Axel Caniggia: "Soy un pintor hiperrealista"

Es hijo del 'Hijo del viento'. El primero, para ser exactos. Sin embargo, Axel Caniggia (19) le dio la espalda a la genética y eligió otro camino: el del arte. 'El fútbol no me gusta, no me atrae mucho; ni siquiera soy hincha de algún cuadro. Nací para ser artista. Dibujo desde los 4 años. A los 6, mi madre [Mariana Nannis] me regaló una caja de pinturas, con la que hice mi primer cuadro: un paisaje al óleo. No me imagino haciendo otra cosa', dice. Aunque es argentino de nacionalidad, nunca residió en el país, ya que la carrera futbolística de su padre, Claudio Paul (43), lo obligó a vivir por el mundo. Fue entonces que alimentó su vocación por la pintura visitando museos y artistas destacados en Italia, Portugal, Escocia y Estados Unidos. Finalmente, en 2004 se estableció en España junto con Claudio, Mariana y sus hermanos, los mellizos Alexander y Charlotte (17). 'Cuando vivíamos en Madrid, les pedía a mis padres que me llevaran al Museo del Prado. Ellos se aburrían rápido, así que me quedaba solo allí unas seis horas disfrutando de las pinturas', cuenta ahora.

A los 14 años comenzó a tomar clases con el prestigioso artista español Pablo Gracia López, conocido como 'Alexis'. 'Dejé el colegio para convertirme en un pintor realista hiperrealista. Lo decidí cuando en arte me pusieron una 'D', la peor nota de la clase, y a mi hermana Charlotte, que no pinta, una  'C'. Me pareció ridículo y pensé que lo mejor era no seguir. Como mi familia vio que podía pintar bastante bien, me apoyó', insiste Axel.

Después de cinco años de trabajo arduo, Axel presenta por primera vez en Buenos Aires, la ciudad que lo vio nacer, la muestra 'Born from Nature', con la que debutó en 2009 en el Hotel Ritz-Carlton Villa Padierna de Benahavis, en las afueras de Marbella. Desde el 9 de diciembre hasta el 9 de enero, doce de las ventiuna pinturas que componen toda su colección podrán verse en el Centro Cultural Recoleta.

-¿Sentís que la gente se sorprende de que no hayas seguido los pasos de tu papá?

-Sí, desde que era chico todo el mundo me pregunta si voy a ser futbolista. Pero, como te dije antes, el fútbol no me gusta. No tengo cuadro, no me interesa. De todas formas, en mi familia me dejan hacer lo que quiero, respetan mi decisión de ser artista.

-¿Eras bueno en arte cuando estabas en el colegio?

-No, me iba muy mal. Aquella 'D' que me pusieron, la peor nota de la clase, me pareció tan ridícula que dejé el colegio.

-¿Cómo tomó tu familia la decisión?

-Como vieron que podía pintar bastante bien y que me habían puesto una calificación baja, me apoyaron. Se dieron cuenta de que no tenía sentido que siguiera yendo.

-¿Qué momento elegís para pintar?

-Si estoy mal, prefiero no hacerlo, aunque con la melancolía también se puede crear. Sin duda, cuando estás alegre, las cosas, inconscientemente, salen mejor.

-¿Dónde pintás?

-Prefiero estar solo en una habitación que acondicioné como taller en mi casa de Marbella, aunque no me molesta que haya gente alrededor. Pinto escuchando música o radio, algo de rock y blues. Me gustan los Rolling Stones y Dylan.

-¿Qué buscás transmitir con tu obra?

-Quiero que las personas puedan ver que un simple objeto puede ser mucho más bello de lo que piensan. Cuando ves una manzana en una bandeja de tu casa, quizá no le prestás tanta atención; pero cuando la observás en el cuadro, descubrís cosas nuevas de ella. Eso se logra jugando con el contraste de los colores y con las luces.

-Una vez que terminás un cuadro, ¿buscás la aprobación de tu familia o de tus maestros?

-No, el mismo instinto del artista me dice cuándo hago las cosas bien y cuándo se acabó el trabajo. Mientras estudiaba solía consultar con mis profesores, pero era porque dudaba. Ahora, siento cuándo un trabajo está terminado. Aunque mis familiares miran las obras mientras están en proceso y me dicen si algo no les gusta.

-¿Creés que la fama de tu papá te abrió muchas puertas?

-De algún modo, ser 'el hijo de' ayuda, aunque yo no juego al fútbol y él no pinta. Me permitió contactarme con algunas personas, pero principalmente acá, en Argentina. En otros lugares del mundo no nos comparan.

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