De Burt Reynolds a Jason Statham, siete estrellas de Hollywood que primero se destacaron como deportistas profesionales
Basquetbolistas, karatecas, luchadores, fisicoculturistas y hasta un clavadista: quiénes son los artistas que dejaron atrás su faceta de atletas para triunfar en el cine
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Muchas estrellas de Hollywood soñaron toda su vida con consagrarse en la pantalla grande, pero muchas otras tuvieron aspiraciones muy distintas antes de poner un pie en la industria del entretenimiento. Desde Burt Reynolds hasta Jason Statham, la historia de siete figuras que antes de conquistar al público tuvieron una carrera como deportistas profesionales.
Chuck Connors: béisbol y NBA antes de ser El hombre del rifle
Antes de deslumbrar con su habilidad para manejar, maniobrar y disparar a toda velocidad su amada Winchester en El hombre del rifle (1958), Chuck Connors hizo una carrera bastante peculiar en el mundo del deporte: fue uno de los 13 atletas que logró jugar tanto en las ligas mayores de béisbol como en la NBA. Oriundo de Nueva York, su fanatismo por los Brookyn Dodgers lo hizo soñar con vestir en algún momento de su vida esa camiseta. Su destreza física lo llevó a conseguir una beca en la Academia Adelphi y luego de un breve paso por la universidad, decidió unirse al ejército y pasó gran parte de la Segunda Guerra Mundial en su país como instructor de carros de combate.
Si bien Connors debutó en los Newport Dodgers en 1940, su carrera deportiva comenzó en febrero de 1946, con los Rochester Royals, en la Liga Nacional de Básquet. Diez meses, un título y un regreso a los Newport Dodgers después, se unió a los Boston Celtics con la esperanza de jugar en las ligas mayores. Así, Connors pivoteó entre los dos deportes, se consagró en varias oportunidades, fue parte de la NBA y en 1949 cumplió su gran objetivo de la infancia: jugó un partido en las ligas mayores con la camiseta de los Brooklyn Dodgers, su equipo. Su carrera profesional se extendió hasta 1952, cuando se retiró para dedicarse a ser actor.
El desembarco de Connors en la televisión fue algo casual. Según el portal IMDB, un fanático del béisbol que también era director de casting de MGM lo vio hacer una gracia frente al público durante un partido y lo recomendó para un papel en la comedia Pat and Mike, en 1952. Si bien participó de varias películas exitosas, la fama le llegó de la mano de la televisión, primero con un papel clave en el western de 1958 The Big Country y luego como Lucas McCain en El hombre del rifle (The Rifleman). Tras una extensa carrera, Connors murió en 1992 a los 72 años de cáncer de pulmón y neumonía. En su lápida se destacan una foto de Lucas McCain, el habilidoso pistolero y los escudos de los tres equipos deportivos profesionales en los que jugó al béisbol.
Chuck Norris: el karate, su propio arte marcial y... Walker Texas Ranger
En todos los hitos de su carrera como actor, esos que lo convirtieron en un héroe rudo e indestructible, Chuck Norris puso en práctica todo lo que aprendió del karate. El hombre de Oklahoma, quien nació con el nombre de Carlos Rey, entró al mundo de las artes marciales en la Base Aérea de Osan, en Corea del Sur, donde fue enviado como parte de la Fuerza Aérea, en 1958. Además de su nombre artístico, el aquel entonces joven Chuck volvió a Estados Unidos con un futuro asegurado en el mundo del deporte y la base de su posterior carrera dentro de la industria del entretenimiento.
De regreso a Estados Unidos, lo primero que hizo Norris fue sentar las bases de su propia marca: a lo aprendido de karate le sumó conceptos de boxeo y hasta jiu-jitsu y decidió que era hora de compartir sus habilidades, así que abrió varias escuelas con su nombre como sello. También se concentró en la competencia: participó en gran cantidad de torneos de karate hasta que en 1978 se coronó campeón mundial de Karate Do. Tanta pasión le generó el deporte oriental que creó su propio arte marcial, con sus propios códigos de honor y reglas de vida: el Chun Kuk Do. Y para compartir con el mundo sus hipnóticos movimientos y su habilidad en la lucha, se volcó a la pantalla: su salto a la fama llegó al caer derrotado frente a Bruce Lee en El retorno del dragón, en1972, y su fama mundial con Walker, Texas Ranger en la década del 80.
Kurt Russell: los sueños de beisbolista que una lesión truncó y Hollywood olvidó
En algún punto del camino actoral entre sus comienzos como “chico Disney” hasta su resurgir de la mano de Quentin Tarantino, Kurt Russell tuvo la seria intención de dedicarle su vida al deporte profesional. No podía ser de otra manera: al fin y al cabo su padre, el también actor Neil Oliver Bing Russell, era el dueño de los Mavericks de Portland. Con un pie dentro de la industria del cine, Russell quiso probar suerte con el béisbol: se desempeñó como segunda base en las ligas menores y jugó cuatro temporadas: desde 1971 hasta 1973, y luego de una pausa, en 1977. Uno de los equipos en los que desplegó su evidente talento fue el de su padre. Sin embargo, una lesión en un hombro terminó con sus sueños de atleta.
Sin más opción que concentrar toda su energía en la actuación, Russell probó suerte tanto en las comedias como en el western hasta que apareció la oportunidad de protagonizar Elvis, el film para televisión dirigido por John Carpenter que le dejó, además de una incipiente fama, una nominación a los premios Emmy. La carrera de Russell se extendió por más de 40 películas -1997: Rescate en Nueva York, Tango y Cash, A prueba de muerte y Los 8 más odiados son algunos de sus films más destacados-, un título de referente del cine de acción, la incursión en otros géneros, algunos altibajos, la entrada al cine de culto de la mano de Quentin Tarantino con A prueba de muerte y el cariño de los más chicos con su interpretación de Papá Noel en Crónicas de Navidad.
Dwayne La Roca Johnson: tercera generación de una familia de hombres luchadores
Durante gran parte de su vida, incluso antes de soñar siquiera con convertirse en uno de los actores mejores pagos del cine, Dwayne “La Roca” Johnson fue un luchador profesional. No podía ser de otra manera: su padre fue nada más y nada menos que Wayde Bowles, mejor conocido por su nombre artístico Rocky “La Roca” Johnson, campeón de Georgia de la NWA y miembro del Salón de la Fama de la WWE. Su abuelo materno, Peter Maivia, también fue una figura en esta disciplina.
El vínculo de Dwayne con el deporte empezó con el fútbol americano: primero jugó en la Liga de Fútbol Canadiense, luego en el equipo de la NCAA Miami Hurricanes -donde fue campeón nacional en 1991- y por último en la liga de Canadá. Sin embargo, la escasa paga lo hizo ir en busca de otros rumbos. Así llegó hasta la WWE -World Wrestling Entertainment, según sus siglas en inglés-, que se interesó por su figura y su historia y lo hizo debutar con el apodo de Rocky Maivia, nombre que luego se transformaría en The Rock. Tras ganar el Campeonato Intercontinental de la WWF en 1997, se consagró un año después al convertirse en el líder de la Nation of Domination. Aunque se retiró en 2003, los últimos años tuvo apariciones esporádicas sobre el ring.
La fama que le dio la lucha fue todo lo que necesitó para entrar al mundo del cine. De hecho, su primer trabajo como actor fue en That 70′s Show, donde tuvo que interpretar nada más y nada menos que a su padre. Luego llegaría su debut en la pantalla grande, en La momia regresa; la popularidad y el género de acción con El tesoro del Amazonas y la consagración con la saga de Rápido y furioso.
Burt Reynolds: el fútbol americano, antes de cruzarse con Shakespeare
Burt Reynolds puso el mundo a sus pies en la década del 70, cuando se convirtió en un ícono de Hollywood gracias a sus papeles en Deliverance, The Longest Yard, Nickelodeon, Dos pícaros con suerte -y su secuela de 1980- y The Cannonball Run (1981). Sin embargo, esa no fue su primera idea de cómo quería ganarse la vida cuando era apenas un niño. Con una clara habilidad para el fútbol americano, logró una beca en la Universidad Estatal de Florida, donde jugó como mediocampista y soñó con una carrera en las canchas. Pero algunas lesiones pusieron a prueba su destreza y lo obligaron a abandonar. Y no le quedó más remedio que buscar la fortuna en alguna otra parte.
Un texto de Shakespeare y un profesor de inglés que detectó de inmediato su habilidad interpretativa bastaron para que Reynolds se decidiera por la actuación. Tras un breve paso por el teatro y algunas changas como camarero y repartidor, logró llegar a la pantalla grande, de donde nunca más se bajó. Luego de su apogeo en los 70, llegaron los 90 y el llamado de Paul Thomas Anderson, quien en 1997 le ofreció el memorable rol de Jack Horner en Boogie Nights y con él, la posibilidad de alzarse con un Globo de Oro y una nominación al Oscar. En 2005 participó de la adaptación cinematográfica de Los Duques de Hazzard y en 2007 de la comedia Randy y la mafia. Murió como consecuencia de una falla cardíaca en septiembre de 2018, a los 82 años.
Jason Statham: el clavadista que estuvo a punto de ser olímpico
Como si el destino le hubiera dado la oportunidad de llegar a lo más alto en dos profesiones totalmente distintas, Jason Statham es una de las pocas figuras de Hollywood que se lució en el campo del deporte. Primero en el fútbol y luego en natación, el joven que años después llegaría a cada rincón del universo como uno de los protagonistas de la saga Rápido y furioso, se lució durante muchos años como clavadista, viajó con el equipo nacional de saltos de Gran Bretaña, alcanzó el puesto número 12 a nivel mundial y quedó muy cerca de participar de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. “Fue una gran experiencia viajar por el mundo y competir a cierto nivel. Te enseña disciplina, enfoque y ciertamente te mantiene alejado de los problemas”, le dijo a IGN.
Antes de desembarcar en el cine, Statham -quién también se convirtió en un experto en artes marciales mixtas- tuvo un breve pero destacado paso por el mundo del modelaje: realizó campañas para reconocidas marcas como Tommy Hilfiger, Lee y Levi’s. Y si bien tenía un futuro prometedor en el rubro, Guy Ritchie se cruzó en su destino y todo cambió de forma radical: desde que debutó en 1998 en Juegos, trampas y dos armas humeantes, su éxito, su fama, su cuenta bancaria y su reconocimiento como actor no pararon de crecer.
Lou Ferrigno: el Mr. Universo que cambió el fisicoculturismo por la actuación
¿Quién más podría haberle dado vida al inmenso y musculoso Hulk más que Lou Ferrigno? Nacido en el corazón de Brooklyn, Nueva York, y con raíces italianas, fue gracias a los músculos de acero de Steve Reeves y su recordado Hércules que comenzó a levantar pesas. Tenía apenas 13 años y buscaba escapar de la timidez convirtiéndose en un superhéroe. Tal fue su dedicación al deporte que llegó a ser un verdadero fisicoculturista y a los 22 años se coronó como el competidor más joven en alzarse con el título de Mr. Universo, premio que repitió dos años después, en 1973. Además de una carrera como deportista, Ferrigno fue entrenador personal y compartió pantalla con Arnold Schwarzenegger en el documental Pumping Iron.
Su imponente figura -casi dos metros de altura y un cuerpo escultural- se convirtió en su pasaje directo a la fama: con el objetivo de convertirse en un superhéroe real, se presentó al casting para el rol protagónico de la serie El increíble Hulk: no solo se quedó con el papel, sino que se lo sacó de las manos a Schwarzenegger. Ferrigno fue el gigante verde durante cuatro años y 82 capítulos. Luego llegarían Hércules, las películas de Hulk, algunas participaciones especiales y su voz en el superhéroe del universo Marvel. Pese a sus intentos por sacárselo de encima, Ferrigno nunca pudo despegar su carrera del gigante verde.
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