Los ingleses suelen ser referenciados constantemente por su puntualidad y también por su discreción. Daniel Craig y Rachel Weisz , por ejemplo, conforman una pareja que le rinde culto al perfil bajo y que es regida por una regla de oro: nada de redes sociales para ellos ni de innecesarias exhibiciones de su vida privada.
Lejos de los divismos, estos actores británicos no esquivan a los medios de comunicación en forma de pose, sino todo lo contrario. Son muy amables y están siempre dispuestos para atender a la prensa aunque con una advertencia: solo hablan de trabajo, no hacen referencias a su vida privada y mucho menos, a su familia. Su discreción llega a un punto tal que su boda fue secreta (¡con tan sólo cuatro invitados!) y que, tras el nacimiento en agosto de la única hija que tuvieron en común, aún se desconoce el nombre de la pequeña.
¿Cómo hace el James Bond del siglo XXI y la distinguida protagonista de La favorita para mantenerse fuera del ojo público en la era de la exposición? En principio, la respuesta parece estar en el respeto a un acuerdo de privacidad que, al parecer, es inquebrantable.
El día que el agente secreto maduró
Durante 20 años, Daniel y Rachel fueron grandes amigos, de esos que se presentan parejas y se cuentan todos los secretos. Nada hacía pensar que esa relación podía pasar a otro nivel, pero el amor todo lo puede.
Craig siempre tuvo fama de rompercorazones. Así, fueron conocidos varios de los affaires que el 007, con sus ojos azules, alternó con parejas oficiales. Entre sus relaciones estables previas a Weisz, puede contarse a la actriz británica Fiona Loudon -su esposa entre 1992 a 1994, con quien tuvo a su primera hija, Ella-, a la intérprete alemana Heike Makatsch -de 1994 a 2001- y a la productora Satsuki Mitchell, con quien estuvo entre 2005 y 2010.
Uno de los pocos escándalos que lo tuvieron como protagonista llegó hace cinco años, y no hizo más que alimentar su fama de mujeriego. En 2014, ya casado con Weisz, Craig vio cómo se desmoronaba su perfil bajo cuando su rostro apareció en las tapas de diarios y revistas, no justamente por su trabajo. Es que en ese entonces se supo que, 9 años antes, un periodista "pinchó" diversos teléfonos y confirmó varios romances clandestinos; entre ellos, uno que tuvo el actor con Kate Moss. En los audios se escuchaba que la siempre vigente supermodelo le susurraba en su buzón de voz "Te amo, te amo, te amo", mientras él aún estaba en pareja con Satsuki.
Pero la bomba detonó cuando, a partir de estas escuchas, se supo que ese mismo año Jude Law descubrió que su mujer, Sienna Miller, mantenía un romance con Craig, su entonces compañero en la película Crimen organizado. Durante el juicio que se le inició al diario The Sun por las escuchas ilegales, Law reconoció que se enfrentó verbalmente a Craig sobre el tema, e incluso que habló con Mitchell sobre el asunto.
Weisz supo mantenerse alejada de ese escándalo que era parte del pasado de su marido y que ella conocía a la perfección, porque durante años fue su gran amiga y confidente. Fue en 2011 cuando algo hizo click y se flecharon definitivamente, mientras rodaban Detrás de las paredes, un thriller que ambos protagonizaron en Toronto. Seis meses después, estaban casándose en el más absoluto de los secretos.
A su celebración, que tuvo lugar en junio de 2011 en Nueva York, sólo asistieron cuatro invitados: los hijos de cada uno y dos amigos de la pareja. "Me casé en secreto porque mi vida privada es muy importante para mí", aseguró él. Su flamante esposa, también declaró en el mismo sentido. "Es muy personal, muy privado. No creo que lo mío sea particularmente excepcional, aparte de que los dos estamos en el ojo público. Pero nunca pensé que me casaría. No era una ambición mía, todo lo contrario. No podía identificarme con las comedias románticas donde parece que el único objetivo de una mujer es el matrimonio. Luego sucedió, felizmente, en un momento mucho más maduro", dijo Weisz a ES Magazine.
Producto de la relación nació una hija en septiembre de 2018, de la que ni siquiera se conoce el nombre. Apenas se supo la noticia de su embarazo, que intentaron ocultar lo más que pudieron, ella expresó al diario estadounidense The New York Times: "Vamos a tener un pequeño ser humano. Estamos ansiosos por conocerlo. Es todo un misterio". La futura madre tenía 48 años y él, 50.
La antiprincesa
Lejos de ser "la mujer de...", Weisz cuenta con una carrera sólida que tiene peso propio y una infancia que la marcó para siempre. Nació en Londres en 1970, ciudad a la que sus padres (una profesora austriaca y un ingeniero e inventor húngaro) habían huido escapando del nazismo. Estudió en la universidad de Cambridge, donde se licenció en Literatura Inglesa y creó un grupo teatral que tuvo bastante éxito mientas trabajaba como modelo de pasarela. La fama le llegó con La momia (1999), en la que formó pareja con Brendran Fraser, y su exitosa secuela, El regreso de la momia (2001).
Tras la popularidad vendría su consagración como actriz de prestigio al ganar el Globo de Oro y el Oscar a la mejor actriz de reparto por su papel en El jardinero fiel (2005). Otra de sus películas más destacadas fue Ágora (2009), dirigida por el español Alejandro Amenábar. Éste dijo de ella que era ideal para el papel de la filósofa Hipatia de Alejandría por su inteligencia: "Sabía que no era alguien que se iba a limitar a recitar las líneas del guion".
En cuanto a sus parejas, todas fueron del ambiente. Estuvo algunos años con el director Sam Mendes y, en 2001, comenzó una relación con otro realizador, Darren Aronofsky, con quien tuvo a su hijo Henry.
El 2018 fue un año muy importante para ella no solo porque volvió a ser madre sino porque debutó como productora con la película Desobediencia. En el diario británico The Times respondió a cómo combina su nueva faceta de productora con su reciente maternidad: "Me temo que no tengo ningún consejo sobre cómo hacerlo; definitivamente, se trata de encontrar un equilibrio".
Por su última película, La favorita, estuvo nominada a los Oscar como actriz de reparto y, aunque no ganó, dejó una lección cuando le preguntaron cómo era compartir protagónico con Emma Stone y Olivia Colman. "Espero que un día, en un futuro no tan lejano, no nos pregunten cómo fue compartir la pantalla con otras mujeres. Porque no creo que alguna vez le pregunten eso a los hombres", expresó contundente.
El último Bond
El 8 de abril de 2020 veremos por última vez a Craig enfundado en el traje del agente 007. Será la vigésimo quinta película de James Bond (todavía sin título oficial) y la quinta para el actor, que hará su última aparición como el legendario agente tras sus papeles en Casino Royale, de Martin Campbell, Quantum of Solace, de Marc Forster, además de Skyfall y Spectre, ambas dirigidas por Sam Mendes (sí, el ex de su esposa).
El británico se convertirá así en uno de los actores que más veces encarnó este papel, luego de Sean Connery y Roger Moore, y sobre todo, en uno de los preferidos del público. "En lo que a mí respecta, Daniel Craig es James Bond para siempre", reconoció la productora y dueña de la franquicia, Barbara Broccoli.
Seguramente Craig no será el Bond definitivo, porque el personaje seguirá su camino con otro rostro y volverá como siempre a adaptarse a un nuevo contexto histórico. Pero muchos coinciden en que el agente 007 actual es el mejor de todos.
Pero a Rachel esa caracterización no la desvela, y lo dejó bien en claro en una entrevista: "Yo no vivo con Mr. Bond, vivo con un brillante actor que se llama Daniel Craig, que ha convencido a todo el mundo de que él es James Bond. En realidad, no conozco a Bond, y no habría forma de que se hubiera casado conmigo porque, si mal no recuerdo, una de las características del personaje es que nunca se casa". Una respuesta brillante para la protagonista de una historia de amor única y con muchos secretos.
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