“De la mano de la muerte”: el emotivo relato de Carmen Barbieri que debuta hoy en MasterChef Celebrity
La actriz y su hijo, Federico Bal, participaron de Flor de equipo, el programa que conduce Florencia Peña por Telefe y hablaron sobre los duros momentos que vivieron
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Acompañada por su hijo Federico Bal, Carmen Barbieri estuvo en Flor de equipo, en Telefe, para contar cómo transitó el coronavirus, qué recuerdos guarda de su internación y cómo fue su recuperación.
Emocionada hasta las lágrimas, Carmen, que debuta hoy en la segunda temporada de MasterChef Celebrity, relató: “Había dado positivo de Covid, tenía 38° de fiebre pero no me quería internar, y la ambulancia me esperó tres horas en la puerta de mi casa. El doctor Torres me dijo que no hay que entrar en pánico y hay que cuidarse y seguir adelante. Pero es muy difícil no tener miedo. De vez en cuando me agarran ataques de miedo, si toso o estornudo, aunque dicen que estoy inmune por unos meses. Estuve de la mano de la muerte, y cuando me bajaban un poco la sedación, no podía hablar y me desesperaba. No recordaba que tenía Covid y no sabía por qué estaba ahí. Pensaba que me había dado un derrame cerebral. Y me sentía como en un plato volador, rodeada de médicos, todos vestidos raros, con barbijos”.
Carmen contó luego que “en esos momentos pensaba” en su hijo Federico. “Pensaba que se le había muerto el padre, había tenido cáncer y yo así, en estado crítico. Los médicos me decían que estaba en terapia y en estado crítico, que es más que grave, para que tomara conciencia. Ahora creo en los milagros y en la mano de Dios. Los médicos actuaron enseguida. Es difícil no tener miedo porque el Covid te deja secuelas y a veces me duele la cabeza o todo el cuerpo. Quedé casi sin músculos y tuve que volver a aprender a caminar”.
Visiblemente emocionado, Federico Bal sumó su testimonio sobre los días críticos que atravesó Carmen. “Cuando internaron a mamá en terapia intensiva yo estaba trabajando. Somos una familia trabajadora porque eso nos sana. Recuerdo que papá se estaba muriendo, como sucedió varias veces, y mamá salía bailando en la tele. Hay algo de eso que te da vueltas en la cabeza. Tuve mucho miedo, aunque tengo un concepto de la muerte que no es tan común porque siento que morir es un paso a otro lugar, pero no el fin. Eso me ayudo a despedir a mi viejo, fue un velorio tan lindo. Y si mamá se moría iba a ser muy fuerte porque vengo de muchos años de cachetazos, ya no tengo mejilla para poner. Miraba al cielo y pedía un poco de paz”. En ese instante, el exparticipante de MasterChef Celebrity se quebró y recién un instante después pudo seguir: “A veces el show no puede continuar. Mamá estaba en coma y yo cocinando en la tele. Me cuestioné si tenía corazón, si me corría sangre por las venas. Y entendí que es una manera de defenderse. Pero si mamá se moría no lo iba a aguantar”.
Carmen continuó luego con el relato sobre su paso por terapia. “Yo escuchaba que los médicos decían que tenía todas las de perder, que estaba grande, con sobrepeso y era asmática. Cuando me dijeron que me pasaban a terapia intensiva escribí un mensaje a Fede y otro a Juan Curubeto, que es mi amigo y manager, y le pedí que le diera el perrito a Sandra Domínguez y otras cosas más. Y me dejé intubar, me puse en manos de los médicos. Dijeron que yo estaba agresiva porque me quería arrancar los cables pero es algo normal. A partir de ahí no me acuerdo, estuve un mes y medio de mi vida en stand by”.
Federico volvió a intervenir luego para completar la vivencia de su mamá. “Cuando recibí el mensaje de mi vieja se me vinieron a la cabeza las imágenes de mi viejo, y de mi mamá, siempre con la fuerza de una leona, y se me cayó el mundo. Porque no hay amor más grande, se iba un pedazo de mí. Pasó por el peor estado y mira cómo está ahora. Entonces sí se puede”, cierra Fede nuevamente entre lágrimas.
“El Covid “es una enfermedad de mucha soledad. Menos mal que no existía cuando murió Santiago, porque pudimos acompañarlo. Fede no podía visitarme y nos veíamos por la ventana. Tengo una imagen antes de terapia y es de cuando me asomé a la ventana y vi a mi hijo con un café en la mano”. “Trababa de bajar el dramatismo del cuadro”, apuntó Fede y continuó: “Papá estuvo muchas veces y ganó muchas batallas en esa clínica y recuerdo que él quedaba internado y mamá y yo nos íbamos y él nos saludaba por esa misma ventana. La vida me vuelve al mismo lugar”.
Como conclusión de todo lo vivido, Carmen asegura que han cambiado algunas cosas en su vida: “Ya desde que murió mi mamá empecé a entender que no valen la pena las peleas, las discusiones por cosas chiquitas o tomarme el trabajo tan a pecho. A veces los golpes de la vida te hacen dar cuenta que tenemos que tocar fondo para que venga el empujón”.
Un poco de humor
Carmen y Fede se prestaron para hacer el juego “Intragable” del programa y le pusieron humor a las respuestas. Sobre la exnovia de Fede que más quiere y la que menos, Carmen aseguró: “La que más quiero como una hija es Marcia, su primera noviecita. Me gustan todas las novias de Fede porque fueron mujeres que lo amaron. No es que las quiera pero las acepto. Es muy enamoradizo él. Y quiero a la última, Sofía Aldrey, a quien conocemos de chiquita”. Y como no se animaba a decir quién es la ex que menos quiere, Marcelo Polino se entrometió: “La que menos quiere es Barbie Vélez y merecido porque la dejó plantada en la vereda con un flan de queso y eso no se hace”.
Fede recordó el día que más vergüenza le hizo pasar su mamá: “Me iba a buscar al colegio y yo no quería porque se ponía un sombrero para molestarme nomás y todos se morían de risa”.
“Hay una cosa que no pudo soportar y es lo escatológico, no me causa gracia”, añadió Barbieri y continuó: “Fede tiene mucho humor negro, como el mío, y es irónico pero lo escatológico... no sé a quién lo sacó porque su papá tampoco era así. Será a Marrone, aunque no es hijo de él. De chiquito, tendría unos seis años, estábamos en un asado grande y vino corriendo para pedirme que lo acompañara al baño. Fui, cerré la puerta y praf. No quería que te lo perdieras, me dijo”.
Fede también se animó a revelar secretos de su infancia y adolescencia: “En el colegio la pasaba mal porque los chicos más grandes me decían que mamá estaba buena y siempre terminaba a las piñas. Claro, salía en las tapas de revistas y yo necesitaba defenderla”.
Ya en confianza, madre e hijo sacaron los trapitos al sol. “Me hubiese gustado que Fede fuese más fiel. Pero es algo que hereda de Santiago y de mi papá, y no sé si también del bisabuelo. Me acuerdo que en una nota dije que era un superdotado, porque era un enano y opinaba de todo con los mayores. Y otra vez dije que tenía un botón pero fue creciendo”, concluyó Carmen con picardía.
Fede se aprestó luego a responder una nueva pregunta: si hay algo del carácter de su mamá que le gustaría cambiar. “Que no sea tan repetitiva. Me manda audios de 80 minutos y me dice siempre lo mismo. Con una vez es suficiente”.
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