Allison Mack, la actriz de Smallville condenada por tráfico sexual vinculado a la secta NXIVM, recobró su libertad
La intérprete, que se declaró culpable de haber reclutado, extorsionado y marcado mujeres, había conseguido en 2019 una sentencia reducida tras haber testificado en contra de Keith Reniere, el líder y fundador de la organización
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La actriz Allison Mack, conocida por haber formado parte del elenco de la serie Smallville, recuperó su libertad, luego de haber cumplido su condena de tres años por coptar adeptas para la secta NXVIM de la que formaba parte, para luego convertirlas en esclavas sexuales del líder del culto, Keith Reniere.
La información fue difundida por la Oficina de Prisiones de Estados Unidos. Según los registros de la organización gubernamental, Mack, de 40 años, abandonó este lunes la prisión federal de Dublin, California. La noticia causó la misma conmoción en las redes que provocó el anunció de su sentencia. En aquel momento, muchas personas cuestionaron que la condena era demasiado acotada, teniendo en cuenta la gravedad de los delitos de los que se declaró culpable. Lo cierto es que podía haber pasado tras las rejas hasta 20 años si no se hubiese ofrecido a cooperar con las autoridades en el juicio contra Raniere por tráfico sexual.
Mack ayudó a los fiscales a obtener evidencia que demostraba que Raniere creó una sociedad secreta que incluía a mujeres adoctrinadas a las que marcó con sus iniciales y las obligó a tener relaciones sexuales con él. Gracias a su testimonio y al de otras mujeres arrepentidas que también coptaban víctimas, la fiscalía consiguió que el fundador de NXVIM fuera sentenciado en 2019 a 120 años de prisión.
De heroína a enemiga pública
Allison Mack fue la protagonista de Smallville, la serie que recreaba las vivencias de Clark Kent en su adolescencia, antes de calzarse el traje azul y rojo. Su personaje, la suspicaz Chloe Sullivan, fue creado especialmente para el show televisivo y fue uno de los pocos que se mantuvo durante las diez temporadas. Todo parecía indicar que a la intérprete le esperaba un gran futuro en Hollywood. Sin embargo, nada de eso ocurrió: después de años de ausencia, su nombre volvió a ser mencionado en los medios, pero en las páginas policiales.
En 2006, su compañera de elenco Kistin Kreuk fue quien la llevó a la primera reunión de Jness, un grupo para mujeres que era parte de NXVIM, una organización que se promovía una especie de programa de desarrollo con mentores, pero que estaba a punto de convertirse en una secta sexual. El seminario de un fin de semana fue en un hotel de Vancouver, y Mack se mostraba fascinada por haber recibió la atención de Nancy Salzman, cofundadora de la organización.
Cuando terminó el seminario, Mack recibió la oferta de ir a conocer a Rainere en Albany, Nueva York, a bordo del jet privado de Sara Bronfman, heredera de la compañía de gaseosas Seagram y una de las mujeres cercanas al líder de NXVIM. Y luego de ese encuentro, cambiaría para siempre su vida. Los cursos que enseñaban en NXVIM eran promovidos como maneras de eliminar barreras psicológicas y emocionales y Mack pensaba que eran una buena manera de mejorar sus relaciones y sus habilidades actorales, según Barbara Bouchey, exnovia de Raniere que fue parte de la junta directiva de NXVIM hasta que se fue en 2009.
Para 2007 les insistía a todo el que se le acercaba que también fueran a clases de la secta. Al mismo tiempo, Mack empezó a volverse más retraída y a obsesionarse con lo que consideraba sus defectos. Ese mismo año, Kreuk dejó NXVIM y solamente mantuvo un contacto “mínimo” con quienes seguían involucrados en el grupo, según informó la actriz el año pasado en sus redes sociales.
Mack, al contrario, se involucró cada vez más y se empezó a quedar sin amigos. “Pasó de ser una amiga increíble y maravillosa a alguien con el cerebro lavado y no sabía cómo recuperarla”, expresó Frank Martorana, quien fue su confidente durante varios años. Su relación se deterioró después de que Mack lo invitó a un evento de reclutamiento de NXVIM en Los Ángeles. “Honestamente, nunca me he sentido tan presionado en mi vida”, afirmó.
Para 2014 la actriz estaba ayudando a crear un sitio web noticioso de NXVIM con la intención de quitarle el “sesgo” a las noticias. Un año después, de acuerdo con los fiscales, se formó una sociedad secreta dentro de NXVIM llamada DOS —un acrónimo de una frase en latín que puede traducirse como “Dominio de las Acompañantes Femeninas Obedientes”— en el que las mujeres debían cumplir lo que ordenara su amo y se les obligaba a tener una relación sexual con Raniere.
En abril de 2019, la actriz se declaró culpable de organización delictiva y de extorsión. En rigor, reconoció haber buscado a mujeres vulnerables dentro de NXVIM con la excusa de que así conseguirían empoderamiento, hacerlas adelgazar hasta que cumplieran con el ideal sexual de Raniere y amenazarlas con liberar información comprometedora como fotos y videos si decían algo o intentaban abandonar la organización. También de marcarles la piel con sus iniciales. “Me uní a NXVIM originalmente para encontrar un propósito”, dijo, entre sollozos, durante su audiencia de declaración de culpabilidad en una corte federal en Brooklyn. “Estaba perdida y quería encontrar algún lugar, alguna comunidad en la que me sintiera más cómoda. Creí que la intención de Keith Raniere era ayudar a las personas y que mi adherencia a su sistema de creencias ayudaría a empoderar a otros”, declaró.
A fines de diciembre de 2022 se dio a conocer una entrevista realizada a la actriz en 2017 en la que daba a conocer otra versión de la historia. “Me mudé a Albany (la sede de NXVIM) para llenar ese vacío y encontrar mi alma nuevamente, ya que se había esfumado”. Allí, la actriz reveló qué fue lo que la llevó a entrar en el culto: “Le pregunté a Keith si me ayudaría a volver a ser una gran actriz porque sentía que era un fraude”. Con una actitud muy distinta a la que mostraría ante la justicia, Mack defendió durante la entrevista su inocencia. Según indicó entonces, Raniere “no era el jefe de un harén”, y agregó: “No estoy reclutando mujeres jóvenes para que sean sus esclavas sexuales... Ya sabes, es una caza de brujas, como los juicios de McCarthy: lanzan acusaciones que se propagan como pólvora”.
En esa ocasión, Mack reveló, además, que muchas veces se sintió presionada para abandonar la secta luego de que sus amigos se mostraran muy preocupados. “Lo que pensaba, cada vez que me decían eso, es que necesitaba que me dejaran explicarles lo que estábamos haciendo, pero sentía que ellos iban a argumentar que me habían lavado el cerebro y que estaba enferma”, agregó.
“Simplemente, estaba caminando conmigo misma y pensaba: ‘¿Estoy loca? ¿Soy una de esas personas horribles sobre las que leés que hace cosas horribles y piensa que está haciendo cosas para Dios?’. Tuve muchas conversaciones conmigo misma de ese estilo”, aseguró. De todos modos, decidió quedarse. “En última instancia, simplemente me senté y miré mi vida y miré mis relaciones y analicé todas las cosas que había escrito, diarios que había guardado, cosas que había hecho en los últimos años. Y fue tan consistentemente bueno”, consideró.
En cuanto a haber marcado con sus iniciales a algunas mujeres para dejar en claro que eran sus esclavas sexuales o un “objeto” de su pertenencia, la actriz comparó el hecho con los tatuajes que se realizan los miembros de ciertas fraternidades. “Es comparable a lo que ocurre con la fraternidad Omega Psi, teníamos una de esas sucursales en el campus donde fui a la universidad. Son afroamericanos. Se marcan a sí mismos con un Omega. Michael Jordan tiene esa marca. La idea es que sean muy visibles y las hacen hasta que se hinchan”, argumentó.
Y remarcó con cinismo: “Un grupo de 10 o 15 mujeres en los suburbios, su edad promedio es de 40 años, se reúnen y deciden tener una pequeña marca de moda. Si fueran chicos, no sería noticia. El hecho de que sean mujeres y el hecho de que sea noticia está reforzando, desafortunadamente, un estereotipo negativo de las mujeres”.
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