Darío Barassi y Lucía Gómez Centurión: un amor a primera vista, un rechazo, una amistad y un reencuentro con boda y dos hijas
El conductor de ¡Ahora caigo! y su esposa se conocieron en San Juan, durante su adolescencia; pese a que en un primer momento ella no parecía interesada en él, con el tiempo se convirtieron en amigos y, más tarde, llegó el romance
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Darío Barassi y Lucía Gómez Centurión se conocieron en su San Juan natal, cuando tenían apenas 16 años y gracias a amigos en común. Para él fue amor a primera vista, pero para ella no. “Quedé enamoradísimo desde el minuto uno y estaba muy claro que era la mujer de mi vida; estuve hasta las manos desde el minuto cero”, cuenta el conductor y actor cada vez que le preguntan sobre su historia de amor. Tan claro lo tenía que se propuso conquistarla y lo logró, aunque mucho tiempo después. Fueron amigos, compinches, hubo declaraciones de amor, rechazos, desencuentros y encuentros hasta que se pusieron de novios en el 2010, se casaron en el 2015 y hoy son padres de Emilia e Inés.
Luego de ese primer encuentro en el que Barassi quedó encandilado pero ella no, el actor empezó a pergeñar un plan para seducirla. Se hicieron amigos y compartían salidas, charlas, juegos, risas. Cuando terminaron la secundaria los dos se mudaron a Buenos Aires, él para estudiar abogacía y ella, psicología. La amistad se fortaleció porque, además, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, entre ellas el amor por el teatro. Fueron juntos a ver cientos de obras. “Nos fascinaban las luces de la Calle Corrientes, e íbamos al Teatro Colón por dos mangos. Juntos descubrimos otra Buenos Aires y me hacía la gamba porque a mis amigos ‘conservas’ les importaba cero todo ese trip que a mí me volaba la cabeza”, reveló él. Fue en una de esas salidas que Barassi se animó a decirle que le gustaba pero la respuesta de ella no fue la esperada: le dijo que se había reconciliado con su ex. A él se le vino el mundo abajo y dejaron de verse durante un tiempo.
El reencuentro fue casual, en Mar del Plata y unos años después, en el verano del 2010. Lucía ya no estaba de novia y volvieron a ser los compinches de antes. Un día él le robó un beso y, por fin, comenzó la tan deseada historia de amor. Durante un tiempo la relación fue viento en popa hasta que llegó la primera gran crisis y el motivo fue la elección de vida de Dario Barassi. Ella lo había conocido siendo abogado, pero había empezado a dar sus primeros pasos como notero y actor, y quería apostar a eso. “Me puse de novio con ella siendo abogado y después empecé a trabajar como notero en AM y hubo un cimbronazo muy fuerte. De hecho, cortamos un año porque ella se puso de novia con el gordo pajuerano, abogado. Y de repente estaba persiguiendo notas a famosos a las 3 de la mañana. No estaba nunca en mi casa porque no dejaba de ser abogado. Arrancaba a la mañana en la tele y después iba al estudio a trabajar de abogado y a la tarde noche hacía notas. Arrancaba a las 7 y volvía a mi casa a las 2. En los eventos me ponía en modo Barassi y la gorda me decía que no me reconocía. Un día me dijo que no me reconocía y cortamos”, contó alguna vez en LAM.
En el 2013 él ganó una beca en Nueva York y viajó para tomar clases de actuación y canto. Fue allí donde se dio cuenta de que amaba lo que estaba haciendo y también amaba a esa mujer que había decidido fuera suya, en ese primer encuentro. A su regreso la llamó y le propuso casamiento, y para que todo conspirara a su favor, les pidió a sus amigos que dieran motivos a Lucía para que aceptara la propuesta. Todo salió bien.
“Le dije que nos volvamos a conocer con esta versión mía porque no dejo de ser quien soy, pero cuando se prende una cámara o voy a un evento me pongo en personaje. Los dos necesitamos ese freno. Es dura la carrera y la necesitaba acompañándome. Solo en eso le pedí que me bancara porque ella es psicóloga y perfil bajo. Y si se filtraba una foto y los pacientes le decían ‘¿sos la mujer del gordo Barassi?’. Y fue así, me banca solo con esto porque después, en la vida cotidiana, estoy al servicio de mi mujer como pocos hombres. La esperé y remé como un campeón porque esta mujer vale la pena. Era muy claro para mí que era la mujer de mi vida y después también fue claro para ella y explotó el amor. Desde ese día me ama, cuida y banca como nunca nadie lo hará. Somos una pareja del carajo y estoy muy orgulloso de esa construcción. Sabía que Lucía es la mujer con la que quería pasar toda la vida. Tuve que remar bastante, pero después de algunos años este gordo se ganó su chance y la jugó a fondo”, decía Barassi hace un tiempo.
La boda fue en la Iglesia San Benito, en Las Cañitas, el 20 de febrero de 2015, y por entonces Barassi declaraba: “Esperé esa noche toda mi vida. Con ella la remé 70 años”. La anécdota fue que llegaron tarde al registro civil. “Ese día íbamos demorados, obvio que siempre tengo que ir al baño antes de salir, y después agarré la calle Blanco Encalada. Ella me decía que no porque tenía barrera, pero yo me mandé igual porque confío en mi suerte. Nos clavamos fácil veinticinco minutos en la barrera y llegamos tardísimo al civil. Hubo miradas, tensión, humor y superación. Así ese día y así en la vida”, contó.
En el primer aniversario posteó en sus redes: “Esta pareja es mágica, real. Gorda, sos el amor de mi vida. Brillante y bomba, simpática y sensible, inteligente y madraza. Feliz aniversario, nani mía. Sigamos juntos en esta y en todas. Porque como ya sabés, la cosa es con vos o no es. Te amo”.
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