Se hizo muy conocida luego de un video en el que se la veía desfilando en el patio de su casa de San Francisco Solano; Marcelo Tinelli la convocó para el Bailando y una agencia de modelos la contrató para empezar a vivir su gran sueño
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Anabel Sánchez se hizo famosa luego de que se anotara en un casting para la revista Vogue. El video en el que desfilaba en un patio de paredes sin revocar, en su casa de San Francisco Solano, circuló por toda la red y se volvió viral. Marcelo Tinelli la llamó para su programa y a un año de todo eso, Anabel disfruta de su flamante carrera como miembro de una reconocida agencia de modelos: es la cara de una marca de cremas y desfila por todo el país. Al momento de hacer las fotos para esta nota, se la ve súper distendida y con experiencia.
-Ya tenés cancha para posar...
-Sí, obvio. Además, me encanta, lo súper disfruto.
-¿De estas fotos al primer video hay mucha diferencia?
-Para mí sí, un montón. Es increíble el crecimiento que tuve, más que nada en lo personal.
-¿Por qué en lo personal?
-En la autoestima, en conocerme, que cualquier ángulo esté bien. Tuve un re crecimiento.
-Pero en ese primer video se te notaba con una autoestima muy alta...
-Sí, la verdad que sí. Lo que pasa es que eso surgió innato, lo hice jugando, como que no pensé tanto. En cambio, cuando empezás en el ambiente, empezás a pensar, a maquinar, y es cuando te achicás y decís: “Ay no, esto no me gusta”. Sobre todo cuando estás expuesta.
-Claro, ese video no sabías cuánta gente lo iba a ver.
-Lo hice para divertirme, no pensé que iba a cambiar mi vida. Cuando empezó a crecer en visualizaciones sentí felicidad y ya no me importaba si quedaba en el casting de Vogue o no. Quería que una agencia me vea.
-Y fue lo que pasó...
-Tal cual, fue lo que pasó. Llegó MultiTalent.
-Cumpliste un año en la agencia.
-Un año, sí. Es una familia hermosa que me ha ayudado muchísimo, no solamente a mí, sino también a mi familia.
-¿Cómo ayudó a tu familia?
-Consiguiéndome trabajos lindos, conectando con marcas que me ayudan a poner muebles en mi casa.
-¿Seguís viendo seguido a tu familia?
-Obvio, todos los findes estamos ahí reunidos, hacemos asado, hacemos merienda. Los sábados, cuando salgo de estudiar a la mañana, ya me voy con ellos.
-¿Pero durante la semana vivís en otro lado?
-Sí, estoy viviendo en Recoleta con dos amigas que también son modelos, así que estamos las tres por ese mismo camino.
-¿Qué estás estudiando?
-Estoy estudiando en la academia de la agencia, todo lo que es actuación, pasarela, oratoria, TV, música...
-No sabía que tenían una academia.
-Sí, es buenísima. Y muy divertido, porque comparto con todas las teens.
-Bueno, vos tenés 19 años, también sos una teen.
-Y claro, ahí estoy. Soy chiquitita.
-¿Te sentís más grande? ¿Sentís como que tuvieras más edad?
-No, me siento de mi edad. Me siento bien. A veces nomás me pasa, porque como me pasaron cosas tan fuertes, como que esas cosas me hacen sentir grande, porque son cosas que las debería saber más adelante, más a futuro. Pero a la vez también me siento chiquita por no saber cosas que son obvias.
-¿Cuáles son esas cosas que te hacen sentir más grande?
-Mi sabiduría en mi forma de aprender a comunicarme con las personas emocionalmente, esa empatía de aconsejar a alguien. No sé, por ejemplo, con algún problema familiar o mal de amores. Yo no sufrí mal de amores, pero mi amor más cercano y familiar fue mi papá y tener esa sabiduría me llevó a hacerme fuerte.
-¿Qué pasó con tu papá?
-Con mi papá tuvimos muchos problemas. Yo sufría mucha violencia de género por culpa de él, pero por suerte pudimos sacarlo de nuestra vida hace tres años ya.
-¿La violencia era hacia tu mamá o hacia vos también?
-Hacia todas nosotras. Somos mi mamá, mi hermana y yo. Pero gracias a Dios pudimos alzar nuestra voz después de tantos años y pudimos cambiar nuestras vidas. Pudimos romper un patrón y decir no queremos más esto.
-Sos una sobreviviente...
-Sí, la verdad que sí. Gracias a Dios puedo contar mi historia. Y esa es mi vida. Es lo que viví. No tengo otra cosa. El padre es la primera figura masculina que uno tiene en su vida. A veces me comparaba con otras familias y decía: “¿Por qué mi papá no me cuida?”. No pasaba eso en mi familia.
-Hiciste un posteo muy emotivo donde le agradecés a tu mamá. Evidentemente fue un gran sostén, a pesar de que ella también era víctima.
-Sí, la verdad que sí. Ella siempre me decía que me convierta en una mujer fuerte, que sepa poner mis límites, que trabaje y trabaje para que ningún hombre me mantenga.
-Hizo bien tu mamá.
-Hizo bien, la verdad que sí, ella fue la primera persona en creer cuando yo le dije que quería ser modelo.
-¿Ese lugar donde hiciste el video es tu casa?
-Si, el patio de mi casa. Ya lo vamos a cambiar. Sigue igual el patio. Pero internamente la casa está cambiando. No importa lo de afuera, importa lo de adentro.
-¿La estás refaccionando?
-Sí, lleva su tiempo. Yo pensé que iba a ser rapidísimo, pero no. Desde el año pasado que estamos en obra. Imaginate todo lo que faltaba en mi casa.
-¿Qué faltaba?
-Estábamos en condiciones muy feas. O sea, yo no tenía mi propia habitación, tuvimos que terminar el baño, teníamos todas las paredes sin revocar, el piso... Fue todo un proceso ir remando con cada trabajito, ir juntando para los materiales y bueno, con la pareja de mi mamá y mis abuelos vamos poniendo nuestra parte y vamos creciendo.
-¿Dónde terminaste el secundario?
-En el colegio número 58 de San Francisco Solano.
-¿Con buenas notas?
-Muy buenas notas. Me costó y en realidad no terminé ahí el secundario, pero pasé muchísimos años en ese colegio, porque después me cambié a uno que se orientaba en artes y después, como trabajaba, me llevaba todas las materias porque faltaba y tuve que hacer dos años en uno y ahí pude terminar todo. Me costó muchísimo por el tema de que era estudiar o ir a trabajar.
-¿Y tu mamá qué te decía: andá a trabajar o anda a estudiar?
-Nos organizábamos, porque era nuestra manera de salir adelante, de sobrevivir. No nos quedaba otra. Obviamente a una madre eso no le gusta, quiere que su hija se concentre en sus estudios y siga avanzando. Yo le decía: “yo voy a ayudar en lo que pueda”, y nos organizábamos.
-¿Tu mamá de qué trabajaba?
-Mi mamá trabajaba todo lo que es limpieza, cuidar bebés...
-¿Y ahora sentís que te cambió mucho la vida?
-Muchísimo. Estoy viviendo de lo que me gusta, estoy estudiando lo que me gusta. Es tanto lo que me gusta esto que me termino divirtiendo y no lo veo como un trabajo. Estoy muy bien, hay mucho movimiento. Cuando estoy quieta siempre busco algo para hacer. Es como que algo nuevo siempre surge.
-¿De qué habías trabajado antes?
-Estuve en una carnicería de mi barrio. Hice limpieza, también cuidé chicos...
-Hiciste de todo.
-Si, siempre buscaba algo. Trabajaba en la feria de San Francisco Solano también, vendía ropa.
-¿Y cómo fue tu vida después del Bailando?
-Empecé a concentrarme en mí misma, me di cuenta que todo lo que es mediático o problemático, no me gusta, porque no soy yo. Me apago muchísimo en ese contexto. Pero igual el Bailando fue lo más hermoso que me pasó en la vida. Fue un antes y un después, y re agradezco esa oportunidad porque gracias a ellos llegaron muchísimos trabajos increíbles. Trabajos que realmente me gustan y que tienen que ver con el mundo del modelaje, todo lo que es publicidad. Ahora estoy en la tele con una marca grosa, que me encanta. Esas cosas que te abren las puertas. Te llevan a otro trabajo. Entonces el Bailando me abrió muchísimas puertas. Y no solamente en todo lo que es laboral sino también en lo personal; me volví más fuerte.
-Ahí no te queda otra, tenés que ser fuerte porque si no...
-Te comen vivo. Es una escuela increíble, súper intensa y ahí me di cuenta de lo capaz que soy. Pude superar todos mis límites. Yo no sabía bailar, era un palo. Pero de ahí salí bailarina, básicamente.
-¿Qué pasaba cuando se burlaban de vos?
-Al comienzo me sentí re mal, como muy vulnerable. Me empecé a achicar, no quería hablar, no quería expresarme. Y yo soy mucho de guardarme las cosas, todo lo que me pasaba me lo guardaba y entonces después explotaba en llanto. Decían “A” y yo ya lloraba. Lloraba mucho en ese momento. Pero después fui entendiendo que es un show porque, por ejemplo, el jurado sale de la pista y ya se olvidó de todo lo que pasó allá dentro y te saluda re bien. Entonces aprendí, me volví fuerte y me empecé a reír. Pero en su momento sí, la sufrí.
-¿Qué pasó esa vez que hubo un robo y te pusieron sola en un camarín?
-Nada. Le vi el lado positivo. Dije: “Ahora tengo camarín para mí sola, puedo estar con todo mi equipo tranquila, me lo merezco”. Y estaba re bien. Después, al otro día, ya me volvieron a poner con todas las personas. No sé si son momentos de show armados. Ahí no supe qué decir. Fue como raro, lo pensé un poco y dije: “Bueno, ya fue”, no le di tanta vuelta, ¿viste? Y después en lo que es mediático, entendí que lo hacen para que pises el palito y te enojes.
-¿Sos de salir?
-No. Me da mucha fiaca y siempre fui muy estructurada en ese sentido. Siempre tuve este sueño de la fama. He salido de joda cuando tenía 16. Las tengo contadísimas las veces, creo que fueron cuatro nomás.
-¿Por qué?
-No quería que cuando fuera famosa saliera nada malo de mí. Como que lo tenía re manifestado este presente. Y hoy en día menos la arruino.
-¿Veías los programas de chismes y pensabas: “Quiero eso”?
-Sí, yo veía todo. Era como: “Tengo que informarme del mundo al que quiero entrar”. Pero una cosa es verlo y otra cosa es estar ahí. Cuando llegué dije: “¡Ah!, nada que ver lo que yo veía”. ¿Qué hago ahora?” Y no sabía por dónde ir. Era como que quería evitar las cámaras. Y era loco porque todos buscaban la cámara y yo me alejaba. Me gusta que me inviten a un programa y estar ahí es otra movida. O una nota así como ahora, para un diario, para una revista.
-¿Hacés muchos desfiles?
-Hace poquito viajé a San Juan para un desfile. Era la primera vez que viajaba en avión, re lindo.
-¿Qué sentiste?
-¡Ay!, estaba re feliz porque me acordaba de las palabras de mi mamá que decía: “Bueno, ya vas a andar siempre en auto. Ya vas a ver cuando te subas a los aviones, después te vas a cansar de ellos”. Así que ya estoy pensando en el próximo viaje.
-¿Sos religiosa?
-Siempre digo que creo en Dios pero es como creer en el universo, en las energías, creo en todo aquello que me brinda paz, que me hace sentir acompañada, protegida. Creo en la ley de atracción, en todas esas cosas que me hacen sentir bien. El ser humano siempre necesita en qué apoyarse. Ya sea en una persona o en una creencia, porque solo no puede.
-Eso pusiste en el posteo.
-Solos no podemos. Tenemos que saber cuándo necesitamos ayuda, ser escuchados.
-¿Te pasó alguna vez de tener algún bajón? Porque parecés muy optimista.
-Sí, obvio, todo el tiempo. A veces por ahí, un trabajo que me gusta y no sale me frustra. “¿Por qué? ¿Por qué no me sale? ¿Qué hago?”, me pregunto. Y después trato de cambiar mi mentalidad, de pensar distinto: “Bueno, me dijeron que no en este trabajo, entonces, ¿qué puedo hacer para que en un futuro me digan que sí?”.
-Salís enseguida del bajón.
-Sí, no me gusta quedarme. Hay días que sí me doy mi espacio y me quedo en la cama, hago cosas que me gustan, o estoy con mi familia. Les comento que me siento triste y voy.
-¿Hacés terapia?
-Sí, obvio. Terapia con psicóloga y después me gusta mucho lo que es la terapia holística. Es muy importante que cuando sufrís sí o sí tratar todo lo que es tu mente, porque te quedan secuelas. Yo una vez descubrí a mi papá espiando por la cerradura a mi hermana que se estaba bañando. Y después de eso, no importa el lugar en donde estaba, yo siempre tenía que tapar ese agujerito. Tenía que taparlo porque me sentía observada y es re feo vivir así todo el tiempo. Era escuchar cualquier cosa, un ruidito y estar asustada.
-¿Te sigue pasando?
-No, hoy ya no. Estoy muy en paz. Estoy en un lugar muy lindo y estoy rodeada de personas hermosas.
-¿Estás enamorada?
-No, estoy sola. Si digo que estoy enamorada, es enamorada de la vida y de mis animalitos, mis gatitos.
-No tenés pareja...
-No, la verdad que no. No es algo que busco tampoco. Como que si se da, se da. Además, me da fiaca tener que buscar, no sé, el amor de tu vida en una red social.
-¿Qué soñás ahora?
-Sueño con tener una casa con un patio enorme y tener un perro gigante. Pero primero tengo que terminar mi casa. Y me gustaría ayudar a refugios de animales y a comedores. A veces voy a visitar porque también me encantan los chicos y es re lindo ver sus sonrisas, como que no importa de dónde sos, importa hacia donde querés ir.
-¿Ahora qué se viene para vos?
-Siempre dejo que las cosas me sorprendan y dejo que las cosas vayan fluyendo, pero me estoy metiendo en lo que es diseño de indumentaria. Es algo que no dejo de pensar para un futuro, en largar un desfile mío, una colección de diseños, algo artístico.
-¿Ya hiciste alguna prenda, diseñaste algo?
-A veces para eventos me hago yo alguna que otra prenda.
-¿Sabés coser?
-Sí, me encanta. Tengo ahí mi máquina de coser y la amo. Entonces cuando se me ocurre algo digo: “Bueno, voy a coser” y hago contenido con eso.
-¿No te ofrecieron nada en la tele?
-No, me falta un montón para eso. Recién llevo un año y sí, hice muchísimas cosas en un año, como ser tapa de revistas, aparecer en personajes del año, el Bailando, campaña tras campaña, pero hay muchas cosas para las que me falta un montón. Yo me quiero seguir preparando pero me re gusta todo lo que es la conducción. Me encanta la tele, pero me quiero preparar y disfrutarlo.
-¿Todavía seguís soñando con ser tapa de Vogue?
-No, la verdad que no. En ese momento lo veía con inocencia, como un sueño. Pero cuando se empezó a hacer viral ya no me importaba si quedaba o no quedaba en el casting. Así que ahora fluyo. Por suerte sé que estoy yendo por un camino correcto.
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