Diego Topa, con su pareja y su pequeña hija en Miami: "Estamos súper bien, pero ya con muchas ganas de estar en casa"
No es un año más para Diego Topa. El 2020 arrancó con un quiebre en su vida. Profundo e intenso. Trascendental. El 21 de enero nació Mitai, su primera hija, que se gestó a través del método de subrogación de vientre. "Llegó a nosotros para cambiarnos la vida", le dice a LA NACIÓN minutos después de calmar a su beba, que atraviesa el clásico periodo de cólicos.
Mitai se durmió y el actor se dispone a conversar desde la ciudad de Miami, donde, junto a su pareja, está atravesando la cuarentena decretada por la pandemia del Covid-19. "Mitai está hermosa. Es súper dulce y simpática. Se levanta sonriente y se pasa el día tratando de conectarse porque es muy curiosa. Está muy atenta a todo, así que no nos queda otra que invitarla a mirar televisión con nosotros. Es parte de nuestra ochentena, porque, por el tema de las vacunas, estamos desde el 3 de febrero dentro de casa", explica al borde de esa emoción a flor de piel que lo acompaña desde hace varias semanas.
Al trascendental acontecimiento de la paternidad se le suma la satisfacción de estar cumpliendo 20 años ininterrumpidos como estrella de Disney Channel y Disney Junior. La celebración será a lo grande, con el estreno de El Ristorantino de Arnoldo, la serie de ficción que le permitirá desarrollar su potencial como actor a partir de ese personaje querido por los millones de pequeños fanáticos que lo siguen en toda Latinoamérica. "Las cosas me van llegando en el momento en el que me tienen que llegar, siempre fue así", dice a modo de balance mientras habla y se habla a sí mismo casi en un ejercicio de pensamiento a viva voz en estos días de poco tiempo y carga emocional extrema.
Sé como tú quieras ser
El titulo de su canción lo define a partir de la experiencia propia. "Soy un volcán de emociones maravillosas, entendiendo que se aprende día a día a ser papá". Mitai nació en la ciudad de Tampa. Luego de los ineludibles primeros días de chequeos, y una vez obtenida el alta médica, Topa, su pareja y la nena pudieron trasladarse hasta Miami: "Llegamos el 3 de febrero porque acá estamos más cerca del aeropuerto para regresar a Argentina cuando podamos. Vivimos en un departamento, estamos súper bien, pero con muchas ganas de ya estar en casa. Llega un momento donde se extraña el hábitat".
-Hubo varios vuelos de Aerolíneas Argentinas con la misión de la repatriación de argentinos. ¿Por qué no pudieron regresar?
-Estamos en la lista para la repatriación, el tema es que todavía no tengo el pasaporte de la beba porque se cerraron todas las oficinas gubernamentales de Estados Unidos, así que todo lo que tiene que ver con los papeles legales se está demorando. Integramos una lista de prioridad por Mitai, pero no podemos volver. Llamamos todos los días, pero sin pasaporte no puedo avanzar. De todos modos, estamos muy contenidos por el consulado.
-No debe ser sencillo ser papá primerizo en medio de una pandemia y "varado" en el extranjero....
-Nosotros nos cuidamos siguiendo lo que se hace en Argentina, porque acá las cosas son un poco distintas. Así que nos quedamos encerrados, protegidos en el departamento, cuidando nuestra salud, pero, sobre todo, la de ella. Tengo una farmacia a la vuelta, así que solo salgo para ir hasta allí. Además, como en Estados Unidos las farmacias son casi como un supermercado, compro todo en el mismo lugar. Si nos hacen falta otras cosas, se compran on line.
-¿Se extraña el vínculo con la familia?
-Estamos conectados, como todo el mundo, con videollamadas. Por suerte, mis papás pudieron venir en febrero y lograron irse antes que se cierren todos los vuelos comerciales. Extrañan horrores a su nieta, así que me llaman todo el tiempo para ver cómo está.
Que se vengan los chicos
Su versión del clásico de aires folklóricos, con Charo Bogarín, acaso sea una declaración de principios. O un deseo cantado que se comenzó a cumplir con el nacimiento de su niña de nombre guaraní. "Yo no conocía mucho lo que era subrogar vientre, el tema me llegó de una manera increíble, en una charla informal estando de gira en México. Unos amigos lo habían hecho, así que pude conocer a la hermosa bebé que tuvieron. Creo que, en esa cena, comenzó mi sueño. Me interioricé mucho porque antes no se conocía tanto como ahora".
-¿Cómo vivenciaste todo el proceso?
-Es un viaje largo, en nuestro caso fueron cuatro años de búsqueda. Vas sintiendo lo que siente cualquier persona que desea ser papá: emociones, alegrías, tristezas, enojos. Pero, una vez que tuvimos a Mitai en los brazos, nos olvidamos de todo lo que pasamos antes. El final del camino es hermoso.
Así como para la mujer los procesos de fertilización son invasivos física y emocionalmente, para el varón la cosa no es menos compleja: "También es muy invasivo. A eso se suma la demora en el proceso porque, a veces, no se encuentra la donante o porque uno no es compatible genéticamente. Siempre digo que la ciencia te acompaña, pero el universo es el que decide lo que va a pasar; esa energía hermosa que es la que decidió cuándo tenía que venir Mitai".
-Esa energía, ¿tiene que ver con la creencia en Dios?
- No tengo una religión estipulada. Me encomiendo a una energía poderosa y hermosa. Y le pido a la gente que quiero que ya no está en este plano.
-¿Continuás el contacto con la mujer que prestó su vientre?
-Sí, tengo una relación hermosa, se generó un vínculo. Lo que hizo es un acto de amor puro, no lo puedo llamar de otra manera. Estas mujeres te acompañan a cumplir un sueño y eso es un acto de amor buenísimo. Yo soy muy afectuoso y estoy convencido que se trata de dar y recibir, es una construcción de relaciones. Su familia es maravillosa, sus hijos son divinos. Les mando fotitos, me preguntan cómo está la beba. Ella, durante 9 meses, cuidó a nuestro tesoro.
-¿Cuándo nació el deseo de tener hijos?
-Desde siempre, ser papá es un sueño que nació conmigo. Por eso, creo que no es casual lo que me pasa con los más chiquitos.
-Esa vocación, ¿se manifestaba en tu casa familiar?
-Sí, absolutamente. Con mis hermanos somos muy seguidos, así que la ayudaba a mi mamá a cuidarlos y entretenerlos, a pesar que yo también era chiquito.
Diego nació en el Policlínico Bancario, pero su lugar de pertenencia está en Caseros, en el noroeste del conurbano. La casa de los Topa estaba habitada por sus padres, hermanos, abuelos, y un tío: "Era como una vecindad. Venían mis primos de visita y yo era el que organizaba la batuta".
-Capacidad de líder innata.
-Era el que ordenaba. En un punto, también era como criar.
Entre el barrio de Caseros familiar, los paseos por la plaza de Villa Devoto y el centro de Villa del Parque fue transcurriendo la infancia del actor. Y en ese crecimiento, dos ideas concretas, precisas: la paternidad y la actuación.
Vos sabés
A contrapelo de la exposición extrema a la que buena parte de las celebridades suele exponerse en tiempos de redes sociales y tecnología abusiva, el creador del Capitán Topa mantiene un bajo perfil que lo preserva. La llegada de Mitai posibilitó mostrarse un poco más allá del personaje, aunque sus zonas de privacidad las mantiene saludablemente resguardadas.
-En tiempos de mediatización, vos mantenés clara la divisoria entre trabajo público y vida privada.
-Sí. No suelo mostrarme demasiado.
-Quizás sea el secreto para que el trabajo no altere la vida personal. Conformaste una pareja bien consolidada.
-Sí, hace muchos años ya.
-Hay un cambio de paradigma en la sociedad y una compañía como Disney acompaña esa evolución. Nos estamos deconstruyendo y generando nuevos parámetros sociales y culturales. ¿Cómo te atraviesa esta realidad?
-Para mí está genial. Tengo una empresa que me acompaña y me acompañó siempre. Desde el minuto uno en el que plantee el deseo de ser papá, me apoyaron. Me dijeron: "Estamos con vos, contá con nosotros, somos familia".
-Con tu pareja, ¿sueñan con ser papás nuevamente?
-Quizás, puede ser. Vamos paso a paso. Ahora estamos concentrados en Mitai.
De llanto fácil, no son pocos los momentos en los que su voz suena emocionada. Mitai Topa nació hace muy poco y cada instante de la paternidad primeriza se convierte en un acontecimiento: "Estamos el ciento por ciento dedicados a ella. Mitai crece minuto a minuto, cambia muchísimo de una semana a otra".
"Uno se expone a llorar un poco, si se ha dejado domesticar". Aquellas palabras de Antoine de Saint-Exupéry, en El Principito, resuenan adecuadas en el actor que llena estadios en toda Latinoamérica y ya tiene fechas agendadas hacia fines de octubre, si el coronavirus lo permite, para presentarse con su show Topa, el viajero en el exterior: "Me emociono mucho, me involucro porque nada es casual. Así hago con todo. Soy una persona que siempre está con un pie en la tierra y muy conectado, de verdad, con el habla y el corazón de la gente. Lo que le va pasando al otro, yo también lo voy sintiendo. Por eso creo que se da mi conexión con los más chiquitos. Soy auténtico, verdadero. Soy como soy".
Para ser grande
"No te apures, no dejes de jugar", dice uno de sus hits a modo de declaración de principios. Ese rescate de la infancia ingenua sea acaso una de las claves de este artista que presenta espectáculos de perfecta factura técnica y una puesta en escena poderosamente impactante, pero que no opaca ese mensaje en busca de valores primigenios, artesanales. "Los chicos siempre son iguales en sus ganas de aprender, en la curiosidad, pero tienen más distracción con lo tecnológico y crecen muy rápido. Como es tanto el estímulo que tienen del afuera, a mí me gusta volver un poquito a las fuentes, a jugar con la imaginación, haciendo un mix con la tecnología".
-En diálogo con esa estética que acompaña a los chicos hoy, en tu esencia también hay algo que te vincula con la infancia de décadas atrás.
-Siempre vuelvo a lo retro, es un sello que tiene mucho que ver conmigo y me permite conectarme con los papás y con los abuelos.
-De hecho, grabaste versiones de "Que se vengan los chicos", el clásico interpretado Los Arroyeños, o "La batalla del movimiento", popularizada por Julieta Magaña. El rescate de determinadas estéticas y contenidos es casi un acto de resistencia.
-Hay que estimular esa base en los chicos, porque de ahí vienen sus mayores. En la música, me sucede algo similar: tengo una banda real, todo suena como tiene que sonar y cada canción tiene su mensaje. El día de mañana, ellos van a escucharlas y dirán: "Mirá lo que nos cantaba Topa".
-Tu canción "Para ser grande" es una proclama a la recuperación de la infancia.
-A los chicos se les dice: "¿Qué querés ser cuando seas grande?" Yo, en cambio, digo en la canción: "No te apures, se niño, soñá con tu viaje a Marte, invita a mamá a la nave espacial". Trato de dar ese mensaje, que de chiquitos ellos entiendan que tienen que ser libres, divertirse, y jugar.
-Hoy, ya como papá, ¿se modificó en algo tu mirada hacia los chicos?
-No puedo más que confirmar lo que sentía antes: los chicos contagian alegría y tenemos que mirarlos más. Con la pandemia, a mucha gente la reencuentra con sus hijos o nietos, al estar mucho más tiempo con ellos en casa. Los adultos están descubriendo cosas que antes se perdían.
-Imagino que Mitai escucha tus temas.
-Ahora vivo en carne propia lo que hacen los papás con mis discos: paso setenta veces por día mis canciones. Estoy haciendo el viaje de vuelta, desde otro lugar, es increíble. La bebé se conectó mucho con la música, tiene un oído que detecta todo. Me imagino el día que salga a escena a cantar y ella esté entre el público... No me quiero emocionar.
-Mitai cumplió el sueño del pibe: tiene a Topa en su propia casa. Ahora tenés una fanática conviviendo con vos.
-Es fan, de verdad es fan. Cuando le gusta una canción mueve las manitos, los bracitos. De lo contrario, hace un sonido con la boca, como una queja. ¡Tiene solo tres meses, lo que nos espera!
Mientras aguarda concluir con los trámites pertinentes que le permitan regresar a la Argentina, continúa trabajando desde Miami para nutrir a sus seguidores con contenidos nuevos y didácticos para poder desarrollar en medio de la cuarentena. "De la manera que puedo, intento estar cerca de los chicos", reconoce el actor. Tanto en su página web como en sus redes sociales, genera un vínculo bien activo con sus fanáticos. Pero, el plato fuerte llegará en pocas semanas: para celebrar los muy exitosos veinte años en la señal, en las plataformas Disney se estrenará El Ristorantino de Arnoldo, una serie en la que el famoso personaje abrirá su restó en la isla Bahía Bonita.
"Es un cuento maravilloso con una producción al estilo Disney, y con unos actores impresionantes. La escenografía y las canciones son bellísimas, creo que los chicos van a delirar con el programa". En la nueva ficción, Julio Graham interpretará, nuevamente, a Francis, el fiel coequiper de Arnoldo. También integra el elenco la actriz y cantante Ana María Cores, quien, personificando a Margarita, regresará al musical infantil en televisión, género del que es referente indiscutida. Este spin off también contará con la participación de Belén Pasqualini e Ignacio Riva Palacio, quienes interpretarán a dos hermanos que se convertirán en los villanos de esta historia en la que además participan Micaela Romano y Julia Tozzi. "Cumplo veinte años en Disney y voy a celebrarlo siendo papá, por eso este 2020 es bisagra en mi vida".
-Algo menos grato te sucedió en 2019. Fuiste víctima de una fake news que anunciaba tu muerte. ¿Cómo lo viviste?
-Lo tomé con humor, no me quedaba otra. Me empecé a reír y hasta imaginé como iba a ser mi partida, tuve unos mensajes hermosos. Siempre trato de ver las cosas de manera optimista, por eso el disfrute.
-Imagino que en ese disfrute está el haber convertido a Topa en una marca, en los veinte años en Disney, en tu pareja consolidada y, sobre todo, en la reciente paternidad. ¿Qué aparece en tu retina cuando mirás para atrás?
-Soy muy agradecido. Estoy muy feliz y puedo disfrutar de todo eso de una manera sana, con los pies en la tierra. Al comienzo de mi carrera nada me fue fácil, fueron muchos no, muchas frustraciones. El camino fue largo, una construcción. Miro para atrás y no me olvido de nada ni de nadie. Eso hace que disfrute de todo lo que me pasa hoy.
-Cabeza en la almohada, cerrás los ojos y aparece todo eso.
-Te podría decir que cuando cierro los ojos, a la noche, me emociono con eso, pero la verdad es que me plancho ni bien me meto en la cama porque estoy muy cansado.
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