Desde Sitges, la intérprete conversó con LA NACION sobre su relación con el actor y repasa aspectos de una vida inusual; radiografía de una chica de Almagro con esencia oriental
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“Nos estamos conociendo”. Débora Nishimoto aprendió ese otro libreto con el que las figuras del espectáculo salen del paso para confirmar un incipiente romance. La actriz, una de las revelaciones de Envidiosa, la serie que arrasa en Netflix protagonizada por Griselda Siciliani, no elude la primera pregunta de LA NACIÓN en torno a un supuesto romance con su compañero Esteban Lamothe, también integrante del elenco de esta ficción que ya anunció el estreno de su segunda temporada para el año próximo.
-Te propongo cambiar la ecuación. Comencemos por el plano personal y luego vayamos a lo artístico. ¿Te parece bien?
-Dale.
De su origen oriental hay mucho, pero también de la occidentalización que la acerca con algunos modismos concretos, urbanos y porteños. La chica actriz, chef y traductora entiende las reglas.
-¿Estás de novia con Esteban Lamothe?
-De novia, no… A ver… Nos llevamos muy bien, estamos conociéndonos y salió esa foto en la que sí, somos nosotros, pero, como justo ahora me fui de viaje, preferimos hablar cuando vuelva. Eso. No queremos contar demasiado, nos estamos conociendo, es medio reciente.
-Entonces podemos afirmar que se trata de algo que está naciendo.
-Puede ser…
La foto a la que la actriz se refiere -que mostró en primicia Ángel de Brito en sus redes- la muestra junto a Esteban Lamothe en un restaurante que estaría ubicado en la localidad de Cardales, al norte de la ciudad de Buenos Aires. En la era de las redes, la privacidad no cuenta. O, quizás, fue la forma que encontraron para comenzar a “blanquear” la incipiente relación y correrle el telón al misterio.
-Tu trabajo da una visibilidad y, si establecés una relación con alguien que también es público, esa cuestión pasa a tener otros aditamentos. ¿Cómo sentís que te vas a llevar con ese tipo de exposición pública?
-Voy a ir aprendiendo, no estoy acostumbrada a que mi vida sea pública. Estoy muy contenta y agradecida al cariño de la gente. Incluso en Sitges, en un bar, un grupo de brasileños me saludaron porque habían visto Envidiosa; también lo hicieron algunos argentinos.
Débora Nishimoto se encuentra en Sitges, preciosa ciudad europea a la que llegó para presentar El tema del verano, film que la cuenta en su elenco y que se presenta dentro del marco de un festival de cine fantástico en la costa catalana. El director de la película es Pablo Stoll, gran realizador uruguayo responsable de perlas como Whisky y 25 watts, referentes del cine del país charrúa. “Es una película de zombies, no puedo creer que la estemos estrenando en este festival tan importante del género”, argumenta en torno al proyecto que la trasladó a Europa.
-Sos una persona muy formada, estudiaste Letras en la Universidad de Buenos Aires, manejás varios idiomas.
-Siento que tuve muchas vidas. De chica me gustaron los idiomas.
Nei, su personaje en Envidiosa, imita acentos, algo que a la propia actriz le divierte hacer en su propia vida. “Vengo de familia japonesa, así que aprendí ese idioma desde chica. El inglés siempre me gustó y francés estudié en el secundario en el Lenguas Vivas”. Cursó Traductorado de Inglés impulsada por su pasión por la poesía.
El teatro y la danza son los otros mundos que atraviesan su vida: “En un momento pensé en que tenía que dejar un poco la academia y lo mental y meterme más con el cuerpo”.
-¿Cómo aparece tu pasión por la gastronomía?
-De manera intuitiva, a partir de un accidente que tuve y que me llevó a perder el olfato. Empecé a probar recetas que activaran mis papilas, porque no percibía los sabores. Fue un juego. Comencé a probar con diferentes sabores y texturas. Invitaba a amigos a cenar y me estimulaban a seguir. Así tiempo nació mi proyecto.
Causalidades del destino, su nombre en japonés es Kaori que significa “aroma” y “fragancia”. Nada mejor que bautizar de esa forma a su proyecto gastronómico. “La cocina fue una forma de conectar con mi linaje, ya que mi abuela cocinaba mucho”.
Su padre es piloto y su madre docente. Se crio en Almagro junto a un hermano mayor que completaba la postal familiar. Pivoteando entre esos orígenes orientales y su mundo en el corazón porteño.
-Actuación y gastronomía se vinculan en lo creativo y en lo sensible.
-Y llegaron en un momento en el que necesitaba trabajar mucho con el error. Tanto en la cocina como en la actuación se trabaja sobre eso. No me interesaba no fallar.
-Es interesante porque la sociedad suele no permitir o hacer un elogio del “error”. Habría que entender qué es el fracaso y valorizar el trabajo sobre el “error” como materia prima.
-Si bien soy tercera generación, vengo de una familia japonesa donde la cultura es la exigencia, así que, por más que mis padres fueron muy libres, creo que dentro mío hay algo de autoexigencia que hace que busque deconstruirlo.
-Hablabas sobre un accidente. Entiendo que tiene que ver con la experiencia de haberte arrojado de un taxi en movimiento.
-Me bajé de un taxi justo cuando estaba arrancando.
-¿Por qué? ¿Qué sentiste? ¿Qué te impulsó?
-Prefiero no indagar demasiado en ese tema, pero sentí que hubo algo en mi cuerpo que me dijo que me tenía que bajar, no sé si fue peligro, fue impulsivo, sucedió hace diez años. Luego me di cuenta que fue lo mejor que podría haber hecho, porque, a partir de eso, mi vida dio un vuelco completo. Por la pérdida del olfato apareció la cocina y un amigo me sugirió hacer teatro como terapia y me sumé al grupo Los Miedos.
-En aquel taxi, ¿sucedió algo puntual o sólo se trató de una sensación de peligro?
-No sucedió nada, se trató de una sensación.
-¿Solés tener esa sensibilidad habitualmente?
-Sí, soy una persona bastante sensible, conecto con el sentir y las emociones. Hubo una época más mental y metida en el pensamiento. Ahora voy más por la intuición, conecto con el sentir.
-Tu personaje en Envidiosa es delicioso. ¿Cómo lo construiste?
-Mis amigas me dicen que me ven muy sonriente en la serie, Mei generó mucho cariño en la gente.
-Tus rasgos orientales te definen y marcan una diferencia. ¿Cómo considerás que atraviesan tu carrera? ¿Tiene algún tipo de importancia?
-Tiene mucha importancia, por eso valoro que se hayan animado a poner un personaje de este tipo en la historia, con continuidad, y que se puedan exponer su belleza y sus cualidades en una ficción argentina. Se suelen mostrar en bolos y en el estereotipo, eso en Envidiosa no sucede. Me da orgullo, es un gran paso que haya un personaje de ascendencia oriental, da una gran visibilidad.
-¿Soñás con el restó propio?
-La gastronomía es muy estresante, es muy difícil dividirse en dos actividades como la actuación y la cocina.
-Finalmente, desde Europa, ¿te comunicás todos los días con Esteban Lamothe?
-Hablamos, hablamos, sí, para ver cómo está el país.
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