A siete años de la muerte de Cory Monteith, el joven actor que vivió entre el éxito y las adicciones
A siete años de su muerte, el recuerdo de Cory Monteith sigue intacto. Si cerramos los ojos, todavía podemos verlo en la ducha de McKinley High School, interpretando un tema a viva voz, con una sonrisa y su calidez de siempre, esa que traspasaba la pantalla en cada episodio de Glee.
Sin dudas, su repentina e inesperada partida provocó una gran conmoción en el mundo del espectáculo y, sobre todo, en sus fans. Hace siete años, más precisamente el 13 de julio de 2013, el actor fue encontrado sin vida en la habitación de un hotel de Vancouver, en Canadá, debido a una intoxicación por mezclar drogas y alcohol.
Si bien su muerte sorprendió a allegados y seguidores, este joven -oriundo de Calgary- tenía un historial en el uso de drogas ilícitas, con períodos intermitentes de rehabilitación y recaídas. De hecho, unos meses antes de su deceso se había internado voluntariamente en un centro de adicciones, como también lo hizo a los 19 años, con el único objetivo de recuperarse. "Quiero estar mejor", había expresado en una reunión con Ryan Murphy, uno de los creadores de la serie de Fox, tras haber sido descubierto en una nueva recaída.
Un mes después, Monteith salió de la clínica y se mostró visiblemente recuperado, lo cual hizo de su muerte una situación aún más trágica e inesperada. "Es muy difícil de explicar lo devastador que es todo esto. Somos un grupo de gente muy unida que quería verlo a Cory sobrio. Cuando tuvimos un incidente en marzo, y nos encontramos que estaba tomando nuevamente, organizamos una intervención en mi oficina con la gente adecuada", aseguró Murphy muy compungido al enterarse de la noticia.
Y como pasa siempre, cuando ocurren este tipo de hechos, uno vuelve hacia atrás intentando encontrar en cada palabra, gesto o acción una señal o advertencia de lo que estaba por venir. "Creo que en la vida hay que ser amable con todo el mundo, tratar de sonreír siempre y apreciar las cosas, ya que nunca sabemos en qué segundo se nos puede ir todo", declaraba en una entrevista, quien había saltado a la fama de la mano de Finn Hudson, uno de los personajes más seductores de Glee.
Es así. Todo se reduce a un segundo. En el caso del actor, fue ese en el que sintió, solo en el Hotel Fairmont Pacific Rim de Vancouver, que los demonios volvían a ganar la batalla una vez más. La combinación de heroína con alcohol fue letal y el galancito, que esa misma noche estaba tuiteando sobre lo que veía en televisión, perdía la vida a los 31 años.
La noticia golpeó a sus dos familias. A esa de sangre que lo acompañó en su lucha contra las drogas desde los 12 años y a la de la ficción, con la que compartió horas de grabaciones y que nunca se cansó de remarcar la humanidad y luminosidad de Monteith. "Estamos realmente devastados por esta trágica noticia. Cory era un talento excepcional y una persona aún más extraordinaria. Fue un placer trabajar con él y vamos a extrañarlo tremendamente. Nuestros pensamientos y plegarias están con su familia y sus seres queridos", expresaban en un comunicado los productores ejecutivos de la serie de Fox ante la terrible pérdida.
El 17 de julio, el cuerpo de Cory fue cremado y sus cenizas fueron esparcidas en varios de sus lugares favoritos en Vancouver. Si bien era de público conocimiento la mala relación que mantenía con su padre, llamó poderosamente la atención la ausencia de éste en la despedida de su hijo. "Siempre he amado a mis hijos y voy a extrañar mucho a Cory. Estoy muy triste por el hecho de que no pude ver a mi hijo antes de que fuese incinerado", comentaba Joe Monteith dolido por no haber sido invitado al funeral.
Días después, comenzaron los homenajes dentro y fuera de la pantalla chica. La puerta de los estudios Paramount -donde se grabó la serie - se convirtió en una especie de altar que se llenó de flores, cartas y velas en tributo a Cory.
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En cuanto al recuerdo en Glee, sus creadores dedicaron el tercer episodio de la quinta temporada en su honor. "Él era una persona muy querida por todos, era el campeón de los artistas jóvenes, y espero que así se lo recuerde. Muchos chicos han visto cómo creció su personaje de Finn en el programa y ese es el legado que dejó Cory", expresaron Ryan Murphy, Brad Falchuk e Ian Brennan dando cuenta de lo mucho que se lo iba a extrañar en el proyecto.
La repentina muerte del artista descoloco a todo el equipo, quien decidió tomarse un tiempo para analizar cómo continuaban con la exitosa historia, de hecho en un principio hasta consideraron terminarla de manera definitiva. "Una vez que se emita el homenaje, vamos a estar fuera del aire por tiempo indeterminado para decidir qué es lo mejor para el show", relataba Murphy con ansias de un impasse para asimilar la pérdida.
Sin embargo, fue Lea Michele, coestrella de la serie y última pareja del actor, quien lo persuadió para que hiciera lo contrario: "Si ella me hubiese dicho que no podía seguir, todo se hubiese terminado, pero no es así como Lea funciona. Ella maneja las situaciones con gracia y humildad y quiso continuar. Nunca conocí a una mujer de 26 años tan fuerte", advirtió el creativo.
Mientras que, en cada aniversario, sus compañeros de elenco lo recuerdan como "un alma hermosa pero imperfecta, a quien hay que recordar en su totalidad", su familia asegura que todavía lo extraña y, a pesar de los años, aún siente "esa sensación de vacío".
Sus últimos días
Llegado a Vancouver el 6 de julio, Cory hizo su check in en el Fairmont Pacific Rim y luego, salió con unos amigos a pasear por la ciudad. A lo largo de su estadía, visitó algunos bares, locales de ropa y disfrutó de los paisajes más emblemáticos de la ciudad. Dos días antes de encontrar su cuerpo sin vida, se supo que Cory disfrutó de una cena tranquila "con muchas risas" con una de sus mentoras en la actuación, la actriz y directora de castings, Maureen Webb.
"Se veía tan bien, tan saludable", le contó a la revista People la cofundadora del Project Limelight Society, una asociación de caridad de Vancouver a la que el actor era muy cercano. "No lo había visto tan bien en mucho tiempo. Comimos un montón y tomamos limonada", aseguró descartando que hayan consumido alcohol esa noche.
Durante la cena, Monteith le comentó que quería involucrarse más en los programas de arte sin fines de lucro para niños. "Le dije: 'Recuerdo cuando hablamos por primera vez de ese proyecto. Ahora está ocurriendo' y su cara se iluminó. Estaba realmente contento", agregó sobre las ganas de trabajar juntos en caridad.
Casi una semana después de su muerte, también apareció un video que la estrella teen grabó mientras volaba a Canadá. Una azafata le pidió un mensajito para la hija de su novio, que era su fan, y ese es el último registro que quedo de él. Contento y muy paternal, sus palabras fueron claves para reflejar el momento que estaba viviendo: "Quería grabarles este video para que se mantengan lejos de los problemas", aconsejaba sin imaginar lo que le ocurriría días después.
Camino a la fama: de adolescente rebelde a estrella de TV
Como sucedió con muchos de sus compañeros, la carrera de Monteith solo alcanzó notoriedad cuando se presentó al casting de Glee, la serie que supo ganarse el corazón de los adolescentes contando el "lado B" de los integrantes de un coro de la escuela secundaria. Previamente, Cory solo había sido parte de un puñado de películas que pasaron inadvertidas por la pantalla grande y de algunas producciones televisivas como Smalville y Supernatural.
Antes de comenzar su carrera actoral, y convertirse en el ídolo teen del momento, Monteith tuvo una adolescencia complicada. Tras abandonar sus estudios, el joven se ganó la vida trabajando en un supermercado, manejando un taxi y arreglando autos.
Hijo de un militar del ejército Canadiense y una decoradora de interiores, Cory se crió junto a su madre y su hermano en Victoria, Columbia Británica teniendo muy poca relación con su padre. A los 12 años, comenzó a fumar marihuana y a beber alcohol, así como también a ausentarse del colegio. Luego de asistir a 16 escuelas diferentes, incluidos programas para adolescentes problemáticos, el canadiense dejó sus estudios. Para esa edad, sus adicciones ya eran serias y había comenzado a cometer pequeños delitos como robar dinero a sus conocidos para solventar sus vicios.
"Robé mucha plata, una suma significante, y sabía que me iban a descubrir, pero estaba tan desesperado que ni siquiera me importaba esa posibilidad. Un día me confrontaron y dije 'sí, fui yo', las palabras más honestas que había dicho en muchísimo tiempo", contó Monteith, en una de las pocas entrevistas en las que habló de sus adicciones.
Amenazado por su familia -que había decidido denunciarlo si no cambiaba el rumbo de su vida- el actor aceptó someterse a un tratamiento de rehabilitación a sus 19 años. Tras un camino lleno de recaídas e intentos por salir adelante, Monteith por fin tomó las riendas de su destino y se grabó cantando "Can't Fight This Feeling", video que envió a los directores de casting de Glee. El resto, como dicen, es historia.
Su personaje, Finn Hudson, cambió su vida para siempre. "Me sentía como un chico, buscando algo en lo cual estar interesado, lo cual me apasionara; a fin de cuentas, solo necesitas que te lo permitan, y no solo me refiero a Glee sino a cualquier otro aspecto de la vida", comentaba sobre su brillante audición que le abrió camino a la fama.
En la serie, el actor que interpreta al típico jugador de fútbol americano que se burla de los nerds logra revelar otras facetas cuando ingresa al Glee Club, donde -además de cantar- forma parte de un atractivo triángulo amoroso con Quinn Fabray (Dianna Agron) y Rachel Berry (Lea Michele), de quien para sorpresa de la audiencia -o quizás como consecuencia de los deseos de la audiencia- terminó enamorándose perdidamente en la vida real.
Más allá de este trío, los momentos más conmovedores que tuvieron como protagonista a Monteith fueron aquellos en los que compartió pantalla con Kurt (Chris Colfer), su hermanastro en la ficción, con quien también mantuvo un gran vínculo fuera del set.
"Yo nunca me sentí respetado por la gente, pero cuando entré a Glee eso cambió. Hubo personas que me arroparon con cariño, para mí el más importante fue Cory, a quien considero realmente como el hermano mayor que nunca tuve", señaló Colfer muy golpeado por su muerte, ya que "la forma en la que falleció no representaba su manera de vivir".
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A diferencia de su amigo o de su novia cantante, Cory nunca se destacó por tener una gran voz o habilidad interpretativa. Sin embargo, fue su gran carisma lo que le hizo ganar el corazón del público y de sus compañeros.
Fuera de libreto
A pesar de las versiones que aseguraban que su relación con su compañera de elenco, Lea Michele, era una movida de prensa ("algo armado para alimentar el fanatismo por ellos en la pantalla"), los más allegados aseguran que la pareja estaba muy enamorada y hasta habría llegado a comprometerse.
La cantante y el actor se conocieron en el rodaje de Glee y, aunque su romance se dio a conocer con el correr de varias temporadas, salieron durante casi un año y medio. Real o no, de ese vínculo sentimental hay algo que sí resulta indiscutible: la pareja pasó por momentos difíciles y Lea fue una compañera muy fiel en esa dolorosa y ardua batalla del actor contra sus adicciones.
Cuando Monteith ingresó a rehabilitación de manera voluntaria, tres meses antes de su muerte, la actriz emitió un comunicado de prensa demostrando su apoyo incondicional: "Amo a Cory y voy a estar a su lado; estoy orgullosa y agradecida de que haya tomado esta decisión".
Hace poco se supo que, al momento de conocer la noticia de la muerte de su novio, Lea estaba disfrutando de una divertida noche de chicas en Los Ángeles. Según la revista People, la artista teen empezó a gritar y a temblar. Tras el shock inicial, vino el silencio, el dolor y la decisión de transitar el duelo rodeada de su familia, de sus amigos y del entorno de su chico."Cory estará por siempre en mi corazón", fue su primer mensaje en Twitter mientras agradecía el apoyo de todos sus colegas y fanáticos.
"Kate Hudson me ofreció vivir un tiempo en su casa porque la mía estaba llena de recuerdos. No es fácil pasar el duelo con la mirada de la prensa encima. Siempre están pendientes de todo, y especulan si reís o si llorás, por eso mi duelo fue totalmente en privado y a Cory lo recuerdo como el gran hombre que era", advertía la actriz sobre su decisión de alejarse de los medios por un tiempo.
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Su primera aparición pública fue, exactamente un mes después, en una ceremonia de los Teen Choice Awards."Solo quería estar aquí hoy para agradecer personalmente a todos ustedes, y decirles todo lo que significó su amor y apoyo para mí durante estas difíciles semanas. No es que tuviera dudas antes, pero son sin lugar a dudas los mejores fans del mundo", confesaba ante un sinfín de flashes que no cesaban de disparar.
Con su estatuilla a "mejor actriz" en mano, Michele le dedicó su triunfo a su amor. "Quiero dedicar este premio a Cory, a todos aquellos que lo amaron y lo admiraron tanto como yo lo hice. Les prometo que con su amor, vamos a pasar por esto juntos", confesó emocionando al público, que instantáneamente se volcó a las redes sociales para dejarle nuevos mensajes de apoyo.
Sin embargo, la parte más emotiva vino con el discurso final: "Fue muy especial para mí y también para el mundo, fuimos muy afortunados de ser testigos de su increíble talento, su hermosa sonrisa y su hermoso, hermoso corazón. Ya sea que lo conocieran personalmente o simplemente como Finn Hudson, Cory se convirtió en una parte de todos nuestros corazones, y ahí es donde se quedará para siempre", concluyó, con lágrimas en los ojos.
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El tiempo pasó y su situación sentimental cambio (en 2018 contrajo matrimonio con su gran amigo Zandy Reich y actualmente se encuentra esperando a su primer hijo), sin embargo su recuerdo sigue intacto. Año tras año, la actriz se toma unos minutos para dedicarle unas palabras en sus redes sociales y recordar lo maravilloso que fue tenerlo en su vida.
De hecho, su eterno homenaje quedará grabado por siempre en su piel, ya que la cantante decidió hacerse varios tatuajes en su honor. Al nombre de "Finn" en uno de sus muslos, también se sumaron el número "5" (en referencia a la camiseta que el personaje llevó como mariscal entre 2009 y 2013) y las últimas palabras que compartieron juntos: "Yo te quiero más" y "Si tú lo dices…".
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