Cinco historias de amor que terminaron en un escándalo: celos, infidelidades y “una caja de patitas de pollo”
Varias parejas famosas protagonizaron grandes romances, dignos de un cuento de hadas, pero ninguna terminó bien
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Cada historia de amor que se inicia encierra un mundo de oportunidades, algunas buenas, y otras no tanto. Pero, ¿quién se detiene en esas posibilidades poco felices? En el espectáculo vernáculo tenemos varios ejemplos de amores que comenzaron como cuentos, crecieron con buenos deseos y durante años fueron felices, pero finalmente terminaron en escándalos que llenaron páginas y páginas de revistas.
Un cuento sin final feliz
Carolina Pampita Ardohaín y Benjamín Vicuña se conocieron a fines de 2004 en Salta, durante una entrevista para un programa que ella conducía y que nunca salió al aire. El flechazo fue inmediato, pero el romance fue a escondidas durante los primeros meses porque ella estaba apenas separada de su primer marido, el entonces polista Martín Barrantes. Pronto fue un secreto a voces y debieron blanquear cuando quedó embarazada de Blanca, que nació el 15 de mayo de 2006. Se instalaron en Chile y también fueron padres de Bautista, Beltrán y Benicio. Durante diez años fueron una pareja ejemplar: cariñosos, compañeros y compinches. Hermosos. Parecía una historia digna de un cuento de hadas. Sufrieron el primer golpe cuando Blanca cumplió 6 años y se contagió un extraño virus durante unas vacaciones en México; a las pocas semanas falleció de una neumonía hemorrágica. La tragedia los unió aún más, al principio. En 2015 hicieron una gran fiesta para 200 invitados con el íntimo deseo de celebrar su amor. “Estamos re contentos de cumplir diez años de amor. Queremos casarnos, pero no este año porque Benicio es tan chiquito que no puedo ni pensar en la organización de un casamiento, ni seguir agrandando la familia. Aunque no lo descartamos, somos muy padrazos”, decía ella en ese momento.
La magia se rompió un tiempo después y la separación fue un escándalo. Vicuña conoció a la China Suárez filmando la película El hilo rojo, y la historia de amor fue inevitable. Los primeros encuentros fueron secretos hasta que Pampita, sospechando algo, fue a visitar a su pareja y los vio a los dos solos en el motorhome, en una situación sospechosa. “Entré y vi lo peor que una mujer puede ver, y había olor a sexo”, dijo en ese entonces. Vicuña y Suárez negaron todo, incluso ella insistía en que estaban descansando “comiendo una palta y abrigados con una manta amarilla, de Nepal”.
Sostuvieron sus dichos durante algunos meses hasta que finalmente blanquearon la relación con el estreno de la película.
“Un amor tormentoso”
La historia de amor de Lali Espósito y Mariano Martínez se concretó primero en la ficción que protagonizaban en Canal 13, Esperanza mía. Corría el año 2015 y la trama contaba la relación entre un sacerdote y una joven que fingía ser novicia. Pronto los encuentros en camarines, las risas y los almuerzos compartidos transformaron esa ficción en realidad. Estuvieron juntos un poco menos de un año y la separación fue escandalosa. La pareja se terminó casi con el final de la tira y ellos pocas veces hablaron de los motivos, pero quienes los conocen y estuvieron cerca en ese momento, saben que los celos los hicieron estallar. Tiempo después de la separación, el actor habló en Intrusos (América): “Nos amábamos, fue un amor real. No quiero juzgarlo. Nos separamos y nuestras razones son privadas. Pero no nos separamos por un tercero. Yo le deseo lo mejor porque nuestra relación fue genuina. Tenemos que vivir un duelo. De los cuernos y de la muerte nadie se salva. Yo no soy ningún enfermo de los celos, teníamos celos comunes porque había amor. Fue todo muy intenso”.
Ahora, muchos años después, los dos hablan con cariño del otro, pero durante años evitaron cruzarse. “La relación tuvo cosas lindas también. Salí con Mariano en un momento en que yo estaba aprendiendo mucho sobre el amor y aprendí con él. No es un mal tipo, pero su manera de amar no es la mía. Mis afectos me decían que ya no era yo, que había perdido la risa. Todo el tiempo estaba tensa, asegurándome de que él estuviese bien. Porque yo, que siempre fui muy segura, me sentía mucho más fuerte que él en muchas circunstancias”.
Por su parte, él habló en Los mammones (América), hace un par de años: “Se dijeron cosas que no estaban bien y que realmente nadie siente. Lali es re buena persona, no nos fue bien nada más, no porque seamos malas personas, sino porque no funcionó. Fue una relación tormentosa. Hay gente que no sabe amar ‘simple’, tal vez por tener problemas con ellos mismos para amarse. Por eso le escapo a lo rebuscado y doloroso. Esta vez escapé tarde... Me fui como cuando te patean la pierna en un partido”.
¿Por una caja de patitas de pollo?
Natalia Oreiro y Pablo Echarri se conocieron haciendo Inconquistable corazón, una novela de Canal 9 en la que él empezaba a mostrar sus dotes de galán y ella era una más del elenco. Fue un flechazo y la relación, la favorita de los paparazzi en ese entonces, duró seis años. En ese tiempo la carrera de los dos creció abruptamente; él era el galán de moda y ella tenía un ángel increíble y todos los productores la buscaban; de ser “extra” se convirtió en heroína. Los celos profesionales empezaron a notarse y a estorbar en la pareja.
Fue una relación de ensueño y la familia de Echarri recibió a Oreiro con todo el amor del mundo. Recordemos que ella tenía 18 años y estaba sola en Buenos Aires porque su familia vivía en Uruguay. “Mis viejos siempre la quisieron mucho, siempre tuvieron una relación muy buena. Natalia estaba recién llegada de Uruguay, era muy chica. Los dos éramos muy jóvenes. Conoció a mis viejos y tenían una relación que para ella era de mucha contención. Había algo que funcionaba”, contó el actor en una entrevista radial hace algunos años.
Hay dos versiones sobre la ruptura. Una involucra los celos profesionales y asegura que en la relación todo se volvía competencia. Y otra versión que contó hace algunos años el periodista Augusto Tartúfoli que dice que la separación tuvo que ver con un puñado de dólares y una caja de patitas de pollo congeladas. Según explicó, el actor guardaba todos sus ahorros en una caja de patitas de pollo en el freezer y que Oreiro la tiró al ver que estaba vencida y sin darse cuenta de su verdadero contendido.
Consultado por el ciclo radial Agarrate Catalina, Echarri confesó que el incidente ocurrió: “Fue un hecho real... Había 5 mil dólares en un paquete de patitas de pollo y Eva, una señora que me ayudaba en casa, la tiró. Un día necesitaba ese dinero y no estaba. Entonces, Eva me dijo que había tirado la caja a la basura. Tuve mucha buena suerte. Fui, metí la cabeza en el tacho y la plata estaba. Pero ese hecho concreto y fortuito no fue el fin de nuestra relación. Pasaron muchas otras cosas... La culparon de algo en lo que no tuvo nada que ver”, aclaró.
Cuando la realidad supera la ficción
Araceli González y Adrián Suar se enamoraron apenas se conocieron, protagonizando La banda del Golden Rocket en Canal 13, en 1991. Sus personajes se enamoraban en la ficción y en la vida real, les pasó lo mismo. Pronto empezaron a convivir y formaron una familia con Florencia Torrente, la pequeña hija de Araceli. Se casaron en 1997, con una reunión íntima después del civil y unos días después hicieron una fiesta para 250 invitados. Un año más tarde nació Tomás, o Toto, como todos lo llaman. Al poco tiempo empezaron las peleas originadas por rumores de infidelidad del actor. Las crisis que atravesaron fueron fuertes y aunque la remaron, se separaron en 2004.
“Cuando lo conocí, él era una persona exactamente igual a mí. Los dos estábamos en la búsqueda de una profesión y convivimos. Él empezó a crecer y yo seguí mi carrera paralelamente. Adrián tuvo un gran éxito y eso me arrastró a una vida diferente. Nunca creyó en el matrimonio. Cuando me casé con él por poco le pongo un revólver en la cabeza”, contó alguna vez Araceli.
Entre los motivos de la separación hay otro que juega un papel importante también: el dinero. Ya vivían juntos cuando, en 1994, Suar creó la productora Polka y Araceli aportó 70.000 dólares para que su pareja pudiera cumplir su sueño. Hace unos años, en medio de una guerra mediática por la separación de bienes, el actor y productor aseguró que le había devuelto todo y con intereses: “Me prestó 70 mil dólares y yo ya tenía otro tanto. Los primeros tiempos fueron muy duros... Al cuarto capítulo de Poliladron me quedé sin un centavo. Saldé la deuda tres años más tarde, con intereses. La invité a cenar y en medio de la noche saqué un cheque. ‘Ara, te agradezco tanto’, le dije. Siempre recuerdo ese momento, por la gratitud con ella y como un gran acto conmigo mismo. Me liberó, me hizo muy bien”.
En tanto, Ella aseguró que le devolvió el dinero, pero no con intereses: “Cuando uno está en pareja, tiene que confiar y yo confié en él. Sentía que tenía mucho talento, me lo fumé mirando televisión y mucha acción durante un año. Me encantó la idea y me pareció lindísima. El talento es de él, no mío. Me devolvió la plata, pero no con intereses. Hay muchas cosas que no cierran”, dijo la actriz en varias oportunidades remarcando así que había algunas cuentas pendientes entre ellos.
Flechazo, amor y escándalo
Verónica Vieyra y Silvestre se conocieron y se flecharon. Ella, que era su fan, apenas tenía 18 años y había acompañado a un amigo compositor a la oficina del cantante en 1987. Silvestre tenía 34 años, ese día la invitó a salir y desde entonces no se separaron por casi dos décadas. “Yo vivía en Gualeguaychú y vine por unos días a Buenos Aires. Estaba muerta por él desde los 12 años. Escondía sus fotos detrás del ropero y cuando lo vi creí que me desmayaba. Esa noche me quedé a ver un ensayo y al otro día me invitó a tomar un té. Llegué dos horas tarde y cuando nos sentamos a la mesa me dijo que no le gustaban las chicas que se maquillaban y que usaban los jeans rotos. Con ese reto terminó de enamorarme”, contó ella en pleno romance.
Enseguida se fueron a vivir juntos; en 1989 nació Macarena y en 1995, tuvieron a Camila. Se casaron con sus hijas como testigos en 1999, con una gran fiesta en su casa de Tigre. El idilio duró casi veinte años. La separación fue escandalosa, sacaron muchos trapitos al sol y nada era lo que parecía. Se divorciaron en 2010, en medio de acusaciones cruzadas.
Él contó hace unos años en PH Podemos hablar (Telefe): “No es fácil que a los casi 60 años te dejen sin nada, que se lleve el trabajo de toda tu vida, que de un día para el otro te quedes en la calle. Cuando estábamos casados, poco a poco se ganó mi confianza para que pusiera a su nombre distintas propiedades”.
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