Daniela Herrero: "Este año no me dio tiempo ni de sentarme a llorar"
Separada de su novio músico, la cantante habló con LA NACION sobre su nuevo disco, qué significa trabajar sin el apoyo de una multinacional y el estresante proceso de producir canciones
Daniela Herrero , la chica que se hizo famosa por sacar un disco a los 14, ya cumplió 30 años. Es una mujer. Vive sola. Se acaba de separar de su novio, el cantante de Airbag Gastón Sardelliy en medio de esa ebullición emocional, este año editó un disco independiente titulado En un segundo. Fueron meses intensos que la dejaron agotada. Por el estrés, llegó a pesar 42 kilos. Pero se recuperó. Y acá está, entera para mostrar sus nuevas canciones y hablar con LA NACION.
-¿Es positivo o negativo empezar desde tan chica a trabajar?
-Tiene sus pro y sus contra. Cuando sos muy chico, hay responsabilidades que tenés que asumir, sobre todo en esta profesión tan expuesta. Es muy invasivo estar en un lugar, con tu familia, y que vengan a saludarte, sin respetar los tiempos. En esa época yo tenía un público muy chico y venían los niños en situaciones donde yo no los podía atender y se enojaban y las madres también se ponían exigentes. Era complicado.
-¿Pero con respecto a la música...?
-Gracias a empezar tan joven ahora tengo muchas herramientas que me permitieron producir este disco sola. Ya me había metido bastante en mi tercer disco, a partir de ahí empecé a involucrarme cada vez más y éste, que es el sexto, lo hice sola, con un coproductor artístico que se llama Mariano Romano, un amigo. También trabajó mi hermano Gabriel y chicos amigos de Zona Sur, con los que vengo tocando hace un montón.
-¿Por qué no hacerlo con una multinacional?
-Es cierto que estando en una multinacional tenés cosas más aseguradas que haciéndolo independiente. Yo no le tengo miedo a la popularidad, pero quise hacer mi propio camino. Cuando te maneja mucha gente, en una estructura, se empieza a debilitar tu propósito. Eso fue lo que a mí me pasó. No hay que renegar. Los primeros tres discos los saqué con Sony, pero empecé a tener conflictos cuando quise defender lo que yo quería hacer.
-¿Cuál es tu propósito?
-Yo quiero tener mi propia agencia de management como tenía Soledad [Pastorutti] con su papá, por ejemplo. Quiero hacer un trabajo de autogestión que vaya creciendo, sin depender de ninguna corporación. Me quedo un poco afuera del sistema, pero es el camino que yo quiero hacer.
-¿Te trajo complicaciones esta decisión?
-Sí, cuando uno toma responsabilidades y le pone mucha energía a algo, es inevitable descuidarte. Tenés mucho trabajo y te empezás a estresar. Le pasa a todo el mundo.
-¿Te enfermaste?
-Hace dos añosme pesqué un virus, en un viaje. Cuando volví me empecé a sentir mal, me empezaron a doler las articulaciones, estuve así un mes. Pero no estuve en cama, internada, como dijeron. Estuve en mi casa, tranquila, haciéndome análisis y esas cosas.
-¿Y este año, con todo lo del disco?
-El disco salió hace dos meses y me llevó casi diez meses hacerlo. Entre que me senté a componer... porque no es que me tocan con la varita mágica o me agarra un momento de inspiración y sale. Es sentarte y laburar horas y horas sobre la estructura de una canción y los ritmos que se te ocurran. Y bueno, ir armando algo. En ese momento me exigí muchísimo. Me pasó siempre, pero esta vez un poco más.
-¿Por que querías sacar un disco?
-Porque el disco anterior era de 2012 y ya era momento de hacer un disco nuevo. Tenía algunas canciones que me habían quedado, pero no quería retomar ideas que ya eran parte del pasado. Me quise renovar y empezar de cero y eso me llevó mucho tiempo.
-¿De qué hablan las letras?
-Son muy teatrales. No es un disco melancólico para nada.
-¿No componés mejor cuando estás triste?
-No, no, a veces pasa que uno necesita canalizar y salen las mejores canciones, pero yo en ese momento estaba muy estable, tenía muy calculado lo que quería hacer y no siempre las canciones son autorreferenciales. Algunas sí, otras no. Es componer una obra que no necesariamente tiene que ser algo que hayas vivido o algo trágico que te haya pasado, pero al exigirme un montón fui dejando cosas en el camino. Veía muy poco a mis amigos, por ejemplo.
-¿Y tu novio?
-El tiene su banda, Airbag. Y me ayudó mucho con el armado de las canciones porque él toca el bajo y yo lo torturaba pidiéndole ayuda. Gasti craneó todas las bases. Estuvo buenísimo, nunca me había pasado con nadie, estando en pareja, que me ayude como me ayudó él.
-¿No competían?
-Para nada. El fue súper amoroso, generosísimo, buena onda. Estuvimos tres años juntos, para mí fue el amor de mi vida.
-¿Y qué pasó?
-Y... fue un amor muy intenso, un gran amor. Pero bueno, a veces, las cosas se terminan.
-¿Era difícil la convivencia?
-No, nos llevábamos diez puntos. Yo nunca había convivido con nadie y fue alucinante. Súper armónico todo, pero cuando trabajás mucho te alienás y empezás a descuidar tu entorno. Qué se yo, son etapas. No te imaginás que después de un logro como es hacer un disco, editarlo y estar feliz con el resultado y contento con poder producir música, que es algo hermoso… la vida te saca otra cosa.
-Te lo tomás muy tranquila, muy zen.
-Obviamente son situaciones que a uno le duelen, que no querés que pasen, pero hay que estar preparado. No digo ser un pesimista cuando empezás una relación, pero, posta, nada es para siempre como dice la canción. Y es doloroso, no soy de piedra.
-¿Cuánto hace que cortaron?
-Cinco meses. Antes de que salga el disco. Fue un tema hacerlo en el medio de todas esas emociones, pero a la vez estaba feliz. Era una contradicción emocional. Después me mudé... tuve que hacer mucho movimiento. Este año fue power. Pasaron muchas cosas. No me dio tiempo ni de sentarme a llorar. Porque además terminamos bien, eso fue alucinante, nunca me había pasado. Y ayudó a que el proceso fuera más feliz.
-¿Hiciste meditación?
-Hice un curso de cuatro días de meditación trascendental. Fue una etapa muy espiritual, pero ya no lo hago más.
-¿Recurriste a varias cosas de ese estilo?
-Flores de Bach… Sí, algunas.
-¿Qué te puede atormentar a vos, que sos joven, linda, talentosa...?
-Es una lucha constante con lo que pasa en la mente. La cabeza no te da respiro, está todo el tiempo diciéndote cosas. Entonces uno tiene que buscar vías para canalizar. Yo soy una persona y tengo mis momentos de caos, pero siempre trato de salir.
-También bajaste mucho de peso este año, ¿no?
-Sí, no asimilaba la comida, estaba muy nerviosa, muy ansiosa. Tenía mis momentos de crisis porque cuando estás grabando un disco se mueven muchas cosas, aunque no estés hablando específicamente de algo que te pasa, son emociones que se mueven. Y bueno, eso hace que uno entre en crisis. No es todo tan maravilloso cuando estás haciendo un disco.
-¿Tuviste un desorden alimenticio?
-No, porque fui al médico, a la nutricionista... estuvo todo muy controlado. Bajé un par de kilos, pero ahora me estoy recuperando.
-¿Te asustaste?
-No, yo me sentía bien. Estaba muy cansada y me faltaban pilas, por eso fui al médico y ahí fue cuando me dijo: "Che, estás un poco baja de peso". Me dio pautas para subir y lo hice a rajatabla. Eso fue después de sacar el disco.
-O sea que diste todo por este trabajo.
-Sí, totalmente. Le dediqué mi vida, mental y físicamente.
-¿Valió la pena?
-Para mí sí porque no es un disco para nada melancólico. Yo lo escucho y me da energía, me pone de buen humor. Lo que sí aprendí en todo este proceso es que hay cosas que hay que delegar. No puedo hacer todo. Tengo una especie de omnipotencia, quizás por haber empezado de tan chica y de haberme tenido que defender de los medios, en este ambiente tan competitivo, de tanta irrealidad. No es un ambiente normal. Te ponen en un lugar de misticismo que no va. Es mucha responsabilidad para una persona tan chica.
-¿Hubo enojos de la industria por esta decisión de cortarte sola?
-Y, al decir muchas veces que no, se te cierran un poco las puertas. Eso en el terreno de la música, no de la televisión. La gente de Underground, con quienes hice Costumbres argentinas, siempre me trató excelentemente. Lo que pasa es que no es lo mismo apuntar a un cantante solista que a un actor que es parte de un elenco. Hay menos presión. Pero, bueno, tuve que decidir entre hacer lo que me gustaba -con todo lo que esa decisión costaba-, o ir atrás de algo que no me hacía feliz.
-¿Qué te molestaba?
-La presión. Cuando hay mucha exigencia yo me apago, no funciono. Entonces, ¿para qué? Es así de simple.
-¿Y los rumores, los chismes, te molestan?
-Una vez cuando grababa Costumbres argentinas dijeron que estaba embarazada. Yo tenía 17 años... En ese momento yo era bastante rebelde y contestaba.
-¿Qué contestabas?
-Y, me venían a buscar a mí porque siempre decía algo polémico y hacía quedar mal a alguien.
-¿A Juana Viale, por ejemplo?
-Supongo que ahora Juana estará más profesional, pero creo que Costumbres argentinas era lo primero que hacía y venía a cualquier hora. Yo estaba muerta, grababa durante 14 horas por día, no tenía vida, estaba muy nerviosa. Y cayó Juana, una divina, pero hacía lo que se le cantaba el culo. Una vez alguien me escuchó decir algo y me vinieron a buscar los noteros y la maté.
-¿Te arrepentís?
-Y... con los años me fui calmando, fui madurando y entendiendo cómo es el mecanismo de los medios.
-Hace poco dijeron que habías tenido un romance con Cristian U, ¿es cierto?
-¡No, por favor! ¡Qué horror!
-¿Por qué dijeron eso?
-No sé. Lo peor es que ahora si googleás mi nombre sale mi cara al lado de la de Cristian. Horrible. Hubiesen elegido a alguien un poco mejor. No me gusta él y ni siquiera lo conozco.
-¿Estabas de novia?
-Sí, con Gastón, pero nos cagamos de risa, era inverosímil. A mí no me afectó en mi relación, pero a él sí creo que le trajo problemas con su novia.
-¿Cuesta promocionar un disco?
-El disco se está vendiendo y se promociona en radios. Hay un laburo atrás, que está bien hecho. El 19 de diciembre hacemos un show en Auditorio Oeste, en Haedo, y en el verano seguiremos trabajando.
-¿Tenés nuevo novio?
-No. No salgo, qué se yo.
-¿Hay reconciliación con tu ex?
-No sé, poné puntos suspensivos...
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