Abigail Hopkins, única hija del actor, tiene 54 años y reconoce estar alejada de su padre porque él la rechazó tras el divorcio de su madre, Petronella Baker; con honestidad brutal, el ganador del Oscar admitió no querer vincularse con ella y que la situación no le preocupa
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Son pocas las situaciones en las que Anthony Hopkins es buscado por la prensa para brindar declaraciones alusivas a su vida por fuera de sus gran carrera, aquella que comenzó en el mundo del cine con el cortometraje The White Bus en 1967, el preludio a una serie de trabajos memorables coronados con dos premios Oscar: por El silencio de los inocentes y por El padre. Su segunda estatuilla dorada, obtenida por el largometraje del francés Florian Zeller -quien dirigió la traspolación de su obra de teatro, coadaptada por el cineasta junto a Christopher Hampton-, no solo propulsó una catarata de elogios por una interpretación vívida, inmersiva sino también artículos vinculados a su propia vida como padre, sobre la cual le han consultado.
“No quiero hablar de eso”, declaró en una ocasión, cuando se le preguntó sobre su única hija, Abigail, fruto de su primer matrimonio con la actriz Petronella Baker, con quien se casó en 1966 y se divorció en 1972, el mismo año en que conoció a Jennifer Lynton, su segunda esposa, de quien se separó en 2002. Como si se tratara de un patrón, doce meses después de esa ruptura, conoció a su tercera pareja, Stella Arroyave, y se casó en 2003. En la actualidad, viven una vida muy tranquila en Malibú, California, alejados de los medios y con el actor eligiendo cuidadosamente sus proyectos.
De todos modos, el enigma sobre la relación con su hija parece destinado a persistir. En un industria en la que abunda información sobre la vida personal de las estrellas, el intérprete británico de 85 años es una rara avis al expresarse sobre su vínculo con Abigail, quien siguió los pasos de sus padres en el mundo artístico y se volcó al canto y a la composición, y quien sí ha brindado más detalles sobre el distanciamiento de su padre que ya lleva más de dos décadas y cuyas razones fueron traumáticas para ella.
De acuerdo al testimonio de la mujer, cuando Hopkins se convirtió en un artista de renombre (en el mundo teatral también comenzó a brillar en la década del 60 con una puesta de Julio César), no supo cómo amalgamar su vida familiar con esa carrera destinada a un futuro brillante. “Empezó a ausentarse de la casa cuando yo era niña y en mi adolescencia tampoco aparecía demasiado”, recordó Abigail, quien tampoco decidió resguardar la principal razón por la que ella discutía fervorosamente con él. “Hubo peleas muy fuertes que no olvido”, sumó.
“Cuando estaba en casa, no me gustaba cómo trataba a mamá, eso es algo que jamás se lo voy a perdonar”, apuntó la hija del actor, aunque sin querer explayarse sobre lo que ocurría en la casa de Londres que el actor dejó para empezar rápidamente una nueva vida con Jennifer Lynton. El abandono padecido por Abigail, el no poder comprender cabalmente por qué su padre no se mostraba afectuoso con ella, lamentablemente contribuyeron a trazar un camino oscuro del que Hopkins se desentendió desde el momento en que se mudó con su segunda esposa y dejó atrás a una hija que le demandaba cariño.
Por el contrario, ese episodio desencadenó la ruptura absoluta del vínculo, a pesar de que Abigail intentó contactarlo para mejorar esa relación que ya estaba resentida por la falta de diálogo y demostraciones de amor. De hecho, se los vio juntos en un evento al que fue invitado Hopkins, una de las pocas fotos en las que ambos posaron juntos para los flashes. Luego, Abigail se recluyó y rompió el silencio años más tarde sobre lo que ella consideró actos negligentes por parte de su papá.
Una traición “imperdonable” que afectó la vida de Abigail
El clima no era idílico en el hogar de los Hopkins. Cuando nació Abigail, el matrimonio de Anthony con Petronella ya estaba quebrado y, como forma de evadir lo que sucedía, el actor se abocaba al trabajo y a las salidas, a tal punto que debió batallar contra el alcoholismo. Según contó un allegado a la familia, luego de que su mujer diera a luz, Hopkins solía dormirse en los aeropuertos, perdía vuelos y debía ser buscado por su asistente, Lynton, de quien se terminó enamorando cuando su hija tenía cuatro años. Poco antes de contemplar sus planes a futuro, sus estudios, sus verdaderos anhelos, Abigail atravesó un cuadro depresivo por el que culpó directamente a su padre. “Estuve muy cerca de quitarme la vida”, manifestó con franqueza la cantautora, quien procesó el accionar de su padre como una traición de la que se repuso para poder cuidar de su madre, quien también estaba pasando por un momento de mucho dolor. “Lo que nos hizo fue imperdonable”, dijo tajante.
En enero de este año, Hopkins habló sobre los 47 años de sobriedad y brindó un mensaje inspirador en sus redes sociales. “Solo quiero desearle a todos un feliz año nuevo y también decirles que hoy celebro 47 años sobrio”, expresó a través de un video en el que aclaró que no quería ser “duro” con sus seguidores sino “útil” con sus palabras.
"Un día tuve que reconocer que había algo realmente malo en mí"
Anthony Hopkins
“Soy un alcohólico en recuperación y sé que allí afuera hay gente luchando con este tema (...) Sé amable contigo mismo. Sé amable. Mantente fuera de los círculos de toxicidad con la gente que te ofende. Vive tu vida. Siéntete orgulloso de tu vida”, aconsejó y definió los momentos de oscuridad que padeció como “desesperantes”, pero no aludió a su primer matrimonio ni tampoco mencionó a su única hija. “Un día tuve que reconocer que había algo realmente malo en mí. No me di cuenta de que era un tipo de afección -mental, física y emocional- llamada alcoholismo o adicción. Y no soy un experto en drogas, no soy un experto en nada. No sé nada, excepto que he encontrado una vida en la que nadie me acosa”, remarcó.
En otra oportunidad, el actor hizo referencia a una etapa de su vida catastrófica. “Me dirigía al desastre. Estaba bebiendo hasta morir”, reconoció. “Y recibí un mensaje. Un pequeño pensamiento que decía: ‘¿Querés vivir o morir?’. Dije: ‘Quiero vivir’. Y de repente llegó el alivio y mi vida ha sido increíble”, sumó el intérprete que se muestra activo en redes, vivaz, y disfrutando de su cotidianidad. Cinco años atrás, en cambio, lo consumió cierta apatía cuando en una entrevista se le preguntó por Abigail y las palabras vertidas fueron como una daga para ella.
“No me importa si soy abuelo”: la frase que impactó a su hija
En mayo de 2018, el actor de Amistad le concedió una entrevista a Radio Times en la que le consultaron por Abigail y su respuesta fue un indicio de que tanto en su primer matrimonio como en esos años formativos de su hija no estuvo presente. “La gente rompe relaciones. Las familias se rompen y, ya se sabe, tenés que seguir con tu vida. La gente hace elecciones. No me importa que sea en una u otra dirección”, aseguró el actor. Por otro lado, reconoció que “no tiene ni idea” de si es abuelo, pero que tampoco le importa serlo o lo que esté viviendo Abigail.
“Ella está en algún lugar de Inglaterra. Tenemos una relación fría. La vida es fría. Creo que somos dos extraños. A los hijos no les gustan sus padres. No tienen que quererse entre ellos”, manifestó con dureza y luego hizo un mea culpa: “Supongo que soy egoísta, no fui un buen marido y tampoco me comporté como un buen padre (…) No soy un ‘bonachón’, soy un viejo pecador, como todo el mundo”, aseguró.
"Los problemas con mi padre, sus asuntos, destruyeron mi salud mental a lo largo del tiempo, me guardé tantas cosas en mi niñez que un día exploté, eran muchas emociones y mi cabeza se fue a cualquier parte"
Abigail Hopkins
En cuanto a Abigail, la mujer mantiene un bajo perfil, según un informe de The Telegraph - publicación que logró hablar con ella sobre Hopkins-. “No me acuerdo de mi vida con él, no tengo memoria de esos días, de una vida en familia”, declaró la mujer. “Los problemas con mi padre, sus asuntos, destruyeron mi salud mental a lo largo del tiempo, me guardé tantas cosas en mi niñez que un día exploté, eran muchas emociones y mi cabeza se fue a cualquier parte, me destruyó”, subrayó, en alusión a los momentos en los que contempló quitarse la vida.
“Estuve muy cerca de morir, fue el peor momento de mi vida porque no solo estaba dañada mi cabeza sino también mi cuerpo, y la razón fue que mi padre no tenía una relación conmigo y eso me enojaba, había mucha angustia dentro mío”, manifestó Abigail, quien reconectó con su padre cuando él se encontraba promocionando El silencio de los inocentes, e incluso compartieron proyectos juntos (Abigail integró el elenco de Lo que queda del día y el de Shadowlands). Sin embargo, súbitamente, el vínculo volvió a desintegrarse. “Espero que esté bien”, dijo el actor años más tarde en diálogo con Howard Stern en su programa radial.
“Yo tuve que seguir con mi vida” compartió Abigail. “El no crecer con él, su alejamiento, el que me desconociera, me llevó a un lugar de descontrol, empecé a consumir drogas a los 18 años, dejé la universidad, tenía un dolor enorme”. El tiempo fue poniendo todo en su lugar y ella logró salir adelante, relegando la actuación y priorizando la música, bajo el nombre de Abigail Harrison. “Cambiarme el apellido me protegió, ser hija de un padre famoso fue difícil, lo voy a amar siempre, y le deseo lo mejor, pero encontré mi independencia en el arte, en mi música, y estoy tratando de dejar atrás las sombras”, declaró la artista, quien editó tres discos, y quien también muestra sus dotes como bailarina en los videos de sus composiciones.
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