Amalia Granata y la reconciliación menos esperada: “Victoria Vannucci me llamó para pedirme perdón”
Durante una entrevista, la diputada santafecina habló de todo: su encuentro con Robbie Williams, su pelea con Luciana Salazar y el llamado que recibió de la ex del Ogro Fabbiani
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Amalia Granata cumple 40 años y los festejó repasando su mediática trayectoria en Los ángeles de la mañana. Así, con mucho humor, recordó el encuentro con el cantante británico Robbie Williams que la lanzó a la fama, se refirió a su mediática pelea con Luciana Salazar y confesó que hizo las paces con Victoria Vannucci.
La diputada santafecina contó que tendrá dos celebraciones: “Son doce personas que vienen a casa mañana y el otro sábado voy a festejar con otro grupo. Tenía pensado hacer una fiesta de 100 personas, pero no se puede. Y la torta me la hace Jimena, la mujer del Ogro Fabbiani [su ex pareja y padre de su hija Uma]”.
Granata repasó su vida y se detuvo especialmente en la anécdota de la noche de amor que vivió con Robbie Williams, en 2003, y que marcó su lanzamiento como figura mediática. “Me siguen preguntando por Robbie. Lo conocí de casualidad, una noche que El Bala, un amigo, me acompañaba a Retiro porque yo tenía que volver a mi casa, en Rosario (Santa Fe). Me dijo que antes tenía que pasar por otro lugar y fuimos al hotel en el que estaba Robbie. Ahí empezó el cruce con Luciana Salazar, porque estaba en el lobby del hotel, esperando verlo”, recordó.
“Yo caí al hotel en jeans zapatillas y remerita blanca, y con 23 años no necesitaba maquillaje, era muy flaquita. Mientras estaba ahí, se me acercó Robbie y empezó a hablarme. Vino un traductor porque yo no hablo inglés, y le dije que me había encantado el show. Le sugerí que la próxima vez que viniera a la Argentina, tratara de saber más de nosotros, y él entendió que yo era profesora de baile y quería que le enseñara. Me agarró de la mano, bailamos medio cachengue. Y Luciana miraba de lejos. Ella era una bomba en ese momento, más natural, después se tocó mucho la cara”, disparó.
Granata continúo dando detalles de esa noche: “Robbie se fue y al rato El Bala me dijo que había preguntado si me gustaría ir a tomar algo con él. Y con 23 años, no tenía nada para perder. La verdad es que Robbie estaba bárbaro, la pasé rebien. Hablamos un montón y me quedé a dormir. Al día siguiente lo desperté y le dije que me quería ir; no tenía ni cepillo de dientes así que me lavé con pasta y mi dedo. Él me invitó a acompañarlo a la gira por América Latina y le dije que no. Me pasó su mail, y me fui. Yo quería que su chofer me llevara a Retiro porque no tenía plata pero no, me tomé un taxi y por suerte me alcanzó también para el boleto a Rosario. A partir de ahí me llamaron de todos lados para contar lo que había pasado y después empecé a trabajar y no paré más”.
Pero no todo terminó ahí porque, según Granata, siguió escribiéndose con el ex Take That durante un tiempo, y cuando viajó a Los Ángeles para la boda de un amigo, lo visitó en su casa de Beverly Hills. “Me recibió, me mostró la casa, pero no me quedé porque estaba en rehabilitación y esperaba a la psiquiatra. Fue muy amable. Y me acuerdo también que en un recital en Chile, cuando yo vivía ahí, me dedicó una canción y fui tapa de todos los diarios y revistas”, recordó.
Según Granata, sus diferencias con Luciana Salazar datan de ese momento. La enemistad entre ambas se profundizó cuando ella inició una relación con Martín Redrado, el economista que se acababa de separar de Salazar. “Yo no estoy peleada con Luciana, sino que ella está peleada conmigo porque salí con su pareja. Le hice una nota, me habilitó a contar intimidades de Luciana y eso hice. Yo no estaba enamorada, pero la pasaba bien con Martín. Es muy seductor, caballero, atento, está en los detalles. El día de los enamorados me mandó un ramo gigante con un corazón enorme. Y mientras trabajé con Chiche Gelblung, por las mañanas, Redrado todos los días a las 9, me mandaba un café”.
Granata también reveló que hizo las paces con Victoria Vannucci, con quien mantuvo una larga disputa mediática desde 2012, momento en que la ahora empresaria gastronómica se casó con Fabbiani. “Vannucci tampoco me cae mal. Me acuerdo que yo estaba embarazada de mi hijo Roque y Vanucci me llamó para pedirme perdón. Era el día del perdón para la religión judía y me explicó que había decidido llamarme y pedirme perdón por todo lo que me había hecho con Uma en los momentos en que mi hija estaba con el padre y Victoria sacaba fotos y las publicaba para provocarme”, aseguró.
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