A un año de la muerte de Carrie Fisher, su recuerdo permanece intacto
El 27 de diciembre de 2016, la actriz que interpretó a la princesa Leia en la saga Star Wars, falleció tras sufrir un paro cardíaco masivo
Tenía 60 años y un nombre inequívocamente ligado a una de las sagas cinematográficas más veneradas y populares de todos los tiempos. De la mano de la princesa Leia, Carrie Fisher dejó de ser una actriz del montón para convertirse en una leyenda intergaláctica; sin embargo, su vida fue mucho más que eso.
Hija de Eddie Fisher y Debbie Reynolds, Carrie nació el 21 de octubre de 1956, bajo el linaje de una familia ligada al mundo del espectáculo. De hecho, cuando tenía apenas dos años de vida, fue inconsciente testigo de cómo su padre dejaba a su madre para comenzar un romance con Elizabeth Taylor, en el que fue uno de los escándalos amorosos más sonados del Hollywood clásico.
Los genes y esos golpes indirectos que recibió por crecer en una familia de famosos forjaron su carácter y la condujeron directamente hacia el camino de la actuación. A los 13 años, hizo su debut en televisión junto a su madre, en un papel muy pequeño; tiempo después, volvería a compartir trabajo con ella en teatro. Pero fue el cine el que le daría una identidad propia: en 1977, fue elegida por George Lucas para sumarse a Star Wars , donde se puso en la piel de Leia Organa.
En los siguientes años, Fisher interpretaría dos veces más a la valiente princesa, a medida que comenzaba a tener pequeñas apariciones en otro tipo de películas. Pero mientras su vida profesional parecía mejorar, su vida personal se complicaba por sus adicciones.
Durante los '80, Fisher se daría el gusto de trabajar para directores como Woody Allen, Rob Reiner o Penelo Spheeris, aunque siempre en papeles secundarios. Mientras alternaba el cine con algunas producciones de Broadway, la actriz se colocó en el ojo de la tormenta cuando en 1987 publicó el libro Postcards from the Edge, una suerte de sátira autobiográfica protagonizada por una actriz que procura poner su vida profesional en orden luego de recuperarse de su adicción a las drogas. El libro fue un boom de ventas y, en 1990, fue adaptado a una película que protagonizaron Meryl Streep y Shirley Maclaine, cuyo guión fue escrito por la propia Fisher. En ese momento, la actriz confirmaba que tenía un talento innato para la escritura de libretos.
Esa actividad fue la que la mantuvo activa durante gran parte de los 90, década en la que apareció muy poco en pantalla. Fisher se especializó en revisar y corregir guiones cinematográficos, y de esa forma participó del proceso creativo de películas tan disímiles como Cambio de hábito, Epidemia, Hook, Arma Mortal 3 y El cantante de bodas. Para televisión, Fisher escribió varios episodios de El joven Indiana Jones, y también fue la mano invisible detrás de los guiones cinematográficos de las tres precuelas de Star Wars como así también de Señor y Señora Smith y Scream 3. También publicó dos novelas: Surrender in Pink y Delusions of Grandma.
Ya en el nuevo milenio, la carrera de Fisher continuaría con breves participaciones en series televisivas como Weeds, Entourage, Smallville, 30 Rock, Robot Chicken y Family Guy, mientras desarrollaba su unipersonal teatral Wishful Drinking. En él, contaba varios de sus momentos personales más difíciles en un tono de comedia totalmente incorrecta. El monólogo fue tan exitoso, que llevó a adaptarlo a un libro, e incluso el canal HBO preparó un especial televisivo.
Pero el personaje que la consagró tendría revancha: en 2015, Fisher volvería a interpretar a la princesa Leia para el séptimo episodio de la saga, El despertar de la fuerza. Ese revival la llevó a, en 2016, publicar una nueva biografía titulada The Princess Diarist, en el que reveló el costado menos amable de su participación en Star Wars. Entre otras perlitas, contó que mantuvo un fugaz romance con Harrison Ford durante el rodaje del primer film de la saga, algo que no le cayó demasiado bien al actor que interpretó a Han Solo.
Tras rodar su participación en el episodio VIII de Star Wars -el recientemente estrenado Los últimos jedi-, la actriz sufrió de un infarto masivo en pleno vuelo de regreso a su hogar, en Los Angeles. Tras permanecer unos días internada, el 27 de diciembre perdió la vida.
Fueron muchos los colegas y amigos quienes hicieron pública su tristeza por la temprana pérdida de Fisher . Y, por supuesto, también estuvieron los fans de la saga intergaláctica, listos para celebrar la vida de una de sus heroínas.
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