Carla Bruni: secretos, tragedias personales y romances turbulentos de una mujer que llegó a las esferas más altas del poder
Así como profesiones, la esposa de Nicolas Sarkozy tuvo muchas conquistas antes de conocer al político devenido en primer mandatario francés
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Hay tres palabras que definen a Carla Bruni a la perfección: glamour, dinero y poder. “Una mujer que ha vivido muchas vidas en una sola”, como la describe el libro Un Après-Midi chez Carla (Una tarde en casa de Carla), una biografía de 173 páginas donde el periodista Marc Dolisi narra su vida, sus relaciones amorosas y algunos de sus secretos más ocultos.
De cotizada top model y cantante a primera dama de Francia, lo cierto es que esta italiana -nacida en el seno de una adinerada familia de Turín- tampoco la tuvo fácil. Tras descubrir que su padre no era su padre biológico y perder a su hermano de una manera trágica, la mujer del exmandatario Nicolas Sarkozy atravesó momentos difíciles, aunque nunca se dio por vencida. A fuerza de belleza, talento, inteligencia y un gran carisma, supo construir su propio imperio, uno que la llevó a codearse con el éxito, las esferas más altas del poder y los nombres más importantes de la escena musical y política, con quienes hasta se la ha vinculado sentimentalmente.
Sin embargo, y aunque no parezca, la vida amorosa de Bruni está llena de marchas y contramarchas, romances fugaces y algunos que jamás fueron confirmados. Finalmente, hace 14 años parece haber encontrado la paz a partir de su relación con Sarkozy, el empresario y copríncipe de Andorra (que fue presidente de Francia entre 2007 y 2012), con el que se casó tres meses después de conocerse en una cita a ciegas.
Un pasado turbulento
Nacida el 23 de diciembre de 1967 en Turín, Italia, Carla Gilberta Bruni-Tedeschi comenzó en el medio como una de las modelos más famosas de los años ‘80 y ‘90. A pesar de que su poderosa familia pagó sus estudios en carísimos internados suizos e ingleses y también una carrera de Arquitectura, la italiana cambió los planos por las pasarelas, convirtiéndose en la favorita de los diseñadores más prestigiosos del mundo.
Sin embargo, a los 29 años volvió a cambiar de rumbo para dedicarse a la música. El interés por esta nueva actividad proviene del ambiente familiar: su padre Alberto Bruni Tedeschi, fallecido en 1996, fue un exitoso hombre de negocios, pero también un amante de la ópera, y su madre, Marisa Borini, que tiene hoy 90 años, una actriz y pianista formada en los círculos culturales de la alta burguesía de Turín.
Si bien públicamente su vida parece perfecta, en lo personal Bruni ha tenido que atravesar duros momentos que la marcaron para siempre. A los 28 años, la cantante y actriz se enteró que Alberto no era su padre biológico, sino que era hija de un tal Maurizio Remmert, un hombre de negocios brasilero con el que su madre había tenido un furtivo romance. A este duro golpe, se sumó la muerte de Virginio, su hermano varón fallecido en 2006, después de luchar quince años contra complicaciones derivadas del VIH.
“Bruni es una mujer muy compleja”, aseguró Dolisi en su biografía, donde cuenta parte de la vida privada de una de las mujeres más llamativas de Europa. Además de su vida familiar, el periodista da detalles de las relaciones que han marcado a esta francesa nacionalizada antes de conocer al “gran amor de su vida”, Nicolas Sarkozy. “Al contrario de lo que se ha dicho repetidamente sobre ella, no creo que se sienta atraída por el poder. Ella tuvo siempre dinero, belleza e inteligencia. Y también talento. Creo que lo que Carla ha necesitado siempre es estar cerca de alguien a quien pueda realmente admirar”, sostiene el escritor, marcando un común denominador entre todos los hombres que conquistaron su corazón.
Haciendo un racconto de sus amores, es posible que el periodista esté en lo cierto. El primer famoso en caer bajo sus encantos fue Eric Clapton a principios de los ‘90; inmediatamente, la pareja se convirtió en la atracción de los paparazzis. Sin embargo, ella parecía más interesada en otro rockero: Mick Jagger. Clapton se dio cuenta de la química entre ambos e intentó frenar los impulsos del cantante de los Rolling Stones. “Mick, por favor, ella no. Creo que estoy enamorado”, le habría suplicado el músico a su par, en el backstage de uno de sus conciertos.
Pero con el transcurso de los días el amor prohibido entre “el chico malo del rock” y la reina de las pasarelas fue inevitable. Esto no fue impedimento para que Jagger contraiga matrimonio en Bali con la madre de sus hijos, Jerry Hall. Si bien la modelo británica decidió no prestar atención a los rumores de infidelidad, luego de un año le exigió a su marido terminar con el affaire, aunque sin mucho éxito. De hecho, en 1992, cuando nació su tercera hija, Georgia May, Jagger se escapó con Bruni a Phuket, en Tailandia. “Apenas conozco a ese hombre, a lo mejor alguien está pretendiendo ser yo”, dijo la italiana negando las versiones.
Sin embargo, la prueba llegó cuando Hall encontró un mensaje en código que decía: “Seré tu amante por siempre”. Ese descubrimiento desató un gran escándalo que incluyó llamadas por teléfono y un enfrentamiento en el Ritz de París, donde las dos modelos se gritaron de todo. Tras una breve ruptura entre el matrimonio, Jerry y Mick se reconciliaron, momento en que Bruni decidió hacerse a un lado.
Rumores y más ¿rumores?
Que Bruni es una de las mujeres más bellas del mundo no es ninguna novedad. Que varios hombres intentaron seducirla tampoco. Sin embargo, algunos lo lograron y otros no. Según lo que explicaba el periodista Dolisi, la italiana necesita sentir admiración por su pareja, más allá del poder o dinero que tenga. Según las malas lenguas, Bruni sentía mucha admiración por Kevin Costner, tanta que dicen que llegó a intimar con el actor de El Guardaespaldas en más de una oportunidad. Al parecer, no quedo ningún rencor entre ellos ya que cada tanto suelen coincidir en los escenarios de distintos festivales internacionales, donde el intérprete despunta el vicio por la música country con su banda Modern West.
Antes de convertirse en la esposa del ex mandatario francés, a Carla Bruni se la relacionó con otro empresario con perfil político: Donald Trump. Sin embargo, la exmodelo se encargó personalmente de desmentir estos rumores tildando al millonario de “lunático”. Tras explicar que solo se habían visto una vez durante una gala caritativa en Nueva York, la morocha aseguró: “No le he vuelto a ver más, de eso estoy segura”.
Por su parte, Trump no fue tan tajante. En 2008, en el programa de radio del periodista Howard Stern, el expresidente de los Estados Unidos tuvo algunas declaraciones un tanto polémicas cuando menospreció a Bruni físicamente, dando a entender que la conocía muy bien en la intimidad. “Carla es una mujer con el pecho muy plano, no es la clase de las que te gustan”, le dijo al conductor mientras éste redoblaba la apuesta y le preguntaba si era mala en la cama. “No puedo comentar eso. Va a casarse con el presidente de Francia y quiero mantener buenas relaciones con ese país. No quiero criticar a la primera dama”, respondió Trump con ironía.
¡Sí, quiero!
En el año 2000, Carla Bruni conoció al que pensaba que era su verdadero amor: Raphael Enthoven. Su relación -que duró siete años- empezó en medio de un escándalo, ya que por ese entonces la modelo mantenía una relación sentimental con el padre del escritor y filosofo, el periodista Jean-Paul Enthoven. Sin embargo, el amor fue más fuerte que los estereotipos y Bruni rompió con Enthoven padre para inmediatamente mudarse con Enthoven hijo.
En medio de este enredo de la alta sociedad que los franceses siguieron con sumo interés, la pareja tuvo un hijo llamado Aurélien, quien actualmente tiene 19 años y se ha convertido en un Youtuber muy exitoso. Contra todos los pronósticos y a pesar de haber luchado tanto por estar juntos, el matrimonio se separó en 2007. Sin embargo, los ex siguieron manteniendo una buena relación por su hijo y, en más de una oportunidad, se lo ha visto al filósofo por El Elíseo para visitar al menor y tomar una copa “en familia”.
De modelo y cantante a Primera Dama
Tras separarse del padre de su hijo, Bruni disfrutó de su soltería aunque no por mucho tiempo. El 13 de noviembre de ese mismo año, la modelo y cantante conocía en una cita a ciegas armada por el publicista Jacques Séguéla a su futuro y actual marido, el empresario y político Nicolas Sarkozy. Recientemente divorciado de su segunda esposa, Cécilia Attias, el francés quedó obnubilado por la belleza de la artista italiana al instante.
“Vi la conexión en el momento en el que se conocieron. Fue eléctrico. El amor a primera vista es un milagro. Es totalmente sincero, profundo, inesperado y brutal”, confesó el celestino en el libro Nicolas Sarkozy and Carla Bruni: The True Story. Otro de los allí presentes, el ex ministro de educación Luc Ferry, agregó: “Muy pronto vimos que Nicolas solo tenía ojos para la mujer sentada a su derecha. Incluso le dio la espalda a la esposa de Séguéla. A menudo el pelo de Carla rozaba el hombro del Presidente. Él solo hablaba para ella”.
Después de hablar toda la noche, llegó el momento de retirarse. Precavida, la cantante le dio su número de teléfono y el primer llamado no tardó en llegar. Ambos acordaron volver a verse la noche siguiente y al mes, los tortolitos se dejaron fotografiar por la prensa en DisneyLand París, en compañía de sus respectivos hijos y de la madre de Carla. Dos mundos aparentemente opuestos se juntaban, sin saber que tres meses después el recientemente elegido Presidente de Francia y la intérprete de “No promises” darían el sí en una ceremonia secreta.
“En El Elíseo no puede haber lugar para una compañera, una novia, una prometida. No es solo una cuestión de tradición, de burguesía, de machismo mal digerido. Es simplemente amar, respetar y proteger todo lo que amamos”, escribía Sarkozy en sus memorias justificando el por qué de su inmediato pedido de mano. “Tuvo la amabilidad de no tomarme como un loco”, bromeó el mandatario sobre el momento en que se puso de rodillas con un anillo en forma de corazón con diamantes y zafiros de Dior para hacerle la propuesta oficial.
La boda se celebró el 2 de febrero de 2008, en una íntima ceremonia en el palacio de El Elíseo, lugar al que la nueva primera dama se mudó de inmediato. “Carla hace que el presidente sea más deseable, más moderno. Francia necesita modernidad, talento, inteligencia. Es como Jack y Jackie. Como Rainero y Grace Kelly. Una nueva pareja mundial”, expresaba el celestino Séguéla, feliz con esta unión.
“La verdad, Nicolas ha sido el único hombre de mi vida. El resto… No hay comparación. Cuando nos conocimos, descubrí inmediatamente algo nuevo y apasionante, despedía un magnetismo único”, reconoció Bruni enamorada. “Es el primer hombre que le hace olvidar sus heridas del pasado”, “Está verdaderamente enamorada”, “Hay una química muy fuerte entre ellos, va más allá de la mentira”, afirmaban desde el entorno íntimo de la pareja, desmintiendo que se tratara de una relación por conveniencia.
Cuatro años después, las especulaciones sobre un posible “interés” por parte de Bruni volvieron al ruedo cuando se empezó a hablar de un embarazo. El cambio de vestimenta, la ropa suelta y el abandono del cigarrillo fogoneaban la hipótesis.
Quien finalmente confirmó las sospechas ante la prensa fue el padre del mandatario, Pal Sarkozy: “Los dos no quieren conocer el sexo (del bebé) anticipadamente, pero estoy seguro de que será una niña y tan guapa como Carla. “Me alegro de mi (nuevo) nieto”, afirmó el empresario en declaraciones exclusivas para el tabloide alemán Bild.
Si bien se tomó su tiempo, finalmente la futura mamá se refirió a su embarazo en una entrevista. La cantante -que tuvo que retrasar la salida de su cuarto álbum por esta noticia- describió ese momento como “una alegría sorprendente e inesperada”. E inmediatamente comunicó su decisión de preservar a su bebé de toda exposición pública: “Haré todo lo posible para proteger a este futuro hijo, y con el mayor vigor, por lo que no lo expondré nunca”, aseguró aún desconociendo el sexo del bebé en camino.
Finalmente, el 19 de octubre de 2011 llegó Giulia, la primera hija en común del matrimonio. Aunque Sarkozy no estuvo presente en el momento del parto [el presidente se encontraba en Alemania en una reunión de carácter económico], Bruni se encontró acompañada por su hijo Aurélien y por Pierre, Jean y Louis, los hijos que su esposo tuvo en sus matrimonios anteriores.
El fin del reinado
Si bien mucha gente especulaba con que este matrimonio era por interés, lo cierto es que para Bruni no fue fácil estar al lado del presidente de Francia, sobre todo porque su imagen positiva fue en baja durante su paso por el poder. “Carla ha sido muy querida a lo largo de su vida. Y de la noche a la mañana tuvo que aprender cómo es estar con alguien que muchos odian. Carla es una persona equilibrada, pero creo que es difícil para ella. En su lugar, cualquiera se habría vuelto paranoico, sospechoso con todo el mundo. Cuando amamos a alguien, nos es difícil pensar que los otros no lo amen”, comentó Dolisi.
Contra todos los pronósticos, Bruni parece haber sentido un gran alivio cuando su marido perdió la reelección contra François Hollande. “Aquellos años fueron apasionantes. Los recuerdo emocionada. Estar junto a mi esposo fue una aventura única, excepcional, algo maravilloso. Pero fue un alivio abandonar aquel infierno”, confesó la cantante cinco años después de su salida de El Elíseo en la edición francesa de Vanity Fair. De hecho, uno de sus mejores discos fue el que lanzó cuando su marido dejó la presidencia. “Es un disco maduro, con letras de una mujer que ha sido primera dama durante cinco años, y lo ha sido por amor. Lo ha hecho con la misma seriedad que cuando desfilaba para los grandes de la moda”, opinó el biógrafo que más la conoce.
Fuera de la presidencia, el matrimonio se trasladó a la casa de la cantante para mantenerse en un segundo plano en el mundo de la política. A pesar de haber bajado el perfil, las acusaciones a Sarkozy sobre corrupción y tráfico de influencias nunca cesaron. Entre ellas, se destaca la del año 2007 en la que se sostiene que el exmandatario habría recibido financiación ilegal para su campaña por parte del dictador libio Gadafi.
“Estoy contenta de que mi hombre haya salido de aquella guerra. Nicolas, en acción, era algo maravilloso y fascinante. Al mismo tiempo, la guerra política sin cuartel, en el corazón del Elíseo, puede ser algo muy duro, cruel. Finalmente, fui feliz estando junto a él. Poner fin a aquella batalla, tan brutal, fue un alivio”, agregó sobre su experiencia acompañando al mandatario, que durante un tiempo coqueteó con su posible vuelta a la jefatura del Estado.
Derrotado en las elecciones primarias de 2016 (quedó en tercer puesto), Sarkozy dio por enterrada su vida política, comenzando una nueva vida de hombre de negocios. “Su nueva vida pasa por ganar dinero, mucho dinero”, explicaron fuentes cercanas al empresario.
Lo cierto es que Carla Bruni ha sabido acompañar su rol como primera dama primero y como esposa de un cuestionado exmandatario sin dejar de lado su carrera y su identidad, sin ser opacada por el poder. De hecho, el año pasado la intérprete lanzó su quinto disco de estudio, al que tituló directamente con su nombre. Las letras de sus nuevas canciones afirman aún más esta necesidad de mostrarse como una mujer independiente y, sobre todo, cercana a las demás: los dilemas clásicos de la mediana edad, el deseo en la pareja, la fortaleza para tolerar que los hijos crezcan y se vayan de casa y la relación con la idea de la muerte son parte del repertorio.
En cuanto a su vinculo con Sarkozy, la artista asegura que nada cambió: “Con los años, ese magnetismo sigue intacto. Mi marido es una bomba, encantador. Como hombre de mi vida, solo está él”, confesó enamorada. Por su parte, el empresario le devolvió el favor en sus memorias: “El año 2007 fue rico en acontecimientos para mí. Fui elegido presidente de la República, me divorcié y conocí a Carla. Todo eso en menos de seis meses. Puede decirse que fue el año decisivo de mi existencia. Todavía hoy, a veces nos preguntamos, Carla y yo, por qué hemos tenido tanta suerte”.
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