El periodista llega a la señal de noticias para hacerse cargo de la primera mañana, junto con un gran equipo de colaboradores, a partir del lunes 5 de febrero
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Si a cualquier mortal el solo hecho de pensar en la idea de pilotear un avión puede estremecerlo, a Antonio Laje su debut del lunes en la señal de noticias LN+ le genera mucha más adrenalina que los vuelos que realiza a diario, despuntando su vocación de piloto. “Estoy muy nervioso por el comienzo del nuevo programa. Será como cumplir el sueño del niño, ya que se trata de estar en la marca de medios de más prestigio de la Argentina, es algo fascinante y de mucha responsabilidad”, asegura.
A partir de este lunes 5, el periodista liderará +Mañana, que irá en frecuencia diaria –de lunes a viernes– entre las 6 y las 10, uno de los tramos neurálgicos de la programación de LN+. “Es empezar de vuelta”, agrega. “Una prueba más”.
Luego de una década en el Grupo América, Laje buscará, desde su nuevo espacio, quedarse con una buena porción de la audiencia en esa franja horaria donde la información más cruda marida con servicios que hacen a la vida cotidiana: “El rating me preocupa, pero uno hace mejores programas cuando no está pendiente de eso; hace mucho tiempo aprendí a no mirarlo”.
–La medición “minuto a minuto” es una suerte de dictamen tiránico en torno a los contenidos.
–No se puede tener en cuenta, ya que se trata de informar con un criterio de importancia de la noticia.
En +Mañana, Antonio Laje estará acompañado por la economista Lara López Calvo, la periodista y locutora Malena de los Ríos y el periodista Darío Mizrahi, quienes ya trabajaban con él. Además, estarán el periodista político Rubén Rabanal; Juan Pablo Zanotto, a cargo de actualidad y servicios, y el periodista deportivo Emiliano Espinoza, nombres muy instalados en LN+. Nacho López Amorín reflejará las novedades meteorológicas y formará parte de la producción Lucrecia Vera, también “importada” por Laje.
–¿Cómo es informar en la Argentina actual?
–Nos planteamos hacer un programa con dos tiempos: de 6 a 8 tendremos un ritmo muy picado, ya que la gente suele estar algunos minutos frente al televisor antes de comenzar sus actividades. De 8 a 10 vamos a ir en busca de algo más tranquilo, con temas de fondo y entrevistas. Más allá de eso, siempre busco manejarme con sentido común, ya que hay mucha violencia generalizada. Ante eso, me interesa ir por el medio. Me parece que hace falta bajar a tierra cada uno de los temas para que se entiendan, si no, todo es una gran pelea. Si uno ve lo que sucede en el Congreso en estos días, es una verdadera vergüenza. Por eso es necesario contar desde el sentido común.
–Aunque necesario, ir por el “carril del medio” no tiene buena prensa.
–Cuando alguien toma ese camino se lo tiñe de “tibio”, pero los extremos siempre son complejos y no tienen razón. Las sociedades civilizadas no se mueven en esas márgenes. Desde ya, hay temas donde está claro dónde pararse. Entre los delincuentes y las fuerzas de seguridad, la segunda opción es la que debe elegirse.
–La idea de civilidad ha sido bastardeada en las últimas décadas, incluso de parte de cierto periodismo.
–El periodismo es parte de la Argentina y también es, en cierta medida, responsable de lo que nos fue pasando. Es muy difícil vivir en el país, han destrozado a nuestra sociedad, incluso desde la educación. Demandará mucho tiempo salir de todo esto.
–Javier Milei, ¿es la solución o agrega combustible?
–No lo sé, pero es el presidente que se votó y tiene cuatro años de mandato. Y es responsabilidad de todos –incluidos la dirigencia política y la sindical, el periodismo y toda la ciudadanía– que le vaya lo mejor posible. Pero uno ve a una clase dirigente que está haciendo todo para voltearlo.
–¿Te llaman mucho los políticos?
–No creo en los off. Tengo la relación indispensable, no me gustan las charlas escondidas y no hago periodismo de primicias.
–¿Cómo sentís que se inserta tu nombre en LN+?
–Espero que, dentro de un tiempo, en el canal estén orgullosos de tenerme. Hace mucho tiempo que, con Juan Cruz Ávila, quien maneja LN+, teníamos ganas de trabajar juntos. Finalmente llegó el momento. Tengo muchas ganas y fe.
–Luego de una década de trabajo ininterrumpida, eras una cara muy afianzada con la imagen de América TV y A24.
–Fueron diez años en la última etapa, pero antes había estado en dos oportunidades más, una en Después de hora, junto con Daniel Hadad, y luego durante un año ininterrumpido.
La otra pasión
La entrevista con LA NACION se realiza en cercanías del Aeroparque Jorge Newbery, de la ciudad de Buenos Aires. Cada vez que un despegue o aterrizaje se filtra con sus sonidos estruendosos, Laje no duda en mirar hacia arriba. Los aviones son su pasión, incluso una vocación primigenia que nació antes que la del periodismo.
–¿Cómo surge el deseo de ser piloto?
–Jamás tuve dudas de que quería ser eso. A los seis o siete años no existía, para mí, la palabra “periodista”.
–Sin embargo, a la hora de elegir qué estudiar, la aviación no fue tu primera opción.
–Mi padre murió cuando yo tenía 17 o 18 años, y, como era una carrera muy cara, no había forma que pudiera seguir adelante con la idea. La única opción era la escuela militar en Córdoba, pero en mi casa no quisieron que me alejara tanto.
–¿Entonces?
–Lo dejé de lado, aunque siempre estuvo dentro mío.
–¿Te decidiste rápidamente por el periodismo?
–No. Cuando falleció mi padre entré a trabajar en la parte financiera de los bancos, ahí comencé a compenetrarme con toda la parte económica. Luego colaboré en la revista Noticias y, más adelante, comencé a escribir en el diario Ámbito Financiero, donde estuve muchos años.
Así como el periodismo fue una vocación que creció a medida que la desarrollaba, aquel deseo de niño en torno a los aviones no amenguaba su peso específico dentro suyo. Al contrario. Era una posibilidad que crecía en su pensamiento. “Hace unos años me planteé hacer lo que siempre había querido, tomé mis ahorros y le di para adelante, una hora atrás de otra”.
Cuando comenzó a estudiar aviación ya era una figura conocida de la televisión y su primer vuelo lo concretó alrededor de sus 50 años, luego de cursar para piloto privado y luego comercial. Finalmente, se sucedieron los vuelos con un instructor de copiloto hasta que llegó el bautismo de vuelo sin nadie a su lado, el corolario a muchas horas de entrenamiento.
–¿Cómo fue ese primer vuelo en soledad, sin un instructor?
–Fue en Zárate, muy lindo, espectacular, comencé a gritar dentro del avión, estaba fascinado.
Trascendió que ha transportado ha figuras como Lionel Messi, Susana Giménez y Marcelo Tinelli, pero evita dar nombres de políticos de alto rango. “Un piloto no debe contar públicamente a qué pasajeros lleva” y reconoce que “los vuelos sanitarios y los del Incucai son los que más me gustan, pero también son muy movilizadores. Llevar a un bebé para operarse es muy conmovedor, volamos con incubadora y los operadores nos abren paso para llegar lo antes posible, uno siente que puede ayudar en algo”.
Un matrimonio interrumpe la conversación para saludarlo y otra persona se anima y también se acerca para pedirle una foto. El periodista agradece y acepta posar, aunque reconoce que prefiere pilotear un avión a tener que sacarse una foto. “La gente es afectuosa. Me da vergüenza cuando me saludan, pero es un placer”.
Poco se sabe de su vida personal, a la cual preserva bajo siete llaves. Su esposa desde hace 27 años es la madre de sus dos hijos y se los ha podido fotografiar públicamente en muy pocas ocasiones. “Este es un medio complejo, así que siempre traté de mantener mi vida familiar lo más encapsulada posible”, finaliza el comunicador, ya listo para el desafío de debutar en LN+.
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