Además de su protagónico en el film El duelo, la actriz está muy enfocada en su carrera musical, pero no descuida lo más importante que tiene en su vida: sus hijos; además le aseguró a LA NACION que en este momento está soltera disfrutando de la vida
- 15 minutos de lectura'
La China Suárez tiene ganas de hablar. Y si el disparador es su nuevo rol en cine, no se planta ahí y se presta al juego, muy dispuesta a pensarse en voz alta. Se sabe, tal ejercicio puede derivar en temáticas, a veces guardadas bajo siete llaves; esas que no siempre se desean sacar a la luz.
Si su coprotagónico con Joaquín Furriel en el film El duelo -que se estrena este jueves 12 en cines- es un motivo de felicidad, tanto como referirse a sus hijos; la mujer en estuche de femme fatale se empantana al recordar la prematura muerte de su padre, algo a lo que se refirió en muy pocas oportunidades. “Esperemos a que termine el almuerzo, así puede charlar tranquila”, dice un asistente de prensa. Instalada para conversar con LA NACION en la suite de un hotel que balconea hacia la plaza Rodríguez Peña, de Recoleta, luego de la sesión de fotos y antes de esta entrevista, China Suárez dedica unos minutos a recuperar energías.
La actriz está impecablemente maquillada y con un outfit que realza su sensualidad. Madura, lejos de la efervescencia teen de hace unos años, se aparta rápido del personaje público de noviazgos sonados y poses provocadoras. “Antes era más chispita, ahora me la paso pensando, analizando, creo que es algo que me dio la edad. Llega un momento en la vida en la que uno tiene que ser más racional y no manejarse tanto por impulsos. La maternidad también me dio madurez”, asegura.
-¿Es difícil ser la China Suárez y llevar ese rol sobre las espaldas?
-Al no haberme armado un personaje, quizás voy por la vida más expuesta porque soy yo misma. En relación con eso, he tenido tiempos más difíciles, pero he aprendido mucho cómo manejarme.
-¿Cómo es este presente?
-Un gran momento, de mucha tranquilidad y paz.
-¿Por qué creés que todo lo que hacés genera rebote en la opinión pública?
-Todavía no sé por qué.
-¿No?
-No tengo idea, a veces subo cualquier cosa y las comentan. ¿Te doy un ejemplo?
-Sí.
-El otro día, jugando con los chicos, nos hicimos pecas, muestro la foto en mis redes y al rato titularon “el cambio facial de la China”. Con las cosas que pasan, eso no es importante para nadie, sólo lo hago para divertirme con mis hijos y lo comparto, nada más.
-Sin embargo, parece ser que le interesa a mucha gente.
-Me cuesta creer que eso tenga repercusión, pero supongo que es entretenimiento.
-Sos una mujer que se encuadra en los parámetros de belleza de la cultura occidental actual y jugás con esa sensualidad. ¿Considerás que hay un mensaje para dar al respecto, teniendo en cuenta que muchas jóvenes son esclavas de los mandatos estéticos?
-Creo que todas las mujeres somos víctimas de lo que nos metieron en la cabeza, por eso, cada vez que puedo hablar o contar mi experiencia, lo hago.
-¿Te has sentido víctima de las imposiciones sobre el cuerpo?
-He tenido momentos donde mi autoestima era más baja, me sentía más insegura o quería alcanzar un estándar que es imposible.
-¿Cómo se sale de ese laberinto?
-El foco tiene que estar puesto en otro lado, pero todavía nos seguimos equivocando muchísimo, Incluso los medios y la gente, cuando se ponen a opinar sobre el cuerpo del otro, cómo se viste o si es joven o no. En lo particular, no me considero una persona superficial y, a pesar de trabajar públicamente, a veces quiero estar muy producida y otras con un jean y una remera. Las chicas que me siguen ven eso y también es lo que trato de transmitirles a mis hijas, porque sigue muy instalado el tema de la belleza y la flacura, sobre todo en la Argentina, ya que, en ningún otro país, se le exige a la mujer ser tan flaca.
-El edadismo también está a la orden del día.
-Un espanto, porque nadie está inmune a envejecer. Tengo 31 años y me siento mejor que a los 20 y estoy segura que, a los 40, estaré mejor que ahora porque se gana en experiencia.
-Hablábamos de cuestiones estéticas que suelen estar atravesadas por mandatos dictatoriales y que, en muchos casos, conducen a la intervención invasiva del cuerpo.
-No estoy en contra de los retoques, pero se debe estar consciente del médico en el que se deposita la confianza, estar atenta a qué te ponen o dejan de poner. Cada una es libre de querer verse como quiera, pero siempre que eso sea por una misma y no por imposición de los demás. A Silvina Luna la mataron, fue lamentable, una gran tristeza, ojalá que sirva para que muchas chicas tomen conciencia.
La película El duelo se filmó en Uruguay, lo cual motivó que la actriz se instalará del otro lado del Río de la Plata junto a sus hijos Rufina -fruto de su vínculo con Nicolás Cabré- y Magnolia y Amancio -cuyo padre es Benjamín Vicuña-. Más allá de su abultada agenda laboral y de su impronta sensual, jamás descuida su rol de madre ni deja de mostrarse con ellos en situaciones domésticas o en plan de descanso.
Madre libre
China Suárez destierra preconceptos. En ella, todo es compatible. “Me divierte ser mamá y es lo que más me importa en la vida. Como todas las mujeres saben, es muy agotador, pero es un planazo. Además nunca dejé de hacer nada por ser madre. Me gusta que la mujer vea que se puede seguir siendo sexy, es muy antiguo pensar que porque se es madre hay un montón de cosas que ya no se pueden hacer”. A pesar de su convicción, no intenta adoctrinar a nadie: “No sé si está bien o mal, pero es mi forma de vivir la vida y de salir de ese lugar que, desde hace generaciones, nos ponen a las mujeres”.
-Desde su edad y su madurez, ¿qué dicen tus hijos al respecto?
-Mis hijas jamás me han hecho un cuestionamiento por una foto, todo lo contrario porque tiene que ver con cómo uno le transmite el mensaje. Ellas son muy libres, me dicen “mamá nos encanta lo que tenés puesto”. Les gusta mucho que trabaje, aunque, cuando salgo de casa, hay un “mamá, otra vez te vas a trabajar” o “trabajás mucho”, pero les hago entender que mi trabajo me apasiona y que ojalá ellas también, el día de mañana, puedan encontrar una vocación. Además les explico que pueden comer, vivir en una casa linda, estudiar, vestirse y tener juguetes, gracias a que trabajo sin parar, al igual que sus padres.
-Trabajar tantas horas, ¿qué costo tiene?
-No negocio el tiempo con mis hijos, estoy mucho con ellos, algo que es impagable, aunque me cueste organizarme con el trabajo, el colegio y todo lo que me demanda ser mamá, pero lo hago con alegría.
María Eugenia Suárez nació en Buenos Aires y, a sus ocho años, comenzó a realizar bolos en ciclos televisivos como Tiempo final y El sodero de mi vida, pero fue, un par de años después, cuando ingresó a la factoría Cris Morena y su carrera tomó un rumbo que se convertiría en estelar. Bajo las órdenes de la productora -especializada en historias de niñez y adolescencia- China Suárez participó en Rincón de luz, Floricienta y Amor mío. En la tira Casi Ángeles y formando parte de la tira Teen Angels alcanzó su primera gran popularidad.
-¿Te arrepentís de haber comenzado tu carrera siendo una niña?
-No, para nada, no creo que haya una edad para hacer determinadas cosas. Jamás dejé de hacer nada, a pesar de haber sido madre, por primera vez, a los 21 años. Hoy, si quiero ir a bailar, lo hago, y, si me quiero vestir de determinada manera, no me importa qué puedan decir. El prejuicio es de los demás, no me hago cargo. Vivo la vida con intensidad y espero que, cuando llegue a ser viejita, pueda decir que no dejé de hacer nada que quería hacer y que pude vivir al mango.
La cantante
Hace poco tiempo, China Suárez lanzó “Desaniversario”, “Pasatiempo” y “Ay ay ay”, singles que se suman a su repertorio como cantante. En esta faceta, además de esos trabajos en solitario, no son pocas las colaboraciones junto con otros músicos. El reciente estreno de “El amor que tú me das” la encontró experimentando una cumbia junto a Rodrigo Tapari, con quien rodó el clip, donde también participaron sus hijos.
“La música me tiene muy entusiasmada. Cada paso es un desafío muy grande, es sumar algo nuevo a mi vida, me hace muy feliz. No veo la hora de comenzar con la etapa de los shows, algo que vendrá un poquito más adelante”.
Lejos de evitar pensar en sus colegas, reconoce que “las mujeres de la música argentina están muy arriba, basta mirar lo que hacen Lali (Espósito), Tini (Stoessel), Emilia, Nicky (Nicole), María (Becerra). Me encantan sus canciones, miro sus videos, son geniales. Viajan por el mundo y les va bien, nos hacen quedar muy bien a los argentinos. Todas tienen un mensaje para dar, eso me gusta mucho”.
En los próximos días registrará una nueva colaboración, esta vez al servicio del músico uruguayo The la Planta con “una canción que es un bombazo para el veranito”, anticipa, y llegará la grabación con otro músico que prefiere mantener en el anonimato (“no lo puedo decir”). Finalmente, llegará “Corazón de cartón”, un nuevo material que engrosará su catálogo solista.
-¿Sobre qué habla?
-De alguien que tiene corazón acartonado...
-¿Dedicada a...?
-No es dedicada a alguien en particular, pero una se inspira...
-Así como en lo laboral, en el amor también has vivido mucho.
-Tiene que ver con cómo vivo la vida, no me arrepiento de nada.
-Una vida que no es de cartón.
-Para nada...
-¿Estás en pareja?
-No estoy en pareja, estoy muy bien, muy tranquila. Es un momento de mucho trabajo, estoy enfocada en eso y en mis hijos.
-¿Se busca el amor? ¿Cómo ha sido en tu vida?
-Me gusta mucho estar en pareja, compartir la vida con otra persona, pero creo que es algo que aparece; este no es un momento en el que esté buscando absolutamente nada, me sorprenderá.
-Es muy bueno tu vínculo con Nicolás Cabré y Benjamín Vicuña, los padres de tus hijos.
-Sorprende, pero debería ser lo normal. Uno se separa, el amor cambia, pero los quiero muchísimo, les deseo lo mejor. Lo más importante es ver a mis hijos felices y que no tienen ningún rollo con las separaciones, y eso es gracias a cómo los criamos; un trabajo que es de a dos, porque tanto Nico como Benja son muy buenos padres, aman mucho a sus hijos. Tuve mucha suerte, compartimos valores a la hora de criarlos, todo lo hablamos. Yo soy muy abierta, no me importa si se ponen de novios, me encanta. No soy de las que si el ex tiene una novia nueva no le gusta que toque a sus hijos. Al contrario, yo quiero que encuentren a la más linda, a la que mejor trate a mis hijos y que los chicos la amen. No tengo el ego puesto ahí.
Duelo
-Cuando tenías 20 años, sufriste la muerte de tu padre.
-Así es.
-Entiendo que sería una persona joven.
-Tenía 60 años cuando murió.
Por primera vez, la actriz pone una pausa y deja de lado su sonrisa. Transcurrió una década desde aquel momento bisagra en su vida, cuando se topó con el drama prematuramente. “Mi papá me marcó en todo, en los valores, en la forma en la que crio a mis hijos, en mi relación con las amistades...”.
-¿Algún consejo puntual te dio?
-Sí, me enseñó a no dejarme pasar por encima.
Así habla la actriz de su padre, Guillermo Suárez. Su madre, Marcela Riveiro Mitsumori, tiene ascendencia de Japón, de ahí la relación de la actriz con la cultura oriental. El nombre de su cuenta de Instagram, “@sangrejaponesa”, es toda una cuestión de principios.
Industria nacional
“No soy de buscar qué tiene en común conmigo un personaje. Prefiero arrancar de cero, construir una personalidad nueva”. China Suárez -algo incómoda- pone distancia entre Rita, el rol que le toca jugar en El duelo, film dirigido por Augusto Tejada que llega este jueves a los cines. “Rita es una mujer que, al enamorarse, pierde el control de su trabajo. A pesar de ser muy profesional, decidida, controladora, alguien al que no se le escapa nada de las manos”, describe la actriz, quien se puso en la piel de esa joven seductora que se atravesará, peligrosamente, en la vida de Ernesto -a cargo de Joaquín Furriel-, un hombre de vida opaca que acaba de descubrir una infidelidad de su esposa, razón que lo lleva a ir en busca de sicarios que pongan fin a su sufrimiento.
El duelo es un relato de acción con tintes románticos, que le propone a sus intérpretes el desafío de adentrarse en un trabajo donde la corporalidad dice mucho: “Es una película muy física y con efectos, algo difícil de hacer para que quede bien. La producción hizo un gran esfuerzo para que todo se viera lo mejor posible y creo que lo lograron”, afirma la actriz
-Te deben llegar miles de ofertas, ¿cómo elegís tus trabajos?
-No exageremos...
-¿Cientos?
-Hay un poco de intuición y siempre pienso si me voy a divertir o no con el proyecto.
-¿Te sucedió en el rodaje de El duelo?
-Sí, por supuesto; además tenía muchas ganas de trabajar con Joaquín (Furriel), que es un actorazo y con quien nunca había compartido una filmación, aunque nos conocemos por tener muchos amigos en común.
-¿Cómo fue el vínculo con él?
-Trabajamos muy cómodos, fue una gran sorpresa porque pensé que era más serio, pero tenemos un humor muy similar, fue un placer. Nos reíamos tanto que no podíamos filmar.
Caja de sorpresas
A pesar de su nivel de popularidad, la actriz reconoce: “No me fijo si será una película taquillera o no porque eso es siempre una sorpresa, nunca se sabe”. La construcción que hace de su carrera no es previsible. Pasa con naturalidad de la actuación a la música y los proyectos que elige como cantante son bien disímiles entre sí, incluso cuando acepta colaborar con otros artistas. A todo eso se le suman campañas gráficas y un muy buen manejo de su nombre asociado a la imagen: “No soy previsible. A pesar que están acostumbrados, mi mamá y mis amigos se sorprenden con muchas de las cosas que hago”.
-¿Cómo nace esa vocación por el todo, por la exploración sin imponerte límites?
-Tiene que ver con no tener prejuicios. Si yo tengo ganas de hacer algo, lo hago. Si me gusta un artista, voy para adelante, sin fijarme si tiene dos oyentes mensuales o está bien arriba. Soy de la vieja escuela y no tengo en cuenta las mediciones de seguidores o el éxito, prefiero fijarme más en lo que transmite la otra persona o si puedo aprender algo compartiendo una experiencia.
-¿Qué sensación tendrá el espectador luego de ver El duelo?
-En primer lugar, se trata de admirar y revalorizar el cine argentino, sobre el que, a veces, pesa cierto prejuicio; es un gran esfuerzo hacer cine, todos sabemos lo que cuesta todo en nuestro país, y no tenemos nada que envidiarle a las producciones y a las historias que se cuentan afuera, aunque quizás lo hagan con más recursos. El duelo es una película que deja muy alto al cine nacional.
-Si te entrevisto dentro de 20 años, ¿cómo te gustaría que te encuentre?
-Conmigo nunca se sabe. No sé qué voy a hacer de acá para mañana, imaginate dentro de 20 años... Me gusta que la vida me sorprenda.
-¿Con qué soñás?
-No soy de pedir mucho, quizás me gustaría concretar un viaje a Japón que tengo pendiente, pero no más. Cuando me voy a dormir, siempre agradezco porque siento que tengo demasiado, y no hablo de lo material, sino pensando en que mis hijos están bien, tienen salud. No todos los niños tienen lo básico, comida, techo y amor, pero los míos lo tienen, entonces no le puedo pedir nada más a la vida. Si la vida me quiere sorprender, lo recibo, pero no pido, estoy bien así.
-¿Creés en Dios?
-Sí, por supuesto. No voy a misa, no comulgo y no me confieso, ya que no tengo la necesidad de ir a hablar con otro ser humano qué hice bien y qué mal. Cuando me tengo que confesar lo hago con Dios. La fe está muy presente en mi vida y en la de mis hijos. Dios me guía, me cuida.
-¿Percibís esa presencia?
-Por supuesto, es algo que se fomenta.
Antes de terminar la charla, vuelve a pensar en el medio y en su exposición siempre llamativa: “Hay mucha gente falsa que detecto rápidamente, por eso lo importante es tener un buen entorno”.
-¿No se perdona el éxito?
-Eso no lo analizo, nunca pienso que alguien me puede tener envidia. Voy flotando por la vida, es mi forma de sobrevivir.
-En El duelo, el destino juega un rol importante. En tu vida, ¿cuánto hay de destino y cuánto de voluntad?
-Todo está escrito, pero al destino hay que ayudarlo.
Más notas de Entrevistas
Más leídas de Personajes
En Nueva York. Mafalda, invitada especial en la gala de los Emmy Internacional, cumplirá uno de sus grandes sueños
“Eternamente agradecido”. Gastón Pauls reveló el rol que cumplió Marcela Kloosterboer en su recuperación de las adicciones
"El dolor fue real”. Denzel Washington: su cambio físico, la ayuda que recibió de Lenny Kravitz y una impensada confesión
In fraganti. Paul Mescal: amores, coqueteos y conquistas de un Gladiador