Exitosos y millonarios, seguidos por fanáticos incondicionales, la fama los acaricia en buena parte del mundo. Sin embargo, algo ha ensombrecido el vínculo entre Beyoncé y Jay Z y no es otra cosa que la infidelidad. La comprobada y los rumores.
Justamente ella, la chica que hizo un culto del empoderamiento femenino desde la música, a veces se muestra como una mujer sometida a los designios de su chico. Esta es una de las razones por las que sus fans le reprochaban la gira conjunta que realizaron con el On The Run ll Tour, en 2018: un sinsentido desde lo artístico, ni siquiera sustentado por la necesidad de hacer caja dado que, según las estadísticas de la industria, la pareja / empresa tendría en sus arcas algo así como 1355 millones de dólares. Lo cierto es que ella no se privó de hablar de la amante de él en su disco anterior, y por eso resultó chocante la gira emprendida con el rapero. Quizás, algo catártico los motivó a subirse a los escenarios para contar. O contarse.
Es que ni él ni ella no son proclives a dar entrevistas, y lo que tienen para decir, lo dicen en sus canciones. Lemonade fue un trabajo de Beyoncé muy bien recibido por la industria del disco y hasta se lo catalogó como una verdadera proclama feminista. Él no se quedó atrás, y tiempo después editaría 4.44, material con el que le pedía perdón a su mujer. ¿Cuánto de sagacidad comercial hubo en ese intercambio de favores a través de los discos? ¡Todo! Algo así como un culebrón sostenido en la vida personal, pero que bien sirve para facturar. Acá no corre el "cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia".
Bautizados por la música
Todo comenzó, para el público, en 2004, en la red carpet de una premiación de MTV en Miami. Allí se mostraron juntos como pareja, por primera vez. Pero el vínculo tenía tiempo.
Se conocieron en 1999, cuando ella recién había cumplido sus 18. Los primeros años de noviazgo fueron duros. La integrante de Destiny's Child padecía una fuerte depresión con la que luchó durante dos años de su vida. En los bajones más pronunciados, la cantante podía pasar días sin salir de su habitación. Varios fueron los motivos que la llevaron a este cuadro, pero, sin dudas, el más notorio fue la disolución de la banda que integraba y las acusaciones públicas de haber sido ella misma causante de esa ruptura. Así suele ser la fama, con su lado B angustiante, solitario y tenebroso. "Me sentía sola, sin la banda y pensando que nadie me amaría por lo que soy sino por mi fama", declaró alguna vez. Pero el triste, solitario y final anunciado por ella misma, no fue tal.
Los antecedentes de él, son exitosos como los de ella. Se lo considera el rapero más exitoso de la última década. Pero, en lo personal, también sufrió las desdichas amorosas y hasta tuvo que enfrentar un juicio por, supuestamente, haber apuñalado a su productor musical tras acusarlo de piratear su material. La pena fue menor, pero la mancha quedó.
La relación de Beyonce y Jay-Z tuvo sus vaivenes. Pero lo cierto es que ambos, antes de formalizar la pareja, habían colaborado mutuamente en sus carreras. El apareció en "Crazy in Love", primer single en solitario de ella, y también en "Deja Vú", el corte de su segundo álbum, B'Day (2006). Ella, en tanto, le dio una mano en "03 Bonnie & Clyde", incluido en The Blueprint 2: The Gift & The Curse (2002).
Se dice que los escarceos comenzaron en 2002, dos años antes de mostrarse formalmente. Pero ellos supieron cómo esconderse: no mostrarse fue el mejor negocio. Se sabe, la intriga genera buenos dividendos o, al menos, atracción que multiplica fanáticos. "Menos digo, más me siguen", una buena fórmula. Ahora bien, ¿qué impedía que no contasen tan abiertamente que estaban juntos? Se dice que ella fue la más reticente, temerosa de la fama inquietante de él, un galán rapero que seducía por todos lados. Algo de eso había.
Poco y nada se mostraron juntos en los inicios de aquel romance. Aún hoy, no son amantes de andar recorriendo lugares de moda en familia o cenando a la vista de todos. El le dijo a la revista People: "Con nuestra relación, no jugamos". En 2004, la cosa se formalizó para la opinión pública, pero hasta ahí nomás. No era cuestión de mostrarlo todo: coherencia pura entre el decir y el hacer
El 4 de abril de 2008, la pareja contrajo enlace en el más absoluto de los secretos y con los allegados más íntimos. Gwyneth Paltrow, Chris Martin, Rihanna y Chris Brown fueron algunos de ellos. La decisión habría partido de una propuesta de él cuando juntos descansaban en Cannes. La fecha fue la inspiración para darle nombre a 4.44, un álbum del productor. Además, ambos nacieron en día 4. Cabuleros, abstenerse.
Familia millonaria
En agosto de 2011, durante una actuación en los MTV Video Music Awards, Beyoncé anunció su primer embarazo. En enero de 2012 nació la primera hija de la pareja: Blue Ivy Carter. Mientras la felicidad coronaba la nueva vida en familia, la industria discográfica los consagraba como la pareja millonaria de la música por el abultado patrimonio adquirido fruto del éxito de sus carreras. En 2017, Instagram fue la plataforma escogida para que ella anunciase que estaba embarazada de gemelos. El 14 de julio de ese año, y por la misma red social, mostró la foto de Sir y Rumi Carter, el mismo día en el que los pequeños cumplían un mes de vida.
Pero no todo es comer perdices. No fueron pocas las ocasiones en el que los rumores de crisis llegaron a las portadas de los diarios, revistas y gossip televisivos. De todos modos, los fans se siguieron multiplicando, y hasta se formaron bandos: los que ponían del lado de él y los que aman a ella. La chica de Houston y el chico de Brooklyn las pasaron todas. Y, debido al estricto perfil bajo, con hidalguía. En 2015, realizaron un negocio fallido que le ocasionó grandes pérdidas: una plataforma de streaming de la que ambos serían propietarios no funcionó cómo se debía. Eso sumió a la pareja en una profunda crisis que habría derivado en la posterior infidelidad de él, luego asumida y confesada públicamente.
Jay-Z le confesó a The New York Times: "Nuestro arte fue casi como una sesión de terapia". Él fue muy valiente en admitir las infidelidades. Y el costo que pagó, al menos a nivel público, no fue tan alto.
Controversial. Esa es la palabra que mejor los define. El año pasado iniciaron la remake del On The Run, un tour llevado a cabo, en una primera edición, en 2014. La idea del espectáculo no es sólo mercantil, sino que buscan, en cierta medida, reafirmar la imagen de pareja en el inconsciente colectivo. Y demostrar lo bien que han podido superar sus escollos. Un tatuaje en los dedos anulares de ambos selló nuevamente la unión, luego del nacimiento de los mellizos. ¿Qué se tatuaron? El número 4, como no podía ser de otra manera.
Lo cierto es que no son pocos los gurúes de la autoayuda que mencionan a Beyoncé y a Jay-Z como ejemplos de superación y resiliencia. A ella la ubican entre esas mujeres que saben lo que quieren, superan los dolores con altura y canalizan, desde el arte, el mensaje que desean transmitir en un mundo donde los paradigmas están en discusión. El, por su parte, no solo continúa con una carrera destacada como productor y cantante, sino que vuelca toda su creatividad al trabajo conjunto con su mujer. Además, Jay-Z se convirtió en un modelo de varón que puede asumir sus errores, pedir perdón y apostar a la reconstrucción personal. Siglo XXl en estado puro.
Los millones que han facturado están bien resguardados, el éxito parece acompañarlos. Y la paz familiar goza de un muy buen momento. Los hijos tuvieron mucho que ver para que Beyoncé Giselle Knowles y Shawn Corey Carter sigan juntos. Triunfando en el escenario, pero sobre todo, en la intimidad de una vida austera sostenida en el bajo perfil de la puerta cerrada a las miradas indiscretas. Así se maneja la pareja de los mil millones y una conocida infidelidad.
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