Blippi, el héroe infantil que nació en YouTube y logró crear un imperio, pese a los traspiés de un pasado que se empeñó en borrar
Con un disfraz muy simple, una cámara y mucha curiosidad, Stevin John creó hace nueve años un personaje para entretener a su sobrino; hoy sus videos tienen más de 14 mil millones de vistas
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“B-L-I-P-P-I” deletrea con fluidez un niño que apenas llega a los dos años. “Blippi”, repiten dos, tres, cuatro, 25 veces por hora otros cientos de miles de niños más alrededor del mundo con el dedo -y la mirada- fija en la pantalla. En tiempos de streaming, el nuevo ídolo de los más chicos es un estadounidense de mediana edad con actitud aniñada que viste camisa celeste, tiradores, moño y anteojos naranja y que recorre -y describe- museos, fábricas y parques de diversiones con un entusiasmo desmedido, un tono de voz algo empalagoso y muchas preguntas.
Si se indaga detrás del fenómeno, se puede decir que el alma mater de Blippi se llama Stevin John, que creó el personaje a partir de un hecho fortuito, que sus videos lograron más de 14 mil millones de vistas en casi diez años y que levantó un verdadero imperio a partir de un programa de YouTube. Si se indaga un poco más, aparece un pasado un poco más oscuro: su nombre real, un comienzo escatológico -y viral- en el mundo de las redes que por medio de abogados intentó borrar y la decisión de utilizar un doble que enfureció a sus pequeños fans.
Un imperio con pasado de garage
Stevin John se puso el traje de Blippi -y el de productor, editor y diseñador gráfico- por primera vez el 18 de febrero de 2014 en un video de YouTube. Aquel joven veinteañero que buscaba impactar con su nueva creación, contaba con algunas herramientas para posicionar su material en la red, un trabajo en la industria audiovisual y los objetivos claros. Lo que generó, a costo cero y desde su garage, fue arrollador: un ejército de niños enfervorizados por verlo y escucharlo cantar, y un crecimiento extraordinario.
“Me llevó un año llegar al millón de vistas, y eso es bastante rápido”, explicó en el podcast Becoming a YouTube Star. Desde ese entonces, nunca dejó de crecer: en 2020 lo compró Moonbug Entertainment, en 2021 se lanzó como caricatura animada en 3D con el nombre Blippi Wonders y un año después debutó en el gigante del streaming Netflix. Hoy, sus más de mil videos -traducidos a gran cantidad de idiomas- superaron las mil millones de visitas en YouTube y sus canales cuentan con 15 millones de suscriptores. Además, su material se puede ver en distintos puntos del mundo a través de Hulu, Amazon, Sling, Paramount+ y Apple TV+, y hasta creó un sitio de descargas gratuitas.
Con un nicho -el de los niños de 2 a 6 años- en el bolsillo, John decidió ampliar su negocio al mundo de la ropa, los juguetes y el merchandising. Así, se asoció con distintas empresas para comercializar zapatillas, juegos educativos, libros, DVD, disfraces, bicicletas, muñecos y accesorios para la casa que promociona al final de cada uno de sus videos con un guiño a los chicos y un claro mensaje para los padres. Además, en 2021 vio la luz Blippi, el musical, un show con el que planea recorrer el mundo con Blippi, The Wonderful World Tour. Ese mismo año integró la lista de los youtubers qué más facturaron alrededor del mundo de Forbes: se quedó con el sexto puesto con un total de 16 millones de dólares.
El hombre detrás del fenómeno
Stevin W. John nació el 27 de mayo de 1988 en la ciudad portuaria de Seattle, pero creció en Ellensburg rodeado animales de granja, tractores y caballos. En sus sueños infantiles, Stevin se veía como piloto de combate y conductor de limusinas. Su primer gran sueño lo tuvo en la palma de su mano en 2006, cuando sirvió durante dos años a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos como jefe de carga, pero con el tiempo se dio cuenta de que el conflicto real no era un ámbito en el que le gustaba estar, y decidió cambiar el rumbo de su vida.
En su viaje para convertirse en Blippi, Stevin fue lavaplatos, recepcionista y mozo. La idea de calzarse el traje de un adulto con alma de niño apareció cuando trabajaba como camarógrafo en Los Ángeles y volvió por un tiempo a Ellensburg por un tema familiar. Una tarde, en la casa de su hermana, vio a su pequeño sobrino mirando videos infantiles de baja calidad y pensó que él podía hacer algo mucho mejor. “Mi objetivo con Blippi era traer emociones y recuerdos positivos al acto de aprender”, explicó en su página.
Luego de algunas semanas de garabatear ideas de vestuario, pensar en un nombre fácil de pronunciar, eficaz y pegajoso, y generar una lista de temas, Stevin decidió conducir el programa él mismo. Con una cámara comenzó a recorrer museos y parques. También se tomó el tiempo de contarle a los niños sobre autos, patrulleros, camiones monstruos y tractores, y todo lo completó con números, letras y colores brillantes.
De a poco, Stevin comenzó a ver el resultado de su trabajo, un proyecto que arrancó con costo cero: una cámara, el valor de la gasolina y no mucho más. “Mi tiempo no tenía el valor financiero que tiene hoy”, explicó en una entrevista. En aquel entonces, además de contenido de calidad, John desplegó todos sus conocimientos como especialista en SEO: optimizó los motores de búsqueda de temas como “videos para niños” para construir su audiencia y su material fue recompensado por el algoritmo de YouTube: suele aparecer en la barra lateral de recomendaciones y si se activa la reproducción automática es cuestión de tiempo que aparezca en pantalla.
Además, el empresario sabe cómo hacer que su nombre quede grabado en sus espectadores: cuando cada aventura termina, deletrea Blippi y de manera servicial llama a los niños a que pidan en sus casas que lo busquen en las redes.
Un pasado difícil de borrar
Cuando el único cuestionamiento que se le podía hacer a Blippi era, quizá, su voz chillona y el exceso de alegría en su manera de expresarse, un capítulo oscuro del pasado salió a la luz. Y entonces se supo, además, que en realidad su nombre era Stephen J. Grossman -aunque con el tiempo lo cambió de forma legal- y que su primera aparición en las redes sociales había sido en 2013 bajo el apodo de “Steezy Grossman” en una especie de desafío viral escatológico muy al estilo de JackAss.
En una versión adaptada del meme “Harlem Shake” -un video viral en el que una persona baila y luego de 15 segundos la música cambia y todos los que están alrededor comienzan a moverse-, se lo ve a Stevin parado sobre un inodoro, desde donde defeca sobre un amigo tirado en el piso completamente desnudo y con las piernas abiertas.
“Sí, hice un video de comedia asqueroso cuando tenía poco más de veinte años, mucho antes de comenzar con Blippi”, dijo John en un comunicado a BuzzFeed News cuando el portal descubrió el video en 2019. “En ese momento, pensé que este tipo de cosas eran divertidas, pero en realidad eran estúpidas y de mal gusto, y me arrepiento de haberlas hecho. He crecido mucho desde entonces y confío en que la gente me verá como la persona que soy ahora, no como el idiota que era entonces”, explicó. Además de hablar al respecto, John intentó borrar del mapa a Steezy Grossman: abogados que aseguraron representar a la estrella infantil mandaron tanto a BuzzFeed como a Google cartas con la solicitud de eliminar el video basándose en su derecho de autor, mientras él se ocupó de eliminar los sitios SteezyGrossman.com, HarlemShakePoop.com y sus redes sociales y de borrar los motores de búsqueda de Internet.
Otro traspié: el imitador
Cuando Blippi anunció su primera gira de su musical por Estados Unidos, miles de padres corrieron a hacerse de una entrada. Por fin, sus hijos tendrían la oportunidad de conocer y saludar a su personaje preferido. Pero algo sucedió que hizo enfurecer tanto a grandes como a chicos, algo que generó incluso mucho más enojo que el pasado de John: Stevin fue reemplazado sobre el escenario, y en su lugar apareció otro actor, Clayton Grimm. Muchos niños se dieron cuenta del enroque y señalaron, con indignación y tristeza, al imitador.
“Estoy furiosa”, explicó la mamá de una nena a BuzzFeed luego de pagar 400 dólares para que su hija viera a Stevin como Blippi en Toronto. “Estoy tratando de obtener un reembolso”. Otra mujer que se hizo de un par de entradas para Nueva Jersey y que también quiso su dinero de vuelta explicó que en la publicidad del show no estaba aclarado que el actor sería otro y sólo figuraba en la parte inferior de la página de preguntas frecuentes del sitio web de Blippi. “Stevin John es el creador de Blippi y actúa como escritor y fuerza creativa detrás del personaje de Blippi”, se puede leer allí. “Ahora que Blippi ha evolucionado como personaje, está emocionado de que se haya elegido a un actor dinámico para entretener y emocionar al público en todos nuestros mercados turísticos”.
Uno de los motivos que llevó a John a buscar un reemplazo fue la necesidad de continuar con la creación de material audiovisual mientras el espectáculo gira a lo ancho y a lo largo de Estados Unidos. Clayton se presentó, entonces, como la respuesta natural: ya había protagonizado algunos episodios durante los viajes del Blippi original por Europa y encajó perfecto con el producto. Sin embargo, el verdadero motivo por el que Stevin decidió quedarse en casa fue la familia: el 9 de marzo de 2022 nació Lochlan David, fruto de su amor con Alyssa Ingham. Desde entonces, Blippi divide su tiempo entre su pequeño hijo y los millones de niños que repiten todo el tiempo, una y otra vez, su nombre frente a la TV.
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