Ben Stiller: el hombre de los mil y un éxitos que debió batallar duramente por salvar su matrimonio
Desde hace dos décadas, el actor está casado con la actriz Christine Taylor, con quien mantiene una vida familiar lejos de los flashes de Hollywood
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Ben Stiller es, definitivamente, uno de los hombres que más hace reír al mundo. Hijo de dos comediantes (sus padres eran los actores Jerry Stiller y Anne Meara), este neoyorquino creció entre bambalinas, rodeado de guiones y personajes que interpretaba “para entretener a los parientes y amigos que venían de visita”.
Hoy, casi cinco décadas después, el protagonista de éxitos como Loco por Mary, Zoolander, La familia de mi novia y Una noche en el museo pertenece al grupo de los comediantes más exitosos de Hollywood. Sin embargo, fuera de la pantalla, Stiller es un hombre tímido, callado y de muy bajo perfil. “No soy el tipo de persona que tuitea lo que piensa o lo que ha ido haciendo a lo largo del día”, confiesa mientras se considera parte de otra generación, esa que mantiene el misterio de su vida privada lejos de los flashes.
De hecho, el comediante siempre se ha mostrado muy cauteloso en lo que respecta a su intimidad familiar. Casado desde hace dos décadas con la actriz Christine Taylor, siempre se mantuvo alejado de los escándalos, incluso cuando sorpresivamente se separó en 2017 y las especulaciones de infidelidad se pusieron en marcha.
Algo similar ocurrió en 2014, cuando fue diagnosticado con un cáncer de próstata y decidió batallar contra esta enfermedad en silencio. Hoy, a sus 55 años, poco se sabe de ese Stiller de entrecasa; lo único que se conoce es que prefiere mantener a sus hijos Ella Olivia y Quilin Dempsey lejos de la exposición mediática y que, tras varios idas y vueltas, logró recomponer el vínculo con su mujer, esa con la que desde 1999 protagoniza una de las historias de amor más románticas de Hollywood.
La historia de un amor…
A pesar de su fama de mujeriego en la gran pantalla, Benjamin Edward Mera Stiller es hombre de una sola mujer. Si bien antes de conocer a la madre de sus hijos se vinculó sentimentalmente con varias actrices de Hollywood (Jeanne Tripplehorn, Brandi Glanville, Calista Flockhart, Janeane Garofalo, Amanda Peet y Rhea Durham fueron algunas de las mujeres que conquistaron su corazón), ninguna de ellas parecía ser la correcta. “Estoy trabajando en todo ese problema de equilibrio de la felicidad en la vida. Es importante encontrar la felicidad fuera de tu trabajo”, reflexionaba el actor allá por 1998 en una entrevista.
No pasó mucho tiempo para que el protagonista de La mujer de mis pesadillas logre concretar su deseo. En 1999, se cruzó con Christine Taylor en la grabación de un piloto que él dirigía, Heat Vision and Jack, y fue amor a primera vista. “Mi esposa vino a audicionar para el papel de la sheriff sexy. Ella entró y fue genial. Me di la vuelta y dije: ‘Guau, estoy feliz con ella. Nos conectamos. Estoy disfrutando de estar con ella todo el tiempo’. Simplemente me sentí bien”, recordó sobre el día del flechazo.
El material nunca salió al aire, pero ellos se convirtieron en una de las parejas más queridas del ambiente. Antes de cumplir un año juntos, los tortolitos ya hablaban de casamiento. Él se lo propuso mientras grababa La familia de mi novia, pero antes le pidió permiso al señor Taylor. Con su aval, los actores se casaron en una romántica ceremonia en la playa en Kauai, Hawaii. Dos años después, los enamorados comenzaban a concretar el sueño de la familia con la llegada de Ella Olivia, su primera hija.
Esta dupla se volvió inseparable, tanto en su vida familiar como profesional. Al compartir cartel en títulos como Zoolander, Una guerra de película, Curb Your Enthusiasm y Arrested Development todo el mundo hablaba de ellos y se convirtieron en la pareja referente dentro de la industria. Mientras que para Taylor trabajar con su esposo era “lo mejor”, para Stiller la conexión y diversión que tenían en el set era un plus para su relación. “Con ella simplemente nos conectamos en ese nivel, nos reímos de las mismas cosas. Es divertido y terapéutico”, explicó el actor.
Además de acompañar y aconsejar a su esposo en cada desafío artístico, esta rubia es quien lo ayuda a planear todos sus chistes y reacciones ante la cámara. “Confiamos el uno en el otro. Nos tenemos el uno al otro. No se puede hacer comedia en el vacío; se necesita que la gente reaccione”, agregó el intérprete, dando cuenta de lo mucho que se apoya en Taylor en lo artístico.
“Hacer papeles graciosos es un trabajo verdaderamente duro para mí. No es que yo me ponga frente a la cámara y sea gracioso. Tengo que estudiar los chistes durante mucho tiempo y encontrar la forma de que las escenas resulten cómicas. El camino de la idea hasta la escena terminada suele ser largo, los chistes a veces no funcionan en la práctica como uno había pensado en teoría”, explicó dando cuenta de todo el trabajo que hay detrás de la construcción del Stiller cómico.
Con la llegada del segundo hijo, Quilim Dempsey, en 2005 la pareja hizo malabares para equilibrar su rol de padres con sus ajetreadas agendas laborales. “Uno de nosotros está con los niños mientras que el otro está trabajando”, advertía el actor mientras aclaraba que la tecnología como Skype los ayudaba a mantenerse conectados cuando les tocaba rodar en alguna otra ciudad. “Ahora que mis hijos son un poco mayores, es bueno poder ir a trabajar y que estén bien. Luché más cuando comencé a volver a trabajar porque me sentí muy culpable. Aunque ha sido bastante fácil para mí porque mis prioridades siempre están ahí con ellos”, reveló la actriz que, al principio, decidió ausentarse de la pantalla para disfrutar a pleno de su maternidad.
Con el fin de preservar a sus hijos de tanta exposición, la pareja tomó una decisión: abandonar la meca del cine para mudarse a Nueva York y así llevar adelante una vida por fuera del estilo excéntrico hollywoodense. “Acá vivimos una vida muy normal, nos mantenemos alejados de los medios y de todo el circo de Hollywood. Hay tantas parejas en nuestra rama laboral que viven sus vidas públicamente... Para Christine y yo, eso no es nada”, comentó el también guionista y productor, que encuentra en su ciudad natal el lugar perfecto para criar a sus hijos. “En Nueva York creo que están más expuestos a diferentes estilos de vida. Aquí vivimos todos juntos: los que tienen mucho dinero, los que no tienen dinero. Queremos mostrarles de una forma –esperemos que no muy dramática– la complejidad de la vida”, agregaba justificando su mudanza.
“Mi mujer y mis hijos son lo más importante en mi vida. Ellos se encargan de mantenerme con los pies en la tierra. Quienes trabajan en el cine necesitan de un contrapunto porque si no empiezan fácilmente a derrapar. Desde que tengo hijos el trabajo ya no es mi mayor prioridad”, confesó Stiller, quien en los ‘90 se consideraba “un verdadero workaholic”.
La incondicional
Si bien siempre fueron inseparables, el duro golpe que afectó la salud de Stiller en 2014 los unió aún más. De un día para el otro, el actor fue diagnosticado con un tumor en la próstata y debió alejarse de la pantalla para luchar contra esta enfermedad. El amor y la contención de su familia fue clave en todo este proceso de recuperación.
“Así que sí, es cáncer”, contó mucho tiempo después quien en un principio decidió transitar la enfermedad en silencio. En una columna publicada en Medium.com, una plataforma en la que cualquier usuario puede compartir textos de manera libre y gratuita, el intérprete relató abiertamente su experiencia. “Mi urólogo pasó de hablarme sobre lo complicado que había sido pasar a buscar a su hija del colegio a tirarme un diagnóstico de cáncer en un segundo. Dos semanas antes, ni siquiera tenía un urólogo”, narraba en el texto.
“Mientras mi nuevo doctor me hablaba de células y de la escala de Gleason, probabilidades de sobrevivir, incontinencia e impotencia, por qué la cirugía podría ser buena y qué tipo de cirugía sería óptima, su voz literalmente se fue apagando como pasa en toda película o programa de televisión en la que a alguien le dicen que tiene cáncer... Un clásico momento de Walter White, excepto que se trataba de mí y de que nadie estaba filmando nada”, recordó Stiller con una notable angustia, y haciendo un paralelismo entre su experiencia personal y la del personaje principal de la serie Breaking Bad.
Tras recibir la noticia, y mientras seguía tratando de procesar las palabras que hacían eco en su cabeza, el artista se sentó frente a su computadora y buscó en Google “hombres que tuvieron cáncer de próstata”. “No tenía idea de qué hacer y necesitaba ver alguna prueba de que este no era el fin del mundo”, reveló quien se refugió en los ejemplos de Hugh Jackman y Michael Douglas, quienes atravesaron una situación similar.
Su relato continuó con el arduo proceso de recuperación: “Tuve mi diagnóstico el 13 de junio de 2014. El 17 de septiembre de ese año tuve el resultado de un examen diciéndome que estaba libre de cáncer. Los tres meses del medio fueron una loca montaña rusa con la que unos 180 mil hombres por año en Estados Unidos se podría identificar”, señaló mientras hacía hincapié en la importancia de los controles de rutina y la detección temprana. “Al tiempo que aprendí sobre mi enfermedad, pude darme cuenta de que era muy afortunado. Afortunado porque mi cáncer fue detectado los suficientemente a tiempo para tratarlo. Y también porque mi médico me mandó a hacerme un análisis por fuera de los de rutina”, agregó.
Según Stiller, haberse hecho el análisis del antígeno prostático específico (PSA) a los 46 años fue lo que salvó su vida. “Literalmente, por eso estoy escribiendo esto hoy. (...) Apareció de la nada, no tenía ni síntomas ni antecedentes familiares. El tumor estuvo creciendo en mi cuerpo sin que lo supiera”, indicó dando cuenta de los motivos que, finalmente años después, lo llevaron a compartir su experiencia públicamente.
O tu o ninguna
Sorpresivamente, y contra todos los pronósticos, en mayo de 2017, Ben Stiller y Christine Taylor se separaron, aunque nunca solicitaron legalmente el divorcio. Tras 17 años de amor, una de las parejas más consolidadas del ambiente llegaba a su fin, derribando esa idea de “para toda la vida” que siempre los rondó.
“Con mucho amor y respeto el uno por el otro, y por los 17 años que hemos pasado juntos como pareja, hemos tomado la decisión de separarnos”, anunciaron los padres de Ella Olivia y Quintin Dempsey a través de un escueto comunicado. Tras pedir “respeto por su privacidad”, los actores advirtieron: “Nuestra prioridad seguirá siendo criar a nuestros hijos como padres devotos y los amigos más cercanos”.
Si bien nunca revelaron los verdaderos motivos de su ruptura, los rumores y las especulaciones sobre una tercera en discordia sonaron fuerte. ”Fue Ben el culpable del divorcio y su fijación hacia otra mujer”, informó una fuente anónima al tabloide del corazón Radar. Según detallaba, la pareja había intentado superar una fuerte crisis tras una “intensa amistad” del actor con una mujer que había conocido durante un rodaje.
“Ben se obsesionó bastante con ella y con frecuencia se le podía escuchar presumiendo de lo talentosa que era la mujer. A su esposa no le hizo ninguna gracia pero aún así la pareja luchó contra ello, especialmente en los últimos meses. Sin embargo, Ben no dejó de estar en contacto con ella”, agregó el testigo anónimo.
Al parecer, la actriz de True Love dejó de creer en su marido y le dio un ultimátum. “Al principio Ben cumplió con su palabra, pero semanas más tarde Christine le descubrió unas conversaciones secretas en el teléfono que confirmaron lo contrario”, detalló con información muy específica.
Sea verdad o no, lo cierto es que el matrimonio venía de superar el duro momento de la enfermedad de Stiller, algo que repercutió en la intimidad de la pareja. ”Ben ha estado en una montaña rusa de autocompasión. Se ha convertido en un hipocondríaco y cada pocos meses asegura que el cáncer ha resurgido”, advirtió otra fuente detallando que esta ansiedad fue en aumento al punto de “dar portazos, romper cosas y tener berrinches de histeria delante de sus hijos y amigos”.
A pesar de la decisión de no estar más juntos, el sentimiento de admiración mutua y respeto continuó entre ellos. Dueños de un lazo inquebrantable, Stiller y Taylor nunca dejaron que sus problemas románticos interfieran en la unidad familiar que han sabido construir a lo largo de los años. Prueba de ello fueron las innumerables salidas familiares a eventos deportivos, espectáculos de Broadway y alfombras rojas, que susurraban rumores de reconciliación. Si bien la expareja se encargaba de aclarar que estaban juntos por el bienestar de sus hijos, algunos gestos entre ellos como tomarse de la mano o hablarse muy de cerca indicaban que la llama de la pasión no se había apagado del todo.
Por ese entonces, un allegado al entorno familiar aseguraba que Stiller “nunca había superado a su ex” ni estaba interesado en comenzar una relación con otra mujer. “Aunque Ben tiene su selección de mujeres, siempre lleva a Quilin o a Ella como acompañantes a los eventos para mostrarle a Christine que la familia es su prioridad número uno y que solo tiene ojos para ella (...). Tienen sus problemas, pero Ben sabe que nunca volverá a encontrarse con alguien como ella. Ha comenzado a preguntarse si no puso suficiente trabajo en la relación, y se ha estado torturando por dejarla ir”, afirmó.
“Es revelador que ninguno de los dos esté avanzando con el divorcio en este momento. Todavía hay mucho amor entre ellos, y está claro que la chispa nunca se fue. Simplemente están tomando cada día como viene”, aclaraba por otro lado un íntimo amigo del matrimonio.
Las especulaciones crecieron cuando la expareja asistió junta a la entrega de los 71 premios Emmy. El actor -que estaba nominado como mejor director por la miniserie Escape at Dannemora- se paseó por la alfombra roja tomado de la mano de la madre de sus hijos mientras posaba muy sonriente ante el lente de los fotógrafos.
Unas semanas antes habían sido vistos en Broadway, disfrutando del musical Pretty Woman en familia. Al finalizar la función, posaron junto al protagonista de la obra, Andy Karl, en una foto que se distribuyó a la prensa. No pasó mucho tiempo para que los actores se relajaran y dejaran de desmentir su reconciliación. “Los chicos están encantados de que sus padres hayan vuelto a estar juntos”, reveló un allegado a la familia.
Al parecer Stiller y Taylor han decidido darle otra oportunidad a su matrimonio y ya no se esconden. “Los dos queremos que funcione. Ambos nos amamos y también nos reímos mucho”, confesó el director y guionista sobre las razones que los llevaron a estar nuevamente juntos. De hecho, hace unas semanas la pareja se mostró muy feliz en las gradas del US Open, donde alentaron fervientemente al argentino “El peque” Schwartzman en el partido de segunda ronda del torneo neoyorquino.
Hoy, Ben Stiller y Christine Taylor están cumpliendo más de dos décadas de amor y están tan enamorados como el primer día. ¿El secreto de su relación? “Todos tenemos que lidiar con lo que la vida nos arroja, así que debes tener sentido del humor al respecto. Si puedes compartir eso con alguien, al final, hace una gran diferencia”, confesó el hombre de los mil y un éxitos y una sola mujer.
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