De Claudio Quinteros a Héctor Anglada, las muertes inesperadas que más impacto causaron en el público argentino
Eran talentosos, jóvenes, habían formado parte de los grandes éxitos de la televisión y, sobre todo, eran muy queridos, pero la tragedia se cruzó en sus vidas
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El 28 de septiembre de 2010 una noticia relacionada al mundo del espectáculo causó una inmensa conmoción en el público argentino. “Murió Romina Yan”, rezaban las placas rojas de los noticieros, mientras los portales de noticias se llenaban de comentarios de dolor y desconsuelo y en las radios las canciones de Chiquititas no paraban de sonar. “Tenía 36 años”, resaltaban los periodistas a los que les tocó cubrir el hecho con el mismo impacto con el que los seguidores de la actriz se preguntaban por qué. Romina Yan era joven, talentosa, el público infantil la adoraba y tenía por delante una carrera prometedora. Como muchas otras figuras del ambiente artístico que partieron muy pronto.
Romina Yan (1974-2010)
Los motivos por los que la muerte de Romina Yan causó tanto impacto en la sociedad son tan distintos como determinantes. Joven, talentosa y consolidada como actriz, formaba parte de una de las familias más influyentes de la industria del entretenimiento local: era hija del empresario y productor Gustavo Yankelevich y de la actriz, compositora y también productora Cris Morena. Su hermano menor, Tomás, también ingresó al negocio por la puerta grande: siguió los pasos de sus padres y se convirtió en director. Además, sus personajes eran un completo éxito entre el público infantil, que la seguía en cada programa que encarnaba. También era muy querida por sus colegas. Una mañana de septiembre de 2010, luego de llevar a sus tres hijos al colegio, fue al gimnasio y al salir, en plena calle, se descompensó como consecuencia de un aneurisma. Murió antes de llegar al hospital. Luchaba contra la anorexia desde muy chica. Tenía 36 años.
Romina Yan comenzó su camino en la televisión en Jugate Conmigo, pero su éxito como actriz llegó gracias a Belén Fraga, el personaje principal de Chiquititas. Antes había participado de producciones como Quereme y Mi cuñado. Con el cariño de los niños como principal capital, Yan se convirtió en sinónimo de éxito. Así llegaron Playhouse Disney, Casi Ángeles y Jake & Blake y todos los discos de las bandas de sonido de aquellos exitosos programas ideados por su mamá. También fue parte de novelas y unitarios como Tiempo Final y Provócame. El día después de su muerte, miles de fanáticos se concentraron en el obelisco con rosas blancas y velas y marcharon hasta el Gran Rex en lo que fue un sentido homenaje.
Héctor Anglada (1976-2002)
Cuando murió, Héctor Anglada tenía 26 años. Su camino hacia el reconocimiento fue muy diferente al de la mayoría de los artistas: de su córdoba natal -donde trabajó como diariero, peón de albañil, lavacopas, cafetero, heladero y bombero voluntario- llegó al set de Pizza, Birra y Faso gracias a un hecho fortuito: conoció a Adrian Caetano, director de la película junto a Bruno Stagnaro, cuando trabajaba en un hotel. Caetano de inmediato lo convocó para realizar un corto, y así unos años después le llegó la oportunidad de convertirse en “El Cordobés”, un joven a punto de convertirse en papá y que para sobrevivir en las calles de Buenos Aires se dedicaba a robar taxis.
El trabajo de Anglada conmovió al público y a la crítica: el joven incluso se alzó con un Cóndor de Plata en 1999 a la revelación masculina. Luego llegó la televisión, R.R.D.T, Gasoleros, Campeones de la vida, 22, el Loco y Enamorarte. Y cuando su carrera comenzaba a consolidarse y se perfilaba como una de las figuras de su generación, la fatalidad truncó su vida: durante la madrugada del 2 de marzo del 2002 un colectivo de la línea 318 atropelló la moto en la que viajaba junto a su amigo, Juan Medive -ahijado de Solita Silveyra-, y los mató a los dos. Ramón Antonio Zalazar, el chofer, se fugó sin prestar auxilio y fue condenado a cinco años de cárcel.
Marcelo Taibo (1965-2004)
Cuando debutó en el teatro, Marcelo Taibo ya sabía de qué se trataba el negocio: su hermano Raúl y Beatriz, su mamá, ya eran figuras consagradas del ambiente artístico local. Sin embargo, y pese a que su apellido le abrió la puerta al medio, también lo condicionó y le hizo el camino cuesta arriba.
Luego de algunas pequeñas apariciones en las exitosas novelas que en los 90 consagraron al Canal 9 -Una voz en el teléfono, Esos que dicen amarse y 90-60-90- y un puñado de publicidades, Marcelo desembarcó en el teatro. Su debut sobre las tablas fue en 1999 en un teatro de la avenida Corrientes en la obra Las alegres mujeres de Shakespeare, donde la pareja protagonista eran su hermano mayor, Raul, y Silvia Kutika. Luego trabajó con Pocho la Pantera y participó de El Zorro, la obra en la que Fernando Lúpiz desplegó todo su conocimiento sobre esgrima. El éxito comenzaba a dejar de ser esquivo cuando el galán encontró la muerte. Fue el mediodía del 7 de junio de 2004 en el paso a nivel de Avenida Congreso y O´Higgins, en Núñez. Mientras cruzaba a pie, un tren lo arrolló. Murió en la ambulancia que lo llevaba al Hospital Pirovano. Tenía 39 años.
Horacio Taicher (1955-1993)
Con El Ruso Palenque en el film de Leonardo Favio Gatica, el mono, Horacio Taicher se ganó el cariño del público. El personaje del mejor amigo del mítico boxeador le dio, además, un Cóndor de Plata como revelación masculina. Era 1993 y el actor empezaba a consolidar su carrera luego de más de diez años de recorrido. “Fue la experiencia más importante que tuve en mi carrera”, aseguró en ese momento. Su cara, para muchos, ya era familiar: había participado en programas de televisión de gran éxito como El planeta de Berugo, Mesa de Noticias, Clave de sol, El gordo y el Flaco, Grande Pa!!! y La banda del Golden Rocket. También fue parte del cine de humor nacional en los elencos de Los hijos de López, Mingo y Anibal contra los fantasmas, Los colimbas al ataque y El profesor Punk. Y cuando las puertas de un rol protagónico empezaban a abrirse, murió en un episodio fortuito.
Con la fama como capital, Horacio Sirochinsky -su verdadero apellido- creó en 1993 Horacio Taicher Producciones, una empresa de animación de eventos. La noche del sábado 9 de octubre, al actor le tocó llevar adelante un casamiento en el Salón Embajador del Hotel Bauen. Todo había salido a la perfección hasta que, alrededor de las 5.30 de la madrugada, Taicher agarró el micrófono para darle un cierre a la celebración. De inmediato, comenzaron a escucharse los gritos desgarradores del actor, quien comenzó a moverse de forma brusca mientras en el salón bajó la tensión. Como consecuencia de una fuerte descarga eléctrica, sufrió un paro cardíaco. Murió un rato después en el Hospital Ramos Mejía. Tenía 38 años.
Pablo Shilton (1968-2006)
38 años tenía también Pablo Shilton cuando un trágico accidente de tránsito terminó con su vida. Antes de las 8 de la mañana del jueves 16 de noviembre, el Honda Civic en el que viajaba rumbo a Rosario, donde se iba a presentar con su obra El aprendiz, explotó luego de ser aplastado por un camión cisterna de Repsol YPF en la ruta 9, a la altura de Zárate. Además de Shilton, quien iba al volante, murieron el director de arte del espectáculo, Klauz Segretin; el asistente técnico, Pablo Lombardo, y Juan Francisco Botto, un amigo del grupo.
La muerte sorprendió a Shilton en su mejor momento: El aprendiz era su nueva gran apuesta y estaba orgulloso de lo que estaba logrando con la apuesta, que llegó luego de años de trabajo en el medio. Sus primeros pasos fueron en el mítico Parakultural y en sus últimos años de vida vivió algunas experiencias en la escena alternativa londinense. Pero su figura llegó a ser conocida por su participación en Muchas gracias maestro y La Furia, en el cine, y sus trabajos en la televisión en Son de Diez, Aprender a volar, Montaña Rusa, Verdad consecuencia y Mujeres asesinas.
Adrián Yospe (1970-2011)
La temprana muerte de Adrián Yospe se conoció por internet. Fue el periodista Ángel de Brito quien compartió la triste noticia en su cuenta de Twitter. De inmediato, el nombre del actor se convirtió en tendencia en la red del pajarito y su muro de Facebook se pobló de mensajes de despedida. Colegas, periodistas y admiradores le dedicaron unas últimas palabras. Fue el 10 de noviembre del 2011, tenía 41 años y estaba internado en el Hospital San Lucas de San Isidro, en coma farmacológico y conectado a un respirador, como consecuencia de un cáncer avanzado de esófago que lo consumió en muy poco tiempo.
Yospe comenzó su carrera artística en 1991, a sus 21 años, cuando participó en Grande Pa!!! primero y luego en el film La Peste. Desde entonces, tuvo papeles en televisión en producciones como Poliladron, Verano del 98, Tiempo final y Botineras ; y en cine, en Pizza, birra, faso, Apasionados y Dibu 3. En 2011, se desempeñó como un villano invitado en Los únicos y grabó uno de los capítulos del unitario Adicciones. Su última aparición en TV fue en El Puntero. En relación a su vida privada, Yospe estuvo en pareja con Natacha Jaitt, con quien tuvo un hijo, Valentino.
Claudio Quinteros (1970-2013)
“Maestro de actores”, le decían a Claudio Quinteros. El actor, director de escena y docente conquistó al público en 2003 con su perturbado Andrés Panini en la telenovela Resistiré, personaje que le valió un Martín Fierro a la revelación masculina, pero su prestigio lo comenzó a construir muchos años antes. Egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático, donde hizo la carrera de Pedagogía, se formó en los talleres de actuación del Centro Cultural Rojas, así como en los espacios de Alejandra Boero y Agustín Alezzo. Desde 1994, se dedicó a dar clases de teatro, hasta que abrió su propia sala, El Brío.
Como actor, Quinteros se lució en El zoo de cristal, Panorama desde el puente -papel que le valió un ACE a mejor actor de reparto- y Macbeth. En la televisión se lo pudo ver, entre otros programas en Muñeca Brava y El precio del poder. Además, actuó en el videoclip de “Asesíname”, de Charly García. A principios de 2013, Quinteros se enteró de que tenía cáncer de pulmón. El 8 de octubre de 2013 murió como consecuencia de una complicación en su cuadro. De su velatorio se vio entrar y salir a gran cantidad de jóvenes: eran sus alumnos despidiendo a su gran maestro.
Mariana Briski (1965-2014)
Del under al circuito comercial, de los márgenes del mundo del espectáculo al programa más visto de la televisión argentina, si hubo una mujer que supo hacer reír al público en la escena local a fuerza de puro talento, esa fue Mariana Briski. Quizá por eso su temprana partida causó una profunda conmoción entre los espectadores pero también entre colegas. La humorista murió el 15 de agosto de 2014 a los 48 años. Había pasado los últimos diez años de su vida lidiando con un cáncer de mama, al que descubrió gracias a una tomografía y el que si bien en un principio parecía que había desaparecido, volvió en 2011 como metástasis pulmonar.
Nieta del actor Felipe Briski, sobrina de Norman Briski y descendiente de la cantante Berta Singerman y la actriz Paulina Singerman, Mariana se crió entre artistas. Oriunda de Córdoba, se mudó a Buenos Aires para estudiar en la Escuela Municipal de Arte Dramático. La humorista arrancó su carrera en pequeñas obras en café concerts y algunas piezas teatrales, consiguiendo una nominación a los premios ACE por Pizza Man en 1997 y un papel protagónico en la obra Diez minutos para enamorarse, dirigida por Alberto Ure. De a poco se convirtió en una muy querida actriz, directora, guionista y docente. Su carrera, sin embargo, dio un vuelco cuando llegó a la TV de la mano de programas como De la cabeza, Cha cha cha, VideoMatch, Poné a Francella, Chabonas y Primicias.
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