Darío Barassi: entre un simio parlanchín, la pasión a la que no piensa renunciar y el deseo de asumir riesgos
El actor y conductor está viviendo un gran momento a nivel personal y laboral; “Mi objetivo es que la familia argentina se entretenga”, aseguró a LA NACION
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“Mi objetivo es que la familia argentina se entretenga”, dice Darío Barassi, quien acaba de llevarse el Martín Fierro al mejor programa de entretenimientos por 100 argentinos dicen y la felicidad en su cuerpo se hace sentir y él no duda en expresarla. Conduciendo o actuando, tiene claro cuál es su misión, pero si bien ama conducir y ese amor fue correspondido por los televidentes, su gran pasión es la actuación, la cual lo lleva ahora a protagonizar la nueva sitcom de Disney +, C.H.U.E.C.O, que se estrena hoy. “A mí lo que más me gusta de esta vida es actuar y siempre tengo ganas de hacerlo y cuando me llegó esta propuesta me pareció llamativa, fresca, lúdica. Además es un producto que tiene riesgo,”asegura a LA NACION, quien además no le teme al qué dirán y le gusta que lo que hace no pase inadvertido.
Son semanas de muchas emociones para el actor, entre el estreno de ¡Ahora caigo! en eltrece, al reconocimiento de Aptra y el debut de esta nueva serie con un simio, un “puppet tronic” [el famoso C.H.U.E.C.O. del título] como contrafigura, que seguramente generará conversación en las redes. Por eso, en el medio de esta vorágine, de las charlas con la prensa para presentar sus proyectos o para hablar de su premio, le propusimos contestar algunas preguntas estilo el cuestionario de Proust, para conocer más a Darío y dejar por un rato el traje de Barassi de lado.
-¿Qué aprendiste en tu profesión que te sirvió para la vida?
-El actor básicamente juega, juega con las emociones, juega con la verdad y hay algo de ese mecanismo lúdico que lo aplico bastante en la vida. Cuando la vida me sobrepasa, cuando hay situaciones que me exceden un poco, pienso: “Bueno, busquemos el lado lúdico, busquemos verdad, respiremos”… Y bueno, eso me ayuda bastante para vivir.
-¿Cuál es el momento de tu vida que más querrías poder revivir ahora?
-Desde hace un tiempo que estoy muy atado al presente. Digo, tengo un presente que me gratifica un montón. Estoy muy orgulloso de él, a nivel personal y laboral. No siento que sea azaroso dónde he llegado en la vida, en todo sentido, con la familia que armé, con mis amigos, con mi trabajo. Así que estoy bastante atado al presente y disfrutando mucho. Pero si tengo que revivir algo, hoy te digo que por momentos hay algo de la niñez que se mezcla un poco con la paternidad, porque te linkea con tu niñez. Así que me pego un par de viajes a la niñez, en San Juan, mi vieja, mis hermanos…
-¿Qué querrías probar que todavía no te animaste?
-Soy bastante mandado en la vida, cuando quiero probar algo, cuando quiero conocer algo, lo hago. Digo, laboralmente, siempre estoy tentado de que vengan proyectos que me desafíen. Y después en la vida, soy un poco cagón con la naturaleza. Soy muy fanático del agua, a mí me gusta mucho el agua y ahora en breve me voy dos semanas de vacaciones a un lugar de playa y me dan ganas como de hacer algunos deportes acuáticos salvajes. Lo que pasa es que, bueno, las orcas se van a confundir, me van a abrazar, me van a llevar a su universo y estoy tratando de evitarlo.
-¿Qué querrías que desaparezca de la faz de la tierra si dependiese de vos?
-Desde que soy papá, a mí hay algo con la infancia, con los niños, que los veo tan delicados y tan valiosos, que toda situación de injusticia, de violencia, de inseguridad de un menor, me genera pavor, me genera rechazo, temor, me crispa, no puedo con eso. Si fuese por mí, sí quisiera que cualquier niño en el mundo durante toda su infancia la pueda vivir con plenitud, felicidad, sin nada negativo cerca.
–¿Cómo sería tu domingo ideal?
-Yo por lo general en la semana me levanto 6.30 o 7 de la mañana. Entonces en un domingo ideal me gusta arrancar un poquitito más tarde. Estar en la cama con mi mujer y que las dos enanas caigan y nos invaden un poco el rancho. Es un buen arranque. Después de ahí hay un desayuno, que le metemos un huevito revuelto, una palta, un poquito de magia. Por lo general, los fines de semana es cuando estamos los cuatro juntos todo el tiempo, así que ahí siempre surge algún plan, ya sea de ir a pasear a algún lugar o a una plaza. Después soy fanático del asado, así que el domingo tiene tener un asado en familia o con amigos, eso tiene que pasar. Y después me gusta cuando todo baja y ya bañamos a las enanas y están dormidas, estar con Lu [su mujer], sentarnos, cocinarnos y tener un momento para los dos. Maratoneamos un poco una serie, nada muy excéntrico. Como decía, soy medio denso con esto, me gusta mucho mi presente, porque realmente vivo la vida que me gusta vivir, así que esa es como una gran conquista en mi vida.
-La frase que pondrías como título a tu autobiografía...
-No sé qué decir. Se me vienen palabras como apasionado, lúdico, familia, procesos, construcción y conquista. No sé, se me vienen todas esas palabras a la cabeza. Y horma de queso también.
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