Carola Reyna y Boy Olmi: se conocieron en la novela Apasionada y desde hace 30 años unen la ficción con la realidad
De blanco y bajo los efectos del alcohol, tuvieron una boda de ficción; “algo salió bien”, dicen hoy, después de tres décadas de intenso romance
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Son una de las parejas más queridas y de perfil más bajo del espectáculo. Llevan juntos 30 años y jamás hubo rumores de crisis ni se echaron nada en cara, al menos públicamente. Hablan del otro con mucho amor y cuando lo hacen, a los dos les brillan los ojos. Carola Reyna y Boy Olmi se conocen desde siempre y se cruzaron muchas veces en los pasillos de canales de televisión y también en programas, pero se enamoraron grabando la novela Apasionada, que Canal 13 emitió en el 92, con mucho éxito. En esa ficción eran pareja y hasta se casaron, de blanco y con una gran fiesta. Fue la única boda que tuvieron porque en la vida real decidieron ir juntos a la par, aunque sin papeles.
“Nos teníamos fichados, nos llamábamos la atención el uno al otro, nos seguíamos en lo que hacíamos. Él fue a verme solo en una película en la que yo estaba en bolas las dos horas”, ríe la actriz cada vez que recuerda esos momentos. “Nos tocó hacer de pareja en una novela y ahí fue un quilombete. Chapábamos y nos casábamos en la ficción. Nuestros nietos van a creer que nos casamos de verdad, pero no. Esa fiesta fue en el Hyatt, a todo trapo. Él, como buen seductor, convidó con un té de rosas; había champagne en el decorado, empezamos a bailar y medio nos empedamos, de los nervios. Porque nos gustábamos. Bailamos lento. Después hubo noche de bodas y cuando subimos al ascensor hubo una confusión. Salió bien porque hace 30 años que estamos juntos”, contó Reyna varias veces en las entrevistas.
Carola también habló en varias oportunidades de la mirada que tenía sobre Boy cuando lo conoció. “Siempre me llamó la atención, porque me parecía un personaje extraño. Era actor, pero no encajaba en el típico actor. Me acuerdo que se había ido a México a grabar una novela e hizo el backstage también, para entretenerse con la mega producción de Televisa. Cuando volvió, lo presentó en lo de (Juan Alberto) Badía y yo pensaba: ‘Mirá a este tipo’. Me parecía interesante. Era amigo de mis amigos, siempre me gustaba. Lo vi por primera vez en la puerta del Teatro Astral y sus ojos turquesa me encandilaron. Él tenía un saco con una chapa de nácar, muy particular. Recuerdo haber pensado: ‘todavía no’”, detalló en un programa de Mirtha Legrand. Volvieron a verse otras veces. “Me lo crucé tomando un helado, después me llamó para que trabajáramos juntos en un programa de viajes, pero yo estaba embarazada. Y cuando hicimos juntos la telenovela Apasionada, caímos rendidos. El día que empecé a grabar dije: ‘Listo’. Lo miré y no pude evitar sentir lo que sentí”, se sinceró.
Desde entonces están juntos y lograron ensamblar familias: Reyna es mamá de Rafael y Olmi de Carlos, que tienen casi la misma edad, 32.
Dicen que tienen muchas cosas en común, como por ejemplo la pasión por su profesión y el amor por la naturaleza. “Si tenemos un rato libre, más allá de que nos encantan las ciudades, tenemos tendencia a ir a lugares que nos desafían un poco. Hay afinidad con cosas que nos gustan, porque somos bichos de ciudad, pero si no tenemos un poco de naturaleza fuerte cada tanto, nos agarra una locura. Nos hace muy bien a los dos, es como si el ansiolítico perfecto fuera curtir naturaleza”, publicó ella en sus redes sociales cuando hicieron un viaje en motorhome por el país, el verano pasado.
“El tiempo hace madurar las cosas, como un árbol, que con el tiempo se va poniendo más interesante, tiene más marcas, más nudos, más ramas y más posibilidades. Para mí, la estabilidad de la pareja es un misterio. La pareja es un misterio muy grande, que forma parte del misterio de la continuidad de nuestra especie, con la atracción de las polaridades, con los deseos, con las fantasías..., no sé”, reflexionó en una entrevista con Ohlalá!
“Cuando en una pareja encontrás elementos que son claves, como el interés por el otro, la atracción, el humor, el poder divertirse y resonar proyectando a futuro, tenés que aprovechar porque es tan complicado que te suceda que naturalmente querés que te siga pasando. Entonces, la estabilidad en la pareja es como un deseo que se va cumpliendo. Pero, como justamente es muy deseado, también puede fracturarse, pende de un hilo, puede cortarse en cualquier instante. Y eso es lo que genera esa tensión dinámica que hace que sea tan apasionante. Yo no tengo ninguna fórmula ni ninguna idea de por qué pude estar con una pareja tantos años. Me doy cuenta de que tengo que renunciar a buscar una respuesta, simplemente estar en el presente a ver si el milagro se sigue produciendo”, comentó el actor, quien en otra oportunidad sumó una pista sobre la vida en pareja: “Nos divertimos mucho con Carola. Yo creo que hay algunos factores para la continuidad de la pareja que son esenciales y aspiro a eso. Uno tiene que ver con el divertirse, otro con el atraerse, sorprenderse y no sé si eso genera admiración en el otro o atracción por el otro. Hay momentos en que creemos conocernos muchísimo”.
Carola Reyna también reflexionó alguna vez sobre esta unión. “No es algo pensado o planeado, no tengo claro la vuelta que le encontramos. Creo que tiene que ver con nuestro espíritu innato. Boy es muy inquieto como persona, siempre está interesado en cosas. No tiene que ver con la edad, porque he tenido otros novios y nuestro comportamiento a los veintipico era más de quietud, como si tuviésemos 50. Boy nunca fue de quietud y yo siempre fui curiosa con algunas cosas, tuve una familia muy lúdica, de poder reírnos de las cosas que nos pasan y sobreponernos“.
¿Si hay peleas? Claro, pero por las cosas más triviales. “Me molesta que pele demasiado la fruta, porque me pone nerviosa. No usa el pelapapas y no entiendo por qué”, confesó la actriz en alguna entrevista. “Es porque en los últimos veinte años yo soy el que más cocina”, se justificó Boy.
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