El intérprete irlandés de 46 años tuvo una vida sentimental intensa, es padre de dos hijos, pero no pasó por el altar; fue vinculado a Britney Spears y Angelina Jolie y entabló un vínculo especial con la estrella de Cleopatra al que definió como “muy estrecho”
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A Colin Farrell no suelen preguntarle demasiado por su vida privada, pero la excepción a la regla fue lo sucedido en la rueda promocional de la excelente película de Yorgos Lanthimos, Langosta, que precisamente aborda el concepto de “almas gemelas” bajo la original óptica del realizador griego. En ese momento, el irlandés, quien nunca contrajo matrimonio, brindó su perspectiva de los vínculos.
“Creo que cada persona tiene un propósito en esta vida y no creo que sea la de encontrar a alguien con quien estar para siempre”, respondió con franqueza. “Me parece muy fuerte el hecho de elegir a una persona para compartir todos los días de tu vida, aunque sea algo muy bello, porque definitivamente pienso que la experiencia compartida es una de las cosas más hermosas que podemos experimentar”, añadió el actor que este año recibió su primera nominación al Oscar por su sensible interpretación en Los espíritus de la isla.
Su mirada acerca de las relaciones y lo complejo que es encontrar a alguien con quien tomar la decisión consciente de formalizar en todo el sentido del término lo condujo a conocer personas que, como él mismo asevera, le permitieron disfrutar de “la belleza de la experiencia compartida”, pero con quienes no logró sostener el vínculo a lo largo del tiempo, ya sea por batallas personales como por incompatibilidad en los tiempos y el ritmo de vida de cada uno. Este año, se confirmó su separación de Kelly Macnamara, con quien estuvo en pareja por cinco años. De acuerdo con los trascendidos, el compromiso del actor con su trabajo fue lo que eventualmente afectó la relación con la asistente personal del guitarrista de U2, The Edge.
“Colin había estado muy abocado al rodaje de Los espíritus de la isla y su agenda movida terminó afectando el noviazgo con Kelly”, le contó una fuente al periódico The Sun. Poco tiempo antes de dicha confirmación, el propio Farrell había pintado un panorama poco alentador sobre la situación con Macnamara en declaraciones a la prensa. “Mi novia viaja demasiado y yo también, en un punto somos como dos barcos que se cruzan en la noche, solo nos falta generar un punto de encuentro”, había expresado. Lamentablemente, y aunque lo intentaron, Colin y Kelly no pudieron lograr afianzar una relación en la que se veían en muy pocas ocasiones. Por lo tanto, el irlandés se encuentra nuevamente soltero, pero focalizado más en su sobriedad, en su carrera y en sus dos hijos que en volver a apostar por el amor… Al menos por ahora.
Amelia Warner, flechazo inmediato y ¿boda secreta?
En el 2000, el actor asistió a la premiere de la película Letras prohibidas, la leyenda del Marqués de Sade, cruzó miradas con la cantante y actriz británica y comenzaron un noviazgo a los pocos días. Al año siguiente, la prensa aseguraba que la pareja se había casado en una ceremonia no legal, pero ninguna de las partes salió a confirmar o a desmentir las versiones. Meses más tarde, ya se habían separado.
Farrell fue muy escueto respecto a las razones de la ruptura, y se limitó a decir que la relación había avanzado demasiado rápido y que ellos eran “muy jóvenes” para procesar lo que les estaba pasando. En efecto, el actor tenía 24 años y no estaba listo para pasar por el altar. Lo mismo experimentó Amelia, quien en 2013 contrajo matrimonio con otro intérprete irlandés: el actor de Belfast, Jamie Dornan.
La llegada de su primer hijo en un momento bisagra
Tras su separación de Warner, Colin se enamoró de la modelo Kim Bordenave, con quien tuvo una relación de dos años que parecía destinada a durar más tiempo. En 2003, la pareja le dio la bienvenida al primer hijo del actor, James Padraig, quien actualmente tiene 19 años. El nacimiento de James cambió radicalmente la vida de Colin, quien batalló contra las adicciones teniendo en mente que no quería ser una figura ausente en la cotidianidad de James, quien además había sido diagnosticado con el síndrome de Angelman, un trastorno neurogenético poco frecuente.
En una gala en la que se recaudaron fondos para avanzar en la investigación sobre el síndrome, Farrell tomó la palabra y conmovió a los presentes. “Nunca lo olvidaré. Los primeros pasos de un niño es siempre una experiencia muy profunda. Los padres se ponen muy mal si se lo pierden, las lágrimas pueden salir de repente, y es un momento tan enorme en el desarrollo de la vida de un niño y en la relación entre él y los padres, que es inolvidable”, dijo al inicio de su discurso.
“Pero cuando te dicen que tu hijo podría no caminar y luego tu hijo sí camina, dos semanas antes de cumplir cuatro años, la ausencia magnifica la presencia, y genera una unión en la familia”, sumó, en relación a los obstáculos que fue superando su pequeño. El actor también manifestó que James “es perfecto”, “una persona mucho más buena de lo que yo fui o de la que podrá llegar a ser, espero que haya heredado los aspectos positivos de su papá”, y luego expresaría lo mismo de Henry, su hijo menor.
Por lo tanto, si bien el romance con Kim no prosperó, ambos mantuvieron siempre un excelente vínculo por el bien de su hijo, y la internación de Colin en un centro de rehabilitación en 2005 lo ayudó enormemente en su deseo de estar presente en todas las actividades de James.
Rumores, breves romances y el nacimiento de su segundo hijo
Luego de la llegada de James a su vida, su carrera empezó a consolidarse en Hollywood. En paralelo, Farrell era catalogado como “el galán más codiciado” y él se prestaba al juego de “venderse” como un “bad boy”, el hombre que entablaba “relaciones alocadas y salvajes”, como lo aseveraban los medios.
El irlandés fue vinculado a la cantante Britney Spears -incluso asistió con ella a una red carpet en la que aseguraron ser solo amigos- y a la actriz y directora Angelina Jolie, con quien compartió el intenso rodaje de la película Alexander de Oliver Stone. Cuando surgieron fotos de ambos captados por los paparazzi, ambos alegaron haber estado preparándose para el film. En 2006, a Colin también se lo vio con la actriz Lake Bell, y en esa oportunidad confirmó el vínculo, que resultó efímero.
En medio de la vorágine por su rápido ascenso a la fama y su lucha contra las adicciones, el actor tuvo un vínculo con la escritora Emma Forrest, quien luego declararía que estaban planeando formar una familia con Farrell hasta que el actor la dejó súbitamente.
A los meses de esa separación extraña, el irlandés se enamoró de su colega, la intérprete polaca Alicja Bachleda, y protagonizaron una película juntos: el drama de Neil Jordan, Ondine, estrenado en el año 2010, precisamente cuando se separaron.
Un año antes, en 2009, la pareja le daba la bienvenida al pequeño Henry Tadeusz. Al igual que con la madre de James, Colin y Alicja tienen un gran vínculo, y en la última entrega de los Oscar, Farrell estuvo acompañado por Henry, quien tiene 13 años.
La relación con Elizabeth Taylor que dejó una huella en el actor
“Con Elizabeth tuve la relación más romántica de mi vida”, declaró con candidez Colin Farrell cuando le preguntaron por su vínculo con la estrella de Hollywood, quien falleció el 23 de marzo de 2011, a los 79 años. El vínculo impensado surgió en los últimos años de vida de la actriz, cuando el actor se había convertido en padre por segunda vez. El actor le enviaba flores a su casa, hasta que Taylor lo invitó formalmente a que la visite.
“Ese fue el comienzo de algo que fue muy genial, que duró dos años y medio y que yo sentí como una historia romántica, posiblemente la única que tuve”, expresó el actor, quien compartió que ambos reforzaron su lazo a través de llamadas nocturnas que se volvieron una necesidad. “Ella no dormía mucho por las noches y yo tampoco, así que siempre la llamaba tarde y hablábamos muchísimo, yo la adoraba, era una mujer espectacular”, enfatizó sobre el romance tan particular que los unió en etapas clave de sus vidas.
Por otro lado, en la biografía autorizada titulada Elizabeth Taylor: The Grit & Glamour of an Icon, aparece el nombre de Farrell y los pormenores de la relación que entablaron. Los actores se conocieron en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles en 2009. La actriz se había sometido a una intervención cardíaca y Farrell estaba allí por el nacimiento de su hijo. Posteriormente, el actor empezó a tener gestos de mucho cariño hacia ella.
“Elizabeth estaba intrigada”, escribió Kate Andersen Brewer, autora de la biografía editada el año pasado. “Farrel iba una y otra vez a leerle al hospital y se sentaba en un sillón junto a su cama y ella de vez en cuando ponía grabaciones de Richard (Burton) leyendo poesía”.
Tras el fallecimiento de la actriz, Colin siguió involucrado en causas que ella apoyaba y se convirtió en embajador de la fundación de Elizabeth contra el VIH. “Fui lo suficientemente afortunado como para conocer a Liz y tuve siempre en claro lo importante que esta fundación era para ella”, declaró en 2022, cuando recibió una distinción por su trabajo. “Me siento honrado por este reconocimiento, por poder ayudar, por mantener esta misión viva”, expresó el actor en un comunicado y luego asistió a la gala donde también recordó a quien fuera una amiga, confidente, alguien que apareció para cambiarle la vida y abrir sus ojos respecto a tópicos sobre los que, debido a su ajetreada vida, nunca había mirado de cerca.
En la actualidad, el actor está solo y aseguró ser “un romántico”, aunque la construcción de su imagen para la industria haya circulado por otro carril. “Siempre fui un optimista en cuanto al amor, desde que estuve expuesto al concepto del romance, que lo pensé en buenos términos; pienso que con la adultez también contemplás el amor de manera diferente, con matices, con todo aquello que inicialmente está cubierto por un velo”.
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