Ariel Rodríguez Palacios llega a la pantalla de Telefe con toda su cocina y humor
El chef habló con LA NACION sobre este nuevo desafío que lo pondrá al frente de las mañanas de lunes a sábados; su decisión de mudarse de canal, cómo es trabajar con su hijo Felipe y las razones por las cuales no participaría de un reality de cocina
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Este lunes, las mañanas de Telefe arrancan renovadas. A las 9.30 llega Georgina con A la Barbarossa, un magazine de humor y actualidad fiel a su estilo. Dos horas después, a las 11.15, Ariel Rodríguez Palacios toma la posta para seguir condimentando la pantalla con sus recetas más ricas y originales.
“En Ariel en su salsa lo más importante va a ser que la gente esté feliz. Todos los días voy a hacer varias recetas pero siempre buscándole la vuelta para que sean realizables por cualquiera”, cuenta el reconocido chef sobre esta propuesta que, además de cocina, reunirá grandes pizcas de humor, un salteado de secciones que permitirán arrancar el día bien informados y panelistas e invitados que le aportarán mucho sabor y diversión a las mañanas.
Acompañado por la última campeona de MasterChef Celebrity, Mica Viciconte y por el periodista de espectáculos, Nicolás Peralta, Rodríguez Palacios volverá a ponerse al frente de un formato que conoce muy bien aunque, esta vez, con un plus muy especial: intentar liderar la franja horaria desde un nuevo canal, luego de doce años en elnueve. “Estoy súper contento de estar en Telefe. Tengo un muy lindo equipo y la cocina está espectacular. Es como jugar en primera”, reveló entusiasmado por lo que se viene.
-¿Qué expectativas tenés para este nuevo comienzo?
-Es un gran desafío, dentro de algo que ya sé hacer como es la cocina pero lo estoy viviendo con mucha expectativa. Además, el desafío de estar en Telefe es grande y el horario, que fue cambiando, también. Si bien yo siempre estuve a la mañana, esto es de 11 a 13 y hay mucha competencia, así que veremos qué pasa. Pero estoy con ganas.
-¿A qué se debe el cambio de canal?
-Fueron 12 años en elnueve y ocho haciendo el programa de dos horas en vivo todas las mañanas, lo cual es bastante sacrificado. Creo que se agotó la relación con el canal por una cuestión de estar tanto tiempo. Porque aparte yo llego todos los días tres horas antes. A las 7 ya estaba trabajando en el canal, me haya acostado a la hora que me haya acostado. Y la verdad que cuando se terminó el programa pensé que no iba a volver a la tele. Pensé que iba a dedicarme a mis otros trabajos y a descansar un poco. Hasta que un día me llamó Guillermo Pendino y me dijo: “Tengo una oportunidad. La tomás o la dejás, me tenés que decir ya”.
-¿Y qué fue lo que te hizo querer volver?
-Yo en elnueve estaba en un lugar re lindo porque tenía muchos amigos y cuando me fui pensé que no se iba a volver a repetir algo así. Cuando recibo esta propuesta, lo pensé así: jugaba en un equipo con amigos en el barrio, ahora te llama el equipo de la ciudad, voy a jugar en primera. No estaba bueno rechazar algo así, era una oportunidad única. Así que le dije que sí y ahora me metí en un lío bárbaro (risas).
-¿Te sentís más expuesto al estar en un canal líder?
-Sí, claro. Miedo no tengo pero sí respeto. Si hacés algo que te ve más gente, vas a recibir más aplausos y más críticas también.
-¿Te afectan las críticas?
-Yo siempre soy de la idea de que hay que aprender de ellas porque la verdad absoluta no la tenés ni vos ni el otro. Aparte siempre hay algo para mejorar.
-¿En qué se va a diferenciar Ariel en su salsa del formato anterior?
-En sí el formato es el mismo: cocinar con humor. El desafío es que es con nuevos compañeros y que sea un mejor producto. En los programas que hago siempre me acompaña el mismo equipo en la cocina (el Chino, el Mini y Dieguito), entre ellos está mi hijo Felipe desde hace dos años. Él me asiste en la cocina, tenemos algunos diálogos, nos contamos cosas y yo le pregunto aunque nunca sé cuál va a ser su respuesta (risas).
-¿Cómo es trabajar con tu hijo?
-Es una linda experiencia. En mi caso es natural porque no sólo trabajo en la tele con él sino también en la escuela de cocina (Ariel Rodríguez Palacios es creador y director académico del Instituto Argentino de Gastronomía desde 1993). Soy su jefe y no el padre ahí, pero tengo una gran relación. Sigo disfrutando de tenerlo. Los domingos viene a casa a comer y a cocinar, nos llevamos muy bien.
-¿Es el único que siguió tus pasos en la familia?
-Podría decirse que sí. El mayor es ingeniero y se dedica a las finanzas. No le gusta ni la tele ni la cocina, solo le gusta comer; la tiene clara. El del medio estudia Licenciatura en Gastronomía pero le gusta la administración, los negocios que tienen que ver con la cocina. Y mi hija estudia diseño. Así que todo mezcladito.
-Contame sobre el equipo que te va a acompañar. ¿Los conocías? ¿Tuviste injerencia en su elección?
-Sólo conocía a Mica, que me la he cruzado en la época de Combate, pero nunca trabaje con ella. Se armó un lindo equipo, entendiendo que nuestra función además de la cocina es entretener. Porque este programa se trata de cocinar mientras hablás con amigos. Yo siempre me apoyo mucho en mi equipo. Le pido ayuda a mis camarógrafos o los hago contar chistes. Así que trataremos de lograr esa pequeña mística.
-¿Es verdad que alguien del público va a poder ir a cocinar con vos en vivo?
-Sí, la convocatoria está buenísima. Viste que en las familias siempre hay alguien que dice: “Los chorizos a la pomarola del tío Coco son espectaculares” o “Los ñoquis de mi abuela no eran como estos”. Así que la idea es mostrar esa receta familiar atesorada a través de los años e ir al encuentro de la historia de vida de esa persona. La idea es hacerlo una vez por semana.
-En la pandemia, hubo un boom con los realities de cocina. ¿Sos fan de este tipo de formatos? ¿Serías jurado en MasterChef, por ejemplo?
-No, no consumo ese tipo de formato y tampoco me gustaría esa posición de tener que juzgar o decirle a alguien que su plato está mal. A mí me gusta lo contrario: el alentar de que podés hacerlo porque siempre enseñé. Hice una carrera dentro de la docencia y tengo mucha pasión por eso.
-¿Tenés relación con Germán Martitegui, Donato De Santis y Damián Betular?
-Los conozco por todos los años que llevo en esto. Siempre buena onda. He ido a sus restaurantes, me han mandado alumnos, siempre mantuve una buena relación. A Donato lo conozco desde hace muchos más años, hemos compartido eventos y actividades de más jóvenes.
-¿Qué le aportó la tele a tu cocina?
-Un montón de creatividad porque cuando estás en un restaurante tenes un menú que lo ejecutás, lo cambiás cuatro veces por año (en el mejor de los casos) o dejás los platos que mejor se venden, pero con la tele hay que hacer todos los días algo nuevo, algo distinto. Yo no puedo hacer un plato de arroz blanco porque nadie me miraría. Hay que entender lo que necesita la gente y cómo presentar el producto.
-¿Qué fue lo más difícil que tuviste que cocinar? Eso que te hizo tambalear...
-Una vez un amigo me mandó dos centollas de Ushuaia y me pidió que las utilice en el programa. Y yo dije: “Me van a matar en el canal”. Increíblemente, fue uno de los programas que más midió porque yo lo presenté como un producto argentino y conté que sólo hay dos centollas de calidad en el mundo: una en Alaska y otra en Ushuaia. Y la gente lo tomó muy bien y con orgullo al saber que es un producto nuestro, del cual viven un montón de familias. Entonces esa es la clave, buscarle la vuelta.
-¿Cuál es tu sello característico?
-Yo creo que mi sello es el poder enseñar y transmitirle a la gente mis conocimientos de una manera amena, siempre explicando el por qué de todo. Soy muy curioso, sobre todo en la cocina, entonces siempre explico el por qué hacerlo de esa manera. Mi objetivo es siempre buscarle la vuelta para que ese plato lo pueda hacer cualquiera.
-Haciendo alusión al nombre del programa, ¿Cuándo estás en tu salsa?
-Cuando estoy en el programa cocinando, diciéndole cosas a Felipe, cuestionándolo. Preguntándole a los panelistas qué pasó en el mundo del espectáculo o como cocinan ellos determinado plato. En la cocina del set de televisión estoy en mi salsa.
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