Dan Stevens: protagonizó una trágica muerte en Downton Abbey, participó de grandes producciones en Broadway y ahora desembarca en “un nuevo imperio”
El actor británico ostenta una de las trayectorias más diversas de los últimos años, interpretó desde peligrosos mutantes hasta películas para niños y musicales
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Un actor como Dan Stevens es difícil de etiquetar. A primera vista, el espectador se siente tentado a catalogarlo taxativamente como galán. Y esa intuición es bien fundamentada: la elegancia y seducción que desplegó en Downton Abbey, como el inesperado heredero de la fortuna Grantham, logró hipnotizar por completo a la audiencia. Con ese protagónico bajo la manga, Stevens podría haberse consolidado en ese tipo de personajes y disfrutar cómodamente de los frutos de su rol predestinado, pero... ¿Lo hizo? Claro que no. Para sorpresa de muchas de sus fanáticas, después de tres años de éxito decidió abandonar la serie británica y reírse de quienes lo quisieron encasillar en un héroe ridículamente buenmozo.
Multifacético a la hora de elegir sus trabajos, Stevens mantuvo firme su postura de arriesgarse a distintos desafíos: “Los personajes que no son o blancos o negros son muy interesantes para un actor”, aseguró y decidió lanzarse a la aventura. Se animó a propuestas más experimentales en TV gracias a Legion y hasta pisó fuerte en la pantalla grande con un protagónico en la última versión de La bella y la bestia. Este año, el actor británico volvió a apostar por el cine y se embarcó en tres películas consecutivas muy distintas entre sí: Godzilla vs. Kong: el nuevo imperio (ya en cines), y dos films de terror, Abigail (con estreno el 19 de abril) y Cuckoo (se espera para el 9 de agosto).
El camino a la fama
Una vez que abandonó Downton Abbey y con más de una década de teatro en su haber, se preocupó por elegir papeles bien opuestos a Matthew Crawley, el galán que lo catapultó a la fama. Su primer momento destacado llegó con The Guest, thriller de 2014 en el que puso su talento al servicio de Adam Wingard. Además, interpretó a Lancelot en Una noche en el museo: el secreto de la tumba. El siguiente momento de quiebre llegó en 2016, cuando fue seleccionado para protagonizar Legion, de Noah Hawley (Fargo), una adaptación de un cómic del universo X-Men. Pero eso no fue todo. El 2017 fue un año bisagra en su vida: bailó y cantó con Emma Watson en el live action de La Bella y la Bestia, que se convirtió en la segunda película más taquillera de ese año, y su entrada al mundo Disney no hizo más que confirmar su versatilidad.
Lo cierto es que a lo largo de su carrera se encargó siempre de seguir explorando distintos estilos y no dudó a la hora de participar en Colossal de Nacho Vigalondo, de acercarse a la ciencia ficción con Kill Switch, o de interpretar a Charles Dickens en El hombre que inventó la Navidad.
Una historia de vida poco convencional
En sus propias palabras, Stevens era un niño bastante “enérgico”. Adoptado apenas unos días después de nacer, creció primero en Essex, luego en Gales y Sussex, cuando sus padres, ambos profesores, se mudaron por cuestiones laborales. A los nueve años lo enviaron a un internado. Sus padres creyeron que una educación “completamente inmersiva” podría apaciguar su conducta. “Digamos que nunca fui muy bueno con el aspecto institucional de la educación”, reconoció en reiteradas entrevistas.
Con una beca, Dan asistió a la escuela Tonbridge en Kent, donde rápidamente descubrió que podía encauzar su energía y rebeldía en el departamento de teatro. Más tarde, mientras estudiaba inglés en la Universidad de Cambridge, Stevens alimentó su pasión por la actuación representando monólogos y sketches y estudiando comedia musical hasta que se propuso mudarse a Londres y así lanzar su carrera de actor.
Allí, obtuvo varios roles en novelas televisivas de época: La línea de la belleza, Sensatez y sentimiento y Otra vuelta de tuerca. Cuando, en 2009, se realizaron las audiciones para Downton Abbey, parecía un trabajo como cualquier otro. “En ese momento ya había hecho una buena cantidad de dramas de época”, comentó. Nadie podía anticipar el éxito en el que se iba convertir aquella producción que en un inicio había sido encargada como una miniserie de solo ocho capítulos.
A finales de 2012, tres temporadas después, Downton... registraba en Estados Unidos 24 millones de espectadores semana tras semana. El éxito era rotundo. Sin embargo, Stevens decidió hacerse a un lado, satisfacer su inquietud creativa y trabajar otros géneros.
Al inicio del rodaje de la tercera temporada, Stevens confirmó su salida. La ficción le reservó una despedida inolvidable para los fanáticos de la serie: el episodio cinco le deparó una muerte tan trágica como intempestiva. El Día de Navidad de 2012, su personaje, Matthew Crawley, murió en un fatal accidente automovilístico. Sin dudas, su decisión fue cuestionada por la industria y por los seguidores: se necesita mucha confianza para alejarse de un éxito arrollador como lo fue aquella producción.
En cuanto a su vida familiar, Stevens prefiere el bajo perfil. En 2009 se casó con la cantante de jazz y profesora de canto sudafricana Susie Hariet, con quien tuvo tres hijos: Willow, que nació en 2009; Aubrey, que vino al mundo en 2012 y Eden, la más pequeña, nacida en 2016. Si algo demostró a lo largo de todos estos años es que es un actor que sabe lo que quiere. Enfocado en su potencial elige con avidez cada uno de sus movimientos y sorprende a la audiencia con su versatilidad y talento.
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