Un repaso por largometrajes famosos que generaron dudas en sus protagonistas, al punto de que algunos contemplaron rechazar esos grandes papeles con los que después se consagraron y hasta ganaron premios
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Bruce Willis quedó desconcertado por el final de Sexto sentido y, cuando logró comprender lo que pasaba, declaró: “Me desorientó tanto que sabía que tenía que protagonizar esa historia”. Por otro lado, Chris Evans luchó con el relato planteado en Snowpiercer, y Julia Roberts aseguró “detestar” partes del guion de Un lugar llamado Notting Hill.
En esta nota, un repaso por esas primeras impresiones de los actores con el material que debieron procesar a su tiempo, y superando los prejuicios.
*Jamie Lee Curtis, perpleja por el film que le dio el Oscar
Todo en todas partes al mismo tiempo, el original largometraje de la dupla Dan Kwan-Daniel Scheinert arrasó en los Oscar de este año y se convirtió en una anomalía dentro de los parámetros de la Academia, que generalmente se vuelca a premiar ficciones en las que no hay tanto margen para la clase de irreverencia propuesta por los cineastas. En sintonía con ese tono, una de las figuras del elenco, Jamie Lee Curtis, hizo referencia a cómo, cuando leyó el guion del film que plantea un peculiar multiverso, no pudo captar exactamente el mensaje de su narrativa.
“Mi trabajo es entender a los personajes que interpreto, y yo no entendía a Deirde”, se sinceró la artista en diálogo con ABC en alusión a su rol, una implacable inspectora del Servicio de Impuestos Internos de los Estados Unidos, escenario en el que se desata el primer núcleo argumental del relato. “Los directores me pedían que me convirtiera en esa persona, pero para eso tuve un gran desafío por delante”, amplió.
Su visión del guion se aclaró cuando encontró su leitmotiv: “Eso lo cambió todo. Advertí que la relación entre Evelyn (Michelle Yeoh), su marido (Ke Huy Quan) y su hija (Stephanie Hsu), ese reencuentro que experimentan, era conmovedor porque mostraba unidad, y ahí supe que estaba ante una historia de amor”, explicó Curtis, quien también pudo entender a su personaje, precisamente porque ella sufre una metamorfosis similar.
“Es una villana, pero una villana incomprendida. Es una persona lastimada que lastima a los demás, alguien que fue olvidada, traicionada, y que busca ser la dueña de su propia vida, aunque usando los métodos equivocados”, añadió la actriz, sobre el personaje que le valió su primera estatuilla dorada. “Si bien al comienzo no entendí lo que se había escrito, cuando la vi terminada pensé solo una cosa: ‘Esta es una película que va a cambiar el cine’”, expresó la exHalloween.
*Harrison Ford y la polémica con Blade Runner
Harrison Ford experimentó muchos vaivenes con una de las películas más emblemáticas de su carrera: Blade Runner, de Ridley Scott. El actor confesó que, tras leer el guion de Hampton Fancher y David Peoples basado en la novela de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, nunca creyó que su personaje, Rick Deckard, fuera efectivamente uno de los replicantes de la historia de ciencia ficción con toques de cine negro.
El realizador, por el contrario, siempre le discutió su lectura del final para que, al momento de interpretar a Rick, pudiera hacerlo con esa información en mente, ante lo que Ford se negó rotundamente, ya que consideraba al expolicía como un humano. La postura del actor era entendible: Dick nunca escribió al personaje así. De todos modos, el guion de Fancher y Peoples se tomó varias licencias poéticas y Scott aseguró que disfrutaba de la ambigüedad de su protagonista.
Finalmente, en una entrevista concedida a Esquire, Ford cambió su perspectiva. “En realidad, siempre supo que Rick era un replicante”, aclaró. “Pero en un momento quería rebatirlo. Creo que un replicante querría creer que es humano. Al menos, este lo hizo”, apuntó. De hecho, la confusión de Ford proviene también de que su opinión inicial estaba circunscrita a la versión final del film y no a la versión del director que plantea muchos más interrogantes sobre Rick y su naturaleza.
“Ese fue el principal punto de desacuerdo entre Ridley Scott y yo en aquel momento”, sumó el actor. “Yo pensaba que el público se merecía un ser humano en pantalla con el que pudiera establecer una relación emocional. Creía que Ridley estaba de acuerdo, pero en realidad creo que tenía algunas reservas al respecto. Creo que realmente quería tener las dos cosas”.
*Julia Roberts, molesta con escenas de Un lugar llamado Notting Hill
Un lugar llamado Notting Hill, del recordado realizador Roger Michell, se ha erigido como una de las mejores comedias románticas de los 90, con un impecable guion de Richard Curtis, todo un especialista en el género (Realmente amor, Cuestión de tiempo). En el largometraje, Julia Roberts interpreta a Anna Scott, una famosa actriz de Hollywood que se enamora del dueño de una librería de Notting Hill, William Thacker (personificado por Hugh Grant). Sin embargo, el vínculo no está exento de conflictos, ya que la incompatibilidad de las vidas de ambos y los prejuicios del entorno atentan contra el desarrollo orgánico de ese enamoramiento.
Cuando a Roberts le ofrecieron el guion, la estrella de Hollywood lo desechó de inmediato. “Es aburrida, tediosa; una cosa estúpida que me piden que haga”, le dijo sin filtro la actriz a su agente de prensa. El cortocircuito surgió porque Roberts había recibido un borrador del guion y no la versión final, un texto cuyo atractivo no terminaba de dilucidar.
Todo cambió meses más tarde cuando la actriz, fanática de Cuatro bodas y un funeral, advirtió que el toque mágico de Curtis para las rom coms seguía intacto y aceptó la propuesta al ver que se exageraba el estilo de vida de las celebridades, ya que su objetivo no era precisamente el de interpretarse a sí misma. “Me pareció muy divertido ese punto, porque gracias a Dios yo jamás abrí una puerta y me encontré con cientos de personas sacándome fotos, así que disfruté más la película por ese abordaje”, explicó.
De todas maneras, hasta el día de hoy Roberts asegura que hay frases del guion que no terminan de convencerla y que le parecen ridículas. “No me gusta cuando Anna cita a Rita Hayworth en la cama y dice que los hombres se acuestan con Gilda (su famoso personaje) pero se despiertan con ella, con la persona verdadera. Detesto decir algo negativo sobre los textos de Richard, porque es un genio, pero odié decir esa frase”, se sinceró. “A mi criterio, hace mucho ruido y jamás pensé que Anna podría llegar a decirla, me resulta muy cursi”, apuntó.
*Chris Evans, desconcertado por su personaje en Snowpiercer
En 2013, Chris Evans tomó uno de los mayores riesgos de su carrera que terminó siendo un gran acierto: colaborar con el aclamado cineasta surcoreano Bong Joon-ho, quien hizo historia al ganar el Oscar por Parásitos. El actor aceptó protagonizar el film de ciencia ficción Snowpiercer, una adaptación de una novela gráfica francesa de Jacques Lob, Benjamin Legrand, y Jean-Marc Rochette, que en 2020 tuvo un spin-off con una serie de tres temporadas. En el largometraje, Evans interpretaba a Curtis Everett, el “líder de la revolución” que viajaba a bordo de un tren en el que transcurría la mayor parte de la acción.
Al hacer un repaso por sus películas para un especial de GQ, el actor fue más que honesto sobre la ficción que integró la lista de mejores películas de 2013 según el National Board of Review. “Cuando leí el guion por primera vez, no lo entendí del todo. Pensé: ‘¿Qué?’”, compartió, y brindó los motivos de su asombro. “Siempre que se trata de una película que construye un mundo distópico, estás creando un entorno completamente separado. Hay una especie de presunción en la que tienes que decir: ‘Está bien, entonces todo el mundo acepta esto, ¿no? ¿Nadie está un poco indignado de que esta sea la estructura? Esa es la norma, está bien’”, añadió.
Como le sucedió a Jamie Lee Curtis, el actor luchó por entender a su personaje. “Había que decidir en qué parte de tu cerebro pasas el tiempo pensando en ello”, manifestó. “¿Sigues el camino íntimo y simplemente lo haces sobre el personaje? ¿Intentas hacerlo sobre lo que hizo falta para que esa sociedad llegara a ese lugar? Es un desafío, pero puedes ver a Tilda Swinton en la película y notar su aproximación a este personaje, que es más amplio que la vida misma”, apuntó, en relación con la gran actuación de la actriz.
Más allá de su primera impresión plagada de incertidumbre, Evans no tuvo más que elogios para su director. “Bong es un visionario”, manifestó. “Cuando trabajas con alguien que sabe exactamente lo que quiere, incluso si no es exactamente cómo tú lo visualizas, eso genera confianza; como actor, eso es lo más importante, poder confiar en el director. De lo contrario, estás jugando a la defensiva. Podés decir: ‘Muy bien, en esta primera toma haré esto, para al menos poder proteger eso. Luego intentaré esto, pero no quiero intentar aquello porque no sé si saben cómo usar esa toma. Cualquier cosa que les brinde puede ser utilizada en mi contra’”, explicó, y sumó: “Estaba convencido de su visión y decía: ‘Genial. Si me pides que salte, yo diré: ‘¿Cuán alto?’”.
*Bruce Willis y el shock de Sexto sentido
Uno de los grandes éxitos del realizador M. Night Shyamalan, Sexto sentido, continúa siendo un título imprescindible, más allá de esa vuelta de tuerca que se intentó preservar bajo cuatro llaves: que el protagonista del thriller, el psicólogo Malcolm Crowe, está muerto durante gran parte del metraje. Cuando Bruce Willis le leyó al guion para interpretar a ese hombre que busca a ayudar a un niño, Cole (Haley Joel Osment), quien asegura ver gente muerta, el actor confesó sentirse desconcertado cuando llegó al tramo final.
“Me shockeó, no entendía lo que estaba pasando, honestamente no me esperaba ese desenlace para Malcom”, confesó el actor de Duro de matar, quien brindó uno de sus trabajos más notables en el film de Shyamalan. “No podía soltar el guion, y eso no me pasaba seguido, por lo que acepté la propuesta de inmediato”, sumó Willis. “El sentirme mareado respecto al final y el entenderlo luego, esa sensación de shock, fue lo que me alentó a protagonizar la película, no estaba preparado para esa conclusión que Night le dio al relato, y después el público experimentó lo mismo”, añadió.
En diálogo con LA NACION, en 2019, Shyamalan habló sobre cómo prefiere que la audiencia aprecie sus historias por fuera de las vueltas de tuerca, para que estas se vuelvan atemporales. “Me molesta cuando ese reduccionismo se convierte en un problema, cuando se venden o se habla de mis films como ‘los de miedo con la sorpresa al final’, porque yo no siento que haga películas de terror. Sí puedo conciliar con el género thriller, porque lo considero mucho más amplio, puedo expandirme dentro de sus códigos, y por su naturaleza implica que vas a descubrir algo más en una historia de ese estilo”, declaró.
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