Las herederas de Inés de Lafuente, única hija de Amalia Lacroze de Fortabat, recorrieron juntas una muestra en el museo que creó su abuela y que tuvo a Ama como su principal impulsora
Es poco común que Amalia Amoedo (40) y Bárbara Bengolea (50) se muestren en público. Dueñas de un bajísimo perfil como su madre, Inés de Lafuente, quien se dedicó a ayudar a los demás desde el anonimato hasta su muerte, las nietas de Amalia Lacroze de Fortabat eligieron vivir lejos de los flashes y de la exposición. Quizá por ello, los invitados a la inauguración de “Fabularen” la noche del martes 19, en la Colección Fortabat, se sorprendieron al ver a las hermanas, divertidas y cómplices, recorriendo la primera retrospectiva del artista pop –y de culto– Benito Laren, de quien Amalita es amiga y, hasta podría aventurarse, fan.
“Cuando empecé, tuve la suerte de hacer tres muestras con Benito y con Leo Chiachio [quien desde 2003 es parte del dúo de bordado Chiachio & Giannone]. Hicimos performances y así nació mi gran amistad con él y mi profunda admiración por su obra”, le reveló a ¡Hola! Argentina Ama, quien se formó como artista en los talleres de grandes referentes del arte argentino contemporáneo, como Marcia Schvartz, Miguel Harte y Nicola Costantino, y hoy integra el consejo de la Colección, el último gran sueño de su abuela, un museo que alberga el conjunto de obras que adquirió a lo largo de su vida y que abrió sus puertas en 2008.
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