Anna Delvey, la famosa estafadora que inspiró la serie de Netflix Inventing Anna, será parte de Dancing with the stars
En medio de su arresto domiciliario, la justicia le dio permiso para participar de la edición número 33 de un importante programa de televisión en los Estados Unidos
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La temporada número 33 de Dancing with the stars -una especie de Bailando por un sueño, pero de los Estados Unidos- tendrá una participante muy particular: la estafadora de origen ruso Anna Delvey, cuyo verdadero nombre es en realidad Ana Sorokin y cuya vida quedó retratada en la famosa serie de Netflix Inventing Anna. La noticia de su desembarco en uno de los reality shows más famosos de la TV norteamericana causó sorpresa: la joven se encuentra cumpliendo una prisión domiciliaria en Nueva York y recorrerá la pista con una tobillera electrónica en su pierna.
La foto de presentación de Anna como flamante participante del show lo tiene todo: un vestido a la moda, brillos, glamour y un gesto desafiante. El gran detalle se encuentra al final de su pierna izquierda: en el tobillo, una pulsera electrónica registra cada uno de sus pasos. Delvey compartirá programa con otros famosos como Tori Spelling y el jugador de básquet Dwight Howard. Dancing with the stars estrenará su nueva temporada el martes 17 de septiembre.
Una vida polémica
Sorokin, quien durante sus años de estafas estaba inmiscuida en la alta sociedad de los Estados Unidos, usó el apellido Delvey y se hizo famosa por hacerse pasar por una rica heredera alemana. Durante años, utilizó su posición social para estafar a personas adineradas, bancos y hoteles, lugares en donde se movía con total naturalidad.
Todo terminó en 2017, cuando fue arrestada y condenada por fraude. Dos años después, las penas se extendieron: la encontraron culpable de hurto y robo de servicios. Luego de quedar libre en febrero de 2021 por buena conducta, fue detenida por violar los términos de su visa. Desde ese día vive bajo arresto domiciliario en Nueva York mientras intenta evitar la deportación.
Si bien su caso obtuvo notoriedad por haberse infiltrado en la alta sociedad estadounidense sin que nadie se diera cuenta, su nombre dio la vuelta al mundo gracias a la serie Inventing Anna. La joven recibió de Netflix 320.000 dólares por los derechos de su historia, que contó con la actuación protagónica de Julia Garner, la participación de Anna Chlumsky, Arian Moayed, Katie Lowes y Laverne Cox y el trabajo de Shonda Rhimes -la creadora de Grey´s Anatomy- como showrunner.
Hace dos años, trascendió que Delvey, nacida en Rusia, criada en Alemania y con pasaporte europeo, vendía los dibujos que realizó durante su estancia en la cárcel por 10.000 dólares la pieza. También se ofrecía como coach de salud mental para ayudar a otros a afrontar “la resolución de conflictos” en una experiencia tan estresante como la carcelaria. En 2023, la joven lanzó The Anna Delvey Show, un podcast que grababa en su departamento de East Village y donde hablaba de arte, política, moda, música, tecnología, cine, derecho y finanzas. También tuvo su propio reality, Delvey’s Dinner Club, donde mostraba sus charlas con algunas personalidades del mundo del entretenimiento. Hoy, Anna encontró una salida laboral más como participante de uno de los concursos de TV más esperados por el público de los Estados Unidos.
Pedido de permiso
Para poder ser parte del reality, Delvey debió pedir un permiso especial. “La producción del show se acercó a mi equipo y tuve que solicitarle al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas permiso para viajar fuera del estado, porque se está filmando en Los Ángeles y yo vivo en Nueva York”, le dijo Delvey a la revista People. “Les tomó alrededor de 10 días pasarlo por el sistema y conseguir que todo fuera aprobado”, agregó.
“Cuando obtuve la aprobación, faltaba muy poco para el día de inicio, así que volé a Los Ángeles casi al día siguiente y simplemente me dije: ¿por qué no?”, explicó sobre cómo decidió participar. Cuando le preguntaron por una posible reacción negativa del público, la convicta no le dio mucha importancia. “No es tan grave. Si alguien está tan molesto por haber sido elegida para un programa de baile, no sé qué decirle”.
La única condición visible que le pusieron a Delvey fue la obligación de utilizar una tobillera electrónica cuando le toque bailar con su compañero, el bailarín Ezra Sosa. En diálogo con The Hollywood Reporter, Anna aseguró que el dispositivo no será un impedimento para sus performances. “¿De qué manera afectaría mi actuación? En realidad, es bastante liviano”, explicó, y dio por terminado el tema.
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