Andy Kusnetzoff, recuperado, vuelve a PH: "Hay que respetar al coronavirus, no es una gripe"
Rentrée. La voz francesa adoptada por el español le va perfecto a este momento de Andy Kusnetzoff. El periodista volverá a conducir, este sábado a las 22, PH Podemos hablar, el exitoso formato de la pantalla de Telefe que debió interrumpir su salida al aire debido a que él fuera uno de los tantos contagiados víctima de la actual pandemia de coronavirus. "Estoy bien, me siento bien, habiendo superado toda la situación, que tiene un componente físico y otro emocional, porque uno queda un poco sensibilizado", reconoce Andy Kusnetzoff a LA NACION, en medio de la preproducción de la grabación de su programa que ya transita la cuarta temporada.
"Cuando comencé con los síntomas estaba transmitiendo al aire la misión solidaria en Radio Metro, que arrancó a la mañana y terminó por la noche. Durante el programa tenía tos, pero le iba poniendo energía y seguía adelante porque se trataba de una iniciativa que nos moviliza mucho", reconoce el responsable de Perros de la calle, el ciclo que ya lleva 19 años en la programación de Radio Metro.
-¿Qué alerta se encendió cuando concluyó aquella transmisión?
-Estaba con toda la alegría por la plata que habíamos juntado para los comedores, así que era una mezcla de euforia, pero también con mucho cansancio por haber estado tantas horas en el aire. Al día siguiente volví a hablar con mis médicos y decidimos que lo mejor sería hisoparme. Fui al sanatorio pensando que me volvía a mi casa.
-¿Qué había aparecido en esos primeros estudios?
-La médica que me atendió me dijo que, con los resultados que había arrojado la tomografía, no me podía dejar ir. Tenía una neumonía bastante grande, así que quedé internado en ese mismo momento. Al día siguiente, cuando llegaron los resultados del hisopado, ya teníamos claro que sería Covid.
En su caso, al estar el diagnóstico acompañado por una neumonía, y aunque su vida no estuvo en riesgo, las potenciales complicaciones fueron un panorama posible: "Por eso salí a contarlo detalladamente. Hay mucha gente asintomática, pero no es el mensaje para dar. Si te toca, ojalá seas asintomático, pero también puede venirte con neumonía, como en mi caso. Te puede afectar un solo pulmón o los dos. A mí me afectó un solo pulmón y zafé. Si se complica, te tienen que dar corticoides, seguir con plasma, o ir a respirador. No es broma, hay que respetar al coronavirus, no es una gripe.
-¿Tuviste miedo?
-Te bancás pasarla mal, pero el temor es que no se siga complicando, eso nunca lo sabés.
Confesionario
Luego de su recuperación, el periodista, que inició su trabajo televisivo a comienzos de los 90 en La TV ataca bajo el liderazgo de Mario Pergolini, retomó su tarea radial desde su casa. Este sábado completará su rutina habitual con la vuelta a la conducción de PH. "La mística del programa es la verdad. Los que hacemos radio sabemos que cuanta más verdad, mejor salen las cosas, al menos en la radio que me interesa hacer a mí. En la tele eso cuesta un poco más porque, a veces, se está como impostando, aparece un personaje. Sin embargo, PH tiene mucha verdad tanto de los invitados como mía. Si cada uno está ahí para abrirse y contar sus historias, es muy difícil que salga mal", reflexiona el conductor acerca de ese formato donde los climas esenciales sostienen el pulso de las entrevistas. "Se genera un clima íntimo, de emoción pura. La gente siente que es parte de ese punto de encuentro, de esa mesa".
-Una suerte de gran confesionario.
-Hace años, en ese estudio se hizo Gran Hermano, se ve que algo de ese espíritu de confesionario se heredó, como en un departamento donde queda algo de los dueños anteriores.
La humorada sirve para reconocer que el programa construye sus cimientos desde esas declaraciones poco habituales de los invitados. En PH suelen contar lo que nunca antes y ese es todo un mérito que tiene que ver con la manera en la que Andy desanda el camino de la entrevista frente a cámaras. Con un lenguaje diferente, todos los días se pone al frente de su programa de radio, apelando a esa comunicación directa y al vínculo auténtico que propone el medio tan diferente al televisivo: "La radio es una forma de vida, es parte de mi. Es más que un trabajo".
-La radio acaba de celebrar sus primeros cien años. ¿Qué considerás que le aportaste con tu trabajo?
-Todos los que trabajaron frente al micrófono, a lo largo de este siglo, algo aportaron. De todos modos, siento que es más lo que la radio nos aportó a los que trabajamos ahí. Me parece increíble haber arrancado hace 19 años con el programa, ninguna otra cosa en la vida me duró tanto. La radio me permitió estar en un medio y ser yo. Luego, eso es lo que traté de darle a PH.
Superación
Cuando le confirmaron el positivo, la palabra coronavirus se transformó en algo concreto. Acaso ese potencial contagio al que toda la humanidad está expuesta no termina de hacerse profundamente consciente hasta sufrirlo en primera persona. "Aparece la angustia por uno y por los demás. Se empiezan a hacer cuentas. Uno mira hacia atrás para ver qué hizo y con quién estuvo. Además, el contagio comienza antes que te aparezcan los síntomas, entonces hay que calcular cuándo comenzaron esos síntomas".
-¿Qué fue lo primero que hiciste cuando supiste que tenías Covid?
-Lo primero fue llevar tranquilidad a la familia y ver cómo estaban Flor y Helena.
La salud de su mujer Florencia y de su hija Helena encendieron rápido sus alarmas. Sus compañeros de trabajo y los invitados de la última emisión de PH, grabada el miércoles anterior a la salida al aire, conformaban ese círculo de contactos estrechos a los que rápidamente les comunicó la noticia: "Fue rarísimo. Hoy pienso cómo hice eso y no sé, pero, desde la cama, llamé a los productores, como un acto instintivo, y les pedí el teléfono de cada uno de los invitados".
-¿Cómo fueron esas charlas?
-Es bastante feo tener que comunicarle al otro que estuvo con vos que tenés covid. Pero me parecía que era lo correcto para que, cada uno, se ocupe lo antes posible. Por suerte no hubo ninguno contagiado. Uno tiene que avisar a nivel general para que se active un protocolo. Alerté a los productores, se avisó al canal, y a los invitados los quise llamar personalmente.
-¿Cómo reaccionaron?
-Me tiraron muy buena onda. "Tranquilo, mejorate, no pasa nada", me decían todos. Por suerte, después salió todo bien.
-Más allá que es un sentimiento erróneo, ¿aparece una injustificada e inconsciente sensación de culpa por el hipotético contagio a otro?
-Lo que te aparece no es culpa, es la responsabilidad de avisar lo antes posible y contar lo que sucedió. La culpa aparecería en caso de asistir a una reunión o a una fiesta, o de haber hecho algo no habilitado.
-Cuando salió a la luz tu contagio, rápidamente trascendió que eras una de las personas del medio que más se cuidaba y que tomabas todos los recaudos, lo cual habla de la facilidad y magnitud de la posibilidad de contagio.
-En los últimos meses no fui ni al supermercado, compraba todo online. Anduve un par de veces en bicicleta y nada más. Ni siquiera voy a la radio. Y la grabación de PH está dentro de los trabajos permitidos. Me rijo siempre por las normas. A mí no me gusta calificar de "esencial" a la televisión porque uno asocia de esa forma a un médico o al personal de seguridad. Pero creo que entretener y distraer está dentro de ese marco permitido. Me pareció bien seguir adelante con PH, pero cuidando mucho a todos los que trabajan en el programa y a los invitados. Inclusive, pedí a todos los técnicos utilizar barbijo y los acrílicos que repartieron en la productora, sacamos decorados para concentrarnos todos en un lugar, cambiamos de estudio y redujimos invitados. Me ocupé de todo eso para que estuviésemos tranquilos. Pero te puede pasar. Si no fuera tan fácil contagiarse, no estaríamos en la situación en que estamos.
-Como padre, ¿repercute diferente la pandemia, aparecen otros miedos, se potencia la angustia?
-Tratamos con Flor de estar mucho con Helena, porque nos da mucha pena la situación. Hablamos con la pediatra para saber cómo manejarnos, porque ella quiere ver a sus amigos. Pero nosotros no nos juntamos con gente, solo nos vimos en el parque con los barbijos, porque hay algo de la salud mental que entra en juego. Igualmente, soy súper respetuoso de lo que van diciendo los médicos. A mí me gusta seguir una línea, aunque cueste.
-¿Cómo evaluás las conductas públicas y la responsabilidad social en nuestro país?
-Al que no puede más, y sale al aire libre con barbijo y cumpliendo las reglas, lo entiendo. Pero, sobre todo, entiendo a los que se quedaron sin trabajo y necesitan trabajar. Es una pandemia muy injusta: yo tengo trabajo y hay gente que tiene un negocio que no puede abrir y se funde. No es culpa de nadie en particular, la pandemia es así. Trato de no juzgar. A esta altura de la pandemia, creo que cada uno debe tomar el mayor cuidado posible, pero no le podemos exigir a la gente lo mismo que el primer mes, aunque siempre hay que respetar los estrictos protocolos sanitarios. Al que sí juzgo, y me parece una irresponsabilidad, es al que organiza una fiesta y dice que no pasa nada, a los que se juntan para comer un asado entre veinte y sin barbijos. Esa gente sí es responsable de parte de lo que pasa. No es lo mismo el que no puede más y sale con cuidado, que al que hace una fiesta.
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