Adrián Puente es un rostro conocido, periodista deportivo, conductor de radio y televisión. En pareja desde hace 21 años, es padre de Delfina y Bautista. Actualmente conduce por las mañanas Buen Telefe junto a Érica Fontana y, por las noches, Al fin y al cabo con Nuria Am por CNN Radio Argentina.
Puente se levanta muy temprano y termina muy tarde su jornada laboral, pero eso no le impide tener tiempo para su familia, cuidar su físico o disfrutar de la música, una de sus grandes pasiones. En una charla con LA NACION, en los estudios de la radio ubicados en pleno Barrio Norte, el periodista hace un recorrido por su carrera, la actualidad del periodismo y sus colegas.
–Con tanto trabajo, ¿cómo te desconectás?¿Dormís?
–Sí, duermo, porque si no no rendís. Pero prácticamente lo hago al revés: hago una siesta a la noche y un descanso más prolongado de día. Me tiro en palomita apenas llego de la radio a casa. Si bien nadie se puede acostumbrar fácilmente a dormir dos horas de noche y compensarlo después durante la tarde, si lo hacés regularmente todos los días dentro del mismo horario, te termina dando resultado.
–¿Cómo llegaste a CNN Radio?
–Lo de la 990 AM fue una experiencia buenísima, en la que probé hacer un ciclo mío. Me interesaba probarme, verme, porque la televisión es una cosa, pero la radio es otra. Y ser columnista es una cosa y conducir es otra. Mi llegada se dio por una persona que yo valoro muchísimo, con quien hemos trabajado muchos años en casi todas las radios por las que pasé, que es Martín Rubio. Él me ofreció la posibilidad de formar parte de un equipo.
–Al tener que madrugar por la televisión, ¿dudaste de aceptar la propuesta para un programa nocturno?
–No lo dudé ni medio segundo, dije "esto va de la mano de lo otro". De aquel proyecto que empecé probándome en la 990 AM.
–Y estar en una radio con la impronta de CNN...
–Y tenés una marca que te obliga mucho y es una enorme responsabilidad, pero la agradezco. A veces uno necesita momentos de reencontrarse con uno mismo, y me parece que la industria de las noticias en la Argentina está en un momento de transición. En algunos casos polémicos perdemos las diferencias y los límites, que venga alguien de afuera –que en este caso es CNN que viene desde otro lugar hacia aquí– a tratar de imponer un estilo nos permitió un poco volver a los libros, volver a las bases y ordenarnos otra vez en ese objetivo: ser simplemente periodistas. Chequear las fuentes. Acá pasamos por una paleta de variantes, no digo que todos los medios sean iguales, pero en algunos sos periodista, fiscal, juez, director técnico de fútbol, tecnólogo, vulcanólogo y mecánico de autos. Perdimos un poco los límites, perdimos un poco las fronteras, a riesgo de convertirnos en opinólogos sin sentido. Yo creo que es una tendencia, no digo que estén todos enrolados en ella, pero está presente y es algo que a mí me preocupa. Asé que todo lo que me permita a mí ponerme más en el rol de periodista que yo elegí para mi vida es bienvenido.
–¿Cómo ves a los medios?
–En una transición, definitivamente. Puede ser buena en algunos y mala en otros porque hay algunos medios que perdieron el rumbo y algunos hacen copias malas de otras cosas que ven. Yo te diría que la transición también incluye la aparición de los nuevos formatos. Hasta hace diez años atrás tenías formatos bien establecidos, estaba la televisión, la radio y la gráfica. Ahora tenés la famosa multiplataforma, en donde cambió el lenguaje, los contenidos, los oyentes, los que te siguen... Cambió todo y todo el tiempo estamos formateándolo y viendo qué es lo que rebota y lo que no rebota.
–Fuiste parte de los inicios de C5N y muchos años estuviste en Radio 10...
–Yo estuve en la época que [Daniel] Hadad va con toda la artillería de Canal 9 a C5N. Yo debo aclarar que fue una de las personas que más me enseñó, me enseñó a ser un obsesivo por la perfección, por el tratamiento de la noticia, por cuestiones estéticas, por asumir la responsabilidad del logo que tenía atrás en el momento que defendía su medio. Para mí fue una experiencia de crecimiento incuestionable pese a que era una persona que generaba ciertas polémicas.
–¿Hoy consumís estos medios?
–La lógica de los medios la entendemos todos los que trabajamos en los medios ¿Qué medio no tiene cierta tendencia a defender algunos intereses propios del campo comercial en que se desarrolla? Lo tienen todos. El tema es que no te invalide a hablar con el otro, que no te invalide a hablar con River y con Boca. Yo creo que hay una mirada lamentablemente muy sesgada, producto de la sociedad que tenemos.
–¿Volverías a trabajar en C5N hoy?
–No podría, no representa los valores que yo defiendo.
–¿Pero en Radio 10 sí?
–Mirá, de hecho, trabajé hasta hace muy poco, lo que pasa que con Teté [Coustarot] explorábamos un camino completamente despojado de posicionamiento político, porque ninguno de los dos tenía ganas de hacerlo. Nuestra apuesta de domingo iba claramente por otro lado. No tuve ninguna situación de zozobra en ese momento, porque lo nuestro era un producto que iba por otro camino y es un producto que lo podés poner en cualquier radio, en cualquier medio.
Los noticieros de hoy vs. los del pasado
–Ahora los noticieros cambiaron, se abandonó el escritorio, es todo más decontracturado.
–Yo creo que es bueno eso, es oxígeno. En Telefe, las cuatro ediciones se hacen en un estudio que es enorme. Creo que es el más grande que tiene el canal, pero es un desafío hermoso y creo que bienvenido porque la vida cambió. ¿Quién habla y se mueve como se hablaba y se movían en los noticieros de antes? Era todo mucho más estructurado. Hoy necesitás una empatía con la gente. Yo no te digo hablar como en el bar o como en la cancha, no tenemos que perder el eje de la didáctica, de que hay un adolescente que te puede estar escuchando y aprender algo de vos, una palabra, un hecho, un personaje, una circunstancia. El tipo escucha de pronto, la polémica de Aníbal Fernández con Ricardo Barreda y la persona tiene doce años, y no sabe quién es Barreda. Lo tenés que nombrar con la identidad criminal que el tipo tiene porque podés dar un mensaje equivocado. El tipo mató a la familia de cuatro escopetazos, entonces no podés ironizarlo como lo nombró el personaje político.
–¿Te sorprendió el día que te dijeron no usaras saco y corbata?
–Sí, bastante, debe hacer cuatro años que no se usa más. Yo disfruto muchos los cambios. En un momento conviví con dos programas (Baires directo y Telefe Noticias al mediodía) y al mediodía seguía un poquito más formal con escritorio. Luego Baires directo mutó a Buen Telefe, y este ciclo ya nació descontracturado, pero no es algo que me haya traído ningún trauma. La elegancia la llevás en otro lado.
–¿Estás a favor de que los noticieros se conviertan cada vez más en un magazine?
–Tenemos hoy en la industria de las noticias en la Argentina, como en ninguna parte del mundo, siete bocas de expendio que durante 24 horas están brindando como producto noticias. Te plantean ese desafío por cable. Las señales que todos conocemos. Imagínate cómo te cambian las reglas del juego de alguna manera. Y vos vas buscándole variante a todo lo que viste, a todo lo que entró prácticamente en una suerte de cadena nacional, entonces hay momentos del día donde el perro, el toro, el gato o el loro, rinden. Además porque yo creo que hay una demanda de la gente a descomprimir por algún lado. Si vos consumís los canales no podés estar diez horas del día viendo policiales o viendo situaciones de conflicto.
–¿Por qué los policiales rinden tanto?
–Generalmente, todos están grabados por cámaras de seguridad. Es una cobertura realmente barata y cercana. Tenés episodios en el primer cordón del conurbano, del color que quieras y como quieras, entonces son situaciones de movimientos rápidos y evidentemente hay todo un morbo en el espectador promedio que por algún lado le capta.
–¿Tenés el minuto a minuto a mano? ¿Te das cuenta en vivo cuando algo está rindiendo?
–Yo no sigo el minuto a minuto. No lo tengo en el teléfono y no trabajo con él. Me lo dicen muy esporádicamente. No es un patrón de juego. Si sabemos si tal o cual episodio está rindiendo. Generalmente lo que hacemos son miradas mensuales y ver cómo nos fue, por dónde fuimos, con qué coincidieron las altas y las bajas. Ver conceptualmente el producto.
–¿Qué te pasó con las polémicas que se generaron en torno a Nicolás Repetto en el noticiero de Telefe del mediodía o "la novela" Cristina Perez - Roberto Barrili?
–Mirá, yo creo que corremos el riesgo de ser injustos. Yo estando todos los días y teniendo la gimnasia que tenía (y que sigo teniendo) porque sigo estando todos los días expuesto creo que desde hace cinco años a esta parte hubo un cambio brutal de las cuestiones de género. Yo asumo que estando con Milva (Castellini) hacíamos chistes entre nosotros y al aire de ciertas cuestiones bien de género de otra época, que hoy serían inadmisibles.
–El humor también cambió...
–Totalmente, como le pasó a Nico en su momento. Si vos venís de un período donde no estás en el día a día y además representas a otra generación de la televisión, el aggiornamiento va a tener un costo y en algún momento se te va a escapar algo porque tenemos que hacer un ejercicio. Yo lo sigo haciendo hoy día cuando voy a dejar una opinión. Cuando hago alguna pregunta, cuando tengo alguna situación de conflicto donde el género está de por medio, donde hay tanta sensibilidad... Yo tengo casi 50 años y 30 de periodista y no me resulta gratuito tampoco. Demanda todo un esfuerzo, hay que cuidar las palabras, hay que resetear permanentemente. ¿Qué me permite esa reacción rápida? El timing que tengo, pero si viene alguien que por cuestiones personales perdió el timing porque se fue de la tele un tiempo y vuelve con todo este nuevo lenguaje, el costo lo va a pagar. Se llame Nicolás Repetto o se llame como se llame. Y después está la sobreexposición de las redes sociales y demás donde cualquiera pone cualquier cosa y realmente hay una mirada muy sesgada y a veces muy violenta donde te desean hasta la muerte por cuestiones que no son tan importantes.
–¿Tenés algún desafío pendiente a nivel laboral?
–Estoy en el desafío. Esto era un desafío, lo de la radio, este programa en CNN. Con este lenguaje, con esta temática, muy fuertemente politizado, en un año donde las elecciones te atraviesan permanentemente, con Nuria [AM] y todos nuestros notables [el ciclo tiene un columnista diferente cada día]. No sale sino se trabaja en equipo y acá hay equipo. Los medios no se hacen sino hay equipo, no hay una persona que pueda concentrar por sí sola en su talento, en su impronta, en su humor, seriedad, conocimiento. No hay una sola persona que pueda hacer algo solo. Y te digo más: [Marcelo] Longobardi es un ejemplo. Él tiene sus características como persona del medio, fíjate vos, que Marcelo sabe cuáles son sus límites. Siempre se ha manejado en determinado estándar, en determinado rubro y hace un culto, un 360 de su mesa, y de sus compañeros de mesa que lo potencian de una manera que lo convierten en lo que es hoy su producto, un producto elite.
–¿Cuál es el verdadero Adrián Puente, el de la tele o el de la radio?
–Yo creo que soy el mismo en los dos, lo que pasa que la radio te da otras licencias. Entonces tal vez aparezca un poquito más, hay más tiempo y además no está la imagen de por medio entonces sos un poquito más vos en determinadas instancias. No quiere decir que me traiciono en el otro lugar, pero hay cuestiones de posturas, cuestiones de tele que te condicionan y te encierran un poco más.
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