Agustina Casanova: el amor en el que no creía, el sueño que se hizo realidad y los miedos y deseos de una madre primeriza
La periodista y conductora dialogó con LA NACIÓN acerca de cómo transita los días previos al nacimiento de Bianca, la bebé que espera junto a su pareja, el empresario Lautaro Mauro
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Tiene fecha de parto para el 26 de mayo y su plan es dejar de trabajar tres semanas antes. “Para descansar el último mes, poder conectarme más, y mentalizarme para el nacimiento de mi hija y lo que vendrá, que es un montón. Mi deseo es que sea parto natural, pero estoy abierta a las circunstancias de la vida”, dice Agustina Casanova. Columnista de Telefe Noticias y conductora de SportCenter por ESPN, se la nota radiante con su hermosa panza de 35 semanas.
En una charla con LA NACIÓN, la periodista cuenta cómo lleva el embarazo, habla de los miedos, de su historia de amor de 18 años con Lautaro Mauro, de sus deseos y de los cambios que se avecinan. “Estoy tranquila, aunque también tengo incertidumbre porque no sé de qué va, con lo cual hay cierta inconsciencia linda. Yo seguí mi vida normal como si no estuviese embarazada hasta ahora, que me siento más pesada y todo me cuesta más, me desvelo. Engordé 15 kilos, aunque no se notan. Comí sano, pero me di mis gustos”, confiesa.
-¿Sentís que tenés que parar?
-Ahora siento que tengo que poner un stop y conectarme, mentalizarme. Encima en el medio me estoy mudando y quiero armarle el cuarto a la bebé.
-¿Embarazo, parto y mudanza?
-Tiene que ser todo junto o nada (risas). Nos mudamos en dos semanas para que Bianca tenga su cuarto y estar más cómodos. Es una casa que ya teníamos vista incluso antes de quedar embarazada, así que con la noticia, avanzamos con ese plan de agrandarnos y que ese sea el lugar en el que crezca Bianca. Tener un hijo te cambia todo y también siento que con un hogar diferente le doy lugar a otra etapa distinta de mi vida, con otra calidad y estilo de vida.
-Llevan 18 años juntos con Lautaro Mauro... ¿Por qué decidieron ser padres ahora?
-Llevamos 18 años juntos y 11 de casados. Atravesamos todo, lo lindo, lo malo, momentos inolvidables. Fue hablado. Cuando nos casamos estuvimos de acuerdo en que no queríamos un hijo en lo inmediato. Yo era chica y recién empezaba con mi carrera. Me acuerdo que, como nos casamos por iglesia, tuvimos una charla previa y todos nos miraron raro cuando dijimos que no queríamos ser padres, por el momento.
-¿La presión existe todavía?
-¡Claro! No quería seguir esos mandatos. Fui madre cuando lo decidí, cuando lo sentí. Y no fui hipócrita. El deseo estaba en algún lugar, me gustaba pensar en vivir esa experiencia. Pero primero quería dedicarme a mi carrera y afianzarme. Hoy estoy más tranquila con esa licencia que me voy a tomar, no tengo la locura de otros momentos donde querés estar trabajando porque sentís que te estás perdiendo algo y otro va a ocupar tu lugar. Un día los dos nos miramos y dijimos: “es ahora”.
-¿Lo buscaron o los sorprendió la noticia?
-Lo decidimos, lo buscamos, pero quizá llegó antes de lo que imaginábamos. Estuvo bueno porque tampoco me hubiera gustado una búsqueda larga y ese miedo estaba. Bianca nos estaba esperando. Estamos felices de poder caminar este momento como pareja desde otro lugar.
-Va a ser un gran cambio en la pareja, después de tantos años solos…
-El cambio es rotundo, pero el hecho de que haya sido una decisión me marca todo. Yo quería esto y en el medio podés encontrarte con situaciones difíciles.
-La maternidad siempre estuvo muy romantizada...
-Yo celebro que en estos tiempos las mujeres nos animemos a hablar. Incluso hoy predomina más lo negativo que lo positivo. Todo el tiempo me saltan reels en las redes que tienen que ver con esa parte fea de la maternidad y a veces no quiero contaminarme tanto de eso. Ya blanqueamos que todo es un desastre, que el bebé no duerme, que la leche, la teta. Creo que hay un punto medio y depende de la personalidad de cada uno y de cómo la lleves. Voy día a día, trato de disfrutar el momento y también de sorprenderme un poco.
-¿En estos meses leíste mucho sobre embarazo y maternidad?
-No tanto. Estoy muy tranquila porque me funciona mucho más que me sorprenda la situación y resolver, a ya saber todo de antemano y hacerme la cabeza con algo que no es así. El librito es una cosa y la práctica, otra. Es más, no hicimos el curso de preparto aunque vamos a tener una charla con la partera. Pero no me llené de información.
-¿Hacés ejercicio?
-Hago yoga para llegar a término con una linda sensación. Tuve un embarazo bárbaro, me sentí bien, estuve activa, el cuerpo me acompañó. No hay que quedarse en casa tirada nunca, hay que moverse.
-¿Tuviste antojos? ¿Cambiaste tu alimentación?
-No sé si creo tanto en los antojos. Al menos no me pasó. Pero me di los gustos. Como más porque el cuerpo me lo pide. Y también hay cierta conciencia y me tomo mi tiempo para almorzar, por ejemplo. Quizá antes lo pasaba de largo si no tenía tiempo. Con una panza no lo hacés. Hay más responsabilidad y orden.
-Tuviste un buen embarazo entonces…
-Sí, muy lindo excepto ese primer trimestre típico, con síntomas que te pegan desde lo físico y lo emocional. Tenía sentimientos encontrados e imagino que fue un tema hormonal. Quizá una resistencia, porque no me sentía bien y había miedos.
-¿Pediste ayuda?
-Lo pasé sola. Un día me pregunté qué me pasaba, si todas las mujeres atravesaron esto. Tenía miedos de un montón de cuestiones. El embarazo es todo un estado, no podés creer que haya vida dentro de tu panza, y que veas al bebé formado en las ecografías. Esa parte es hermosa. Y después están los miedos, querer saber si está todo bien, si está creciendo bien. Miedos de lo que vendrá, preguntas existenciales. Tenés dudas, quizá más porque soy primeriza. A partir del cuarto mes, estuvo todo bien.
-¿Y qué dice el papá?
-Está muy ansioso y feliz. Me despierta orgullo y admiración porque lo imagino un gran papá. Me emociona saber que vamos a vivir esto juntos como pareja y vernos mutuamente desde otro lado. Después de tantos años juntos, la mirada cambia y de alguna manera volvemos a encontrarnos y a enamorarnos yo de él como padre y él de mí como madre.
-¿Fue tu primer amor?
-Sí. Empecé con él muy chica y supo acompañarme y apoyarme incondicionalmente. Sé que está siempre, y con su hija va a ser muy presente también.
-¿Cómo se conocieron?
-En un boliche, en la costanera de Buenos Aires. Estaba con una amiga que lo conocía, se saludaron, nos presentaron y ahí quedó. Él me pidió el teléfono y después de mucha insistencia se lo terminé dando. Empezó a llamarme, nunca lo atendía o le cortaba, le pedía a mi amiga que atendiera, que le dijera que le di el teléfono para que me suelte esa noche, pero no quería que me llamara más (risas). Pasó el tiempo y me lo volví a encontrar, y quizá yo también estaba en otro momento. Todo fue diferente, conversamos, empezamos a salir a comer una vez por semana hasta que un día… Me sorprendió porque nunca dije que era el amor de mi vida. Viví toda la relación pensando que mañana podía separarme. Y pasaron 18 años.
-¿Alguna vez se separaron?
-Nunca. Una pareja es trabajo, hay que estar, bancar en las malas y disfrutar en las buenas, remarla. Nos llevamos bien en la convivencia porque cada uno sabe respetar el espacio del otro, somos independientes, él tiene sus amigos, yo los míos y tenemos nuestros momentos solos. No estamos todo el tiempo juntos y eso me parece sano.
-¿A qué se dedica tu marido?
-Lautaro es químico, pero trabajó poco tiempo de eso. Y por amistad, muchos años estuvo relacionado a la política con Daniel Scioli. Hoy, alejado de todo eso, tiene una pañalera así que no vamos a tener problemas con eso (risas). Y se dedica a otras cuestiones de negocios.
-¿Siempre quisiste ser periodista?
-No siempre supe que quería ser periodista. Cuando terminé el colegio no sabía qué hacer; es una decisión complicada. Me salió bien porque empecé y seguí. Estudié en TEA y en la Universidad del Salvador. Enseguida hice una experiencia en televisión, en Magazine. Me divertía, sabía que lo mío iba a tener que ver con la comunicación. Fantaseaba con la tele. Lo difícil es sostenerse, el camino es largo porque el corto no existe. Fui productora, notera y hace 13 años que estoy en Telefe Noticias.
-¿Qué es lo que tanto te gusta de tu trabajo?
-Me gusta que haya alguien del otro lado, ese ida y vuelta con la gente; es muy mágico ese vínculo, y ese compromiso con el que está del otro lado me llevó a continuar con este trabajo. También hay momentos de crisis laborales y hay que saber sortearlas y curtirse porque es un medio difícil para trabajar y sostenerse, pero tiene que ver con la disciplina y la constancia y eso me recontra define. Es bravo el ritmo de la tele, aunque te guste mucho; no hay que ser tan emocional. Sin embargo, ahora estoy a flor de piel y eso le gusta a la gente, me parece.
-¿Te imaginás en otro lugar que no sea el noticiero?
-Nunca tengo un techo porque este es un mundo que se va abriendo y las oportunidades y desafíos te mantienen viva. Hay que reinventarse y yo aspiro a proyectos que me desafíen a crecer. No quiero encasillarme en un noticiero tampoco, me gustan otros programas, la radio, el streaming, el rol de entrevistadora.
-¿Tenés hobbies?
-El trabajo se ha llevado mucho de mis pasiones. No tengo un hobby, pero me apasiona la moda, la estética, la deco, el make up. Puedo estar horas eligiendo looks, probando peinados o imaginando un outfit.
-¿Ya pensaste en alguno para el día del parto?
-Soy muy detallista. No necesito estar mega montada, pero sí prolija. Aparte es un momento de muchísima vulnerabilidad y la gente va a visitarte. Creo que no me va a importar nada porque el foco va a estar puesto en mi hija.
-¿Cómo fue la elección del nombre de la beba?
-No lo tuve ni que pensar. Desde siempre pensé en que si tenía una hija iba a llamarse Bianca. Y no lo tuve ni que negociar porque le gusta también a Lautaro. Cuando supe que estaba embarazada, presentí que era nena. De varón no teníamos nombres. Creo que la nena viene a desafiarme como mujer también. Voy a aprender muchas cosas con ella.
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