Darío Barassi: "La paternidad es la travesía más explosiva de mi vida"
A los 18 años, este sanjuanino dejó su tierra natal para venir a Buenos Aires y estudiar derecho. Y si bien su futuro estaba proyectado en el mundo de las leyes, ese casting al que fue para acompañar a un amigo cambió el rumbo de su vida por completo. Su talento, su carisma y su espontaneidad al prenderse una cámara hicieron que su título de abogado quedara colgado y que rápidamente Darío Barassi cambiara los juzgados por las luces de los sets y los escenarios. El resto es historia…
Su participación en los programas televisivos más populares (Educando a Nina, Quiero vivir a tu lado, Simona, NET y Chueco en línea, entre otros), su paso por el cine (Corazón loco) y su explosiva actuación sobre las tablas interpretando al genio de la lámpara en Aladín, será genial o protagonizando Carcajada Salvaje junto a Verónica Llinás lo convirtieron en el favorito del público y en el elegido de los productores a la hora de hacer reír.
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Con dos millones de seguidores en Instagram, este actor y humorista -que nos hace descostillar de risa con sus increíbles ocurrencias y sus divertidos personajes en redes- va por más y se anima a un nuevo desafío en su carrera: conducir 100 argentinos dicen, un programa de entretenimientos que se estrena este lunes, a las 16, por la pantalla de eltrece. "Es un formato muy adictivo y entretenido. Me siento muy cómodo haciéndolo. Creo que es un recreo necesario para este momento en que la realidad es tan dura", le cuenta Barassi a LA NACION mientras tacha las horas para su gran debut como conductor.
-¿Cómo te llegó la propuesta?
-Con la pandemia se postergaron todos los planes que tenía para este año y, tras cinco meses de inactividad apareció este llamado. Tengo un par de amigos en BoxFish (productora del ciclo) que me comentaron que habían comprado el formato. Me preguntaron si lo conocía y si me interesaba castear para ser el conductor y la verdad que, ni bien me lo dijeron, me empezó a seducir la propuesta. El mismo día que hice la prueba ya la situación era alentadora. Volví a casa muy satisfecho, muy cómodo, sentí que lo podía dominar, que podía generar situaciones cómicas a partir de ciertos disparadores que se dan en el juego. Así que cuando me confirmaron que había quedado, dije: "vamos con todo".
-¿Eras fan del formato?
-Sí, claro. Lo vi acá cuando lo hizo Monchi Balestra (recuerdo haberlo jugado desde casa cuando volvía del colegio y merendaba) y también vi el formato de Estados Unidos cuando viví un tiempo afuera. Me parece muy adictivo, entretenido, dinámico y, sobre todo, muy lúdico. Siento que este programa es una bomba, espero que lo disfruten tanto como yo al hacerlo.
-Este proyecto no sólo significa volver a trabajar después de cinco meses sino también tu debut como conductor, ¿cómo lo estás viviendo?
-Lo transito con mucha naturalidad. Estoy temeroso y obvio que la mirada de los otros tiene su peso, pero estoy confiado. Se prenden las cámaras y arranco, me siento muy cómodo y contenido. Sé que el formato funciona en el mundo así que estoy como amparado en ese sentido. Además, creo que es un programa necesario para este momento, un recreo aunque la realidad siga siendo la misma.
-¿Cómo haces para no encariñarte con los participantes y no ayudarlos en las respuestas?
-¡Error! Me encariño con todas las familias que vienen. Me pone muy contento cuando ganan plata. Ayudarlos no puedo porque, aunque desde la producción me ofrecieron saber las respuestas de antemano, preferí no saberlas porque me gusta sorprenderme. No es un programa de cultura general, no es que tenes que ser inteligente o súper estudioso para que te vaya bien, acá prima la intuición y conocer el gen argentino. En ese sentido me divierte mucho. Hay momentos muy borders donde las familias tiran cualquiera y se generan situaciones muy divertidas. Una de las críticas de la producción es que me río demasiado mientras conduzco, así que me tengo que controlar un poco.
La pandemia me hizo revalorizar la profesión y darme cuenta que me gusta mucho lo que hago
-En estos meses de inactividad, y siendo tu rubro quizás uno de los últimos en reactivarse, ¿pensaste en volver a ejercer como abogado?
-¡Ni loco volvería a ser abogado! Si bien siento que la carrera me suma muchísimo, que me da bagaje cultural, léxico, herramientas, no me define para nada. Estoy conforme con esto. Confío en que prontamente se va a reactivar la actividad, lo tomo como una pausa. La pandemia me hizo revalorizar la profesión y darme cuenta que me gusta mucho lo que hago.
-¿Qué queda de ese sanjuanino que hace 19 años vino a Buenos Aires en busca de una oportunidad?
-De ese sanjuanino queda todo. Yo de la puerta de casa para adentro soy exactamente el mismo. En ese sentido estoy muy intacto. Mis amigos son los mismos del colegio, mi mujer (Lucía Gómez Centurión) es sanjuanina. Tengo muy claras mis raíces. Todos, y sobre todo mi hija, son pilares fundamentales para mí. Sin ellos no puedo hacer nada. Sin mi familia, sin mis raíces y sin mi esencia todo lo que hago es imperfecto.
-¿Te imaginaste que ibas a lograr todo esto y en tan poco tiempo?
-Me sorprende lo que me está pasando, pensé que mi vida iba a ser ejercer como abogado y los lunes a la noche hacer teatro off. Pero un poco lo soñé, lo sentí, siempre tuve mucho hambre (bue, eso no es raro en mí), siempre fui muy ambicioso. El público me enciende, ya sea en una cena con mis amigos o en una Navidad con mi familia. Y había algo de esa esencia y energía que siempre tuve y que sabía que si le hacía caso a mi intuición podía surgir algo bueno. Ya llevo diez, once años en esto y fue todo muy intempestivo. Yo soy un tipo muy generador, si bien creo que soy un afortunado y que hay una cuota de azar en todo esto, yo me formo, me preparo, estudio y trabajo duro para que las cosas sucedan.
-¿Cómo es el Barassi íntimo, ese que aparece cuando se apaga la cámara?
-Soy un apasionado de mi vocación pero en toda esa vorágine siempre necesité construir y sostener mi intimidad. La fama y la exposición no es exactamente lo que más me gusta de mi carrera. La disfruto, convivo súper bien con eso pero necesito cerrar la puerta de mi casa y ser un pibe más. Ser el gordo al que llaman sus amigos de San Juan para contarle sus conflictos, pelearme con mi mujer porque me olvidé de pagar un impuesto, que se me queme la comida; cosas que tienen que ver con lo esencial. Si no tengo eso, si no puedo ver a mi hija o a mi mujer porque laburo mucho, si no puedo ir al asado de los jueves con mis amigos, empiezo a laburar mal. Es prioritario para mí que mi intimidad esté intacta porque sino me quiebro.
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-¿Sentís que estás muy encasillado en el humor a la hora de recibir propuestas? ¿Hay algún proyecto o personaje que te gustaría hacer y que aún tenés pendiente?
-Uno va mostrando determinados laburos en los cuales funciona, entonces los productores te van eligiendo para eso que rendís bien. Yo también me muestro así y convivo bien con eso pero obvio que me gustaría -y sé que en algún momento va a pasar- que aparezca una propuesta que no tenga nada que ver con lo que vengo haciendo hasta ahora, porque de verdad siento que tengo las herramientas para hacerlo. Me formé para contar todo tipo de historias. Si me llaman para hacer el Cervantes para mí es un desafío que me pone la piel de gallina. Como también hacer una comedia francesa en el teatro comercial, es un ámbito en el que quiero estar. La verdad que quiero transitar la mayor cantidad de personajes que pueda. En ese sentido, la conducción de 100 argentinos dicen también es desafiante e innovadora porque es algo que no puedo hacer de taquito y entonces me saca de mi zona de confort. Soy bastante obse, me gusta hacer bien mi trabajo, pero no me quedo en la cómoda.
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-Ya hablaste de los desafíos a nivel laboral, ¿cuál fue el mayor desafío en tu vida personal?
-Sin dudas el desafío o la travesía más explosiva de mi vida es la paternidad. Me toca lugares que no me tocó nada en este mundo. Es el romance más lindo. De verdad, nunca me entregué así a una persona, nunca me dejé de prestar atención para focalizarme en otra persona. Me corrió de eje totalmente y es prioridad absoluta en mi vida. ¡Me tiene loco!
Ver esta publicación en InstagramLo q me gusta ser el padre de esta niña... Es algo inexplicable. Lujo en vida. Feliz día padres!
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-¿Cómo sos como papá?
-La verdad que (la humildad no es algo que me acompañe) me encuentro siendo mejor padre del que pensé. Sobre todo porque tenía muchos miedos previos, en varios sentidos. Aunque no lo parezca, yo soy un tipo muy estructurado, muy ordenado, muy estricto. Mi casa es una casa ordenada, mi rutina es ordenada, tengo agendas para todo, listas para todo, soy muy controlador. Con Emilia, la verdad que es todo lo contrario. De hecho, estoy sorprendido porque le doy una libertad absoluta y ella con tan solo 14 meses tiene una seguridad. Vamos a la plaza y muere con los perros, con los chicos, la veo tan plantada.
-¿Te costó tomar la decisión de ser padre?
-Sí, con mi mujer nos costaba mucho porque éramos muy plenos los dos. Ella es psicóloga, tiene su empresa que se llama Aprentia (que funciona bárbaro) y yo estaba teniendo una carrera maravillosa. Entonces estábamos muy plenos con nuestra vida de pareja y con nuestro trabajo. Ser padres era corrernos de eje y poner nuestra mirada en otro y la verdad que no me costó nada, desde el día uno que nació esta enana pasé a segundo plano de inmediato y estoy chocho de que sea así.
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-¿En qué sos un 10 y en qué un 0?
-Soy un diez en lo lúdico. No paro de hacer voces, personajes y ella me sigue el juego en todo. Agarro un repasador y ya soy un personaje; agarro una sabana y soy otro, me escondo en un almohadón y jugamos a que somos tiburones. Soy insoportable, soy así desde que tiene dos meses. De hecho el pediatra siempre me decía que no la sobre estimule tanto, tipo: "hablale normal alguna vez" (risas). Y soy un cero en el tema alimentación. Si estoy comiendo algo muy rico y veo que viene y me pide, le doy. En cambio, la madre esta súper concentrada en que se alimente bien, le prepara sus budincitos y sus muffins y yo estoy con la galleta con dulce de leche y le doy con total normalidad. En ese sentido soy un poco desprolijo.
-¿Te reconoces en ella?
-Me pasa con dos cosas. El 50 por ciento de la cara para arriba es de mi mujer y el 50 por ciento para abajo es mía: tiene mi sonrisa, mi boca, mis cachetes, mi papadita, pobre (risas). Y después lo que me sorprende es cómo se entrega al juego. Yo soy un tipo muy fantasioso y laburo mucho con la creatividad, imaginándome mundos y escenarios y, en ese sentido, la enana es igual. Se pone anteojos, le ato una capa en la espalda y hace con los bracitos como si fuera un superhéroe; la veo con mucha capacidad de juego y en eso me identifico muchísimo. Dentro de todo lo malo, la cuarentena me permitió estar mucho en casa con ella y creo que es algo que voy a agradecer de por vida.
Ver esta publicación en InstagramLa hija de Fatman es panza girl Mi superhéroe preferida
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-¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando se levante todo?
-¡Ufff, quiero hacer de todo! Me quiero juntar con mis amigos, quiero viajar durante meses, quiero volver al teatro y hacer 700 obras en un día. Tengo la sensación de que cuando todo se active voy a tener unas ganas de salir a vivir que no me va a parar nadie. La cuarentena me encontró muy resguardado en casa con mi mujer y mi hija y esta bueno encontrar plenitud en la vida con lo que tenes más cerca, con lo inmediato, y le di mucho valor a eso. Por otro lado, viví como un duelo todo lo profesional. Si bien tengo una carrera que no es tan extensa que me la cortaran así de cuajo, ver que todos los proyectos laborales que tenía se me frenaban de golpe, fue muy duro.
-¿Tenías muchos proyectos para este año?
-Estábamos haciendo Carcajada salvaje en el teatro (ya íbamos por la segunda temporada), una peli con Fernán Miras que iba a estrenarse a mitad de año y ahora estamos evaluando si será para fin de año o principios del que viene una serie para Disney muy interesante. Había muchísimo laburo. También estuve en conversaciones con un número uno del teatro para hacer una comedia el año que viene, así que hay muchas expectativas. Dios quiera que pronto podamos reactivar todo con los protocolos correspondientes.
-¿Qué opinás de la crisis que está viviendo Polka, productora en la que trabajaste mucho tiempo? ¿Pudiste hablar con Adrián Suar?
-Si claro, Adrián es amigo. No estoy para nada en la vereda de atacar a Polka. Durante 25 años no paró de generar laburo para actores, técnicos, guionistas, productores. Es una situación muy particular que le puede pasar a cualquier empresa. Después, los pormenores dependerán de cada caso. En líneas generales, lo vivo con muchísima tristeza, trabajé en más de tres oportunidades allí haciendo tira y mi experiencia fue bárbara. El Chueco siempre es un generador, ama a los actores, ama la profesión y lo banco a él y a la productora. Espero que se pueda reorganizar al menos con una estructura más chica pero no perder ese lugar que nos dio de comer a nosotros y que le brindó entretenimiento a todo un país durante mucho tiempo.
-¿Cómo te ves dentro de veinte años?
-En la misma situación que estoy ahora pero con veinte años más (risas). Pretendo que mi vida siga por este lado. En lo personal, por ahí con un hermanito para mi hija y viviendo un tiempito en otro país. Esa es una experiencia que me tienta. Es una puertita que si en algún momento se abre me gustaría transitarla.
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