Cris Morena: "Me parece fascinante tener a Floricienta en lugar de una novela turca"
Una chica espontánea, un poco torpe, con un look muy particular y con mucho corazón llega a la casa de un hombre desbordado y frío que tiene que hacerse cargo de sus hermanos. Entre canciones y un equipo que se complementa surge una versión de Cenicienta aggiornada en Floricienta. En medio de la pandemia del coronavirus, varios títulos del pasado vuelven a la pantalla chica, y en esta oportunidad le llega el turno a la tira infanto juvenil de Cris Morena que podrá verse desde el lunes 24 de agosto, a las 18, en Telefe, después de 16 años fuera del aire.
Protagonizada por Florencia Bertotti, Juan Gil Navarro, Benjamín Rojas, Isabel Macedo y Lali Espósito -que hacía una memorable Robertita-, la historia de Flor Fazzarino, esta joven que después de quedarse sin casa termina aterrizando en la mansión de los Fritzenwalden y es empleada como institutriz, se convirtió en un boom, fue replicada en varios países y llenó varios teatros. En diálogo con LA NACION, Cris Morena recuerda aquellos tiempos donde su vida giraba en torno a imaginar, crear y viajar por el mundo con sus producciones. También habla de la industria en plena pandemia y de su nuevo proyecto, la escuela para artistas Otro mundo."El público ama las buenas historias, más allá de todo: de los actores y los productores, las buenas historias nunca mueren, van quedando en el tiempo. Estamos hablando de una tira que se hizo hace 16 años y las vas a ver y vas a decir ´Wow, pero esto no es como las novelas de ahora´", dice.
-Floricienta marcó a varias generaciones y ahora vuelve a la pantalla chica, ¿qué te acordás de aquellos tiempos?
-Hice un vivo hace poco para anunciar la fecha de regreso con Isabel Macedo. Ella me recordaba cosas que no es que las hubiera olvidado pero fueron tantas... Con Floricienta hicimos tres Vélez, el casamiento en el Hipódromo, que fue maravilloso. Era impresionante llegar al teatro y encontrarse con todas las Floricientitas [su look marcó tendencia]. El teatro para mí era la gloria total. Nos íbamos de gira, es algo que hoy sería impensable. Hacíamos cosas increíbles que nadie hacía y después todo lo que se replicó de Floricienta en el mundo: en Brasil, Foribella, en Portugal, en Rusia. Me voy acordando de a poco de cosas que fueron sucediendo y es muy emocionante. Siento que va a ser lindo tanto para las nuevas generaciones que no la vieron, como para madres que en ese momento la vieron y ahora la van a ver con sus hijos.
-El estereotipo de Floricienta retomaba en parte a la Cenicienta, pero adaptada a la actualidad de esos tiempos, ¿cómo te la imaginás ahora?
-En parte, porque era una Cenicienta rebelde, contestataria, muy decidida, muy inteligente y muy graciosa. Cenicienta te da lástima todo el tiempo y Floricienta no, era otro tipo de Cenicienta.
-¿Sería como deconstruida?
-Sí, yo siempre creí en la enorme capacidad que tenemos las mujeres para crear mundos. De hecho en la productora hay muchas mujeres en posiciones realmente directivas. No con esto menosprecio a los varones, pero para mí trabajar con equipos de muchas mujeres es lo más común del mundo y veo que no se replica en el mundo. Veo que hay muy pocas mujeres en lugares preponderantes en el mundo, no conozco ninguna que tenga una productora. Fueron muy importante todas las cosas que fuimos haciendo que tuvieron que ver con empoderar a las personas, a los niños, hacerlos pensar, sentir. Todo fue como meditado con mucha responsabilidad, amor y con el deseo de dejar huella, de tener un para qué en cada cosa que hacía.
-Hay personajes que quedan tatuados en los actores, algo así le pasó a Juan Gil Navarro que ya no sabe cómo pedirle a las fans que dejen de llamarlo "el Freezer"...
-Supongo que debe ser complicado que te identifiquen todo el tiempo con el Freezer, ¿no? Pero más allá de eso fue un personaje tan alucinante el de Juan, tan querido... Era el príncipe, ese príncipe frío. Yo sería muy feliz si me recordaran por ese papel. De hecho, a mí me recuerdan por mis inicios. Todo lo que hice en mi vida fue elegido y no me arrepiento de nada. Lo hablaba con Isabel [Macedo], me decía que nunca se iba olvidar de Delfina, que era la mala. Ella es una gran actriz, pero decía que era un personaje inolvidable, que se lo va a legar a su hija. Es un regalo, no es cualquier otro personaje. En el caso de Juan, que encima se murió, se hizo mucho más memorable su personaje. Cada uno lo va llevando como lo va sintiendo.
-Con Florencia Bertotti pasó algo parecido, después de Floricienta vino Niní -tira que causó el distanciamiento entre Morena y la actriz- y más tarde ella se fue alejando de la actuación pero sigue siendo recordada por ese papel...
-Con Flor habló muchísimo por otras cosas y también por esto que a ella le produce mucha alegría que salga de vuelta. La verdad, las cosas que pasaron en ese momento te producen mucha angustia y te dan un poco de bronca, pero son cosas que suceden a veces. Yo, la verdad, no soy una persona rencorosa y Flor tampoco porque hablamos con mucha tranquilidad de todo. Son momentos en la vida que a veces se cometen errores como todo el mundo. Para mí Florencia hizo una Floricienta inigualable. Te digo porque yo hice el formato en varios países del mundo. Otra Floricientaque fue increíble fue la portuguesa, que salió de un casting y venía de un lugar muy humilde, y llegó a estar al lado del presidente de Portugal. Florencia también era impresionante en todo el mundo: hicimos estadios en muchísimos lugares de América... en el estadio Azteca hicimos 10 o 12 funciones mientras que Luis Miguel, que era el que más estadios había hecho, hizo 6. Era una cosa de locos. En el momento lo disfrutás un montón, pero no tenés consciencia de lo que significa, lo vivís bien presente.
-Ahora con el paso del tiempo, ¿cómo lo leés?
-En ese momento estás pendiente de que las cosas salgan bien, pero después va pasando el tiempo y te das cuenta. En México DF la gente me saluda como si hubiera salido ayer en la tele, una cosa que no le pasa a casi ninguna persona. No hago televisión como actriz desde que terminó Jugate conmigo o más. No sé si son las canciones, el teatro. Hicimos tantas cosas, hicimos proyectos 360. No hay muchos que hayan hecho esto. Yo me guío por Disney, que creo que son los únicos que han trabajado en este sentido. Siempre digo que Netflix es maravilloso pero si deja de existir da lo mismo, no tiene mística. Telefe y todo lo que hicimos tiene una mística y una nobleza que seguirá durando a lo largo de la vida. La gente se acuerda de todo. Cada proyecto se hizo con tanto corazón, nunca trabajé por encargo y en el caso de Floricienta fue uno de los que más amé. Aunque no sé cuál amé más, fueron todos increíbles.
-¿Sentís como si fueran hijos a estos proyectos?
-Sí, son como hijos los proyectos, pero también todos los que participaron en ellos. Son una gran familia. A Isa [Macedo] no la veo hace como 8 años y hablando con ella me pareció que la había visto hacía 10 minutos. Todo lo que decía nos reencontraba con el pasado.
-Tenés una batería de éxitos: desde Chiquititas, Verano del 98, Rebelde Way, Casi Angeles, Floricienta... ¿Cómo te surgen las historias y cómo es el proceso de ponerlas en marcha?
-Yo a los proyectos los sueño y los empiezo a hacer. Debo ser de las únicas en el país que tiene esta metodología. Trabajo como Netflix: salía al aire con 40 y pico de capítulos grabados porque sabía que tenía que hacer un teatro e iba a estar 2 meses con eso y no se podían hacer las dos cosas al mismo tiempo. Siempre trabajé mucho las estructuras de los capítulos a lo largo de todo el año para saber hacia dónde íbamos.
-¿Te sorprendió la decisión de Gil Navarro de no continuar en la segunda temporada?
-Por supuesto. Muy poca gente lo sabe y me dice: "¿Por qué mataste al Freezer?". Yo no lo maté, se mató solo. Me sorprendió que Juan se quisiera bajar en pleno éxito. Yo hubiera seguido, a parte lo quiero un montón y lo hubiera querido tener de por vida conmigo porque es un actorazo, pero vaya a saber cuál era el motivo que lo llevaba a sentir que quería seguir otro camino. Eso fue tremendo, pero al ir tan adelantados tuvimos la oportunidad de pensar un final como el que fue... Lo que no podíamos hacer era que él la dejara porque además íbamos a hacer un segundo año. Fue sumamente creativo el final. El otro día charlaba con Mario Pergolini y decíamos "qué increíble": él era Dios y el cielo era un campo de golf. Fue muy divertido. Tampoco podía ser un final dramático. Pero, bueno, se fue, apareció otro actor [Fabio Di Tomaso] y fue maravilloso.
-Con Polka en crisis, las producciones paradas y un panorama que ya venía complicado y que empeoró aún más con la pandemia, ¿cómo ves el futuro de la industria?
-Me da muchísimo dolor. No un dolor que esté atado al pasado maravilloso y que el futuro no lo va a ser. Al contrario, yo voy para adelante. Tengo una frase en francés que dice: "Yo avanzo". Telefe fue el primer exportador junto conmigo, con Chiquititas, como formato de televisión. Éramos los exportadores más importantes de Latinoamérica con todas las ficciones que hacíamos. Perdimos ese rol a lo largo del tiempo y lo fueron ganando Israel, Colombia, México y, ahora, España. No logro registrar cuál fue la causa más allá de un tema claramente complejo de nuestro país, pero casi todo lo que fue la televisión en el mundo ha perdido calidad, incluso en los Estados Unidos. Aunque en Gran Bretaña hay una tele que te morís y España, que nos compraba todo y no te tiraba una serie como la gente, hace unos años está sacando un material impresionante.
-¿Qué pasó en la Argentina?
-Lo perdimos por muchas razones: por lo económico, pero también creo que cuando la televisión decidió no hacer cosas para chicos y jóvenes empezó a caerse. No sé por qué tomaron esa decisión. Yo no quise hacer más cosas que no fueran las mejores porque estaba en juego toda una historia. Entonces empecé a trabajar para afuera porque era más fácil, porque no hay tantas reglas ajenas a la creación en torno a sindicatos, a los actores... Me acuerdo que en Mesa de noticias trabajábamos 12 o 14 horas y éramos felices. El actor necesita actuar. Esta cosa de empezar a regular todo desde un lugar que no tiene nada que ver con lo creativo en algunos países ha generado problemas. Colombia está trabajando genial, Puerto Rico, también. Muchos proyectos nuestros están viéndose en otros lugares. Te duele porque nuestro país tiene actores increíbles, tenemos grandes paisajes llenos de naturaleza, la creatividad que hay en este país es alucinante, pero todo lo de alrededor es muy complicado.
-¿Pensás que el boom de las plataformas de streaming complicó más las cosas?
-El mundo cambió y está muy bien. Yo voy a producir para plataformas. Está Rebelde Way en Netflix. Más allá de todo eso, España tiene una televisión muy fuerte. Se trata de monopolios gigantescos con otro tipo de mediciones, no tienen rating, con flexibilidad. Juegan otro juego y será el juego que hay que jugar. Pero más allá de las plataformas también hay algo en nuestro país que hizo que hayamos perdido la hegemonía de las producciones. Me parece fascinante tener a Floricienta en Telefe en lugar de tener una novela turca. Nos encantan las novelas turcas como a ellos les encantan las nuestras. Toda Europa del Este adora nuestras novelas. He viajado por todos lados y me conocen. En Israel estuve 8 veces por proyectos, este año iba a ir con Marley, pero no se pudo por la pandemia.
-Además que emitan Floricienta es una forma de que los actores, que son de los más perjudicados por la pandemia, cobren...
-Cobran bastante, está muy bien pautado. Eso nos perjudica a los productores porque a la hora de poner una novela que ya se hizo, el canal calcula un gasto grande que tiene que pagar por las latas, que antes se vendían fácilmente. Acá en la Argentina cuesta más, tienen que ser programas como éste que lo sienten como algo seguro que les va a dar rédito porque les sale caro.
-También muchos artistas encontraron en el streaming una forma de sobrevivir en estos tiempos, ¿ves lo que se está haciendo?
-Extraño mucho el teatro por esa cosa de recibir ese alimento del alma que es la creación, pero me parece que es maravilloso reinventarse. Yo tengo pensamientos laterales: llegó el momento de reinventarnos. Estamos en una pandemia y tenemos que hacer cosas para ver qué pasa. Hay cosas interesantes, algunas no son tan buenas. Son cosas que llegaron para quedarse. Esta pandemia nos ha modificado en todo. Vino a revolucionarnos, a enseñarnos a pensar en el otro, a tener nuevas propuestas para tener nuevas formas de vivir.
Otro mundo
La cuarentena agarró a Cris Morena en pleno desarrollo de un proyecto en el que está trabajando desde hace cuatro años: Otro mundo, una escuela artística en la que pondrá a disposición de sus alumnos todo su legado. Si bien ya estaba casi lista, el Covid-19 modificó todo: no solo no tiene fecha de apertura sino que tampoco hay muchas certezas sobre cómo será el mundo después de que se controle el virus. "Nosotros tuvimos suerte porque lanzamos la campaña de Otro mundo, antes de saber que iba a pasar todo esto. Y eso me permitió ver todos los videos en estos meses de los niños y jóvenes que quieren participar de este semillero", cuenta.
Y agrega: "Celebro la vida todos los días por tener esta pasión por continuar en algo diferente a lo que vengo haciendo hasta ahora, aunque tiene mucho que ver. Generar un semillero de artistas va a ser algo muy potente, poderoso. Va a generar una industria creativa muy interesante como en otros momentos sucedió con los jóvenes. Me tiene entusiasmada".
-Es algo que ya venías haciendo en tus programas, ¿Otro mundo está inspirado en las escuelas que se montaban en tus proyectos?
-Claro, es replicar lo que hice a lo largo de 30 años con toda la cantidad de grupos de chicos con los que trabajé. Hubo un aprendizaje más allá de lo actoral, cantar, hacer música y componer, también en lo personal. Fueron creciendo de una manera muy particular en nuestros pequeños mundos que fuimos creando a lo largo de todos estos años. Siempre con mucho respeto entre todos. Me encanta estar con gente joven. Entiendo que no estamos pasando un buen momento y eso me ocupa bastante el pensamiento.
-¿Cómo estás llevando los días adentro de casa?
-Con mucho trabajo. Pensé que iba a ser rarísimo y resultó bastante interesante. Fue reencontrarme con mi propia casa en la diaria y sola. Fue una experiencia muy buena. Yo en general volvía a las 8 de la noche y me iba a las 9 de la mañana. Eso de estar en casa regando las plantas, limpiando, cocinando, viviendo conmigo misma y mis dos gatos estuvo bueno. Lo que extraño mucho, más allá de los afectos, es el hecho de ir a tomar algo con amigas, a comer, los restaurantes...
-Muchos de esos espacios están cerrando...
-Creo que la que peor la pasa es la gente que está conviviendo con alguien que no quiere. Toda la violencia, mujeres, niños, jóvenes. También los niños necesitan socializar, pero por otro lado muchos papás han recuperado toda esta cosa de familia, de pareja. Están viviendo este idilio de pasar tiempo con sus hijos. Pero hay otra gente que la está pasando muy mal, me da pena ver llorar a hombres o mujeres que tienen que cerrar sus comercios, algunos que heredaron y que tienen 30 años, o que ellos mismos crearon. Por más que yo esté feliz con lo que me está pasando, no dejo de pensar que uno no puede ser feliz donde la inmensa mayoría no puede serlo. Es todo un tema. Yo creo que va a costar, pero vamos a salir mucho más fuertes.
Para Cris la solución no es la vacuna sino la inmunidad del rebaño y si bien entiende que la situación es difícil, para ella es una oportunidad para mirar para adelante. "Lo mío es una jugada super arriesgada, la inversión es toda mía y se trata de un espacio físico. También estamos pensando en una parte virtual. Se han anotado personas de diferentes países", dice sobre su nuevo "hijo". Y agrega: "Argentina es un misterio, más allá de la pandemia. Creo que tenemos que aprender a convivir con la enfermedad, estar encerrados no es la solución".
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