Diego Ramos, de su sorpresiva terapia hogareña a los desafíos de Sex, donde se anima a un desnudo total
En diálogo con LA NACION, el actor habla de su rol en La Pu*@ Ama (LPA), de su obsesión por la limpieza y de todo lo que rodea a su explosiva actuación en la obra de José María Muscari
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Actor dúctil, Diego Ramos sabe sacarle el jugo a un galán de telenovela, emocionar al público infantil o erotizar al adulto. Y supone que es un actor con suerte porque, en casi 30 años, nunca tuvo períodos sin trabajo.
Actualmente es el gran partenaire de su amiga Florencia Peña en su late night show La Pu*@ Ama (LPA), por América, y desde hace tres años protagoniza Sex, viví tu experiencia, la ya célebre obra de José María Muscari en el Gorritti Art Center.
Además, se emociona con la repetición de Ricos y famosos, en elnueve, y se prepara dirigir una obra de teatro independiente. En diálogo con LA NACION, Ramos habla sobre las críticas que recibe LPA, dice que no siente pudor cuando se desnuda en cada función de Sex y asegura que su pareja no siente celos. ¿Su relax? Limpiar su casa.
-Flor Peña es muy amiga tuya, ¿es más fácil o se complica trabajar con amigos?
-Me gusta hacer humor y es fantástico trabajar con amigos talentosos. Flor me parece una gran actriz y conductora. Eso me hace muy feliz, sumado a trabajar en una productora en la que nunca había estado y en un canal que tiene todo por hacer, y se están ocupando de ello.
-¿Te enoja o te lastiman las críticas que recibe LPA?
-Cuando las críticas son con buena onda, se puede aprender. A las violentas, ni las registro. Las críticas se escuchan, se piensan, se analizan y, de hecho, el programa cambió un montón. Creo que se entendieron los errores que se pudieron haber cometido. Es un programa nuevo, que todavía se está buscando y, por otra parte, hay que saber que el humor que es extremadamente subjetivo. Es un formato que no se hace desde hace años, con sketches, y puede generar sentimientos adversos. No me molestan las críticas y tampoco me interesa contestar todo el tiempo. Yo también soy crítico y está bien hacerlo cuando vienen con buena leche, pero no cuando es para desmerecer y desvalorizar.
-¿Cuánto hay de vos en el programa?
-Opinamos todos y claro que la dirección tiene la última palabra sino sería un desastre. Pero aportamos, nos escuchan. Está bueno irse a dormir con una sonrisa en una tele llena de opiniones y de críticas y violencia. Tratamos de alegrar un poco y me parece genial.
-Flor es muy batalladora y recibe muchas críticas. Como amigo, ¿le das consejos?
-Flor siempre fue muy pasional y genera pasiones, a favor y en contra. Yo creo que no hay que dar explicaciones, y mucho menos entiendo la saña que se tiene con ella. A veces son muy violentos y después de todo, no deja de ser un programa de televisión, y ella una actriz y conductora. Flor es una mina muy inteligente, tiene su costado combativo, y sobre todo es generosa, divertida, emocional y me gusta que muestre esa parte más ligera y brillante. Yo le digo que vaya por ese lado.
-Elnueve repuso Ricos y famosos, ¿qué recuerdos tenés de esa novela?
-Me acuerdo que me convocaron para ser el villano y no sé quién iba a ser el protagonista, pero algo pasó y me propusieron hacer el casting [para ese personaje]. Al principio no me seducía hacer de bueno porque el malo siempre es un desafío. Al final quedé como protagonista, y sumó mucho que Natalia Oreiro fuera la heroína. Siempre supe que la novela fue un éxito, pero ahora me doy cuenta de cuán profundo caló. Todavía hoy me dicen que la veían en familia, que le recuerda tal cosa o tal otra. Y me resulta emocionante ver una producción nacional con tantos actores. En ese entonces, los pasillos de Canal 9 estaban llenos de actores, había muchas ficciones.
-¿Y qué sentís cuando te ves con 25 años menos?
-No vi la novela en su momento y no la voy a ver ahora... (ríe). No suelo ver mis trabajos porque no soy cholulo de mí mismo, confío en lo que me dicen los directores. Pero lo que pude espiar, me dio mucha ternura. Era muy jovencito.
-Hace tres años que sos uno de los protagonistas de Sex y sos el único que en tres años no faltó a ninguna función. ¿Nunca pensaste en bajarte?
-Estuve en el presencial, virtual, auto-sex, ni sé cuántas funciones hice ni cuánta gente nos vio. El espectáculo se reinventa todo el tiempo y está bueno. El elenco cambió, pasó gente muy talentosa, cada uno le mete su impronta, su talento y sus ganas. Me divierto, trabajo cómodo, me gusta y todavía no me produjo acostumbramiento, aunque soy un actor que no le teme a la repetición. En Sex nunca te aburrís.
-¿Al inicio eras más pudoroso?
-Sí, pero no tanto en lo físico porque nunca fui pudoroso. [José María] Muscari siempre remarca que cada uno haga hasta dónde le parece y que se ponga sus propios límites. Justamente para que el show sea natural, bueno, orgánico. Al comienzo no, pero después de un tiempo, empecé a hacer un desnudo total. No me llama la atención mostrar el cuerpo ni tenía miedos o temores, pero había otras situaciones quizá de ingenuidad con mis compañeros. Jamás fui pudoroso, aunque es verdad que empecé más tímidamente y terminé desatado... (ríe). Ahora se incorporó una ducha además del desnudo, y un compañero me ayuda a secarme. Todo va sumando, es un engranaje que va encajando y probamos. Obviamente todo está pensado y ensayado.
-Y en esos momentos en que necesitás estar más desinhibido, ¿tenés alguna técnica?
-Pienso en lo que tengo que hacer, en la música, en lo que viene después, porque hay muchos cambios. No me erotizo en el show, para nada. No me genera calentura porque estoy trabajando. Además, nunca fui una persona que se come el mundo sexualmente, ni en lo personal ni en lo laboral. Y mantengo esa energía. Me gusta ser el compinche del público y que no solamente se eroticen y se estimulen, sino que también se diviertan, se rían. Me gusta el humor en el sexo y voy por ese lado.
-¿Tuviste propuestas indecentes?
-Me escriben y son muy respetuosos porque, justamente, ven en mi a un compinche. Me gusta desafiar al público, pero desde un lugar en el que se sientan cómodos. Nunca tuve propuestas.
-¿Y tu pareja, Mauro Cernadas, te hace escenas de celos?
-No, para nada. Y creo que tiene que ver con mi actitud y lo que me sucede en el espectáculo. Desde el primer día vio los ensayos, lo que me sucede con el show. Sabe que es trabajo y todo está muy charlado y respetado. No hay nada raro. Ha venido varias veces a ver el espectáculo, además. Creo que ni él siente incomodidad ni yo la genero, y que todo esté bien y tranquilo es un trabajo de a dos. Sé que se puede prestar a fantasías, pero es más factible que alguien tenga sexo en una oficina que en un escenario.
-Este año cumplís 50, ¿ya empezaste a hacer balances?
-(Ríe) Antes a los 40 ya eras un señor mayor, pero hoy todo cambió mucho. O maduré muy temprano o todavía soy inmaduro, pero me siento igual y sigo haciendo lo mismo de siempre. Quizá tengo más cansancio o más dolores. Por ahora no hice balances ni nada, no sé si es de inconsciente. Es que la vida no me varió tanto; yo creo que desde los 19 años me estoy preparando para tener 50... (ríe). Tengo más o menos las mismas responsabilidades, los mismos gustos. Llevo una vida tranquila y estoy conforme y feliz con lo que hago e hice.
-Muchos actores tienen períodos sin trabajo pero a vos nunca te faltó, ¿hay una razón?
-No tengo noción de haber tenido períodos sin trabajo, siempre tuve uno o varios. Y lo agradezco. Hace poco casi me obligué a irme de vacaciones porque hacía años que no me las tomaba y está bueno parar un poco. Lo que tiene mi profesión es que trabajás porque necesitas mantenerte, pero también te genera pasión, curiosidad, aprendizaje y muchas veces no podes decir que no. Tengo mucha suerte, porque podés tener talento, estrella, físico, pero no es lo lógico trabajar tanto. También creo que hice las cosas bien sobre el escenario y debajo, y por eso me siguen convocando.
-¿Tenés otros proyectos actualmente?
-Si, voy a dirigir una obra que se llama Afterglow y se hizo durante muchos años con éxito en el Off Broadway y también en Madrid y en Londres. Estamos en la etapa de audiciones y vamos a estrenar en unos meses, en un teatro independiente.
-¿Qué otras cosas disfrutás?
-Amo estar en mi casa. Trabajo mucho para mi casa. Me encanta ordenarla, limpiarla. Soy muy fan.
-¿Tenés a alguien que te ayuda?
-No, porque me encanta limpiar y ordenar, me desconecta. Todos los días limpio un poquito mientras escucho la radio. También cocino y cuando termino, limpio todo. Como muy sano y me gusta cocinar. Pido delivery de vez en cuando, porque pedir pollo grillado y arroz me parece gastar plata al divino botón si lo puedo hacer yo tranquilamente.
-¿Tu pareja ayuda?
-No mucho (ríe). Pero no me enoja, al contrario. Porque es ordenado, aunque no al nivel que lo soy yo.
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