevó una doble vida hasta que se casaron en 1977. Esa noche de recuerdos Hefner levantó la mano y preguntó cómo había surgido la icónica voz del detective, a lo que Adams señaló que imitó la de William Powell, el detective Nick Charles de una serie de películas de los años treinta.
En la segunda mitad de los años ‘60, Don Adams y su inefable Maxwell Smart estaban en lo más alto de la fama. En 1967 Adams ganó el primero de los tres premios Emmy consecutivos de su carrera y un año más tarde se añadiría el de la mejor serie de comedia. Su estilo de voz era imitado en todos los Estados Unidos, la serie añadía frases, artefactos, personajes y pasos de comedia que hacían hervir el rating: “Mucho sale de la tradición de Keaton y Chaplin”, confesaba el guionista Buck Henry en el documental La historia secreta del Superagente 86, sobre una serie que convivía con las películas de James Bond pero también con dramas televisivos como Misión Imposible, Jim West y un universo de espías y policías que sólo hacía acrecentar su fama como sucedía con El agente de CIPOL, donde incluso en un capítulo trabajó Barbara Feldon antes de dar vida a una bella e inolvidable Agente 99.
Quizás en una de las mejores decisiones de su vida, Don Adams rechazó una suma fija como salario y pidió una modesta paga más una participación en las ganancias; en pocos años se convirtió en un magnate que incluso administró pozos petroleros. No era para menos: de un salario ofertado en 12 mil dólares, con la serie amasó una fortuna estimada en 15 millones.
Despegarse del personaje
Con un último año penoso en audiencia, el Superagente 86 se despidió de la televisión norteamericana el 11 de septiembre de 1970, y al año siguiente Don Adams debutó como protagonista, junto a Rupert Crosse, de la comedia The Partners, que nunca consiguió la audiencia que la cadena NBC esperaba. Con música del argentino Lalo Schifrin y un primer capítulo dirigido por Gary Nelson y escrito por Don Adams, Earl Barret y Arne Sultan -buena parte de la usina creativa del Superagente ‘86- el detective Lennie Crooke emulaba a Maxwell Smart pero sin los toque distintivos de gracia de la serie que lo había convertido en leyenda. Duró sólo una temporada y 22 episodios que hoy son inhallables.
Dos años más tarde, Don Adams volvió a la televisión con un programa tan bizarro como pionero Don Adams Screen Test, donde creó, dirigió y condujo un programa en el cual el público recreaba en vivo la escena de una película clásica del cine. Solo sobrevivió al aire 26 emisiones aunque creó una marca de participación del universo de los no-actores en la televisión. En 1978, Bernie Kopell, el Siegfried del Superagente ‘86, lo acercó a El crucero del amor, donde era el doctor Adam Bricker y Adams participó en cinco episodios como Bill Robinson. También intervino en un episodio de La isla de la fantasía, en 1979.
El público no podía olvidar a Maxwell Smart, y en una decisión que el propio actor calificó como un desastre, en 1980 los derechos de El superagente 86 fueron vendidos a la Universal, que devolvió a la pantalla al personaje con La bomba que desnuda. “Si buscás ‘desastre’ en el diccionario, junto al Titanic encontrarás La bomba que desnuda”, dijo Don Adams sobre el resultado de un proyecto que no consideró ni el perfil del público, ni el contenido de audiencia, ni el reparto célebre que nutrió a la serie original del cual sólo el primo de Adams, Robert Karvelas, volvió a su papel de Larabee. El film provocó una enorme decepción, que sólo fue asimilable a la nominación al premio Razzie como peor película del año. Fue el comienzo de una sucesión de fallidos que añadieron Jimmy the kid, con Gary Coleman, que en la Argentina fue estrenada como Arnold y el Superagente 86 aunque ninguno de los dos tuvieran a su cargo los personajes que les dieron fama.
En 1989, volvería el auténtico Maxwell Smart en un telefilm titulado Get Smart, Again! (también conocida como Superagente 86 ataca de nuevo), donde Smart es llamado de nuevo al servicio activo y debe vérselas con una “máquina del tiempo”. Crepuscular, con todo, fue mejor que el último retorno de Don Adams al personaje: en tan sólo siete episodios emitidos en 1995, el Maxwell es el jefe de CONTROL, la 99 una congresista, y Andy Dick uno de los hijos de la pareja que heredó la torpeza de su padre pero nunca su encanto para una comedia. Sin embargo, entre tanto, Don Adams volvió a utilizar su timbre distintivo para una despedida a lo grande como la voz del Inspector Gadget desde que el dibujo animado irrumpió a mediados de los ‘80.
Don Adams tuvo tres matrimonios, siete hijos y una salud que comenzó a flaquear con la llegada del nuevo siglo y, particularmente, con la muerte de su hija Cecil en marzo de 2004, a los 46 años. Un linfoma óseo y una fractura de cadera complicaron su salud y una bronconeumonía puso fin a su vida el 25 de septiembre de 2005, a los 82 años. Infalible en la comedia, recordaba que nunca había sido convocado para un drama salvo una juvenil experiencia teatral, Harold, donde compartió escena con Anthony Perkins en Broadway: “Me he matado por conseguir papeles dramáticos durante 30 años. Me miran y me dicen: ‘Oh, vamos…’”.
El Superagente 86 en la Argentina
En el capítulo “Supersonic Boom”, emitido en la primera temporada en 1965, el 86 y la 99 son secuestrados por agentes de KAOS que les hacen creer, aunque nunca salen de los Estados Unidos, que los trasladaron de manera secreta a la Argentina.
“¡El aeropuerto de Ezeiza se encuentra en Buenos Aires!”, dice la 99. “¡99 esto puede producirte un shock, pero creo que estamos en ‘Mi Buenos Aires querido!”, añade el agente 86 en la inefable voz del mexicano Jorge Arvizu, que dobló al español toda la serie e incluso volvió a ser la voz de Maxwell Smart cuando Steve Carell tomó el perfil del agente secreto de CONTROL para la película Superagente 86, en 2008.
En la Argentina la serie se emitió a partir de la década del ‘70 por todos los canales de aire, a sola excepción de Canal 7. En cambio, el fallido retorno de los ya veteranos 86 y 99 en 1995 con Andy Dick como el torpe hijo de la pareja solo se emitió en la pantalla de Canal 2. En los años 80, y amparado en el éxito de la serie original, el programa Calabromas incluyó una imitación del Superagente 86 a cargo del propio Juan Carlos Calabró
¿Por qué el 86 es el 86?
Aunque parezca mentira, muchos años después de culminada la serie, el guionista Buck Henry otorgó una pista de por qué el personaje de Don Adams tenía una numeración tan extraña siendo el protagónico. No era el 007 de James Bond, pero tampoco el número 13, que hizo Dave Ketchum, o 44 que personificó Victor French, dos agentes que siempre están escondidos en los lugares más extraños. “No creo que nadie que vea esto lo sepa”, decía Henry con una veteranía inocultable, pero el número 86 se correspondía con el código que se utilizaba entonces en los bares de Estados Unidos como modo de decir: “No me sirvas más”.
Orson Bean, Tony Randall y Tom Poston fueron algunos de los nombres que se sucedieron para dar vida al Superagente 86. Pero de todos ellos solo Tom Poston tuvo chance hasta que la serie se mudó de señal. Pero Poston estuvo en el El superagente 86 en el episodio “Shock It To Me”, personificando al Doctor Eric Zharko en el capitulo 108 de la cuarta temporada. No fue la única estrella invitada a lo largo de una serie que vio desfilar a James Caan, Carol Burnett, Victor Buono, Johnny Carson, Leonard Nimoy, Vincent Price, Bill Dana, Ernest Borgnine, Bob Hope y Martin Landau, entre otros.
Los 90 de la 99
El pasado 12 de marzo, Barbara Feldon cumplió 90 años y es una de las pocas sobrevivientes de la serie original. El jefe de CONTROL, Edward Platt se suicidó a los 58 años, en 1974, agobiado por no conseguir nuevos papeles. Dick Gautier, el robot Jaime, murió en 2017 a los 85 años. Victor French, el Agente 44, a los 54 años, en 1989; Robert Karvelas, Larabee, murió en 1991 a los 80 años; y King Moody, Shtarker, en 2001.
Del elenco principal también sobrevive el inolvidable Conrad Siegfried, el adorable villano de Bernie Kopell, que hoy tiene 89 años e hizo un cameo como un conductor de auto al que frena el nuevo agente 86 de Steve Carell para la película que marcó el regreso del Superagente 86 a la pantalla, en 2008.
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