El bebé nació el 22 de julio y pesó 2,910 kilos. “Fue un momento espectaculare inolvidable cuando escuché su llanto por primera vez”, asegura el cantante
Era de madrugada cuando Carlos Baute (42) pudo tomar entre sus brazos a Markuss, que pesó 2,910 kilos y midió 51 centímetros. El pasado 22 de julio comenzó una nueva etapa en la vida del popular cantante y su mujer Astrid Klisans (31), tras cinco años de matrimonio. Un broche de oro a una historia de amor que bien podría convertirse en el guión de una película romántica. Ilusionados, nos reciben en su casa para presentarnos al “responsable” de sus sonrisas.
–Carlos, ¿vos querías estar presente en el parto?
–Quería pero lamentablemente no pudo ser porque al final nació por cesárea. Es verdad que la doctora no sabía si dejarme pasar o no, pero le dije: “No pasa nada, quiero lo mejor para el bebé y para Astrid, yo espero afuera”. Al principio estaba tranquilo porque había un equipo médico buenísimo. Pero, de repente, vi muy nerviosa a mi suegra, a mi suegro… Y la doctora se puso un poquito tensa. Ahí me asusté y empecé a preguntar.
–Astrid, ¿cómo lo viviste vos?
–Cuando llegué al hospital estaba bien, no tenía muchos dolores y estaba todo controlado. Me pusieron la epidural, venía todo bien, pero de repente, el bebé empezó a tener latidos irregulares porque tenía el cordón enredado. Ahí fue cuando la doctora nos dijo que no íbamos a arriesgarnos. En ese momento sí nos asustamos. Pero la verdad es que teníamos a un equipo médico muy pendiente de nosotros.
–¿Qué sintieron cuando vieron a Markuss por primera vez?
Carlos: Yo estaba en la sala de espera con la familia cuando salió una persona del equipo médico y nos dijo: “¡Es un niño!”. Empezamos a saltar y a gritar. Y ahí les anuncié a todos, muy emocionado que se llamaría Markuss, nadie de la familia lo sabía. Entré en la zona de quirófanos y, de repente, escuché un llanto, no puedo explicar la sensación, parecía que el corazón se me salía del pecho. Fue, y es, inolvidable. No voy a olvidar jamás ese momento en que escuché ese llanto y le pregunté a la enfermera: “¿Ese es mi hijo?”. Y me dijo que sí. Y ya decir “mi hijo” es muy fuerte para mí, porque es la primera vez que lo digo. Fue espectacular.
Astrid: Cada vez que recuerdo el momento en que me lo pusieron sobre el pecho, me emociono. Fue inexplicable, lo más grande que me pasó en la vida.
–¿Cómo fueron las primeras horas como padres?
Astrid: No podía dejar de mirarlo… Y llevo más de una semana mirándolo permanentemente. Le cambio tres veces al día la ropa para hacerle fotos.
Carlos: Era imposible apartar los ojos de Markuss. Astrid está más enamorada que nunca. Mis amigos ya me habían avisado: “El primer año es de tu mujer, tú eres un asistente”. Y es tal cual. Pero la labor difícil es la de Astrid, me parece la mejor mamá del mundo.
–¿Esperaban que fuera varón?
Carlos: No supimos el sexo hasta el nacimiento. Nos funcionó a ambos el instinto de padres. Desde la tercera ecografía, en la que lo vimos moverse tanto, pensamos que era un varón. Y me pasó algo muy curioso: tres noches antes de ir al hospital, soñé con él.
–¿Por qué eligieron Markuss como nombre?
Carlos: La idea de ponerle un nombre original de Letonia fue mía, en honor a la familia de Astrid. Yo estoy enamorado de su cultura, fui muchas veces allí. Somos los dos venezolanos, el niño nació en España… Todo eso ya lo tiene y pensé que sería lindo que tuviera un nombre especial para que le recordara sus orígenes letones.
–¿Qué tal te estás llevando con la paternidad, Carlos?
–Cambio pañales, lo duermo, lo acuno… Me llevo bastante bien. Me siento padre, no tengo miedo, nunca fui una persona nerviosa y tengo una edad en la que me siento seguro. Además, tengo algo de experiencia con bebés, de cuando mis sobrinos y mis primos eran pequeños.
–¿La paternidad los unió más?
Carlos: Por supuesto, es una bendición estar los tres juntos. Ya somos una familia y lo vamos a ser de por vida. Siento más amor por Astrid y ahora la admiro aún más. Es una madraza y una campeona.
–¿Le compusiste una canción?
–Aún no. En algún momento me pondré. Le canto una canción que hice hace tiempo: se llama “Nada se compara a ti”. Y es así, nada se compara a él. Es alucinante.
- Texto: Marta Gordillo
- Fotos: Javier Alonso
- Producción: Cristina Reyes
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