Cuáles fueron algunos de los casos más resonantes que conmocionaron a la industria, de estrellas infantiles para quienes la fama fue un yugo más que un trampolín
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La reciente muerte de Benji Gregory se convirtió en un nuevo caso de adultos que atraviesan secuelas emocionales graves, luego de una infancia marcada por el éxito en el cine o en la televisión. Aquellos niños estrella que no supieron mantener esa fama durante su adultez, suelen tener momentos de profunda angustia que los llevan a tomar un camino de autodestrucción. En muchos de esos casos, dichas historias culminan trágicamente, como le sucedió al mencionado actor de Alf y a otros importantes actores, que no dejaron indiferente al público.
Bobby Driscoll: de estrella Disney a un final en el anonimato
En más de un sentido, Bobby Driscoll fue el “caso testigo” sobre el cual se moldeó a infinidad de niños estrella. No fue el primero, no necesariamente fue el más talentoso, pero sí alcanzó una fama que llegó a una altura tan elevada que, trágicamente, solo sirvió para que la caída fuera aún más dura. En la década del 40, y con menos de diez años, Driscoll trabajó en varias películas. Su incipiente talento pronto llamó la atención de Disney, con quien firmó un contrato de exclusividad (era la primera vez que dicha productora concretaba un acuerdo de esa naturaleza). Bajo el ala de la empresa de Mickey, Driscoll protagonizó Canción del sur, un polémico largometraje de un inesperado contenido racista, que no es editado de forma oficial desde hace varias décadas. El pequeño intérprete también trabajó en So Dear to my Heart, The Window y fue la gran estrella de La isla del tesoro, una ambiciosa apuesta que adaptaba el clásico de Robert Louis Stevenson.
La estela de Driscoll parecía imparable. A los doce años ganó un Oscar y en 1953 hizo uno de sus papeles más importantes: servir de modelo para el film animado Peter Pan. El niño actuó las escenas del mágico personaje y los animadores se encargaron de dibujar a partir de sus movimientos. Luego de ese éxito, de golpe Hollywood se alejó kilométricamente. Driscoll no fue convocado a nuevos proyectos (se dice que el empresario Howard Hughes, que odiaba a las estrellas infantiles, conspiró en su contra) y sin más películas en el horizonte volvió a un colegio público de Los Ángeles. De un día para el otro, la vida de fortuna típicamente hollywoodense era cosa del pasado.
A mediados de los años 50, era habitual que arrestaran a Driscoll por robo o tenencia de narcóticos. El 30 de marzo de 1968, Bobby apareció muerto. Tenía 31 años y su cuerpo fue enterrado en una fosa común. Nadie supo en ese momento quién era él.
Corey Haim: dueño de los 80
Durante buena parte de los años 80, Corey Haim era un nombre de mucho peso. Luego de varios papeles pequeños en importantes películas como Firstborn, Murphy´s Romance o Bala de plata, Haim se encumbró como uno de los niños actores más prometedores de la industria. En 1985, su protagónico en A Time to Live junto a Liza Minnelli, le valió un sinfín de reconocimientos y confirmó la versatilidad de este prometedor talento, que con apenas 13 años había demostrado que podía jugarle de igual a igual a nombres consagrados de la industria. En 1987, Haim fue la estrella principal de Lucas, un drama adolescente que con ingeniosos toques de comedia retrataba la agridulce juventud del personaje central. En las manos de Corey, Lucas era un joven sensible, introvertido pero decidido a trascender de la carátula de nerd que tanto le pesaba. Poco tiempo después, Que no se entere mamá fue otro importante film de su carrera, en el que trabajó junto a Corey Feldman, uno de sus mayores amigos de la industria, y con quien compartió incontables noches de bares y excesos. La prensa los denominó “Los dos Coreys” y ambos parecían tener a Hollywood en sus manos. Pero el sueño pronto se desvaneció.
Los 90 hicieron de Haim un nombre parcialmente olvidado. Sus grandes proyectos pasaron a ser títulos de muy poco presupuesto, que terminaban perdidos en las bateas de los videoclubes. Junto a su carrera, su vida personal también se desmoronó. “Pasé muchas noches con él en salas de emergencia por su adicción a las drogas, no sé si le salvé la vida varias veces, solo sé que quería ayudarlo”, expresó la actriz Nicole Eggert, que fue pareja de Haim por esos años. El joven había entrado en un espiral descendente que no sabía cómo detener; las internaciones por rehabilitación eran habituales y, según comentó su amigo Corey Feldman, “Haim quiso suicidarse varias veces”.
Con el tiempo trascendió una grave denuncia vinculada a Charlie Sheen. “Haim me dijo que tuvo sexo con él cuando filmaron Lucas, me contó que cuando se lo encontró luego, Sheen lo rechazó”, aseguró un tiempo más tarde el actor Dominick Brascia, que trabajó en el mismo film. Luego de un andar errático que se prolongó demasiado tiempo, el 10 de marzo de 2010, Corey Haim fue encontrado muerto. Tenía 38 años. Su propia madre halló el cuerpo en el departamento que ambos compartían. El deceso se produjo en parte a una ingesta excesiva de antipsicóticos y ansiolíticos.
Brad Renfro: talento natural
“Creo que Brad había vivido muchas cosas para tener tan solo 10 años, había pasado por muchas, muchas emociones, y cuando un actor traslada eso a su arte, estamos ante la presencia de un regalo”, declaró el director Joel Schumacher en relación al impacto que le significó dirigir a Brad Renfro en el film El cliente. Sin ningún tipo de formación profesional y cargando en sus espaldas con una infancia muy dolorosa (abandono materno y paterno y un temprano consumo de marihuana y alcohol a los 7 años), el debut de Renfro en pantalla fue un verdadero sismo en Hollywood. Durante el último lustro de los 90, otros títulos como Los hijos de la calle o El aprendiz hicieron crecer su figura, aunque eso no repercutió favorablemente en sus adicciones problemáticas. A los 16 fue detenido por posesión de marihuana y cocaína y para los años 2000 su estrella se había apagado inesperadamente.
Más que por su trabajo en nuevas películas, Brad ocupaba los títulos de los medios por sus conflictos con la ley. En una oportunidad fue detenido por robar un yate y poco después fue demorado por conducir bajo los efectos de diversas drogas, entre otros episodios similares. Con 25 años cumplidos, en enero de 2008 se informó su muerte como consecuencia de una sobredosis de heroína y morfina. Algunos de sus colegas aseguraron que alrededor de la estrella hubo una gran desprotección y que él nunca dejó de cargar con la angustia de un padre y una madre que le dieron la espalda. Esos abandonos sellaron su destino.
Jonathan Brandis: el novio favorito de América
El actor Jonathan Brandis tenía 27 años cuando se ahorcó en su departamento, el 11 de noviembre de 2003. Quien fue durante su adolescencia un referente juvenil y tapa de las revistas apuntadas a ese sector, tomó esa terrible decisión luego de más de una década sumergido en una carrera estancada. Brandis comenzó como modelo infantil, luego protagonizó distintas publicidades y a comienzos de los 80 llegó al cine y a la televisión. En 1990 participó de la miniserie televisiva IT y de La historia sin fin 2, un dúo de títulos muy exitoso que hizo de Brandis una marca en sí mismo. A partir de ahí, él se convirtió en la quintaesencia del galán adolescente, recibía diariamente miles de cartas de fans y los proyectos le llovían. Pero consciente de no querer quedar encasillado, Jonathan buscó nuevos retos y, entre 1993 y 1996, actuó en la serie Seaquest DSV, para la que incluso escribió un episodio.
Brandis insistía con papeles que lo sacaran del rol de niño ejemplar, del novio perfecto al que muchas adolescentes aspiraban. En ese camino, estrenó en 1999 la película Outside Providence y luego el western Cabalgando con el diablo, pero en ninguno de esos títulos se pudo destacar. Vuelta de página y en el año 2000 su carrera era un recuerdo. Cuando una escena que protagonizó en el film En defensa del honor fue cortada del montaje final, él sintió que la derrota era irreversible. No sabía en qué momento Hollywood lo había abandonado, ni cómo volver a ese lugar. Sumergido en una gran depresión y en un problemático consumo de alcohol, Brandis se quitó la vida.
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