La ganadora del Oscar habló con LA NACION sobre Creciendo, la flamante serie que produjo y dirigió para la plataforma de streaming que documenta duras historias de vida de adolescentes y que se estrena este jueves
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Cinco años atrás, Brie Larson se sentía avergonzada de sí misma. “Pensaba que no era digna de que alguien me quisiera y empecé a esconder ciertos aspectos de mi persona, hasta que finalmente pude hablar”, expresa la actriz en diálogo con LA NACION. Cuando asegura que pudo hablar, la actriz ganadora del Oscar por La habitación no alude a la prensa sino a su círculo íntimo, con quien compartió ese miedo a ser la única en estar atravesando temores cuyos detalles prefiere resguardar. “Me pareció importante sentarlos a todos y que tengamos una conversación honesta al respecto. En ese momento descubrí no solo que no era la única en experimentar determinadas situaciones sino que el denominador común era la vergüenza”, añade.
A medida que las charlas se sumaban, Larson, quien ya había hecho su debut como directora en 2017 con Tienda de unicornios, el largometraje coming of age (“de camino a la adultez”) que también protagonizó y donde había una celebración de la autenticidad, empezó a esbozar un proyecto que, por entonces, no tenía forma concreta. Finalmente, después de un largo tiempo de trabajo, la actriz supo hacia a dónde quería apuntar. “En gran medida el objetivo de hacer una serie documental sobre adolescentes era el de reasegurarles tanto a los entrevistados como a los espectadores que están acompañados”, remarca Larson.
De esta forma surgió Creciendo (Growing Up), el documental de diez episodios concebido por Larson y Culture House, y producido y dirigido por ella y otras cineastas (entre ellas, la estrella de grown-ish, Yara Shahidi) que ya se encuentra disponible en Disney+. Tras una búsqueda de historias inspiradoras de jóvenes de entre 18 y 22 años, la actriz encontró a sus 11 “figuras heroicas” -así las denomina-, que en sus respectivas viñetas tienen la posibilidad de hablar en un espacio seguro y agradable.
“Quería que se respete lo que tenían para decir, que se sintieran protegidos”, le explica Larson a LA NACION. En efecto, el comienzo de Creciendo nos sitúa en un colorido living con varios sillones donde los entrevistados, que no se conocían entre ellos, forjan una conexión al notar, como Brie lo notó años atrás, que había otras personas dispuestas a ayudarlos en sus procesos de cambio y en el pavor que esto genera en una etapa formativa.
Los intercambios del grupo, que revelan esa veta terapéutica de la serie, son igual de movilizantes que el otro foco del documental: los momentos en los que los jóvenes cuentan solos, a cámara, sus historias de vida. “Fueron extremadamente valientes y generosos conmigo, por eso quería dejar en claro que la prioridad era que se sientan escuchados”, remarca Larson, quien aparece en dos ocasiones en Creciendo, al inicio del primer episodio y sobre el final, para hablar con esos héroes y heroínas y preguntarles cómo se sintieron, ya que la mayoría nunca había estado en un rodaje.
Historias heroicas en tiempos convulsionados
Los protagonistas de Creciendo son Vanessa, Clare e Isabel (dos amigas presentadas en dupla), Amiri, Emily, Sage, David, Sofia, Alex, Athena y Gavin. Si bien existe ese código en común entre ellos, Larson también aborda sus historias con la sensibilidad de quien entiende que los hechos que vivieron son intransferibles. El episodio centrado en Gavin, que le da un cierre al documental en una decisión narrativa de concluir con un tono esperanzador, no carga las tintas sobre el sistema de hogares de acogida en los Estados Unidos sino sobre la experiencia particular de ese niño que se fue con su madre, sin saber la razón de su abrupta decisión, de la casa en la que vivía con su papá para permanecer en un hogar donde descubrió su potencial gracias a una mujer que supo verlo. Tiempo después su padre recupera su tenencia y él queda bajo su cuidado. Pero su vida daría una vuelta más y tras la repentina muerte de su progenitor, el joven volvió a encontrarse solo, desconcertado, sin rumbo, hasta que sus amigos lo ayudaron para que se facilite su ingreso a una universidad. Gavin se termina recibiendo de enfermero y explica por qué eligió esa carrera: “Al ver lo enfermo que estaba mi papá y cómo lucho mi familia con el sistema de salud me hizo sentir que podía hacer algo. Pensé: ‘Si me recibo de enfermero, nadie más de mi familia se tendrá que preguntar cómo cuidarse o qué es lo que pasa con sus cuerpos, como les sucedió a mi mamá y a mi papá’. Ahora abordo mi profesión con la mentalidad de que si cambiás a una persona, cambiás el mundo”.
Al concluir su relato, es aplaudido por los otros diez jóvenes que también debieron luchar para llegar al mismo punto en el que Gavin se encuentra ahora: tener la fortaleza suficiente como para ayudar al otro, a pesar de que el trauma todavía persista, como una alarma que ocasionalmente se enciende. Creciendo también nos muestra cómo es atravesar la adolescencia con una discapacidad y el estigma que esto conlleva, refleja las problemáticas de salud mental como cuadros severos de ansiedad y depresión, además de poner la lupa en la presión social que lleva a muchos jóvenes a pensar que no merecen ser amados, el punto de partida de Brie para la puesta en marcha de Creciendo. Desde mujeres que sufrieron racismo en el colegio a quienes sentían vergüenza de sus cuerpos y padecieron trastornos alimenticios, Creciendo le da valor a la representación y es un fiel reflejo de su creadora.
En 2019, también en diálogo con LA NACION en San Pablo por el estreno de Capitana Marvel, Larson ya hacía referencia a los motivos por los que elegía determinados proyectos. En el marco de esa premier, solicitó que la mayoría de las periodistas que la entrevistaran sean mujeres y para Creciendo se aseguró que el 63% de su equipo también esté integrado por voces femeninas. “Me entusiasma ser parte de esta conversación en la que se discute sobre la representación femenina en pantalla; yo soy una chica blanca, no soy el punto final de ese debate. No ganamos el feminismo con Capitana Marvel, se trata de un camino mucho más extenso que hay que allanar, y que hay que lograr que sea más sencillo para otras mujeres. Carol Danvers es una herramienta de inspiración, y yo no tuve eso cuando era chica”, contaba Larson por entonces.
En la actualidad, su perspectiva se mantiene. “Quería detenerme en ese punto en nuestras vidas en el que nos olvidamos del amor propio, en el que empezamos a pensar que hay algo malo en nosotros, en ese momento crucial en el que creemos que debemos ser diferentes a lo que realmente somos”, expresa Larson en la cálida charla vía Zoom con este medio. “Ese momento crucial es la adolescencia y con Disney queríamos arrojar luz sobre este tema y empezamos a buscar a estas once personas increíbles”. Cuando se le pregunta qué aprendió de esos jóvenes, Brie no sabe por dónde empezar. Es abrumador. “El tiempo que me llevaría expresarlo... Fue tanto. Son valientes, hermosos, perfectos en todas las maneras posibles. Mi deseo es que todo el mundo vea lo mismo, que los conozca”.
Una de las heroínas de Creciendo, Athena Nair, le manifestó a LA NACION lo importante que fue formar parte de la serie. “Me gustó tener la posibilidad de contar mi historia, no sentía que estaba bajo escrutinio, simplemente se trataba de conocer al otro y de que el otro conozca lo que viví”, subraya y menciona una arista clave del proceso: “En mi caso, y en el de muchos, también era fundamental mostrar cómo mi infancia impactó en quién soy hoy, mostrar lo que padecimos para que la gente se sienta menos sola, promover el amor propio. Creciendo me motivó a querer seguir haciendo eso todos los días de mi vida”.
Creciendo también remite, de manera indefectible, a Short Term 12, la extraordinaria película de Destin Daniel Cretton en la que Larson interpreta a una supervisora en un casa de refugio para adolescentes en riesgo a quien protege por haber experimentado en carne propia un hecho traumático. La candidez con la que el cineasta filmaba esas charlas entre los jóvenes fue heredada por la actriz, quien le imprime a un abanico de relatos duros, honestidad y empatía. Al fin y al cabo, todo comenzó por sus vivencias. “Hace cinco años yo estaba en medio de un viaje y algo me pasó”, recuerda Brie.
“De repente empecé a ser consciente de que estaba viviendo avergonzada, de que estaba ocultando ciertas cosas sobre mi persona, y eso generó una conversación acerca de cuándo es el momento apropiado y seguro para preguntarles a familiares y amigos acerca de qué los avergonzaba ellos, y me di cuenta que en el ciento por ciento de las veces que hacía esa pregunta, esas cosas que sentían y que me decían no eran para avergonzarse. Advertí que estaban viviendo con un peso que no tenía que estar ahí”, le cuenta Larson a LA NACION sobre su proyecto más personal hasta la fecha.
Sobre el final de Creciendo, la actriz, productora y directora mira a esos once jóvenes y les hace una pregunta, en apariencia, simple. “¿Ayudó compartir sus historias?”. Los adolescentes admiten que el miedo siempre estuvo, pero que crecer no tiene por qué ser necesariamente una sola cosa. Puede provocar temor, pero también generar aprendizaje. Puede sentirse un proceso solitario, hasta que el camino te cruza con alguien dispuesto a acompañarte. El interrogante de Brie, entonces, siempre contuvo una respuesta afirmativa.
Creciendo ya está disponible en Disney+.
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