La pareja, que está en Mar del Plata con Los ‘80 están de vuelta, retomará las funciones este martes luego de los días de aislamiento por Covid; las claves para congeniar la vida juntos tanto en casa como en el teatro
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Para entretenerse durante los meses de cuarentena estricta, Cecilia Milone y Nito Artaza volvieron a ver viejas sagas y películas de los años 80. Y fue así, mirando Indiana Jones, Karate Kid, Volver al futuro y escuchando desde ABBA hasta Queen, pasando por Michael Jackson, Raffaella Carrà, Charly García, Zas, que idearon Los ‘80 están de vuelta, un espectáculo que estrenaron en Navidad en el Teatro Atlas de Mar del Plata y que debió suspender sus funciones luego de que Artaza diera positivo de Covid.
Este martes 4, la obra tendrá su reestreno. “Transité el Covid sin síntomas. Me siento bien, aunque debí aislarme. Cecilia estuvo en otro departamento y es la primera vez que pasamos Año Nuevo separados pero en la misma ciudad. ¡Siete días sin vernos! (ríe). Con las nuevas disposiciones podemos volver al escenario este martes″, cuenta Artaza.
Antes de que debieran aislarse, Milone y Artaza conversaron con LA NACION y contaron cómo fue el proceso creativo de la obra y cómo funcionan trabajando juntos.
-Cecilia, tenés fama de ser muy perfeccionista y Nito muy poco disciplinado, ¿cómo les resulta compartir amor y trabajo?
Cecilia Milone: –Nito es un disperso muy raro. Nos conocemos mucho y tal vez cuesta llamarle la atención y que ensaye prolijamente, pero de pronto en casa empiezo a pasar letra y se prende y se divierte. Es un TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) que tiene y si le digo la letra, él responde. Es una trampa que le hago. Creo que aprendí a sacarle partido.
-¿No te saca canas verdes, entonces?
Milone: –Sí, pero desde otro lugar, por los roles, el productor y la directora. Porque aunque esta vez no se hace cargo de la producción, lo lleva en su ADN y también tiene residuos de director porque muchas veces ha dirigido sus espectáculos.
-¿Vos cómo lo vivís, Nito?
Nito Artaza: –Cecilia nos tiene cortitos, con dos ensayos por día (ríe). Ya estoy acostumbrado con ella, primero en la vida. Además nos dirigió en La jaula de las locas y me tiene entrenado. No es que sea perfeccionista pero quiere mucho ensayo con letra, con coreografía y especialmente con la letra de los temas de los años 80.
-Te hicieron fama de llegar tarde al teatro, ¿también te tiene cortito en eso?
Artaza: -En este caso abro la obra porque aparece Raúl Alfonsín y dice: “Para todos los que quieran habitar el suelo argentino, bienvenidos a los 80″. Así que llego temprano.
-¿Trabajar y vivir juntos se les hace fácil?
Artaza: –No es muy fácil porque somos dos artistas. Generalmente, las discusiones con Cecilia son por el espectáculo, porque a veces tenemos criterios diferentes. Estoy acostumbrado a dirigir, tengo mi estilo pero en este caso la directora es ella y yo tengo que agachar la cabeza. Y a veces me cuesta (ríe). Nos pasó en La jaula de las locas. Pero nos ponemos siempre de acuerdo con Cecilia, porque hay mucho amor. No suelo aconsejar trabajar con la pareja aunque ayuda porque somos la unión de dos individualidades que se aman, y cada uno tiene sus proyectos personales, sus actividades. Ella hizo los recitales en el Ópera con Ángel Mahler y Juan Rodó, está preparando Drácula en el Luna Park, tiene sus show y yo también.
Milone: –Compartir el trabajo siendo pareja es algo positivo. Tenemos las mismas discusiones que podemos tener como pareja, y que a veces son fuertes, pero también sabemos convivir con eso una vez que pasa. En general, es cierto, discutimos más que nada por trabajo. Gustavo Monje, que es nuestro artista invitado en el espectáculo y a quien conozco desde hace años, me dice que a veces discutimos diciendo lo mismo pero cada uno lo explica de una manera diferente. Nos pasa eso, tenemos un sentido parecido del espectáculo y nos es fácil porque nos gustan las cosas rápidas, sin baches, o de pronto le saco una vuelta a una canción mía porque siento que es demasiado larga y él me dice lo mismo de esa misma canción. Coincidimos muchas veces.
-Y en el escenario, ¿se entienden?
Artaza: –En el escenario nos entendemos bien porque muchas veces trabajamos juntos. Insisto, nuestras discusiones son por el espectáculo y por suerte nos ponemos de acuerdo. Soy un libriano muy conciliador y soy político; sé que tengo que poner algo para sacar algo y Cecilia es muy inteligente. Hace unos días discutimos y finalmente dijimos: “Esto hay que sacarlo para adelante”. Además, tenemos felizmente nuestro código de pareja y es que nunca nos vamos a dormir peleados. Antes de ir a la cama tenemos que encontrar un acuerdo.
-¿Cómo fue el proceso creativo de Los ‘80 están de vuelta?
Milone: –Parafraseando una crítica que le hicieron una vez a Lola Flores en Nueva York, que decía: “Ni baila ni canta, pero no se la pierdan”. Esto no es una revista, no es un musical, pero no se lo pierdan. Es un espectáculo muy original y festivo. Tiene mucha magia, es como un viaje en el tiempo. Lo armamos en estos dos años de cuarentena. Estábamos pum para abajo, sobre todo porque nuestra actividad no tenía horizonte, y un poco buscándole la alegría a Nito (Artaza), que estaba muy angustiado, empecé a ver material para compartir juntos y un día me di cuenta de que veíamos todas películas de los 80, porque nos traían recuerdos lindos. Hasta que sentí que teníamos que hacer un espectáculo con eso. Le conté a Nito la inspiración y vi que abría sus ojos y se conmovía, entonces entendí que era por ahí. Porque a veces es difícil hacer entender tu inspiración. Empezamos a jugar con esa idea y salió esta evocación, este homenaje, esta fiesta con una década que tuvo momentos dolorosos pero resurgimos y nos dejó una música divina, alegre, un vestuario vistoso, una moda atractiva.
Artaza: –Cecilia tenía un show que se llamaba Recuerdos surtidos y fue la base de éste espectáculo, que es mucho más amplio. Pensamos juntos, le sumamos humor político, fútbol con el Mundial del 86, la patria potestad que cambió, el divorcio vincular, la relación matrimonial. Hay un homenaje a Raffaella Carrá que es emocionante, recordamos cosas que sucedieron en nuestra televisión con Susana (Giménez), Silvio Soldán, Matrimonios y algo más, Olmedo, Porcel, (Juan Carlos) Calabró. Es realmente una fiesta, una evocación, algo subjetivo que se nos ocurrió, con momentos de mucha alegría, de participación con el público, risas, pero no nos olvidemos que en el 89 vino Carlos...
Milone: –Fue muy divertido el proceso creativo porque pueden ser las cuatro de la mañana y Nito, antes de ir a dormir y en calzoncillos, se pone una vincha para hacer de Karate Kid. Él también entra en ese nivel de locura y es buenísimo que nos pase a los dos.
-¿Por qué decidieron que vos fueras la directora?
Milone: –Porque, un poco, desde La jaula de las locas tomé ese rol. Tengo mucha facilidad para integrar las áreas. Sé transmitir y trabajamos muy bien con Gustavo Calabrese, que es con quien hacemos los arreglos y la dirección musical, y con Diego Moyano el vestuario, y con Ariel Pastocchi las coreografías. Tomo ese rol quizá también porque soy la mujer de la pareja y nosotras tenemos esa cosa de integrar.
-Están en el Teatro Atlas, que es de Carlos Rottemberg, ¿subsanaron las diferencias, Nito?
Artaza: –Me tuve que amigar (ríe). Tenemos diferencias con Rottemberg, aunque nos respetamos. El teatro es de él y nos pusimos de acuerdo en que el árbol del rencor nunca florece, así que vamos a hacer un éxito juntos.
-Nito, este año fuiste abuelo y conociste a Muna, tu nieta hace muy poco, porque tu hija Sabrina y su marido viven en Francia. ¿Cómo fue ese encuentro?
Artaza: –Fue uno de los momentos más lindos de mi vida. Yo era el abuelo de celular, porque me conocía a través de videollamadas. Esa mañana era mi cumpleaños y Sabrina me llamó temprano y en el medio de la charla, de pronto, aparecieron mis dos hijos, Juan Manuel y Leandro, que se habían quedado a dormir, y también Cecilia. Entonces me di cuenta que estaban en el living de casa y salí corriendo. Nunca me voy a olvidar porque no avasallé a la nena, sino que, despacito, le dije: “Lola Muna, soy el abu”. Y ella me miró y me abrazó. No me voy a olvidar en mi vida. Fue muy emocionante porque sentí que hay otro canal, y que uno puede amar a la pareja y a los hijos pero un nieto es algo distinto.
Cecilia y Nito comparten también la vida con Diego, un border collie de apenas un año que el actor le regaló a su mujer. Y en los ratos libres en Mar del Plata, suelen ir a descansar a la playa canina. “La perrita de Cecilia, Ani, falleció y una vez que pasaron ocho meses sentí que tenía necesidad de tener un perro, porque le gustan muchísimo. Un amigo tenía uno y fuimos a buscarlo. Cecilia se volvió loca y le pusimos Diego por Maradona. Ahora lo estamos acostumbrando a ir al teatro porque Ani la acompañaba siempre. Diego sabe que tiene que quedarse en el camarín y a veces va al costado del escenario y mira. Yo soy más a lo correntino y creo que al perro hay que darle el lugar de perro, pero Cecilia no”, cuenta Artaza. Y Milone agrega: “Es verdad, Nito quería conseguirme un perro porque yo había perdido a mi querida Ani. Y le dije que quería una hembra de no menos de cuatro meses y de pronto me dice que tiene un cachorro macho, de dos meses. Era todo lo que él quería y hasta le había elegido el nombre. Vino muy bien en medio de una pandemia un perro tan cachorro, tan alegre”, concluye.
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