El actor reveló que sus problemas de adicción comenzaron cuando su padre lo introdujo en el mundo de las drogas desde pequeño; tras su muerte, el protagonista de Iron Man realizó una producción que registra el vínculo que tenía con él y cómo logró perdonarlo
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Cuando el 7 de julio de 2021 falleció su padre, Robert Downey Sr., su hijo, el prolífico actor Robert Downey Jr., le dedicó un sentido posteo que dejaba al descubierto cómo, con los años, logró perdonar a esa figura paterna que lo introdujo a un verdadero infierno. “Papá murió pacíficamente mientras dormía, después de soportar durante años el deterioro causado por el Parkinson. Fue un verdadero cineasta independiente y, a pesar, de todo mantuvo siempre su optimismo”, escribió el protagonista de Iron Man en una publicación de Instagram en la que se destacaba una sonriente imagen en blanco y negro de su padre, un exponente de la contracultura de los 60 y 70, realizador de la sátira Putney Swope y de los primeros films en los que su hijo estuvo frente a las cámaras: Pound (1970), Greaser’s Palace (1972) y Up the Academy (1980).
En su texto, el hijo de ese hombre que se sentía cómodo en el terreno experimental y que coqueteaba con el surrealismo, también le dedicó unas palabras a la tercera esposa de su padre, Rosemary Rogers-Downey, la humorista y autora con quien el cineasta estuvo en pareja desde 1998 hasta el día de su muerte. “De acuerdo a los cálculos de mi madrastra, estuvieron felizmente casados por poco más de 2000 años. Rosemary, sos una santa, y nuestros pensamientos y oraciones están con vos”, remarcó el actor.
Robert Downey Sr. logró irse en paz, consigo mismo y con su entorno, algo impensado décadas atrás cuando la relación con su hijo era tirante debido a lo que este debió lidiar desde pequeño. A los cinco años, su padre ya lo estaba retratando con la cámara para el mencionado film Pound y a los siete era parte de un western dirigido también por su progenitor. Tanto Robert como su mamá, Elsie Ann Ford, le inculcaron su pasión por las artes, lo que explica la celeridad con la que el nominado al Oscar decidió formarse profesionalmente.
A sus 10 años, su familia se mudó a Londres, ciudad en la que el actor estudió ballet y, ya en su adolescencia en 1978 cuando todos se instalaron en Nueva York, empezó a formarse como intérprete en el centro de formación en las artes, Stagedoor Manor. La armonía familiar empezó a verse alterada y cuando Robert estaba por cumplir tan solo 11 años: él y su hermana Allyson sufrieron ante el inesperado anuncio de divorcio de sus padres. En ese clima, el niño se fue a vivir con Robert Downey Sr. a California y empezó a consumir drogas. El cineasta era adicto y cuando su hijo tenía seis años ya había comenzado a darle de tomar alcohol pensando que no estaba haciendo nada malo. Al poco tiempo, no tardó en introducirlo en el mundo de la cocaína. “Había mucha marihuana y cocaína en casa, por todos lados”, recordó Downey Jr. en una entrevista concedida en 1998.
Para el actor, cuya óptica era la de un adolescente en formación, que su padre lo invitara a consumir con él era una manera de reforzar el lazo que tenían, uno que se había trasladado también a la actuación. “Cuando mi padre y yo nos drogábamos juntos era como si él estuviera expresándome su amor de la única manera en la que sabía hacerlo”, expresó Downey Jr., consciente de que su padre estaba enfermo y de que no trataba sus adicciones. En una de las pocas declaraciones que brindó el fallecido cineasta y actor al respecto, hizo un mea culpa y habló de la inconsciencia con la que se manejaba en esa época de su vida.
“Una vez le di de probar alcohol a Robert, después le hice probar marihuana y de repente supe que había cometido un terrible y estúpido error, creía que lo que estaba haciendo era divertido”, expresó. Si bien su hijo terminó perdonándolo y generando empatía con las adicciones con las que su padre estaba batallando, su propia adicción lo llevó a un camino muy oscuro sobre el que siempre habló con total candidez.
"Creo que mi padre se drogaba conmigo porque era la única manera que conocía para expresarme amor"
Robert Downey Jr.
Entre 1996 y 2001, el actor -quien ya se había consagrado en la industria gracias a sus interpretaciones en Chaplin, Short Cuts y Asesinos por naturaleza- fue arrestado en múltiples ocasiones por posesión de cocaína y marihuana, e incluso en una de ellas llegó a describirle al juez cómo era su mentalidad en ese preciso momento: “Siento que tengo un arma apuntando mi boca y el dedo en el gatillo, y es como si me gustara el sabor del metal”. La autodestrucción lo llevó a permanecer por años fuera de Hollywood, y su regreso en 2000 con el rol de Larry Paul en la serie Ally McBeal tampoco lo ayudó. En 2002, el creador del drama legal protagonizado por Calista Flockhart, David E. Kelley, debió echarlo del set a pesar de su enorme carisma, obligándolo así a empezar de cero.
En cuanto al plano personal, las adicciones también fueron la causa principal de la disolución de su primer matrimonio. Downey Jr. se casó con la actriz y cantante Deborah Falconer en 1992, tan solo dos meses después de haber iniciado el noviazgo y haber convivido la misma cantidad de tiempo. Un año después de haber iniciado la relación, la pareja le daba la bienvenida a su hijo, Indio.
A medida que ese matrimonio sumaba capítulos, el actor se deterioraba sin poder controlarlo. En una de sus últimas internaciones en una clínica de rehabilitación en 2001, Falconer decidió dejarlo y se llevó a su hijo a vivir con ella. Tres años más tarde, se firmó el divorcio. “Lo primero que tenía que hacer era salir de la cueva. Muchas personas salen pero no cambian, entonces lo que hay que hacer es salir y reconocer que estás negando de manera agresiva tu destino”, le manifestó el actor a Vanity Fair sobre ese momento oscuro , y también aludió a las adicciones de su hijo Indio, quien fue arrestado en 2014 por tenencia de cocaína. “¿Podés ayudar a alguien a salir del bosque? Sí, sí podés: siempre y cuando no te pierdas al buscarlo”. Sin él tampoco advertirlo, había reiterado la conducta de su padre. De todas formas, la necesidad de estar allí para su hijo y la llegada de la productora Susan Levin a su vida lo despertaron.
“Fue el 4 de julio de 2003. Paré en un Burger King, tiré las drogas que tenía en el océano, y me dije a mí mismo que había terminado con eso para siempre”, recordó Robert y añadió: “La vida puede presentar giros extraños, vueltas, nunca sabés cuándo las cosas van a cambiar realmente. Eso sentí cuando la conocí a Susan. Estaba en Los Ángeles desde hacía 20 años y de repente me invadió esa sensación de que la vida tiene ciclos, y la mejor manera de explicar lo que me pasa es diciendo que en un punto me empecé a parecer más a mi mujer. Todavía es algo que estoy intentando discernir. Antes de conocerla, estaba hambriento de cosas que después ya carecerían de sentido”.
La pareja se casó en 2005 y también decidió trabajar a la par con la productora Team Downey, que se puso en marcha en 2010. En una de esas vueltas impredecibles de la vida que mencionó el actor, dicha productora estrena este viernes en Netflix, Robert Downey Sr., el documental sobre el padre del actor y el vínculo que tenían.
El arte como forma de sanación
Robert Downey Sr. [cuyo título original es simplemente “Sr.”] fue dirigido por Chris Smith, responsable de series documentales como FYRE: la fiesta más exclusiva que nunca sucedió, Tiger King y Bad Vegan: Fama. Fraudes. Fugitivos., todos ellos disponibles en Netflix, y tuvo su estreno en septiembre en el Festival de Cine de Telluride, antes de su desembarco en la plataforma. De acuerdo a lo que adelantó Downey Jr., se trata de una producción de gran vulnerabilidad, que no solo registra los momentos difíciles que atravesó con su papá producto de las adicciones y luego de su enfermedad de Parkinson sino también aquellos en los que Robert Downey Sr. daba rinda suelta a su creatividad. En este punto, el documental es un homenaje a su obra y a sus invaluables aportes a la contracultura.
“Es una suerte de historia de redención que no tiene un final feliz”, contó el actor de Una guerra de película, e hizo una salvedad: “Pero es divertido, y esas son siempre mis historias favoritas”. De todos modos, Robert Downey Sr. retrata episodios muy duros, como las últimas visitas del actor a su deteriorado padre, que se produjeron a la par del triste fallecimiento de su suegro en medio del rodaje. “El padre de Susan murió en plena pandemia, así que ella estaba lidiando con su duelo, pero a la vez ayudándome a homenajer a mi propio padre”, contó el actor, quien le pidió a Smith que su documental pusiera sobre la mesa todos los instantes de quiebre.
“Hay un momento en que lloro hablando con mi terapeuta que supe que se tenía que ver, no quería restricciones”. Por otro lado, el documental también muestra a Robert Downey Sr. junto a su hijo y a uno de sus tres nietos, Exton. “En un punto, no es la historia de mi relación con mi papá, es una meditación sobre los contextos, las etapas y las generaciones. Pienso que sería extraordinario que esta generación tenga más posibilidades de hacer arte sin la parte traumática”, remarcó el actor quien, de todas formas, canalizó parte de su historia a través de un trabajo de profunda sensibilidad.
“Al final del día soy un hombre convencional al que le gusta dejar la ropa preparada para el día siguiente, y pensar que algo tan simple como eso tiene un significado, porque lo cierto es que por años nada tuvo sentido para mí”, llegó a decir Downey Jr. cuando evocaba esa adolescencia que marcó los años posteriores de los que logró reponerse, aquellos que no elude sino que asume con sabiduría. “Tuve tiempo para limpiarme de una primera parte de mi vida, y ahora no me gusta hablar de fracasos sino de la humildad que hay que tener para afrontarlos”.
Robert Downey Sr. se estrena el viernes 2 de diciembre en Netflix.
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