Catherine Deneuve, la diva que los franceses creyeron inmortal
Sus compatriotas creían que era eterna, pero la semana pasada recordaron que Catherine Deneuve es, pese a las apariencias, una mortal más. El leve accidente vascular sufrido por la actriz el pasado miércoles levantó una ola de pánico en el cine francés, incapaz de imaginar un futuro donde no figure su astro principal. Deneuve se encontraba rodando su nuevo proyecto, De son vivant, en el cual interpreta a la madre de un enfermo de cáncer, en un hospital de la periferia de París cuando sufrió este percance. Su entorno ha apuntado a una rápida mejoría. "No tiene ningún déficit motor, pero deberá tomarse un tiempo de descanso", señaló su agente.
A sus 76 años, Deneuve es una de las pocas actrices de su generación que siguen siendo estrellas indiscutibles, capaz de encabezar por sí sola cualquier proyecto, de levantarlo a nivel financiero y de convertirlo en un éxito de taquilla. En el cine francés como en el resto, su caso es prácticamente único. De sus inicios con Jacques Demy y Luis Buñuel a sus colaboraciones más recientes con Lars von Trier y François Ozon, su carrera dibuja una trayectoria sin igual, marcada por las elecciones inesperadas y por una modernidad permanente. "Es la mayor cineasta europea", dice de ella Quentin Tarantino, pese a que no ha dirigido una sola película. El director Arnaud Desplechin, con quien ha trabajado en dos ocasiones, la llamó "el Bob Dylan francés" por su tendencia a reinventarse y aseguró distinguir "un gesto de autor" en su trabajo.
Pese a todo, Deneuve odia que la tilden de leyenda. La actriz aborrece los homenajes, que consideran una forma de "momificación", igual que toda biografía e intento de acercarse a su vida privada, que protege celosamente a golpe de demanda judicial. En 2018, la actriz protestó contra un reportaje que le dedicó la televisión pública francesa a través de una misiva. "Un entierro de primera categoría. Podrían haber esperado unos años más", escribió Deneuve. Aun así, el mito sobre su supuesta frialdad es parcialmente injusto. La actriz puede mostrarse cálida y generosa, aunque solo cuando y con quien ella decide.
Entre los motivos de este problema de salud de la actriz, la prensa francesa ha apuntado a un ritmo de trabajo desenfrenado y a un vicio que no puede dejar: el cigarrillo. Todo aquel que se haya cruzado en su camino sabe que Deneuve encadena los cigarrillos a cualquier hora del día y la noche. Este año, la actriz ha estrenado cuatro películas y participado en sus respectivas promociones, además de rodar dos proyectos más. En los últimos seis meses, estuvo en Cannes entregando la Palma de Oro a Parásitos e inauguró la Mostra de Venecia con La verdad, lo nuevo de Hirokazu Koreeda. Después acudió al estreno de la película en Tokio y presidió el jurado del Festival de Deauville, además de participar hace poco en la semana de la moda parisina, durante la que fue vista en los desfiles de Celine, Louis Vuitton y Saint Laurent, la marca a la que está históricamente asociada por su gran amistad con el fallecido diseñador. "Ahora que mis hijos son mayores, aprovecho y recupero el tiempo perdido", afirmó a la revista So Film, reconociendo que suele salir "con gente más joven" y que es aficionada al hip hop. "No tiene el carácter que insinúa su físico", solía decir el director Jean-Pierre Mocky, recientemente fallecido.
Pese a sus múltiples compañeros como Marcello Mastroianni o Roger Vadim -padres de su hija Chiara y de su hijo Christian, respectivamente-, Deneuve solo se ha casado una vez, con el fotógrafo David Bailey. "Aprendió la lección y no volvió a hacerlo", bromeaba Bailey hace unos meses durante una entrevista en Londres, al recordar su breve matrimonio en los años del Swinging London, durante los que ambos aseguran que no probaron las drogas. "Nunca me han gustado. El alcohol es mejor", aseguró Deneuve en 2016. La actriz vendió en 2018 su residencia de 1000 m2 en Normandía por 4 millones de euros. Sus amigos más íntimos solo le encuentran un defecto: que despilfarra su dinero.
En los últimos meses, Deneuve también ha dado que hablar por sus opiniones. A comienzos de 2018, la actriz apoyó el polémico manifiesto contra el #MeToo impulsado por la escritora Catherine Millet y otras intelectuales. Días después, ante la polémica generada, decidió disculparse ante las víctimas. "Soy una mujer libre y lo seguiré siendo. Saludo fraternalmente a todas las víctimas de actos odiosos que han podido sentirse agredidas por esta tribuna. Es a ellas, y solo a ellas, a las que presento mis disculpas", afirmó.
Hace unos días, también defendió a Roman Polanski, con quien rodó Repulsión en sus inicios. "Han pasado 40 años e incluso los mayores criminales, cuando han cumplido sus penas, tienen derecho a intentar recomponer sus vidas. Ya ha pagado un precio suficientemente caro", consideró.
Diario El País.
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