Carolina Prat, a días de la muerte de su hermana: “Le pedía a Dios que, si no tenía solución, se la llevara”
En una entrevista a corazón abierto, la conductora contó lo difícil que fue darle la noticia del fallecimiento a su madre
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A días de la muerte de su hermana, Carolina Prat abrió su corazón en una íntima entrevista con Los ángeles de la mañana. Emocionada, pero con mucha entereza, la modelo contó cómo fue enterarse de la enfermedad de Natalia, cómo le dio la noticia a su madre y quiénes fueron su gran sostén en este difícil momento.
“Nati me dijo: ‘Estoy toda tomada, sé que me voy a morir’”, comentó la conductora sobre cómo se enteró de la enfermedad de su hermana, un año atrás. A lo duro de la noticia, se sumó la cuarentena obligatoria que complicaba aún más la situación. “Yo quería tirarme de cabeza. Me empecé a desesperar por ir a verla. Le hacía videollamadas, pero no era lo mismo. Habrán pasado dos semanas hasta que pude conseguir el permiso para circular. Pasé por un montón de cosas”, recordó dolida.
Tras asegurar que en un primer momento muy pocos estaban al tanto del duro trance que atravesaba su hermana, Prat confesó lo difícil que fue contárselo a su mamá, Alejandra. “En ese momento, Nati pidió que no se lo dijéramos a mamá (…). Tuve que respetarla y no se lo dijimos. Le dijimos que era un tumor benigno de hígado, pero que tenía que hacer quimio igual. Lo sostuvimos un tiempo. Pero luego se lo tuve que contar y fue tremendo. Como madre, ella intuía todo”, confesó.
La primera etapa de la quimioterapia fue buena, lo cual le dio un hilo de esperanza a la familia. “Ella empezó a estar mejor y uno se aferra a eso. Teníamos la esperanza de un milagro. La fe nos ayudó a transitar un camino muy difícil. Los médicos de entrada nos dijeron que era un partido muy complicado”, indicó angustiada, al tiempo que advirtió que lo peor es ver el deterioro y el sufrimiento del ser querido. “Eso es algo muy cruel. Yo le pedía a Dios que si no tenía solución que tuviera piedad y se la llevara, para que no sufriera”, agregó.
En cuanto a cómo le comunicó a su madre el fallecimiento de su hermana, relató: “Estábamos pendientes porque su muerte era inminente. El destino quiso que mi mamá estuviese en mi casa porque un día antes muere su mascota de muchos años y estaba destrozada. Cuando me entero, yo no quería decir: ‘Mamá, Nati se murió’. Pasó a la noche tarde, yo bajé con una taquicardia tremenda y Guillermo [Andino, su esposo] me dice: ‘Se lo digo yo’. Y ahí dije: ‘No, se lo tengo que decir yo’. Fue mirarnos nada más y con la conexión que tenemos se dio cuenta y me dijo: ‘No’. Y yo dije: ‘Sí, mamá’. No hizo falta decir esa palabra”.
Tras vivir esta pérdida como su segundo duelo -“el primero fue cuando me dijeron que estaba sentenciada a morirse”-, Prat contó quiénes fueron su gran sostén en este difícil momento. “Es un conjunto de todo. La terapia te ayuda porque te da herramientas para sobrellevar la situación (…). Me apoyé mucho en Guille y en mi hija más grande. Yo soy muy de proteger a todo el mundo e intenté que los días transcurrieran con la mayor alegría posible. Aun así, en las situaciones difíciles, sacar el positivismo es un lema de vida y me ayuda”, expresó quien solía visitar a su hermana acompañada por sus dos hijas mujeres. “Sofí y Vicky ya son grandes y ellas quisieron verla. Tuvimos varios encuentros muy lindos”, señaló.
Mientras contó que su hermana pasó los últimos meses en el departamento de su pareja, reveló que en el último tiempo ya no tenía consciencia de su enfermedad. “En las tres últimas semanas, era consciente de todo menos de su enfermedad. Como que se le borró. Te hablaba de todo, pero no registraba que eran sus últimos días”, indicó. Y enseguida, contó cómo fue su última charla antes de morir. “Aunque estaba dormida, yo le hablaba igual. Le decía que estaba cerca, que descanse. Un día antes, y con una voz ya consumida, me llamó y dijo mi nombre. Me acerqué, le dije que la amaba con toda mi alma y que se vaya en paz. Me hizo un gesto con los ojos”, recordó angustiada.
“No puedo sentir enojo. Me pareció una injusticia, no entiendo el orden del universo y el final fue muy cruel (…). Hemos sanado mucho en este último tiempo. Tengo paz porque siento que no me quedó nada pendiente. Que Nati haya dejado su cuerpo, que la estaba haciendo sufrir tanto, me da paz”, concluyó.
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