Danna Paola, la villana de Élite: “Mi personaje me enseñó a ser una mujer más fuerte”
A los 6 años, Danna Paola Rivera Munguía ya era una estrella de la televisión mexicana. Su sueño de convertirse en una gran actriz y cantante la llevó por un camino lleno de sacrificios, donde tuvo que resignar cumpleaños, juegos infantiles y hasta su propia graduación con amigos, sin embargo el esfuerzo valió la pena. Hija del músico Juan José Rivera, esta muchachita -que se crió entre flashes y escenarios- dio sus primeros pasos en Plaza Sésamo para luego, protagonizar las novelas más importantes de la pantalla chica.
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Gracias a su talento y carisma, grabó su primer álbum musical con apenas 6 años y fue convocada para cantar el tema "Mensajero de paz" en una ceremonia para el papa Juan Pablo Segundo. Y si bien su gran popularidad le llegó en 2009 con Atrévete a soñar -la adaptación de la novela argentina Patito feo en donde interpretó a Patricia "Patito" Peralta- su participación ininterrumpida en sucesivos proyectos teatrales, televisivos y musicales la consagraron como una de las artistas más completas de su país.
Su paso de niña a adolescente despertó en ella la necesidad de tomar sus propias decisiones y buscar su independencia familiar y artística. Fue así como a los 20 años se fue a vivir sola y decidió terminar la relación laboral con su padre, su manager hasta el momento. "A medida que fui creciendo, fui entendiendo que alzar la voz y decir lo que quieres, cómo lo quieres, para cuándo y por qué lo quieres, es súper importante. No me gusta quedarme en mi zona de confort. Me gusta reinventarme todo el tiempo", comentó la actriz a LA NACION que asegura haber aprendido a decir que "no" con el paso del tiempo.
Sus primeras decisiones incluyeron alejarse de la música por un tiempo para dedicarse de lleno a la actuación. Su paso por La Doña -el culebrón de la TV azteca donde interpretaba a la hija de Aracely Arámbula- le allanó el camino para lo que vino después: el proyecto que la obligó a mudarse de continente y que la hizo conocida a nivel mundial. De la mano de Netflix, la niña buena de las telenovelas se calzó el traje de villana y nos hechizó a todos en la serie española Élite. "Para mí este personaje es un regalo gigante. Significó uno de los grandes retos de mi carrera como actriz. De repente, tuve que dejar mi casa, mi familia, mi vida aquí e irme a vivir a España. Creo que salir de México fue de las mejores cosas que he decidido", le contó a este medio, la protagonista de este éxito que acaba de estrenar su tercera temporada en la plataforma de streaming.
Su fama y reconocimiento internacional la convenció para retomar su carrera musical, creciendo como compositora en el género urbano. Actualmente, la intérprete de temas como "Mala Fama"y "Oye Pablo" acaba de lanzar un nuevo disco -que ya se convirtió en doble platino y oro- se destaca como jurado en el reality de talentos La academia y forma parte de la banda de sonido de la serie que protagoniza.
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-¿Qué podés contarnos de tu personaje, Lu, y de la tercera temporada de Élite?
-Estoy súper emocionada. Hay un cambio muy drástico, casi de 180 grados, en todos los personajes. Es muy diferente el ritmo, las historias cambian y todo se hace más vulnerable. Van a disfrutar mucho pero también a llorar un montón. Es una temporada mucho más emocional que las anteriores. En cuanto a mi personaje, van a ver un gran cambio en Lu. Es muy interesante ver cómo se le va destruyendo todo ese castillo falso que se había construido. El enojo de sus padres por tener una relación "osada" con su medio hermano Valerio hace que le corten el grifo, que se quede sin plata y que tenga que empezar a forjarse un futuro sola. Esa transición de niña rica y caprichosa a ésta llena de carencias emocionales, que tendrá que encontrar la manera de sobrevivir en Las Encinas, es súper interesante.
-El eslogan de esta temporada es "Crecer duele". Vos empezaste tu carrera de muy chica y creciste prácticamente en el medio, ¿qué cosas te dolieron o tuviste que resignar en el camino?
-Sin dudas, crecer duele y muchísimo. Siempre hay cosas que uno quiere conservar en su vida, pero ese dolor también te hace ser la persona que sos hoy. Mi niñez no fue muy normal. El casi no haber ido al colegio como el resto de los niños (solamente estuvo un año físicamente en la escuela secundaria, luego estudió con profesores particulares), el no tener un grupo de amigos sólido, el estar lejos de mi familia, el perderme cumpleaños, viajes, el no tener graduación como el resto, me ha hecho ser la mujer que soy hoy, una mujer que aprendió de lo bueno y lo malo. Hoy en día me doy cuenta que la mejor decisión que pude haber tomado fue seguir con mi sueño que es cantar y actuar pero, en su momento, he tenido que trabajar mucho la ansiedad y la paciencia. Tengo 24 años y me queda mucho por aprender y madurar todavía. Una se va forjando conforme a las experiencias que va atravesando, como profesional y como persona. Estos últimos tres años, por ejemplo, han sido de una catarsis gigante para mí, de un gran crecimiento de la mano de Lucrecia. Creo que fuimos creciendo a la par en algún sentido.
-¿Qué es lo mejor de interpretar a una villana?
-Creo que las villanas nos divertimos mucho más. Era algo que nunca había hecho y dije: ‘Me encanta, quiero hacerlo’. Lu llegó para cambiarme la vida. Es uno de los personajes que más me ha enseñado y cambiado. Creo que cualquiera quisiera ser como ella: no tiene filtro y dice lo que realmente piensa. Ha sido muy lindo interpretarla. Además creo que es una villana diferente, muy actual. Para mí ha sido una súper oportunidad, creo que este personaje ha llegado a instalarse en mi vida y en la de la gente de alguna manera.
-¿Te identificás en algo con ella?
-Lucrecia me hizo descubrir una parte de mí que no conocía. Me enseñó a ser una mujer más fuerte, a decir 'no' frente a determinadas situaciones, a valorar más a las personas que están a mi lado. También a descubrir que nadie es cien por cien bueno o malo en la vida. En cuanto a las cosas que tenemos en común: las dos somos perfeccionistas, vulnerables y fashionistas. Esto es algo que le puse yo al personaje y... ¡me encanta! Además somos parecidas en querer siempre proteger a todo el mundo, aunque acabemos heridas. Lu se queda muy sola en esta temporada y a mí también me da miedo la soledad; aunque hoy en día estoy rodeada de gente maravillosa.
-Élite se caracteriza por tener escenas fuertes y jugadas... ¿Cómo hiciste para vencer el pudor a la hora de filmarlas?
-Uno tiene que quitarse el pudor y el prejuicio si un personaje lo requiere. En mi caso, fue un trabajo en conjunto con el director y mis compañeros. Es verdad que es la primera vez que me toca interpretar escenas tan jugadas, pero siento que fue parte de una liberación, que una plataforma como Netflix cuente de una manera tan cruda y real problemáticas vinculadas a las drogas, el sexo, el amor y la familia es muy cool. Yo no pude experimentar ciertas cosas en mi vida por estar trabajando, cantando o haciendo novelas, así que podría decir que viví un poco mi adolescencia dentro de Élite.
-¿Cómo llegaste a la serie?
-Me llegó el casting por correo... ¡a la carpeta de spam! Me dijeron que era la única latina que podía estar en el proyecto y eso me interesó. Recuerdo que era diciembre y el día anterior había tenido una fiesta. Me levanté, imprimí el guion de la escena, la hice en una o dos tomas y lo mandé. No le puse demasiada atención ni interés. A los tres días me llamaron para decirme que tenía que irme en enero a vivir a España.
-¿Cómo fue instalarte en otro continente, lejos de tus raíces y tu familia?
-España siempre ha sido un lugar muy especial para mí, aunque al principio fue duro. Estaba a ocho horas de diferencia con mi país, en otro continente, sola y, por supuesto que no fue fácil. Lo sufrí y me costó mucho, pero todo ese proceso me ayudó para construir el personaje también. Era la única mexicana, la única extranjera y yo defendía mucho mi acento. Cada uno tenía su vida y yo no tenía nada que hacer después de grabar. Escribía, hacía ejercicio, me iba a recorrer las ciudades vecinas. Recuerdo que no sabía ni usar la lavadora y mi mamá me explicaba por FaceTime como hacerlo [risas]. Sé cocinar muy bien, así que ese no era problema, pero más allá de esto fue muy bonito descubrir una ciudad nueva, perderme en sus callecitas, viajar en el metro; disfruté muchísimo.
-¿Cómo te recibió el elenco?
-Hoy en día, los chicos son mi familia por elección y España mi segunda casa. Todos dentro del proyecto somos muy unidos. A mí me abrazaron desde el principio de una manera maravillosa. Son personas que adoro y admiro mucho. Las chicas son mis amigas, mis hermanas, ¡las amo! Cada una de ellas fue y es parte fundamental de mi crecimiento. En cuanto a los chicos, con Miguel Bernardeau (Guzmán) y Jorge López (Valerio) tengo una relación más cercana.
-De hecho hay rumores de romance con uno de ellos... ¿Qué pasa entre Jorge y vos?
-[Risas] Con Jorge tenemos una conexión única. Son esas conexiones de la vida que no entendés como ocurren, pero que son un regalo de Dios. Somos grandes amigos, los únicos dos latinos en la serie y nos hicimos muy compinches. La verdad que no me esperaba una amistad así en la vida.
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-Hace unos días hiciste un posteo en tus redes por el Día de la mujer... ¿Qué opinás sobre la lucha feminista que se está gestando a nivel mundial?
-Creo que la lucha no solo tiene que quedar en las palabras sino también en una acción real hacia el mundo. Como actriz, hija, hermana, amiga siempre ha sido importante para mí esta reivindicación. Creo que se están encontrando las herramientas y el apoyo para expresar lo que sentimos. En la vida, tengo el ejemplo de mi madre y mi hermana, mujeres muy valiosas a las cuales admiro profundamente. Yo no me considero una feminista ni una feminazi como dicen por ahí, sin embargo hay que entender que llegó el momento de tirar todas para el mismo lado, de ayudarnos entre nosotras y de alzar la voz ante ciertas situaciones. Tampoco hay que estigmatizar tanto al hombre, que es un ser humano también. Al contrario, bienvenidos a este movimiento. Ser mujer siempre fue complicado, encontrar nuestro lugar y que nos respeten es una lucha en la que voy a seguir tomando cartas en el asunto porque para mí es fundamental la libertad sobre mí, sobre mi cuerpo y sobre lo que quiero hacer en la vida y en mi trabajo.
-Además de actriz, sos cantante y compositora, ¿en qué faceta te sentís más cómoda?
-Obviamente mi carrera musical tiene un gran lugar en mi vida pero amo las dos cosas por igual. Cuando puedo vincularlas en algún proyecto, me encanta. Por ejemplo, en Élite formé parte de la banda de sonido con el tema "Final feliz" y me puso muy contenta poder colaborar con los autores. Fue una súper oportunidad para que mi música se pueda expandir y conocer aun más a nivel internacional. Ahorita estoy trabajando en colaboraciones con varios artistas de España, Argentina y Chile. Estoy muy emocionada de poder llegar a distintos públicos y mis planes son seguir componiendo. Seguramente muy pronto estaré por Buenos Aires, tengo planeado ir para presentar mi nuevo álbum que se llama Sie7e, aunque no sé qué va a pasar con el coronavirus. Si todo sale bien, nos veremos por allá.
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