Detuvieron a una leyenda del pop español: la supuesta violación a los derechos de los trabajadores y el cruce entre Díaz Ayuso y Pedro Sánchez

Un escándalo policial que involucra a una leyenda de la música pop española y a la a presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y hasta la historia de la conquista española. Ayer, Nacho Cano, el famoso cantante creador de la banda Mecano y productor musical y teatral fue arrestado bajo la acusación de “favorecimiento de la inmigración ilegal y delitos contra los derechos de los trabajadores”.

Aunque el artista fue liberado a las pocas horas, el proceso judicial recién comienza y, según él mismo declaró en una conferencia de prensa, todo el asunto tiene que ver con su amistad con Díaz Ayuso y la necesidad del gobierno de desviar la atención de la investigación alrededor de Begoña Gómez, esposa de Sánchez. “Ya han ido a por su novio, a por su padre.... Esto es para dirimir la imputación de la mujer del presidente del Gobierno. Si van a por mí, van a por Ayuso, hay que desviar la atención de la investigación de Begoña Gómez. Esto es por apoyar a Ayuso, ya han ido a por toda su familia, ya solo quedaba yo. Si me encuentran muerto en la cuneta, ya sabéis quién ha sido”, apuntó Cano, tras acusar a las fuerzas policiales de seguir “una maniobra orquestada” y de haber querido “coaccionar” a los 17 supuestos estudiantes que forman parte del elenco artístico de Melinche, el espectáculo que el músico produce en Madrid desde 2023.

La acusación de la fiscalía que llevó al arresto de Cano y uno de sus colaboradores derivó de una investigación en la que detectaron que esas 17 personas llegadas desde Guadalajara, México, tenían denegado el permiso de estudios desde el pasado mes de mayo, según fuentes policiales.

“Todos los expedientes tenían la misma documentación y todos fueron resueltos a finales de mayo denegando el permiso de estudios y obligando por ello a la salida obligatoria”, explicaron fuentes de la investigación. Según Cano, los jóvenes son “becarios con un contrato de prácticas”, mientras que la justicia argumenta que cuando el grupo llegó a España en diciembre pasado, en seis vuelos diferentes procedentes de Guadalajara, lo hicieron “con instrucciones precisas de lo que tenían que llevar y decir en la frontera”. Sin embargo, como consta en la documentación oficial, no lograron convencer a los responsables de la delegación de gobierno de Madrid de que tuvieran formación alguna relacionada con la labor que iban a desempeñar en España y por ese motivo se les denegó en mayo el permiso de estudios y se les conminó a abandonar el país a la mayor brevedad. Pese a ello, “y sin saberlo”, según fuentes policiales, continuaron trabajando en el espectáculo: “Estaban siendo engañados”, aseguran. “No tienen contrato alguno. La delegación de gobierno les ha denegado el permiso de estudios porque no acreditan ninguna formación. Tenían exclusividad con el musical para formarse y sustituir a los actores”, explican las mismas fuentes.

El espectáculo en cuestión, Malinche, trata sobre la historia de una de las mujeres esclavas entregadas a los españoles en el siglo XVI, se estrenó originalmente en septiembre de 2022 y tuvo una segunda temporada en 2023, momento para el que había llegado a más de 350.000 espectadores. Aunque recibió algunas críticas favorables, también se le señaló de “blanquear” la colonización española en México y de imprecisiones históricas. “Me he quedado con la parte que me interesa, que es la de la celebración, el mestizaje y el amor. El artista agarra un momento histórico y hace una propuesta. Mi propuesta es que hay más cosas que nos unen que nos separan. La fusión de México es lo importante”, respondió Cano en una entrevista con EL PAÍS en 2023.

Lo cierto es que la investigación policial comenzó en enero, cuando una de las jóvenes bailarinas mexicanas se presentó en la comisaría para hacer una denuncia. La chica, a la que Cano y su equipo calificaron ayer de “problemática”, se presentó en más de una ocasión en la dependencia policial para denunciar la situación que vivían. “Aportó información, mensajes, itinerarios, reconocimientos...”, señalan fuentes policiales. Y las pesquisas posteriores llevaron a los agentes a comprobar su situación en España. Así descubrieron que se encontraban alojados en un hostal del centro de la capital sin ser conscientes de su situación de irregularidad en España. Que compartían habitaciones de cuatro en cuatro, que solo les pagaban un menú de 10 euros al día siempre en el mismo restaurante, y que tenían que costearse tanto el desayuno como la cena, pese a que se les daba una paga de 20 euros el fin de semana y se les pagaba mensualmente 300 euros, que posteriormente subieron a 500. Trabajaban, ensayando, de 9.30 a 19.30 de lunes a sábado, incluso algunos domingos también tenían que ir a algunos actos. Y, si querían ganar más dinero, debían de trabajar como camareros en el bar Canalla, que se encuentra al terminar la función de Malinche. Esas eran sus condiciones, según consta en el acta policial.

Algunos bailarines, que ayer acompañaron a Nacho Cano en la rueda de prensa, aseguraron haber sido “coaccionados” por la policía, que les habría empujado a denunciar “acosos”, “tocamientos”, y toda clase de comportamientos abusivos por parte de los policías que les tomaron declaración y a los que Cano, en más de una ocasión, calificó de “criminales”, comparó a España con Venezuela e incluso argumentó que su detención era una manera de tapar el procedimiento que sigue un juzgado de Madrid contra la mujer del presidente Sánchez. “A los 16 bailarines se les informó de sus derechos como víctimas, todos vinieron en calidad de víctimas y no eran conocedores de su situación irregular. Estaban siendo engañados”, insisten fuentes de la investigación.

El ex Mecano reconoció que los alumnos llegaron a participar en el musical “haciendo prácticas, que es algo que permite la ley”. Hace unas semanas, la policía se presentó en el escenario en el que se representa Malinche junto a una inspectora de trabajo y solicitó documentación e interrogó a todos los trabajadores mexicanos. “No estamos hablando de traer trabajadores porque no están trabajando, ellos están haciendo prácticas, pero muchas de ellas son en el escenario”, explicó Cano, que detalló también que el programa está en marcha desde el año pasado. Según su versión, la Casa de México se puso en contacto con él ofreciéndole tres becas para Malinche. El productor indicó que, ya que tenía planeado estrenar la versión del espectáculo en el país azteca al año siguiente, decidió ampliar el número de beneficiados a 19 personas, de las que 17 terminaron viajando a España.

Para los investigadores, se trata de trabajadores que no tienen contrato en vigor. El músico y su equipo defienden que los 17 artistas que presuntamente actuaban en el musical de forma irregular son estudiantes becados de México que llegaron a España para la estancia formativa de menos de un año. “Fuimos a hacer un casting y seleccionamos a algunos para que tuvieran la oportunidad de triunfar. Desde el principio se les dijo que vendrían a formarse a España para después actuar en el musical cuando se estrenara en México”, argumentó Cano.

Según el abogado de la producción de Malinche, los jóvenes “no necesitan visado para entrar en España y para los primeros 60 días se solicitó una estancia por estudios en tiempo y forma. Esta documentación incluía la matrícula de un centro homologado de estudios y un certificado médico. Toda esta documentación se encuentra a la espera de que la delegación de Gobierno resuelva y todos sabemos que estos recursos están colapsados”, detalló el letrado. Cano insiste en que el hecho de que estos inmigrantes mexicanos hayan estado sobre el escenario de Malinche no incumple ninguna ley: “No están trabajando, están haciendo prácticas. Y muchas de ellas son sobre el escenario. No estoy midiendo las horas que la gente pone su talento para triunfar”, respondió ante la pregunta de si los jóvenes son presentados como miembros del elenco del musical. “Tienen sus horas estipuladas, sus profesores pueden atestiguar si esto es explotación”, se defendió el músico.

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