La casa de papel: Álvaro Morte, la estrella menos pensada de la TV global
Dedicado al teatro, el actor había hecho las paces con "interpretar secundarios estupendos" hasta que el Profesor de La casa de papel lo hizo famoso en todo el planeta
MADRID.- Hace tres años el nombre de Álvaro Morte (Algeciras, 45 años) no sonaba demasiado. En su currículum destacaban papeles secundarios en series diarias como El secreto de Puente Viejo y Amar es para siempre y, sobre todo, en obras teatrales. Si el nombre deja indiferente ahora solo hay que recordar que es el Profesor, de la serie La casa de papel. Con el éxito internacional de la producción al dar el salto de Antena 3 a Netflix, el actor gaditano pasó del anonimato a los once millones de seguidores en Instagram y a ser reconocido por la calle tanto en Europa como en América Latina y Asia. Pero él no ha perdido la cabeza. La fama le ha llegado con más de 40 años y una vida sencilla que le mantiene con los pies en la tierra.
"La fama la llevo bien porque mi vida sigue siendo igual. Sigo viviendo en mi piso humilde. Sí, es verdad que tengo más ofertas de trabajo, de lo que me siento afortunado, y me acuerdo mucho de todos mis compañeros que no solo no tienen trabajo, sino que hace dos años que no tienen acceso ni siquiera a un casting", señaló el intérprete el pasado año al diario El País. Morte continúa en la misma vivienda de Pozuelo de Alarcón en la que le llegó ese papel con el que ya no contaba. Allí reside junto a su pareja, la estilista Blanca Clemente, y sus mellizos, León y Julieta.
Con su mujer, además de una vida que reparten entre el mar y la montaña cuando el trabajo le permite un tiempo de descanso entre rodaje y rodaje, comparte la productora de teatro 300 Pistolas, creada en 2012. "Es el resultado de una idea que nació como un sueño? ¡Literal! ¡Blanca y yo estábamos viendo una obra de teatro clásico y nos estábamos quedando dormidos! ¿Por qué el teatro clásico ha de ser aburrido? Había algo que no nos cuadraba y nos pusimos manos a la obra", cuenta Morte en la página web de la compañía.
Mientras ese gran papel se hacía esperar, él no se quedó de brazos cruzados, sino que se volcó sobre las tablas mientras Blanca Clemente asumía el diseño y estilismo de la compañía. "Hablaba con mi chica hace un tiempo y me decía: 'Tú sabes que ya no vas a pegar un pelotazo, que eso queda reservado para los veinteañeros, y tú seguirás haciendo secundarios estupendos el resto de tu vida'. Yo eso ya lo habría firmado. Pero fíjate dónde estamos ahora", confesaba el actor.
Tres años y dos atracos ficticios después, el Profesor ha comenzado el rodaje de la quinta y última temporada de La casa de papel, según anunció él mismo hace tres semanas con una imagen en su cuenta de Instagram que alcanzó los casi dos millones de me gusta: "He vuelto. El Profesor ha vuelto". Desde que para el gran público se convirtió en cerebro de la banda de asaltantes con seudónimos de ciudades, las ofertas no han parado.
Ver esta publicación en InstagramI’m back. The Professor is back. @netflixes @netflix @vancouvermedia_
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En 2017, cuando Antena 3 canceló la serie de Álex Pina y Morte estaba desempleado, aceptó un papel en la serie El embarcadero (estrenada en 2019 y disponible en Movistar Play) sin saber si iba a ser protagonista o iba a tener un rol secundario. Al final resultó ser lo primero. En 2018, cuando ya era un fenómeno mundial, grabó Durante la tormenta, su primer papel principal en una película (puede descubrirse en Netflix). Y estos días se lo puede ver interpretar a Ramón cada semana en un nuevo capítulo de la producción internacional The Head, aún inédita en nuestro país y ambientada en una estación científica en el Polo Sur.
Antes de todo esto, el actor comenzó a estudiar Comunicación, hasta que un día llamó a su padre. "Le dije: 'Papá, que voy a cambiar de carrera'. Me dijo: '¿Qué vas a hacer? ¿Arquitectura?' 'No exactamente, voy a hacer Arte Dramático'. '¿Pero de qué vas a comer?'", fue la respuesta incrédula, según contó en una entrevista. Más de veinte años después, su padre está "orgullosísimo, pero por aquel entonces fue muy duro". El intérprete explica ese cambio "como una especie de llamada", pero también reconoce que le viene de su madre: "Mi madre es muy artista. Pinta, canta y demás, nunca lo ha hecho profesionalmente, pero sí, yo soy igual que mi madre, creo que de ahí ha venido la herencia artística", confesaba.
El cambio de rumbo le llevó a estudiar interpretación en Finlandia, en la Universidad de Tampere. "Una ciudad con 200 y pico mil habitantes que tiene veintitantas salas de teatro y todas funcionando a full". Algo muy diferente ocurre en Madrid, donde finalmente se asentó, pero donde supo encontrar un hueco en la industria sobre el escenario y la estabilidad que le brinda su familia.
"En esta profesión, hoy estás arriba y mañana estás abajo", aseguró Morte el pasado año. Y él conoce bien ambos extremos, también en el plano personal. Hace nueve años le diagnosticaron un tumor canceroso en una pierna, y aunque le dieron pocas esperanzas de vida, no tuvo miedo a la muerte. "Quizá eso es lo que me curó, que no le tuve miedo. Considero que [la muerte] es parte de la vida, es algo que debemos aceptar porque tarde o temprano va a suceder", expresó Morte. Su camino no ha sido sencillo, pero ha sabido resistir. Frente al carácter cerrado y calculado de su personaje, él se muestra como una persona abierta y centrada con una vida que no ha permitido que el éxito perturbe.
© El País, S.L.
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