A pesar de que la modelo siempre intentó mantener su vida privada en el anonimato, su mediático romance con el actor de Mujer Bonita dio que hablar, al igual que su affaire con Val Kilmer y su soñada boda con el empresario Rande Gerber, padre de sus dos hijos
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Sin dudas, Cindy Crawford es una leyenda en el mundo de la moda. Su belleza, su sensualidad y su lunar sobre la comisura de su labio superior (que se volvió una marca registrada), la convirtieron en la favorita de los diseñadores más importantes de los ‘80 y ‘90.
Con más de 800 tapas de revista a cuestas y algunos créditos en la pantalla grande, la modelo -que pertenece a la camada de supermodelos, junto a Claudia Schiffer y Naomi Campbell, entre otras- no sólo dejó su huella en las pasarelas sino también en la televisión, ya que fue la primera de todas ellas en tener su propio programa en la pantalla chica: House of style, por la por entonces mega exitosa pantalla de MTV.
A pesar de que su popularidad siempre fue inmensa, la celebrity intentó siempre mantener su vida privada lejos de los flashes. Cosa que no siempre logró, ya que vivió uno de los romances (¡y matrimonios!) más mediáticos de la histroia del espectáculo junto al actor Richard Gere.
Tras divorciarse del galán cinematográfico, la mannequin tuvo un breve affaire con Val Kilmer, provocó la locura del expresidente Donald Trump y finalmente conoció al gran amor de su vida: el empresario Rande Gerber con quién encontró estabilidad y formó una familia de revista.
Richard Gere y un “anticasamiento” en Las Vegas
La historia de amor de Cindy Crawford y Richard Gere es digna de cualquier guion cinematográfico de Hollywood. Corrían los años ‘90 y mientras ella desfilaba para los diseñadores más importantes del mundo, él era uno de los actores más cotizados de la industria, protagonizando éxitos como Mujer Bonita y Gigoló americano, entre otros.
Entre la vorágine de sus compromisos laborales, los famosos coincidieron en un almuerzo en la casa de un amigo en común, el fotógrafo Herb Ritts, y el flechazo sucedió al instante. Es que ella era una top model y él, el galán más codiciado de la época. A pesar de la diferencia de edad (ella tenía 22 y él 39), los invitados intercambiaron sus teléfonos y a los pocos días empezaron una relación.
Populares, bellos y exitosos, rápidamente se convirtieron en la pareja de moda y cautivaban a todos en cada aparición pública que hacían. Sin embargo, las especulaciones sobre este amor no tardaron en llegar. Por aquel entonces, circulaban fuertes rumores sobre una supuesta homosexualidad de Gere, por lo que algunos sospecharon de este romance, argumentando que se trataba de una movida de prensa para desmentir esas versiones. “Con todas las mujeres con las que ha estado, ¿cuándo ha tenido tiempo para ser gay?”, bromeó la modelo echando por tierra cualquier tipo de especulación.
Lo cierto es que pasaban mucho tiempo juntos: cocinaban en cámara, iban a restaurantes top y posaban juntos en las alfombras rojas más prestigiosas del momento. Para sorpresa de todos, la boda llegó el 12 de diciembre de 1991 y de la manera menos tradicional: la pareja decidió volar a Las Vegas con muy pocos invitados y con anillos improvisados hechos de papel de aluminio.
Según Herb Ritts, el celestino que los presentó, todo se resolvió en cuestión de horas: “Cindy me llamó y me dijo: ‘Richard me propuso matrimonio hace dos horas. Volamos a Las Vegas en media hora y tenés que venir’. Me quedé estupefacto, pero era la mejor manera para ambos porque no habría todo el alboroto. Realmente se trataba solo de ellos”, recordó el fotógrafo mientras que, tiempo después, la novia reconoció: ”No fue la boda que había soñado. Fue tan de última hora”.
A pesar del apuro y la improvisación, los tortolitos vivieron felices durante cuatro años. “Aprendí mucho de Richard. Aprendí a cómo ser famosa”, reconoció en sus memorias Becoming Cindy Crawford, que escribió al cumplir los 50. En lo que duró el matrimonio, la pareja tuvo que volver a desmentir una y otra vez que su unión era una pantalla para cubrir su mutua homosexualidad. Es que a las versiones de que a Gere le gustaban los hombres, se sumaron las sospechas de que a Crawford le gustaban las mujeres.
Las sospechas comenzaron cuando en 1993 la modelo apareció en la portada de una revista junto a la popular cantante K.d. lang. La pose provocativa y el hecho de que la artista canadiense se había declarado gay no hicieron más que alimentar los rumores. Ante esta situación, la pareja decidió salir a aclarar las suposiciones a través de anuncio en el Times de Londres: “Somos heterosexuales y monógamos y nos tomamos muy en serio nuestro compromiso mutuo”, declaraba el anuncio de 30.000 dólares.
“Nunca me sentí realmente casada”
Con el tiempo, Crawford y Gere se fueron dando cuenta de que querían cosas diferentes. Estar en el centro de las miradas, las ajetreadas agendas laborales y la diferencia de edad entre ellos fue desgastando al matrimonio y finalmente en 1995 anunciaron su divorcio a través de un comunicado de prensa. “Es como si él hubiera vuelto a ser un extraño, porque realmente no nos vemos mucho”, había dejado entrever poco antes de la noticia la mujer más deseada del planeta, dando cuenta de que no compartían suficiente tiempo juntos.
Sin embargo, fue recién años después cuando la top model reveló por qué su matrimonio no funcionó: “Yo tenía 22 años cuando me casé y estaba todavía encontrándome y descubriendo quién era y quién quería ser cuando él ya tenía 39. A los 20 es un tiempo clave para empezar a saber cómo te sientes, para conectar con tu fuerza interior y es muy difícil hacerlo en una relación cuando esa persona ya lo tiene claro todo”, dijo a la revista People.
“Yo creo que con 22 años me dejé llevar un poco pero luego empecé a pensar que no quería dejarme llevar solamente, que quería liderar la situación de vez en cuando”, agregó mientras advirtió que tendrían que haber aprendido a ser amigos antes que amantes. “Creo que parte del problema de nuestra relación es que éramos muchas cosas pero no creo que fuésemos amigos. Y claro, con los años me he dado cuenta de que es difícil cambiar la naturaleza de una relación una vez de lleno en ella y ese fue nuestro fallo”, indicó a corazón abierto.
Sin embargo, tiempo después se supo que fue Crawford quién le habría dado el ultimátum al actor para formalizar la relación. Según allegados a la pareja, parece que Gere no tenía intenciones de pasar por el altar y se ponía muy nervioso cada vez que hablaban de formar una familia. “Yo era un rezagado y esta mujer por la que estaba loco y a la que quería mucho dijo: ‘No puedo esperar. Tengo que seguir adelante si no ocurre’”, contó el galán en la misma publicación.
En cuanto a este primer fracaso sentimental, la modelo confesó que fue uno de los momentos más difíciles de su vida. “El final de mi primer matrimonio fue un hecho que me marcó. Yo había vivido todo como un cuento de hadas. Todos queremos saber qué se siente al tener un amor como el que se ve en las películas, pero no siempre es así. Mi divorcio me destruyó y me llevó a aprender a ver todo de una forma más realista”, explicó años después.
Estuvo tan deprimida que hasta tuvo que empezar terapia para superarlo. Según narro en su autobiografía, hubo una pregunta del psicólogo que la hizo entender de lo que fue su relación con Gere: “¿Busca un alma gemela o un marido? Porque no es exactamente lo mismo. Un marido es una persona que le da estabilidad, alguien con quien se puede formar una familia”, le explicó el psicoanalista mientras Crawford caía en la cuenta de que nunca había sentido eso en su matrimonio.
El superhéroe que la rescató de la tristeza
Un año después de su ruptura con el galán de cine, Cindy Crawford volvió a dar que hablar por su amorío con otro famoso actor: Val Kilmer. Si bien este romance no fue tan duradero, fue muy intenso y no paso desapercibido en el mundo del espectáculo. De hecho, el intérprete de Batman confesó que estaban tan enganchados que hasta hablaron de comprar una casa juntos.
“Oh Dios, amaba a Cindy y seguí amándola, pensé que podría haber muerto por su amor. No porque fuera difícil, sino porque su deleite era simplemente demasiado para soportar. Moría de felicidad”, reveló Kilmer sobre este affaire que comenzó en 1996 (tras su divorcio de la actriz Joanne Whalley) y que, según sus propias palabras, le costó superar en el tiempo.
Por esa misma época, hubo un personaje que también se volvió loco por ella: el expresidente norteamericano Donald Trump. Habitué de las más diversas fiestas del jet set, el empresario confesó su secreta perdición mucho tiempo después en el programa de radio de Howard Stern. Fiel a su estilo, el por entonces candidato a la presidencia de su país se refirió de manera bastante burda a los atributos de Crawford y a sus deseos de intimar con ella. La exmodelo, claro, nunca habló al respecto.
Súper bellos y populares, Crawford y Kilmer se convirtieron a mediados de los 90 en una de las parejas más atractivas de la escena y se volvieron el objetivo de todos los fotógrafos. “Cindy es muy simpática. Una chica inteligente con un gran sentido del humor. Ella también es una cocinera fantástica, siempre llevaba recetas cuando viajaba”, compartió el actor en una entrevista de 2005 con The Guardian. Si bien se acompañaban mucho y viajaban juntos por el mundo, los desfiles de ella en cualquier lugar del planeta acabaron con su historia de amor.
El hombre que le dio estabilidad y una familia
Después de Kilmer, la supermodelo volvió al mundo de las citas. Fue su asombrosa y magnética belleza lo que llamó la atención del empresario y ex modelo Rande Gerber, que no dudó en desplegar todo su artilugio de seducción para conquistar a la más bella de la pasarela.
¡Y lo logró! De hecho, fue tan fuerte el flechazo que el 29 de mayo de 1998 Cindy volvió a dar el sí en una paradisíaca playa de Bahamas. Si bien esta boda no fue improvisada, lo cierto es que también fue súper intima, acudiendo sólo los amigos y familiares más cercanos. Muy enamorados, los tortolitos tenían algo muy en claro: querían ser padres pronto. Fue así como, al año siguiente, tuvieron su primer hijo, al que bautizaron con el nombre de Presley y, en septiembre de 2001, llegó la sucesora de la modelo, a la que llamaron Kaia Jordan.
Con la maternidad, la celebrity se fue alejando de las pasarelas, las campañas y las producciones cinematográficas. Era la primera vez que Crawford encontraba un gran interés por fuera de los flashes. “Mi cintura es más ancha, mis senos han perdido parte de su frescura y con frecuencia tengo ojeras por falta de sueño pero soy muy feliz”, revelaba cada vez que le preguntaban sobre los motivos de su ausencia en el medio.
Sin dudas, la llegada de sus hijos dio inicio a una nueva etapa en su vida. “De joven vivía guiada solo por la pasión. En un momento de tu vida eso te llega a consumir mucho”, confesó en su libro. Fue así como la modelo se abocó de lleno a su familia y, a medida que sus hijos fueron creciendo, buscó un nuevo rumbo laboral. Invirtió en la cadena de restaurantes Planet Hollywood, lanzó su propia línea de belleza Meaningful Beauty y hasta se atrevió al mundo de la decoración poniéndole su propio sello a una línea de muebles: Cindy Crawford Home Collection. A su vez, inauguraron una sociedad inmobiliaria junto a su marido que invierte en bienes raíces en la costa azul.
Si bien cada tanto podemos ver a esta glamorosa familia en alguna que otra campaña de moda (hace poco fueron la imagen de la marca de relojes Omega), los Crawford-Gerber prefieren mantener su intimidad al resguardo. “Mis hijos tampoco quieren [...] buscan sus propias cosas, especialmente Kaia”, explicó la mannequin sobre esta adolescente que ya ha trabajado para marcas como Alexander McQueen, Givenchy, Versace, Marc Jacobs y Fendi mientras su primogénito lo ha hecho para Dolce & Gabbana, Ralph Lauren y Moschino.
Aunque cada tanto Cindy recurre a sus redes sociales para contar en qué anda, la modelo asegura que prefiere elegir bien lo que muestra en ellas. “La primera vez que usé Instagram me pareció súper divertido. Después vino todo el proceso de plantearme cómo quiero mostrarme allí, qué quiero mostrar. Y frente a esto llegué a la conclusión de que estoy dispuesta a mostrar una pequeña parte de mi vida, pero nunca van a entrar en mi intimidad absoluta”, advirtió.
Sin embargo, las fechas especiales la pueden y es allí cuando la artista abre un poquito más las puertas de su intimidad. Ejemplo de esto fue el posteo que realizó con motivo de su vigésimo aniversario de bodas en mayo de 2018. “No podría haber elegido a un hombre mejor para hacer esta cosa llamada vida. ¡Te amo!”, declaró ante sus más de cuatro millones de seguidores. O cuando Rande cumplió años y le agradeció por ser un gran padre y marido: “Vos traés amor, diversión, seguridad y aventura a nuestras vidas. Deseándote risas y abrazos hoy y siempre”, escribió junto a seis fotografías de su amado.
Lo mismo ocurrió cuando la modelo se sumó al #firstdatechallenge (en el que se rememoran primeras citas y momentos decisivos en la vida de una pareja) y recordó el primer viaje que hizo junto a su esposo. En la fotografía, se los ve tiernamente abrazados frente a un idílico paisaje marítimo. Mientras que él posa con una camiseta básica blanca, la modelo luce un bikini blanco con estampado de flores multicolores. “Nuestro primer viaje”, precisó desatando un sinfín de comentarios.
Hoy, a punto de cumplir las bodas de plata, Cindy Crawford y Rande Gerber siguen casados y, a juzgar por las fotos, tan enamorados como el primer día. Al parecer, la modelo encontró en el padre de sus hijos la contención y estabilidad de la que tanto le hablaba su terapeuta.
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